Eiyuu Ou (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Inglis, 15 Años: La Malvada Amenaza Hieral (3)

Parte 3

“¡¿Qué?!”

“Espero que solo estén dando un paseo, pero…” Lahti se desvaneció.

Inglis podía entender por qué no quería terminar esa frase. Ian había sido su enemigo no hace mucho tiempo. Sin embargo, en el fondo era una buena persona, y su amor por su país y su gente era más fuerte que el de nadie. Inglis no había bajado la guardia a su alrededor, pero confiaba en él hasta cierto punto, y Lahti no quería admitir que su confianza había sido traicionada.

“Lo siento, pero ¿podrías ayudarme a encontrarlos?” preguntó.

“¡Eso es terrible! ¡Claro que te ayudaremos! ¡Estate allí! Respondió Rafinha.

Inglis la detuvo apresuradamente cuando estaba a punto de salir corriendo por la puerta. “¡Espera, Rani! ¡Ni siquiera estás vestido todavía! Ella había estado a punto de irse sin camisa. Si lo hubiera hecho, toda la vigilancia constante de Inglis contra las malas influencias habría sido en vano. Sería imperdonable que un hombre viera su forma indefensa y en ropa interior, sería reprobable. E Inglis haría cumplir estrictamente esto.

“¿Eh…? Cierto. ¡Tenía tanta prisa que lo olvidé!”

“Debes tener más cuidado. Salir en ropa interior no es propio de una dama. Las niñas deben vivir su vida diaria con modestia y recato, como siempre dice mi tía”.

“No estoy seguro de que tengas espacio para hablar, ya que acabas de abordar a un chico por el cuello en ropa interior”.

“¡No me importa! ¡Fue para protegerte, Rani!

“Seguro, seguro. A veces realmente regañas demasiado, Chris.

“¿Por qué ustedes dos están jugando? ¡Me voy adelante!” Leone, que había terminado de cambiarse primero, salió corriendo de la habitación.

“¡Ah, espera…! ¡Tenemos que darnos prisa!” dijo Rafinha.

Después de esperar a que Rafinha terminara de vestirse, se unieron nuevamente y buscaron en la ciudad, pero Pullum e Ian no estaban por ningún lado.

◆◇◆

“¿Y tú?” preguntó Rafinha.

Leona negó con la cabeza. “No hubo suerte aquí. Nada que pueda darnos algún tipo de pista.

“Tampoco vi nada fuera de lo común”, dijo Liselotte.

“Nuestros suministros parecen intactos. Tampoco parece que se llevaron un Flygear”, dijo Inglis. Por lo que ella podía decir, no había nada fuera de lugar en la carga de la montura Flygear o los Flygears que transportaba. Además, no había visto ninguna señal de huellas que salieran de la ciudad.

“Significa que… ¡¿Han desaparecido?! —gritó Lahti, presa del pánico.

Si no se fueron ni a pie ni en Flygear… pensó Inglis.

“Lo único que se me ocurre es que alguien se los llevó a través de un método de transporte diferente”, ofreció Leone.

Inglis no podía decirlo con seguridad, pero tenía la sensación de que la sospecha de Leone era correcta. Sin embargo, aún no estaba claro si Ian también era una víctima. Podría haber asistido a un actor externo.

“Y la persona que viene de afuera para hacer eso sería…” murmuró Inglis.

“En ese caso, hay un sospechoso obvio”, dijo Liselotte.

“¡Harim…! exclamó Lahti.

Naturalmente, era alguien de quien debían tener cuidado. Dada la situación actual en Alcard, él era miembro de la única fuerza hostil presente. Los Steelbloods aún no se habían mostrado, y las fuerzas armadas de Alcard se estaban movilizando en la frontera de Carelia. La facción de Tiffanyer, con base en Leclair, era el único grupo dentro de Alcard que claramente reconocía a los estudiantes de la academia de caballeros como enemigos.

“Pero Harim no había visto a Pullum…”, dijo Lahti.

Él planteó un buen punto. Pullum había permanecido escondido cuando se enfrentaron a Harim.

“Es decir…” Inglis se desvaneció en sus propios pensamientos. Existía la posibilidad de que Ian, que ahora estaba desaparecido, lo hubiera guiado.

“No lo sabemos con certeza”, dijo Rafinha. “Él puede haberla visto desde lejos, o tal vez escuchado de otros Highlanders con los que luchamos desde que dejamos a Tsira que ella está con nosotros. Todavía no sabemos lo suficiente. ¿Qué pasaría si Ian intentara proteger a Pullum y fuera hecho prisionero con ella? A pesar de las circunstancias, todavía quería creer en Ian.

Leona asintió. “Estoy de acuerdo con Rafinha. En lo que debemos concentrarnos ahora es en encontrar a Pullum y salvarla”.

