Eiyuu Ou (NL)

Volumen 6

Capítulo 1: Inglis, 15 Años: El Dragón Anciano Y El (Ex) Rey Anciano (1)

Parte 2

“¿Y quieres estar en guardia para esos?” preguntó Leona.

“Sí. Si nos acercamos de repente, los guardianes podrían rodearnos y destruir nuestros Flygears. Inglis no se arrepentiría de que las cosas llegaran a las manos, pero perder sus Flygears en el proceso podría causar algunos inconvenientes.

“Nunca antes había escuchado eso sobre los dragones”, comentó Leone. “Seguro que sabes mucho, Inglis”.

“Yo tampoco había oído tal cosa”, estuvo de acuerdo Liselotte. “Debes haber leído un libro bastante raro”.

“¿Existe realmente un libro como ese en los archivos de Ymir? preguntó Rafinha. “No recuerdo haber visto uno”.

“Tiene que haber muchos libros que no conocerías, Rani”, respondió Inglis. No eres un gran lector.

“¡Ay, lo que sea! Puede que no los haya leído, pero jugué lo suficiente al escondite allí para que al menos recordara las portadas. Mmm…”

“¿Tal vez deberías intentar abrirlos?” Inglis respondió.

De hecho, no había tal libro. El conocimiento de Inglis provino de su vida pasada como Rey Inglis. Algunos libros raros durante ese período habían documentado dragones, y la gente todavía los conocía. A juzgar por las reacciones de Leone y Liselotte, los dragones habían sido completamente olvidados en el mundo moderno. Lo mismo ocurría con el maná y el conocimiento y las técnicas mágicas utilizadas para controlarlo.

“Ustedes dos volverán a casa las próximas vacaciones en la academia, ¿verdad?” preguntó Leona. “¿Puedes traer ese libro contigo y mostrármelo? Soy curioso.”

“Eso suena maravilloso”, estuvo de acuerdo Liselotte. “Me gustaría verlo también”.

Su pasión por aprender era encomiable, pero Inglis hubiera preferido esto en cualquier otro contexto. “Bueno, um…”, comenzó Inglis, pero se detuvo cuando manchas de niebla de color azul pálido bloquearon su camino. “Ah, ten cuidado. Ellos vienen.”

“Grrr…”

“¡Gwohhh!”

Se alzaban amenazantes, tomando la forma de cabezas de dragones. Cada uno irradiaba una malevolencia tan densa que incluso un caballero bien entrenado podría haber perdido la voluntad de luchar. Cuando Inglis había luchado contra un antiguo dragón en una vida anterior, más de uno había arrojado sus brazos aterrorizados.

“¡¿Qué son esos?! Rafinha jadeó.

“N-No se debe jugar con ellos. Comparado con una bestia magicita…” Leone se desvaneció.

“Sí… Esto es mucho peor que enfrentarse a una bestia magicita. ¡Esta intensa malevolencia, esta hostilidad!” dijo Liselotte.

Ese trío por lo general parecía un grupo de chicas comunes, pero eran más que eso. No solo estaban bien entrenados, eran futuros caballeros de clase alta. Es posible que se hayan sobresaltado por las repentinas apariciones, pero no se estremecieron hasta la médula. Su determinación era confiable.

No eran Silva, que tenía una Runa de clase especial, o Yua, que era completamente suya, pero aún así eran bastante poderosos. Si hubieran estado bajo el mando de Inglis en su vida pasada, habría esperado un buen trabajo de ellos.

“¡Cada vez aparecen más!” Pullum gritó.

Ante los ojos de Inglis, los fantasmas aparecieron y se juntaron, casi formando una pared.

“Estos son fantasmas, manifestaciones físicas de la energía de un dragón. Son transparentes, pero muerden y te dolerán, así que ten cuidado. Ahora nos están observando, pero si entramos en un área determinada, atacarán”, explicó Inglis.

“¡El dolor en sí sería el menor de nuestros problemas!” dijo Rafinha.

