Eiyuu Ou (NL)

Volumen 4

Capítulo 3: Inglis, 15 Años — Dobles Aspirantes A Estrellas (3)

Parte 1

La vida estuvo ocupada varios días después en el Teatro Real.

La academia de caballeros había decidido cooperar plenamente con Weismar Troupe para su producción. La academia ya había arreglado la entrega de Flygears y otros suministros para la obra. En todo el teatro, todo, desde personas hasta cosas, se movía a un ritmo frenético. El conde Weismar había terminado rápidamente los ajustes al guión, necesarios por la propuesta de Inglis para el elenco. Y hoy, estaban siendo preparados para disfraces.

“¡Guau! ¡Te ves genial, Cris! ¡Realmente te ves bien en cualquier cosa!” Rafinha chilló, con los ojos brillantes.

Inglis interpretaba al personaje de Maribelle, una bailarina muy conocida en el lugar del escenario. El nombre del personaje no había cambiado desde que originalmente había sido elegida como la única heroína en la trama, pero su pasado había cambiado de una joven mujer noble a una bailarina porque el Conde Weismar quería que Inglis bailara para la audiencia replicando una escena que compañía había hecho en Ymir.

“Gracias, Rani. Sin embargo, puedo sentir el aire en mi estómago…”, respondió Inglis.

El disfraz inspirado en la danza mostraba parte de su estómago y su ombligo se asomaba. No estaba acostumbrada a ropa como esta. Se sentía un poco fuera de lugar, un poco avergonzada. Sin embargo, le gustaban las bandas de tela que ondeaban y los adornos brillantes. El atuendo era bonito.

“¡Está bien! No te avergüences. Tienes un lindo ombligo. ¡Mírate en el espejo y verás!”

“¡Oh!” exclamó Inglis. Luego se detuvo, observando su reflejo. “Supongo que me veo bastante bien”.

El disfraz la hizo parecer más madura. Sacó su glamour. Inglis ya era una belleza deslumbrante, y usar un atuendo como este era absolutamente fabulosa, si ella misma lo decía. Disfrutaba mirándose en el espejo después de un baño, pero ciertos atuendos resaltaban cierto atractivo.

“Ahora date la vuelta. ¡Gira, gira! ¡Dame una sonrisa!” Rafinha vitoreó.

Inglis sonrió y soltó una risita.

“¡Sí! Eres como la muñeca disfrazada perfecta. Te ves tan bien en cualquier cosa.

Pero no soy una muñeca. Soy una persona.”

“Bien bien. Y una persona que se opone solo a esa caracterización merece algo”, dijo Rafinha antes de tocar el ombligo expuesto de Inglis.

“¡Eeek! ¡Basta, Rani! Inglis contempló devolverle el favor.

“Je je. Adelante, inténtalo, pero mi ombligo está a salvo”, bromeó Rafinha. También vestía un traje inspirado en la danza, pero el suyo era más reservado, menos llamativo que el de Inglis.

“No es justo…” Inglis hizo un puchero.

“Está bien. Estoy aquí para ser el complemento perfecto para ti”.

El personaje de Rafinha fue una bailarina de apoyo para Maribelle. El Conde Weismar había explicado que un grupo de gente guapa bailando detrás de Maribelle haría que el protagonista se destacara aún más, especialmente porque Inglis estaba guapísima incluso entre el atractivo elenco.

“Eso no es cierto. ¡Te ves adorable! Ojalá pudiera estar en la audiencia para verte”. Para Inglis, habría sido como ver a su querida nieta actuar bajo los reflectores. Nada le hubiera gustado más que aplaudir a Rafinha mientras miraba, pero se requería su presencia en el escenario.

“¿De qué estás hablando, Cris? Eres la estrella aquí. Tú eres el que baila al frente”.

“No estés demasiado lejos detrás de mí. No me importa si estás alineado a mi lado. De esa forma, Inglis podía ver a Rafinha mientras actuaba.

“Okey. De todos modos, ¡es hora de peinarte! ¡Siéntate, siéntate!

“Si. Gracias.”