“Por lo que hemos escuchado hasta ahora, solo hay un lugar donde podría estar”, dijo Inglis.

De hecho, la base de operaciones de la facción de Tiffanyer era uno de los lugares a los que habían estado considerando viajar.

“Leclair. Tiene que ser Leclair”, declaró Lahti.

“No habíamos llegado a una decisión sobre si ir a la capital o a Leclair, pero parece que la elección está hecha por nosotros”, dijo Leone.

“¡Sí! ¡Vamos rápido a Leclair! Liselotte estuvo de acuerdo.

“¡Sí! ¡Vámonos de inmediato!” anunció Rafinha.

Inglis había estado esperando pacientemente sus pensamientos, pero necesitaba intervenir ahora. “Espera un minuto. Tenemos que pensar en esto, o…

“Chriiis . ¿De verdad todavía quieres ir a la capital primero mientras nuestros amigos están en peligro? Si dices algo tonto como ‘Quiero pelear mucho’ o ‘Quiero jugar en el laboratorio de Evel’, me voy a enojar”, dijo Rafinha, sus ojos feroces se centraron en Inglis.

“No creo que esos sean asuntos tontos, pero más allá de eso, hay algo que debe ser considerado aquí y ahora, por Lahti”. Inglis volvió su mirada hacia él.

“¿Eh? yo?”

“Si buscamos al enemigo en Leclair, definitivamente habrá una pelea en nuestras manos. Si eliminamos a nuestros enemigos, salvamos a Pullum y detenemos la requisición de tierra arrasada… Eso será un gran problema, ¿verdad?

Rafinha ladeó la cabeza. “Eso suena como algo bueno para mí. ¿Cuál es el problema?”

“Si nosotros, es decir, los caballeros de Carelia, hacemos algo tan significativo, tendrá grandes repercusiones. Desde la perspectiva de los civiles, parecerá que Karelia los ayudó en su momento de necesidad, y el propio Alcard quedará desacreditado. En consecuencia, en el lado de Carelia, no sería sorprendente que algunos quisieran morder un poco de tierra; creerán que serán bienvenidos como libertadores”.

“Sin embargo, eso no es lo que estaríamos tratando de hacer”, respondió Rafinha.

Pero Inglis tiene razón. Eso podría suceder”, dijo Leone.

“Sin embargo, eso podría suceder en cualquiera de nuestros planes, ¿verdad? Da igual cuando nos mostremos…”, comentó Rafinha.

“Exactamente. Es por eso que Lahti necesitará operar al aire libre. Si Lahti coopera con los caballeros de Carelia para capturar a Leclair, se verá como su propio esfuerzo y las simpatías de la gente no se alejarán de Alcard”, señaló Inglis.

Si el propio príncipe de Alcard liberara a Alcard, es poco probable que la población apoyara a Karelia. Pero incluso si esto resolviera el problema del punto más amplio de la geopolítica, crearía problemas personales para el propio Lahti.

“Así que eso debería estar bien, entonces. ¿Cuál es el problema con eso? preguntó Rafinha.

“Si Lahti lo hace, todos se lo agradecerán”, explicó Inglis. Lo considerarán el héroe que salvó a Alcard. A partir de ahí… Eso impulsaría a Lahti en una dirección específica. El pueblo seguramente también apoyará su sucesión inmediata. Si quisiera evitar eso, podríamos hablar con su padre, el rey, y pedirle que nombre un testaferro. Independientemente, si hacemos esto, Lahti no tendrá más remedio que asumir un papel de liderazgo en la política”.

Si procedieran sin hablar con el rey de Alcard, todo el mérito sería de Lahti, lo que pondría en peligro la propia posición del rey. Sería visto como si no hubiera hecho nada durante un tiempo de crisis. Incluso si el propio Lahti no tuviera intención de tomar el poder de inmediato, los radicales podrían dar un golpe de estado para instalarlo en el trono.

Inglis entendió que el corazón de Lahti le decía que salvara a Pullum, pero también era importante crear una base política. Se encontraban en una encrucijada que tendría un gran impacto en el futuro de Lahti.

“¿Estás de acuerdo con eso, Lahti? ¿Estás preparado para tomar el poder? preguntó Inglis. “No habrá vuelta atrás”.

“Yo…” Lahti vaciló.

“Si se llevaron a Pullum específicamente, sin duda tienen planes para ella, así que tenemos que darnos prisa… pero también estoy seguro de que estará a salvo por el momento. No creo que lleguemos demasiado tarde si primero hablamos con el rey en la capital… ¿Aún deseas ir a Leclair primero? Si lo haces, estaré contigo, pero…”

Esto fue especialmente relevante porque Lahti había dejado su país para estudiar en Karelia. Si quería quedarse allí en lugar de heredar la corona, cargar contra Leclair haría que eso ya no fuera posible. Necesitaba estar preparado para todos los resultados. Era mejor reconocer el significado de la elección que se te presentaba en lugar de simplemente dejar que tu impulso te llevara por un camino desconocido pero irreversible.