Leone los miró. “Cierto. Con su fuerza…”

“Inglis hizo la llamada correcta antes”, dijo Liselotte. “Si nos hubiéramos acercado de repente, habríamos perdido nuestros Flygears y no tendríamos adónde escapar”.

“Todos ustedes esperen aquí”, instruyó Inglis. Me acercaré a ellos. Si este equipo es efectivo, no atacarán.”

En su vida anterior, había visto los fantasmas de un antiguo dragón evitar dañar a una sacerdotisa. Si los dos aquí no se abalanzaban sobre Inglis, podría suponer que sería capaz de comunicarse con el antiguo dragón Fufailbane. Ella lo deseaba mucho.

Primero probó los fantasmas. “Aquí voy.”

“Probablemente te decepcionarás si no puedes pelear contra ellos, Chris”, comentó Rafinha.

“No, eso estaría bien. Además, si pudiera tomarme un descanso para cambiarme para que me ataquen.”

“Aja, ja, ja… Qué sorpresa…”

“¿No sería genial tener enemigos con los que pudiera luchar sin parar? Parece que me he topado con algo verdaderamente valioso. ♪”

“Eso suena como el tipo de anhelo que debería dejarse a la comida sabrosa y la ropa linda…” Rafinha suspiró profundamente.

“¡Vamos vamos! Este tipo de cosas es realmente peligrosa. ¿No deberíamos lidiar con eso?” Lahti se quejó de una manera seria a diferencia de las burlas de Rafinha hacia su prima.

“Por supuesto. Entonces, ¿puedo llevarlo a casa conmigo? Preguntó Inglis.

“Está bien, lo que sea. Tú lo haces.

“¡Vamos, Chris!” Rafinha protestó, tirando de las orejas de Inglis … “¡No puedes tratarlo como una mascota! ¡Ya sea la capital o Ymir, donde sea que lo traigas, hará un desastre!

“Owwww… ¡Está bien, está bien! ¡Pensaré en una manera de evitar que eso suceda! Pero a pesar de que sería una pena matarlo, mover al antiguo dragón a otro lugar definitivamente sería lo mejor. Probablemente Alcard tenga tanto frío porque está enterrado aquí.

“Espera, ¿qué? ¿Incluso puede cambiar el clima? — preguntó Lahti, sorprendida.

“A juzgar por la cantidad de poder que tiene, definitivamente es posible. Ya verás cuando lo movemos. Estoy bastante seguro de que la temperatura subirá”. Inglis había dejado las cosas sin aclarar deliberadamente, pero en su vida pasada había visto una región congelarse debido a la influencia de un antiguo dragón. Estaba casi segura de que lo mismo se aplicaba aquí.

“Entonces, nuestra tierra congelada y estéril, lo que dificulta los cultivos… ¿Eso no será un problema?” preguntó Lahti.

“¿Finalmente tendremos abundantes cosechas, sin seguir luchando para encontrar ofrendas para Highland? ¿Obtendremos muchos artefactos poderosos, e incluso una amenaza hieral como Eris o Ripple que realmente protege al país? Pullum continuó. Ambos estaban bastante emocionados.

“Nada como la bestia magicita que destruyó a Leclair volverá a suceder…”

“No sucederá. ¡No dejaremos que suceda! ¡Al menos podremos asegurar los medios para asegurar eso!”

La ciudad de Leclair ahora no era más que un pozo con la cola de un antiguo dragón, y esto fue después de que una bestia magicita ya lo hubiera arrasado. Si eso no hubiera sucedido, es posible que el rey de Alcard no hubiera cambiado sus políticas y necesitara reforzar las defensas del país contra las bestias mágicas. Tal vez entonces no habría necesitado trabajar con un comandante de las Tierras Altas, Arclord Evel, para obtener Artefactos más poderosos y una amenaza hieral. Después de todo, él no tenía los bienes para ofrecer a cambio.