“Mmm. ¡Hay tantos estilos que podríamos hacer! ¡Apenas puedo decidir!” Rafinha chilló.

Como compañía de teatro de pleno derecho, Weismar Troupe tenía muchas joyas de fantasía; A Inglis y Rafinha se les permitió usarlos como quisieran. Para Rafinha, que tenía como hobby vestir a Inglis, era como si le ofrecieran una horda de tesoros. “Hmm, ¿qué debemos hacer? ¿Una cinta grande que sea fácil de ver para el público? ¿Una trenza lateral larga que se balancea con tus movimientos?

“Lo que creas que es mejor”.

“¡Okey! ♪”

Pasaron unos minutos cuando Rafinha tomó una decisión y peinó a Inglis.

“¡Muy bien, he terminado! ¿Cómo se ve? ¿Lo entendí bien?”

“Si. Es genial. Realmente lindo.

Leone asomó la cabeza de repente. “Inglis, Rafinha, ¿ya están listos?”

Liselotte la siguió. Tanto ella como Leone vestían el mismo atuendo que Rafinha. “Al resto de nosotros nos tomó algo de tiempo prepararnos, pero hemos terminado”.

“Se ven bien, ustedes dos. Agradable y lindo”, dijo Inglis.

“Gracias, pero no estamos a tu altura, Inglis”, insistió Leone.

“Eres como algo salido de una pintura. Aunque ambas somos mujeres, no puedo evitar admirarte”, dijo Liselotte.

Inglis se rió entre dientes. “Gracias.”

“Entonces, ¿por qué te tomó tanto tiempo?” preguntó Rafinha.

“El disfraz de Leone estaba un poco ajustado aquí…” Liselotte señaló su pecho. “Tuvimos que adaptarlo”.

Leone estaba, en todo caso, incluso mejor dotado que Inglis. Incluso ahora, la tela alrededor de Leone estaba tensa.

“La vida sería más fácil si pudiera perder un poco de peso allí también…”, se quejó Leone.

Rafinha fulminó con la mirada, la envidia clara en su rostro. “Debe ser una buena preocupación tenerla. ¡Rin, estoy celoso! ¡Dale un buen retorcimiento!”

Encaramada en la cabeza de Rafinha, Rin saltó sobre Leone.

“¡Ay…! ¡Basta, Rin!” Leone se preparó, pero antes de que Rin pudiera meterse debajo de su ropa, una mano se estiró y agarró con fuerza a Rin, lo cual no fue poca cosa teniendo en cuenta lo rápida que era la pequeña bestia mágica.

“Puedo hacer eso”, dijo Yua mientras su otra mano agarraba el pecho de Leone. “Mmm, grande”. Sin embargo, su voz era tan inexpresiva como siempre.

Yua vestía un traje de caballero con coraza para la obra. Antes de que cambie el guión, dos protagonistas habrían estado compitiendo por Maribelle, interpretada por Inglis. Ahora Maribelle y Euthylis, una dama caballero interpretada por Yua, estarían compitiendo por Malik, el príncipe de un país menor. En la versión final, Inglis y Yua tendrían una pelea real en el escenario sin un desenlace en el guión, y el ganador aparecería en la escena del beso.

“¡¿Eeek?! ¡¿Yua?!” Leone saltó hacia atrás sorprendida.

“Tienes mucho. Me gustaría que compartieras…”

“Ummm…”

“¿Cierto? Se como te sientes.” Rafinha se solidarizó. “¡Porque somos los pobres!”

“Eso parece.” Los menos dotados compartieron un firme apretón de manos. “Siento que voy a ser juzgado como inferior jugando junto a Booglis”.

“¡¿Podrías dejar de llamarme así?!” Inglis protestó.

“¿Preferirías a Inbies?” preguntó Yua.

“¡Eso tampoco! De todos modos, no creo que salgas como inferior.

“Mentiroso.”

“¡Sí, diles tú, Yua! ¡Chris y Leone no pueden entender los sentimientos de los que no tienen!” Rafinha estuvo de acuerdo.