El Rey Inglis había sido primero un héroe, luego un Rey-Héroe, priorizando las esperanzas y los sueños de la gente. En poco tiempo, esas elecciones habían sellado el camino en la vida del Rey Héroe. Fue porque había tenido esas experiencias que pudo reconocer la encrucijada en la que ahora se encontraba Lahti. Y, siendo consciente de ello, fue muy amable indicárselo. Después de todo, Lahti era su amigo.

Todavía tienes tiempo para pensar. Considéralo bien antes de decidirte.” Entonces Inglis se volvió hacia Rafinha. “¿Estás enojado conmigo? ”

Rafinha había dicho momentos antes que se enojaría si Inglis hubiera dicho algo estúpido. Se preguntó si Rafinha estaría disgustado con ella.

Pero por alguna razón, Rafinha vacilante dijo: “Lo siento…”

“No tienes que disculparte”.

“Inglis, realmente sales de la nada con el pensamiento más agudo… Me pregunto cómo funciona tu línea de pensamiento…”, dijo Leone. Estaba tan impresionada como sorprendida.

“Por cierto. Por lo general, parece que solo le preocupa comer y pelear, pero esa no es toda la historia”, dijo Liselotte con una sonrisa.

Parecían haber valorado seriamente su argumento.

“Supongo que es solo la experiencia de vida lo que me ha enseñado mucho”. Inglis estaba siendo honesta, pero, por supuesto, Rafinha y los demás la miraron con evidente confusión, sin saber a qué se refería.

Lahti había tomado una decisión. Parecía decidido, decidido. “¡No podemos esperar tanto! ¡Me voy a Leclair!

“¿Estás seguro? ¿Sin arrepentimientos?” preguntó Inglis.

“¡Estoy seguro! Esto no se trata solo de Pullum. Hay gente como esos niños que se mueren de hambre. ¿Pueden esperar? ¡Necesitamos recuperar la comida acumulada en Leclair y distribuirla!”

“Acordado. Eso es cierto.

“Y, sinceramente… Hubo momentos en los que no quería suceder a mi padre. Tengo un hermano mayor, pero no es el hijo biológico de mi padre, técnicamente es mi primo, pero mi tío murió joven, así que siempre me dijeron que yo era el príncipe heredero. La cuestión es que yo soy Runeless y mi hermano no. Él es talentoso también. Supuse que sin mí, él heredaría el trono y Alcard lo haría bien… Gran parte de la corte pensaba lo mismo, incluido Harim. Era un buen amigo de mi hermano”.

Inglis estaba familiarizado con algunos de los detalles. Pullum e Ian le habían contado parte de la historia mientras Lahti no estaba presente, ya que había sido información relevante para su misión en Alcard.

Lahti continuó. “Pero… Lo que acabas de decir fortaleció mi resolución. Iré a Leclair, salvaré a Pullum ya la gente que sufre, y si eso significa convertirme en rey, que así sea. Si hago eso, y luego yo…”

“¿Y entonces?” preguntó Inglis.

“Ah, er… Lo que sea. Solo olvídalo.”

“No, dime lo que quisiste decir. Así todos podemos ayudar”.

“¿R-En serio? Entonces… Con lo que está haciendo Harim, está deshonrando a su familia, ¿no? ”

“Su familia es parte del séquito del rey, ¿verdad?”

“Sí. Han sido bien conocidos por generaciones, pero no sé qué les pasará a causa de Harim. Sin embargo, si me convierto en rey, puedo proteger a Pullum sin importar lo que pase”.

“Ya veo. Si eres rey y Pullum es reina, nadie podrá oponerse. Podría ser la mejor manera de protegerla. ¿Es eso lo que querías decir?”

Lahti tragó saliva. “Yo… creo que es un poco pronto para ir allí… pero sí. Dejando todo lo demás de lado, aunque soy Runeless, ella me ha protegido. ¡Ahora quiero protegerla! Puede parecer una excusa débil para convertirme en rey, ¡pero así es como me siento! ¡Si es por ella, haré cualquier cosa, incluso convertirme en rey! ”

Inglis se rió entre dientes. “Ya veo.” Era un razonamiento inmaduro, pero a Inglis no le importaba. Ella no había sido muy diferente, encontrándose en un camino del que no podía dar marcha atrás sin haberlo pensado bien. Ella también se había convertido en rey sin pensarlo dos veces. Independientemente de las razones de Lahti, eran aceptables siempre que se comportara como un rey adecuado después.

Lo más importante, estaba tomando una decisión consciente, que lo ayudaría a evitar arrepentimientos. Y por inmaduro que haya sido, su razonamiento se ajustaba a su edad; además, complacía las sensibilidades igualmente inmaduras de las chicas que lo rodeaban.