Evel había sido quien sugirió que Alcard atacara Karelia, el país de Inglis, cuando Venefic hizo su movimiento. Su mano había sido forzada.

Sin embargo, antes de que se completara la operación, Evel visitó personalmente el palacio real en Karelia, solo para ser asesinado por el líder del [Frente SteelBlood] que crípticamente llevaba una máscara negra.

Después de eso, Tiffanyer llegó a Alcard como sucesora de Evel para saquear el campo y convertir las ruinas de Leclair en una prisión. Ella activó el Círculo Flotante plantado allí, y llevó a toda la ciudad a Highland.

Esos fueron los eventos hasta este punto, pero el desencadenante inicial había sido la poderosa bestia mágica que destruyó a Leclair. Para contrarrestar eso, definitivamente era necesario mejorar las defensas del país. Y no había una forma sencilla de hacerlo.

Pero, ¿y si el clima en Alcard cambiara y las cosechas fueran más prósperas? Entonces solo sería cuestión de hacer un intercambio directo con Highland, en lugar de unirse a la guerra con Karelia. Resolvería las causas profundas de los problemas de Alcard.

“¡Entonces tenemos que hacerlo!” dijo Rafinha. “¡Entonces Alcard no tendrá que atacar Karelia!”

“De acuerdo”, dijo Leone. “Rafinha tiene razón. Sería una solución fundamental al problema”.

“¡Un rayo de esperanza! agregó Liselotte.

Los acontecimientos recientes pueden conducir a una ruptura en las relaciones entre Alcard y la Liga Papal de Highland, pero el Triunvirato estaría dispuesto a hacer un trato, o tal vez sería más exacto decir que el Embajador Theodore estaría dispuesto a hacer un trato. Desafortunadamente, eso generó una preocupación para Inglis: eso haría que Rafinha se encariñara aún más con el hombre.

“De todos modos, antes de eso, tenemos asuntos que atender”. Inglis golpeó su puño contra su palma y caminó hacia los fantasmas que se reunían.

“Ella realmente quiere que nos comamos al dragón, ¿no es así?” Leona murmuró.

“¡No solo nosotros! ¡Es para todos!” dijo Rafinha.

“Pero ella quiere divertirse hasta que esté satisfecha primero, supongo”. preguntó Liselotte.

Inglis sonrió a los demás. “Supongo que todas estas razones son correctas”.

“Ajá…” Rafinha rió débilmente. “Entonces sería mejor al menos disculparse primero por una vez”.

“Sí… Vas a tener un momento muy difícil si los enfrentas a todos a la vez, o al menos debería ser difícil”. Leona asintió.

“Cuando lo piensas con calma, lo que es apropiado no está claro”, se lamentó Liselotte.

“Dicho eso, me voy”. Inglis caminó con paso firme hacia los fantasmas.

“Grrr…”

“¡Gwohhh!”

Mientras se acercaba sin preocuparse, los fantasmas mostraron sus colmillos amenazadoramente. Su agresión fue suficiente para hacer temblar el aire a su alrededor. Inglis reconoció el olor de un agradable campo de batalla por venir. Esto no era más que un fenómeno fisiológico involuntario del dragón, pero era tan contundente. Aunque el propio dragón dormitaba bajo tierra, Inglis sintió la misma fuerza de los fantasmas que cuando luchó contra ellos en su vida anterior.

Inglis se rió. “Me alegro de que todos hayan estado bien”. Su rostro se rompió en una sonrisa. Ella liberó la magia que aumenta la gravedad que normalmente guardaba en sí misma. El deseo de simplemente precipitarse en medio de los fantasmas y disfrutar de una buena pelea a puñetazos como calentamiento ardía dentro de ella, pero mientras tanto, esperaría. Todavía necesitaba probar si el hábito de la sacerdotisa le permitiría comunicarse con el antiguo dragón. Por eso había liberado la magia de la gravedad.