Inglis y Leone no respondieron a eso.

Pues Rafinha tiene razón. El mío definitivamente creció, así que no sé cómo se siente para ellos.

“Ah, Yua. Si eso te preocupa, ¿por qué no cultivar un poco? sugirió Inglis.

“¿Eh?” Yua no tenía idea de lo que quería decir con eso.

“Quiero decir, si los rellenas con algo, dará la ilusión de que tienes senos más grandes. De esa manera, en el escenario, nos veremos más o menos iguales”.

“¿Ah, de verdad?”

Ahora tenía la atención de Yua. “¿Tal vez darle una oportunidad?”

“Okey. ¿Me gusta esto?” Yua sumergió a Rin, a quien había estado sujetando con fuerza todo el tiempo, por su escote.

¡Chirrido!  ¡Chirriar, chirriar!

“¡¿Rin…?!” Inglis jadeó.

“¡¿Ella esta hablando?!” exclamó Rafinha.

Esa fue la primera vez que escucharon un pío de Rin. Estaba desesperada por escapar de la mano de Yua y se escapó.

“Mmm. Se escapó”, murmuró Yua.

Rin se aferró a Rafinha, temblando. Al menos Yua no pareció tomárselo como algo personal. Por alguna razón, Rin estaba aterrorizada de Yua. Eso fue inusual; por lo general, evitaba a los hombres, pero se mantenía cerca de las chicas.

“¿Qué pasa, Rin? Chris, ¿podrías vigilarla?

“No hay problema, Rani”.

“Ahora, Yua, ¿podrías sentarte allí?”

“Está bien”.

“Por cierto, Yua, ¿viniste aquí por algo en particular?” Mientras Inglis y los demás se preparaban para sus disfraces, se suponía que Yua estaba ensayando con el Conde Weismar.

“Mm… Se suponía que iba a venir a buscarte, Booglis. Estamos eligiendo ahora”.

“¿Elegir qué?”

“El chico lindo que es nuestro premio”.

Es decir, el casting del Príncipe Malik, por quien competirían Maribelle y Euthylis.

◆  ◇  ◆

En la mente de Yua, estaban encontrando la mejor jugada para interpretar al Príncipe Malik. A Inglis no le importaba especialmente quién fuera elegido. Estaba bien con quien Yua prefiriera. Sin embargo, el Conde Weismar, y especialmente Rafinha y Leone, tenían curiosidad por saber cuáles eran los gustos de Inglis, por lo que decidió seguirle el juego.

Diez candidatos han sido presentados hasta el momento y han mostrado su canto, baile y otros talentos. La mayoría eran miembros de Weismar Troupe. Había otros que el Conde Weismar había seleccionado de la misma manera que había hecho con Silva, pero Inglis no los conocía.

“¿Ese fue el último?” Yua le preguntó al Conde Weismar mientras tomaba notas en una hoja de papel: #10: N.

Un vistazo rápido a sus notas sugirió que él no era lo que estaba buscando. Marcados con una Y estaban los candidatos segundo, sexto y octavo. Yua parecía preferir chicos con rasgos delicados que fueran un poco andróginos o lindos. Si ese fuera el caso, Silva definitivamente estaría fuera de la carrera. Era esbelto y bien parecido, pero con una presentación aguda y madura.

“Queda uno más. ¡Puedes entrar ahora! El conde Weismar llamó al candidato.

“¡Espero con interes trabajar con usted! ¡Me encantaría actuar junto a ella!”.

Era Reddas.

¿Qué hace aquí el capitán de la Guardia Real? Debió rogar al conde Weismar que lo incluyera,  pensó Inglis.

“¡Mis talentos son el manejo de la espada y el liderazgo de combate! ¡Estoy orgulloso de mi habilidad para cantar marchas a todo pulmón! ¡Me gusta esto!” Tomó un respiro profundo.

“No. Ha fallado.” remarcó Yua.

“Sí, estoy de acuerdo”, dijo Inglis después de una pausa incómoda.

“¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!” Reddas protestó.

“Porque no eres lindo”.