“¡Me gusta eso!” Rafinha estuvo de acuerdo. “¡Así que salvas a Pullum y luego le propones matrimonio en el acto! ¡Me estoy emocionando!”

“Poder hacer felices a las personas a través de nuestras acciones realmente hace que se sienta como si estuviéramos haciendo algo que vale la pena”, agregó Leone.

“¡Me encantaría verlo para mi propia referencia futura! ¡Ustedes dos encontrando la felicidad así!” dijo Liselotte.

Los ojos de Rafinha, Leone y Liselotte brillaron.

“Espera, ¿por qué estás asumiendo que lo verás?” Lahti protestó. “¡No hay forma de que pueda hacer eso frente a otras personas!”

“¡Está bien! ¡Queremos mirar!” exclamó Rafinha. “Vamos a hacer todo lo posible para salvar a Pullum, ¡así que déjanos participar! ¡Es el sueño de toda chica! Vamos, Chris, tú también quieres mirar, ¿verdad?

“No estoy tan interesado. Luchar contra una amenaza hieral será suficiente para mí. En cualquier caso, todos estamos motivados, ¿verdad?

“¡Sí, extremadamente!” Leona anunció.

Liselotte bombeó su puño en el aire apasionadamente. “¡Haremos lo mejor! ¡Entremos en Leclair y salvemos a Pullum!

“¡Sí!” Rafinha, Leone y Liselotte estaban todos en la misma página. En realidad, Inglis estaba un poco molesto por su entusiasmo; significaría menos enemigos para ella.

“Ugh… Si fuera fuerte, si tuviera una Runa, podría decir algo genial como, ‘¡Voy a salvar a Pullum con mis propias manos!’”, gimió Lahti.

“Todo irá bien”, lo tranquilizó Inglis. “Una vez que seas rey, no necesitarás destreza marcial. Un rey tiene su propio papel que cumplir, y la fuerza pura no es necesaria.

Si eso no fuera cierto, el rey Inglis no le habría hecho tal pedido a la diosa Alistia.

Pensando en ello, Inglis se preguntó si Alistia la habría reencarnado como hombre de nuevo si se le hubiera ocurrido pedírselo. Nunca se le había ocurrido preguntar, y por lo tanto había renacido como la hija de un capitán de caballero… Sin embargo, no le importaba cómo habían resultado las cosas. También había aprendido las ventajas de vivir como mujer. No se arrepentía y estaba segura de que seguiría disfrutando de vivir como Inglis Eucus.

“Un rey no necesita destreza marcial, eh… Claro, mi viejo tampoco es tan fuerte, pero…”

“¿Ver? No tienes que preocuparte. Si fueras fuerte, ¿qué haría yo conmigo mismo?

“¿Qué estás haciendo aquí…? No, espera, no necesito preguntar.

No hace falta decir que Inglis estaba allí tanto para ganar experiencia en el mundo real contra enemigos poderosos como para disfrutar de la deliciosa cocina de Alcard. Al final, tanto el país de Lahti, Alcard, como Karelia se beneficiarían, por lo que estaba bien divertirse con una excusa tan buena. Ella se rió. “Sólo déjamelo a mi. Seré bueno.”

“Ojalá pudiéramos dejarlo así, pero… mi hermano es fuerte…”

“¿Que tan fuerte? ¿Crees que peleará conmigo después de que vayamos a Leclair?

“¡Ya basta! ¡Eso solo significará un gran problema más tarde!

“Pero cuanta más experiencia pueda obtener, mejor”.

El estómago de Inglis rugió con un fuerte grrrgl! Su hambre había sido tan constante en Alcard que ese sonido ahora era simplemente una parte normal del ruido de fondo.

“De todos modos”, comenzó, sin dirigirse directamente a su estómago gruñón, “lo primero es lo primero: Leclair. Podré luchar, y con toda la comida que han acumulado, habrá suficiente para comer.

“¡Así es, Chris! ¡Después de la caída de Leclair, finalmente podremos deleitarnos con la cocina alcardiana! Tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo. ¡Por nuestros vientres!

“Sí, finalmente podremos probar algo de la famosa comida picante”.

“¡No puedo esperar! Solo voy a comer, y comer, y comer…”

“Hemos estado aguantando tanto tiempo…”

“¡Oye, oye, espera, no comas demasiado!” Lahti objetó. “¡Esa comida se la robaron a la gente del país! ¡Tenemos que devolverlo! ¿Estás escuchando? ”

En cualquier caso, tenían un destino. Primero, reducirían su enfoque a la batalla contra la amenaza hieral. Inglis esperaba comida deliciosa y más batallas por delante.

“Está bien, vamos a ir”. El grupo rápidamente hizo sus preparativos y luego partió hacia Leclair.