“Por ahora, vamos a tener una pequeña charla”. Inglis convirtió el éter en maná y se envolvió con él. Más precisamente, impregnaba el hábito de sacerdotisa que vestía. Su longitud de onda era muy similar a la de la espada de hielo que usaba a menudo, una de escarcha.

El hábito de la sacerdotisa que había visto en su vida pasada había implementado un fuerte maná en las fibras de la ropa. La superficie una vez fue capaz de crear tales cosas, utilizando materiales raros. Por el contrario, su atuendo actual estaba hecho de nada más que tela.

Siempre fanática de vestir a Inglis, Rafinha a veces le hacía ropa o accesorios. Si Rafinha no hubiera hecho planes para convertirse en caballero, dijo que le hubiera gustado ser costurera y abrir su propia tienda. Coincidentemente, Rafinha había comprado los rollos de tela mientras compraba para su expedición simplemente porque le gustaba el color.

Pero el atuendo que Rafinha había cosido podría ser algo más que tela si Inglis canalizara deliberadamente maná en él. Su ropa comenzó a brillar débilmente con maná.

“¡Grrr!”

“¡Raaaah!”

“Ooo…”

Los fantasmas se calmaron y se separaron para abrir un camino a Inglis.

“¿Vaya?” ella murmuró.

El hábito estaba teniendo el efecto deseado. Incluso cuando ella pasó entre ellos, solo observaron desde la distancia.

“¡Está bien! ¡Parece que lo hicimos!” Rafinha anunció feliz.

“¡Nuestro arduo trabajo valió la pena!” Pullum estuvo de acuerdo.

“Atacarán si entramos todos, así que espera aquí mientras me acerco solo”, dijo Inglis.

“Ten cuidado, Cris”.

“Sí lo haré. No te preocupes.”

Dejándolos con esas palabras, Inglis siguió adelante, hacia la cola del antiguo dragón que se alzaba como un enorme árbol. Los fantasmas continuaron surgiendo, aumentando cada vez más en número, pero no la atacaron.

El efecto del hábito de la sacerdotisa fue extraordinario. El movimiento de los fantasmas estaba perfectamente coordinado. Ninguno se apresuró a atacarla. El silencio flotaba en el aire.

Eso fue un poco aburrido, la verdad. Había esperado al menos una pequeña pelea ante el antiguo dragón. Los fantasmas no estaban dispuestos a satisfacer ese deseo. Tal vez porque no eran formas de vida completas por sí mismas, no podía sentir ninguna individualidad. No obstante, eran más fuertes que un caballero promedio o una bestia magicita.

Estaba ansiosa por el combate, estaban justo frente a ella, pero Inglis sabía que necesitaba priorizar la comunicación con el dragón antiguo. Ella entendió eso, pero la lógica no sacudió su deseo de luchar contra los fantasmas. Como enemigos a los que se enfrentó en su vida anterior, servirían como una medida perfecta de cómo se había desarrollado, renaciendo como Inglis Eucus. Rodeada de ellos, quería liberar el maná que había impregnado su hábito de sacerdotisa para que descendieran sobre ella.

No podía dejar de quererlo. Era como dolores de hambre. “Ah, qué vergüenza…”

“¿Grrr?”

“¿Raaah?”

“¿Ooo?”

Los fantasmas hicieron los mismos ruidos que antes, pero esta vez con un toque de desconcierto mientras observaban a Inglis mirarlos con anhelo.

Inglis murmuró para sí misma: “Simplemente fingiré que no están allí”, mientras redirigía su atención al suelo frente a ella mientras avanzaba, tratando de no ver los fantasmas. Verlos era demasiado tentador.

Afortunadamente, o desafortunadamente , Inglis llegó sin obstáculos a la cola del antiguo dragón. Era del tamaño de un árbol gigantesco, cubierto de escamas afiladas y puntiagudas de un brillo plateado helado, y emitía pálidas nubes de aire helado. El aire mismo estaba helado, y pequeños cristales brillantes flotaban alrededor del área.

