Eiyuu Ou (NL)

Después de que Inglis conoció a Harim por primera vez, los estudiantes de la academia de caballeros viajaban a través del puerto Flygear para liberar a Leclair. Su situación era tensa y tenían una lucha inevitable en su futuro, pero estar inquietos todo el tiempo era agotador. Con el perpetuamente imperturbable Inglis y el alegre y habladora Rafinha, la atmósfera tensa no duró. Durante su vuelo, comenzó la charla habitual.

“Después de que liberemos a Leclair, nos dirigimos a la capital, ¿verdad?” preguntó Rafinha.

“Sí, pero tal vez deberíamos comprobar primero lo que está pasando en la frontera. Espero que las fuerzas de Alcard sigan observando la situación, pero por si acaso…”, respondió Inglis.

Rafinha entrecerró los ojos. “Probablemente solo quieras que se muevan, Chris”.

“Si arrojamos piedras a su campamento, ¿crees que decidirán que somos enemigos y nos atacarán?”

“¡Vamos, déjalo! ¡Eso es peligroso!” Lahti dijo nerviosamente.

“Va a ser fi-” comenzó Inglis.

“¡No, quiero decir peligroso para nuestro ejército! Por favor, no…”

“¡Sí! ¡Si haces eso, no quedará nadie para proteger a las personas de las bestias mágicas!” Rafinha insistió.

“Ya veo… ¿Así que no estabas preocupado por mí? Preguntó Inglis.

Lahti no perdió el ritmo. “¿Por qué estaríamos?”

“Exactamente”, asintió Rafinha.

Los dos asintieron al unísono y ambos agregaron: “No tendría sentido”.

“¡Pero estará bien! Me contendré. Solo quiero una pequeña muestra de la acción”, suplicó Inglis.

“¡Absolutamente no!” Coincidencia, rechazo rotundo de ambos.

Su grupo estaba haciendo todo lo posible para detener al ejército de Alcard, pero si era en vano e invadían Karelia de todos modos, Inglis tendría que interponerse en su camino. En realidad esperaba eso, pero tal vez no se suponía que debía hacerlo.

“¿Y supongo que tampoco debo buscar esa cosa?” preguntó Inglis.

“¿Qué cosa?” preguntó Rafinha.

El laboratorio de Evel. Sin embargo, no sé si está en la capital”.

“¡Ay…! ¿El que puede hacer copias de Chris? ”

“Sí.”

“¿Chris copias? ¿Qué demonios?” preguntó Lahti.

“¡Ya sabes, lo que hizo más Ians! Chris quiere encontrarlo y hacer más de sí misma”.

“¡¿Eh?! ¿Más de Inglis? Leona jadeó.

“¡¿Estás considerando seriamente eso?! — preguntó Liselotte desconcertada.

“Vamos, ¡¿en qué estás pensando?! — preguntó Lahti.

“Bueno, si hubiera dos de mí, siempre seríamos capaces de entrenar. Aprecio esa eficiencia”, respondió Inglis.

En el transcurso de una vida dedicada a la búsqueda de la destreza marcial, era importante asegurar un enemigo fuerte. El combate real era el mejor tipo de entrenamiento, más aún si tenía un compañero muy cercano a ella en habilidad y que siempre estaba dispuesto a unirse. Si pudiera hacer una copia de sí misma, esa otra ella cumpliría ese papel. Juntos, podrían empujar los límites de su fuerza. El otro Inglis sería un socio poderoso.

“E-Eso no suena como una buena idea… No creo que la cafetería de la academia pueda sobrevivir a otro Inglis…”, dijo Leone.

“El director probablemente se desmayaría”, agregó Liselotte.

“Rani, también podríamos hacer otro tú. De esa forma, no soy el único que acapara la comida —ofreció Inglis.

“¡No quiero más de mí! ¡Eres el único con esa loca idea, Chris!

“¿Eh? ¿En serio? ¿No sería conveniente? Inglis preguntó, confundido.

Lahti asintió de acuerdo con Rafinha. “La idea de otro yo corriendo solo me da escalofríos”.

“Sí, la idea también me inquieta. ¿Y tú, Leona? Liselotte se volvió hacia su amiga.

“No estoy interesado en absoluto. Si hubiera otro yo, ella podría tener las mismas dificultades que yo… Leone suspiró.

Rafinha le dio una palmada en la espalda. “¡No te preocupes! ¡Seremos el doble de amables!”.

“Ciertamente lo haremos”, dijo Liselotte.

Leona se rió. “Gracias.”

“Ahora que lo pienso… la idea de que haya otro yo es bastante aterradora. Siento como si realmente ya no tuviera un sentido de mí mismo. ¿No tienes miedo de eso, Inglis? preguntó Liselotte.

“Bueno, soy yo. Incluso si hay alguien como yo, si me vuelvo más fuerte, no estoy preocupado”.

“Así que realmente planeas usar las instalaciones del laboratorio de Evel si lo encuentras…”, murmuró Leone.