“Acordado.”

Afortunadamente para Inglis, Yua se apresuró a despedirlo. Reddas estaba aún más alejado de sus gustos que su hermano menor, Silva. Reddas tenía una constitución robusta y un aire tosco, aunque su comportamiento aquí ni siquiera reflejaba realmente la parte “robusta”.

“Uf… ¡Muy bien! ¡Te animaré desde las sombras!”

Sale Reddas, desplomado por el abatimiento.

“Bueno, eso es todo. ¿Qué piensan ustedes dos? ¿Hay alguien con quien ambos estén de acuerdo? preguntó el Conde Weismar.

“Mmm. No estoy muy seguro… ¿Qué piensas? Yua dijo.

“Estoy de acuerdo con Yua. Números 2, 6 y 8, ¿verdad? Respondió Inglis.

“Sin embargo, ninguno de ellos realmente se destacó por encima de los demás”.

Bueno, eso realmente no ayuda,  pensó Inglis.

Sentado detrás de ellos, Rafinha y los demás se unieron a la discusión.

“Oye, Leone, ¿quién te gustaba?”

“¿Eh? ¿M-Yo? Hmm, tal vez el primer o el quinto chico…”

“Ahh ya veo. Sí, pensé que serían tu tipo.

Eran los serios, tranquilos y severos, hombres como Silva o Prince Wayne. En realidad, eran hombres decididamente diferentes a Leon. Teniendo en cuenta los antecedentes de Leone, eso tenía mucho sentido.

“¿Y tú, Rafinha?” preguntó Leona.

“Me gustaban tres, siete y diez…”

“Ah, eso no es sorprendente. Me recordaron a Rafael”.

¿O como el embajador Theodore, supongo? Rafinha se rió.

¡¿Qué pasa con esa sonrisa?! ¡No puedo dejar pasar esto!  pensó Inglis. “¡Vamos, Rani! ¿Recuerdas cuando eras pequeño? Dijiste que te casarías con Rafael cuando fueras grande. ¡Eso fue dulce!”

Rafinha era mucho mejor con los chicos cuando era joven. No se necesitan alimañas.  Todavía es demasiado joven para el romance.

“Uf, ¿por qué sigues diciendo eso? ¡La gente va a pensar que soy un bicho raro!”. Rafinha se quejó.

“Ajá… ¿Y tú, Liselotte? ¿Quién te gustaba? preguntó Leona.

“Para mí, fue el cuarto y el noveno”.

“¡¿Qué?!” El sabor inesperado de Liselotte produjo jadeos de asombro.

“¿Esos tipos fornidos?” preguntó Rafinha.

—No sabía que te gustaban así de sudorosos —coincidió Leone—.

“Sí. Prefiero hombres con músculos prominentes”, respondió Liselotte.

“Espera, ¿incluso incluyendo a Reddas?” preguntó Rafinha.

No me importaría. ¿No era maravilloso antes?

Las otras chicas se quedaron en silencio.

Bueno, cada uno tiene su propia opinión.  , pensó Inglis.

“Hmm…” Mientras escuchaba, Yua garabateó rápidamente: Spike tiene mal gusto para los hombres.

¿Cuál fue el punto de escribir eso?  pensó Inglis. “Er, de todos modos, Yua. ¿Te has decidido por alguien?

“Mmm. Como dije, en realidad no hay nada que haga que ninguno de ellos se destaque…”

“Entonces, ¿por qué no tenemos otra audición mañana con los tres que mencionaste?” Sugirió el Conde Weismar.

Yua asintió. “Si. Por supuesto.”

“Muy bien, muy bien. Entonces, por el resto del día, continuemos con los ensayos…”

Un momento después, llegó otro chico.

“¡Oye! ¡Estoy aquí con ese Flygear que querías! ¿Dónde quieres que lo estacione? dijo Lahti. Era compañero de clase de Inglis, un compañero escudero en formación.

“¡Oh mi! ¡Bien hecho, bien hecho! Ahora que terminaron las audiciones, me gustaría que probaran la coreografía para la pelea de Flygear. ¿Te importa?” Pidió el Conde Weismar.