Inglis se estremeció involuntariamente. Hacía tanto frío que si se quedaba demasiado tiempo, podría sufrir hipotermia. Después de todo, estaba vestida solo con el delgado hábito de una sacerdotisa.

El frío abrasador que le picaba la piel era prueba de que el antiguo dragón Fufailbane aún vivía, al igual que los fantasmas, pero estaba agradecida de que el propio dragón todavía estuviera bien. Eso significaba que sería valioso luchar contra él. Una conversación tenía que ser el primer punto del asunto, pero cuando tuvieran la oportunidad de pelear más tarde, podría disfrutarlo sabiendo que su largo sueño no lo había puesto en mal estado.

“Pero…”

Una de sus preocupaciones aún permanecía. Era un dragón antiguo; no había forma de que ella se hubiera acercado tanto a él sin que él se diera cuenta. ¿Cómo podía permitir que se le acercara con tanta indiferencia, sin previo aviso ni llamada? ¿Había llamado él y ella simplemente no lo había oído? Eso sería extraño, considerando el claro efecto del hábito en los fantasmas, lo que significa que debería haber estado funcionando.

No tenía sentido pensarlo demasiado. Inglis decidió llamarlo. “Oh antiguo dragón Fufailbane… ¿Puedes oír mi voz?”

Esperó unos buenos diez segundos, pero no hubo respuesta.

“¿Mmm?” Torciendo el cuello, Inglis se acercó aún más a la cola. Esta vez, lo tocó directamente, aumentando aún más el maná que impregnaba su atuendo. “Dragón antiguo, ¿puedes oírme? Si puede, por favor responda”.

Aun así, sólo hubo silencio.

“¿Eh? Hmm…” Definitivamente estaba vivo. Podía sentir profundamente su poder, tan poderoso como siempre. Pero tan casualmente como ella se había acercado, él no respondió, no llamó. El hábito debería haberle permitido comunicarse con él, entonces, ¿qué estaba pasando?

“¿Estás dormido, por casualidad?” Para usar una analogía humana, estaba en un sueño, donde su cuerpo estaba activo pero su conciencia aún no se había despertado. No era lo suficientemente experta en la fisiología de los dragones antiguos para saber cuánto podría durar su sueño.

Tal vez despertaría pronto, o tal vez tomaría años, o incluso décadas. Por supuesto, ella no podía esperar tanto tiempo. Quería hablar sobre el pasado, luchar al máximo de su potencial, además, tenía hambre. En cuanto a asegurar la comida, no era solo por el bien de ella y sus amigos, sino por el de la gente de Alcard.

Eso la dejó con un solo curso de acción.

“Me disculpo por mi rudeza, pero voy a tener que despertarte a golpes”.

Inglis se volvió hacia donde esperaba que estuviera el rostro del antiguo dragón y se inclinó. Luego, dobló las piernas en cuclillas, bajó las caderas y, con un gran grito, pateó con todas sus fuerzas.

¡Clanggg!

Las escamas de un dragón eran más duras que el acero y resonaron con fuerza como el metal cuando recibieron el golpe de Inglis, pero ni siquiera se rayaron. Se movieron ligeramente por el golpe. En cambio, el dobladillo de su hábito de sacerdotisa que había rozado las escamas inmediatamente comenzó a congelarse.

“¿Eh? ¡Vaya! No quería arruinar el hábito de sacerdotisa que le acababa de hacer Rafinha. Había planeado devolverlo en perfectas condiciones a la academia de caballeros y conservarlo como un tesoro. Por supuesto que lo atesoraba; esta figura parecida a una nieta la había hecho especialmente para ella. Quería usarlo de vez en cuando cuando estuviera sola y disfrutar de su reflejo en el espejo.

Inglis dio un paso atrás para ganar algo de distancia de la cola. Observó cualquier movimiento, pero el dragón estaba tan callado, como si no hubiera hecho nada.