“Probablemente sí…”, respondió Rafinha asintiendo. “Hmm… Bueno, ¿y si hubiera dos de Chris? Y ambos estaban, digamos, allí en la pelea con el Prismer larval que teníamos”. Ella levantó sus dos dedos índices. Probablemente estaban destinados a representar a cada Inglis. Mientras hacía todo lo posible por sonar como Inglis, los movía de un lado a otro.

“¡Oh! ¡Un enemigo fuerte! ¡Está bien, voy a pelear!” dijo el Inglis de la derecha.

“¡No, quiero luchar contra eso!” dijo el Inglis de la izquierda.

“¡No, yo también quiero pelear!”

“¿De verdad, de verdad quieres luchar contra eso?”

“¡Realmente, realmente lo hago! ”

“¡Lástima, voy a llegar primero!”

“¡No, no es tuyo! ¡Es mío! ”

“¡Grrrrr!” Rafinha simuló una pelea entre ambos.

“Espera, ¿por qué no luchan juntos? Ganarías fácilmente”, interrumpió Lahti, asombrada.

Los dos títeres de dedo Inglis de Rafinha respondieron como si estuvieran esperando esa misma pregunta. “¡Pelear cobardemente así no es bueno para entrenar!”

“Mm-hmm. Sí”, dijo Lahti.

“Ella absolutamente diría eso”, dijo Leone, sofocando una risa.

“Aja, ja… La entiendes tan bien”, dijo Liselotte.

“¿Qué tal si peleamos, y el ganador puede pelear?” Rafinha dijo como un Inglis.

“¡Vamos a hacer eso!” ella siguió como la otra.

“¡Grahhhh! ¡Tortazo! ¡Tortazo! ¡Tortazo! ¡Golpe! ¡Golpe! ¡Golpe!”

“¡Espera, no, nunca haría eso! ¡Incluso si fuera un Prismer!” Inglis protestó.

“¡Eeek! ¡Nadie detiene al Prismer! ¡Aplastar! ¡Aplastar! ¡Aplastar!” Esos parecían ser los gritos de la gente del pueblo y el sonido de sus casas derrumbándose.

“¿Eh? Parece que la ciudad se ha ido.

“Se ve de esa manera, sí. Me pregunto por qué”, concluyeron los dos títeres de dedo, inclinando las cabezas confundidas.

Rafinha les sonrió con un orgullo desbordante. “¡Y así es como terminaría! ¡Estoy seguro de ello!”

“Bueno, eso no sería bueno”, dijo Leone.

“Terroríficamente profético”, comentó Liselotte.

“Sí. Supongo que cuando se trata de Inglis, no es uno más uno igual a dos; es uno más uno igual a cero”, calculó Lahti.

“¡Qué grosero!” Inglis intervino. “¡Seríamos los escuderos de Rani, así que nos aseguraríamos de protegerla si estuviera allí! Tal caos nunca sucedería”.

“¿Y si no estuviera en la capital durante esa escena?” preguntó Rafinha.

Inglis se rió con una expresión astuta.

“Chriiis. No puedes discutir con eso, ¿verdad?

“P-Pero todavía está bien. Tengo una solución: puede haber tres de mí. De esa manera uno queda fuera de la lucha por manejar las cosas con responsabilidad”.

“En ese caso, dos se cancelarían entre sí y nos quedaría solo el resto de uno”, dijo Liselotte.

“No importa cuántos Inglis haya, no nos haría más fuertes”, dijo Leone.

“Simplemente discutían sobre quién pelearía con el enemigo real. ¡No aumenta nuestra fuerza, solo el costo de los alimentos! ¡Eso no le hace ningún bien a nadie!” Rafinha insistió.

“Pero de todos modos no intentaríamos hacer nada por el bien común, así que…” ofreció Inglis. Inglis Eucus estaba decidida a vivir solo para sí misma. Si usó el laboratorio de Evel para hacer más de ella, podrían tener personalidades diferentes. No los obligaría a unirse a ella en las peleas, pero esperaba que compartieran su enfoque del poder.

“¡¿Qué clase de estudiante de la academia de caballeros diría tal cosa?! Ciertamente voy a hacer las cosas por el bien común, ¡así que agradecería que me ayudaran!”, protestó Rafinha.

“Bueno, estoy bien con lo que decidas, siempre lo he estado”.

“Y lo estoy diciendo ahora. Otra vez. ¿Me acompañarás en hacer las cosas por un bien mayor?”.

“Sí, por supuesto.”

“Bueno, entonces, incluso si encontramos el laboratorio de Evel, ¡no hagas más de ti mismo!” Rafinha cruzó los antebrazos en una X.

“¡¿Qué?!”

“¡Es por el bien mayor! ¡Sin discutir!”

“¡Uf…! Pero pero…”

Y así, gracias a Rafinha, el mundo se salvó del terror que amenazaba con inundarlo… ¿o no?

*FIN DEL VOLUMEN 5-