“Esa es una buena idea. Nunca dejaría pasar una pelea”, respondió Inglis.

“Preferiría dejar la verdadera pelea para el final. Me agotará”, dijo Yua.

“Esta es una escena con guión, por lo que no debería agotarte demasiado”, dijo el conde. “Lo único que no tiene una conclusión fija es la batalla final en el escenario”.

Eso fue un poco decepcionante para Inglis, pero siempre podría considerarlo como un calentamiento.

“Bien entonces.” Yua saltó ágilmente en el aire, brincando desde el telón de fondo hacia el Flygear que Lahti estaba pilotando cerca del techo. Para ser precisos, su figura desapareció repentinamente antes de reaparecer junto a Lahti.

“¡¿Qué?! Cuando lo hiciste?! ¡Es como si te hubieras ido por completo por un segundo!” Lahti jadeó.

“Mm. Gracias por traerlo. Puedes salir ahora.

“¡Pero es alto aquí! ¡No puedo saltar desde tan alto!”

“¿Eh? ¿Eres frágil? Yua preguntó, confundido.

“¡Escucha, solo soy un escudero en entrenamiento! ¡No tengo un artefacto ni nada!”

“¿Eh? Yo también.”

Lahti no tuvo respuesta para eso.

“No, esta bien. ¡Creo que agregaré pilotos para el espectáculo, y un poco donde saltan a los Flygears de los demás! ¡Así, hop-hop! El conde Weismar hizo un gesto exagerado. “Entonces, ¡tú ahí! ¿Serías el piloto de Yua?

“¡Cosa segura! ¡Déjamelo a mí!” Lahti era una de las pilotos de Flygear más talentosas de la academia de caballeros. Él fue la elección correcta.

“Bueno… Entonces, Inglis, puedes montar este. Sin embargo, no puedo seguir el ritmo de Lahti como piloto”, ofreció Pullum. Al igual que Lahti, era compañera de clase, pero estaba entrenando para ser caballero. Había llegado con un Flygear junto a Lahti.

Eran principalmente los de primer y segundo año quienes ayudarían a Weismar Troupe, mientras que Silva y los otros de tercer año se concentraron en reconstruir la academia.

“¡Está bien, Pullum! ¡Chris montará este! La voz de Rafinha resonó desde arriba. Ella, sin ser notada, había subido a bordo del  [Star Princess]  .

¡Ella es rápida!  pensó Inglis. Miró al ostentoso Flygear. “¿Realmente vamos a usar eso?” Sería mejor uno normal. Definitivamente.

“¡Sí somos! ¡Definitivamente!”

“¡Ay! ¡Por supuesto! ¡Creo que es lindo y femenino!” Anunció el Conde Weismar.

“Pero, Conde Weismar, creo que se destacará más que el Flygear de Yua”, argumentó Inglis.

“Está bien. Eso no será un problema”, dijo Yua.

“¿Por qué es eso, Yua?” preguntó Inglis.

“Podemos pintar este y hacerlo lindo también”.

“¡Acordado! ¡Ayudaremos! ¿Verdad, Pullum? Rafinha anunció emocionado.

“¡Sí! ¡Será bueno pintar otro!”. Pullum estuvo de acuerdo. Ella y Rafinha fueron el dúo responsable del look personalizado de Star Princess, y ahora sus ojos brillaban ante la idea de hacer otro.

“El director podría enfadarse…”, dijo Inglis, todavía tratando de presionar contra el uso del llamativo Flygear. Luego saltó alto, dando un salto mortal hacia la  [Star Princess]  . Su traje de bailarina junto con el peinado y la cinta que Rafinha había elegido para ella revoloteaban maravillosamente mientras lo hacía.

“¡Oh mi! Inglis, eres como una obra de arte. La forma en que te acabas de mover ya me tiene asombrado”. El conde Weismar asintió satisfecho.

“Gracias.” Tan excéntrico como parecía, no había malas intenciones en sus palabras o acciones. Ella podría tomarlo al pie de la letra.