Ella se rió. “Pensé que eso no sería suficiente”. A pesar de que había liberado la magia de aumento de la gravedad que guardaba para entrenar, la patada había sido simplemente un golpe estándar, no uno impulsado por éter. Entre la robustez de las escamas de Fufailbane y la gran masa involucrada, su golpe bien podría haber sido una brisa débil contra él.

Aún no había captado su atención, pero eso estaba bien. Ese era el antiguo dragón Fufailbane. Incluso en su vida anterior, él era lo suficientemente fuerte como para que ella no hubiera podido derrotarlo sola.

“En ese caso…” Hora de usar ¡Caparazón de éter! “¡Una vez más!”

Blammmmmm!

El resultado fue un impacto muchas veces más intenso que el anterior. Una fuerte reverberación llenó el aire. La cola del antiguo dragón se dobló hacia atrás y golpeó el suelo, dejando una marca. Así de fuerte era Inglis con esa técnica. Sin embargo, la cola del antiguo dragón volvió a su posición anterior como si nada hubiera pasado, y no había señales de que ella lo hubiera lastimado. Tal vez había una pequeña abolladura que podía ver si entrecerraba los ojos, pero mientras miraba, incluso eso pareció sanar. La fuerza, la flexibilidad y la resistencia del dragón eran temibles.

“Aja, ja… Ja, ja, ja, ja …” Sin darse cuenta, Inglis se echó a reír. Esta sería una manera maravillosa de empujar sus límites. Quizás lo mejor que había probado en su vida como Inglis Eucus.

Entonces, ¿qué debo hacer a continuación…?

“¡Graaaa!”

“¡Guuuu!”

“¡Grrrrrr!”

“¡¿Hm ?!”

Mientras que el antiguo dragón mismo todavía no respondió, los fantasmas a su alrededor sí lo hicieron, incapaces de ignorar sus acciones por más tiempo. Más de diez la atacaron a la vez. Bueno, ella había querido una pelea.

“¡Gracias! ¡Lo aprecio!” Inglis liberó Aether Shell y volvió a su forma sin mejoras. Simplemente aplastar a sus enemigos sería un desperdicio. Deseaba salir de cada pelea habiendo crecido a partir de ella, por lo que decidir usar Aether Shell era una conclusión inevitable.

Los fantasmas se extendieron a su alrededor, sus grandes mandíbulas rechinando por su carne.

¡Los tres que vienen de mi derecha son los más cercanos! “¡Haaaah!” Inglis giró en esa dirección y saltó directamente hacia ellos, golpeando con su puño derecho al fantasma principal.

¡Ruido sordo!

El golpe, que llevaba el impulso de su salto, hizo estallar al fantasma en la nada.

¡Puñetazo izquierdo para el segundo!

¡Ruido sordo!

Estalló también, y luego el tercero cayó sobre ella. Después de su golpe izquierdo, movió sus caderas hacia abajo, manteniendo su cuerpo bajo. “¡Qué adorable! ¡Salen de mis puños!”

Se levantó, balanceándose como si estuviera recogiendo algo. El tercero, golpeado directamente, también estalló. Inglis voló por los aires, moviéndose para atacar y evadir al mismo tiempo.

“¡Grrrrr!”

Los chasquidos de los fantasmas de las otras direcciones atravesaron el lugar donde ella había estado, perforando el suelo. Cada uno tenía un mordisco tan contundente que podría atravesar fácilmente un cuerpo humano. Debido a que podían ser dañados por golpes físicos, eran más frágiles que una bestia mágica, pero su poder ofensivo superaba al de las bestias mágicas de tamaño similar.

“Pero más importante…”

¡Tintinar!

Mientras Inglis murmuraba para sí misma, transformó el éter en maná en su mano, manifestando una cuchilla mágica de hielo. Un poco de práctica con una espada de vez en cuando no era algo malo. Aprovechando el impulso de su caída, dirigió una ráfaga de estocadas al grupo de fantasmas que se había formado.

¡Corte, corte, corte, corte!

La lluvia de estocadas cayó sobre los fantasmas atacantes, eliminándolos. Los rugidos sonaron de inmediato cuando aparecieron más de algún lugar, rodeando a Inglis nuevamente.

“¡No importa cuántos derrote, surgirán más! ¡Es maravilloso!”

Esto estaba más allá de la habilidad de las bestias magicitas. Si el Prism Flow no estuviera cayendo, las bestias mágicas no se crearían. Sin embargo, los fantasmas no estaban limitados por tales fenómenos naturales. Mientras el antiguo dragón sobreviviera, podría luchar contra ellos cuando quisiera. No podría haber habido un enemigo más conveniente.

Si pudiera hacerlo a su manera, preferiría que fueran un poco más fuertes individualmente, pero si metiera varios en un solo lugar y tratara de comprimirlos, podrían fusionarse. Había espacio para experimentar.

No obstante, fueron excelentes compañeros de entrenamiento para Inglis. Estaba tan feliz que su expresión se aflojó en una sonrisa sin que se diera cuenta. “¡Vamos, ahora, juega conmigo un poco más! Inglis corrió hacia adelante y dio un salto corriendo, lanzando una patada voladora a un fantasma en lo alto del aire. “¡Haaaah!”

¡Ruido sordo!

El fantasma estalló. Usando el retroceso, voló más alto. El movimiento de los fantasmas, que constantemente reponían su número tratando de rodearla, proporcionaba constantes puntos de apoyo en el aire para Inglis. Saltó de uno a otro, usando el retroceso para volar aún más alto.

¡Ruido sordo! ¡Tom, tom, tom! ¡Ruido sordo!

Finalmente, en el ápice de sus saltos combinados, dio un doble salto mortal en el aire y aterrizó.

“¡Ya estoy de vuelta!” Aterrizó justo fuera del área de los fantasmas, es decir, directamente frente a Rafinha y los demás.

“B-Bienvenido de nuevo… Parece que te divertiste. ¿Qué vamos a hacer contigo, Chris? Rafinha suspiró.

“¡Eso fue increíble, Inglis!” remarcó Pullum. “¡Te estaba observando de cerca, pero fuiste tan rápido que perdí la pista!”

“No debería quedarme aquí admirándolo, pero fue una excelente muestra de tu destreza”, dijo Liselotte.

“Sí, pero cuanto más miro, más me doy cuenta de que nunca podré igualar a Inglis…”, se lamentó Leone.

“¡Si todos practican todos los días, podrán hacerlo! Los fantasmas son geniales. No importa cuántos derrotes, siguen llegando y son enemigos que valen la pena. ¡Son los mejores compañeros de entrenamiento!”

Sin embargo, los delirios emocionados de Inglis no agradaron a Rafinha. “¡Hey, espera! Aguanta ahí, Chris. Es bueno que lo estés pasando muy bien, pero ¿no había algo más que se suponía que debías hacer? ¿Escuchaste al dragón? Te vi patearle la cola, pero…

“Oh, cierto, eso. Creo que todavía está dormido… Le di una patada para intentar despertarlo, pero no parecía funcionar. Y entonces los fantasmas respondieron…

“¿Y te divertiste peleando contra ellos?”

“Sí. ¡Los enemigos con los que puedes luchar para siempre son geniales!” Inglis asintió vigorosamente, con los ojos brillantes.

“Bueno, ese es definitivamente el tipo de cosas que te gustan… pero ¿no pasó nada más?”

“Bueno… descubrí que el antiguo dragón definitivamente está durmiendo, así que hay algo con lo que me gustaría pedirte que me ayudes…” Por eso había regresado mientras pateaba a los fantasmas.

“¿Eh? ¿Qué estás planeando, Chris?

“Nuestro próximo movimiento, por supuesto”.

“¿Próximo movimiento?”

“Sí. Conseguir comida. Inglis sonrió.

“¡Eso es lo que estaba esperando! Entonces, ¿qué hacemos? Los ojos de Rafinha brillaron.