Regressor Instruction Manual

Volumen 1

Capítulo 16: En Cada Grupo de Cinco, Siempre Hay un Peso Muerto (Parte 1)

Nada mal.

Fue una buena decisión mostrarles magia.

Kim Hyun-Sung y Park Deok-Gu definitivamente eran fuertes. Sin embargo, no estaba muy claro si sus fuerzas venían del sistema de atributos o de sus propias capacidades físicas.

Cuando se les ofrecía la posibilidad de adquirir alguna clase o de aumentar sus atributos, el volverse un guerrero de corto alcance siempre era la última opción. Después de todo, era aterrador.

La magia, en cambio, era algo diferente.

Formar una bola de fuego de la nada. Era una visión que iba completamente en contra del sentido común, suficiente para hacer que cualquiera dudara de lo que había visto. Atacar desde la distancia, sin tener que preocuparse por sus atributos físicos.

Esa era la mejor manera de conseguir que dejaran de esconderse en este refugio.

“Ha sido un éxito”. Murmuró Hyun-Sung al escuchar a la gente entusiasmada.

“Todavía puede haber algunas dificultades por delante. Habrá quienes sigan teniendo miedo, así como también algunos que se sobreesfuercen, pensando que podrán conseguir nuevos poderes”. Le contesté.

“Pero es mejor a que todos se queden atrás y mueran de hambre”. Comentó Deok-Gu.

“Sí, concuerdo con eso”.

Park Hye-Young se acercó a nosotros, recibiendo palabras de ánimo con cada paso que daba.

“Si ambas regresan con éxito, tal vez la situación en el refugio mejore”. El resultado de la incursión era muy importante para Hyun-Sung.

No sabía si nuestro intento de limpiar la mazmorra tendría éxito, pero era mejor intentarlo juntos a que solamente Hyun-Sung fuera. Después de todo, solo era superior a Deok-Gu por muy poco y podía usar magia para reforzar su cuerpo, pero no para dañar a los demás.

Por más que él quiera salvar a los demás sin ponerlos en peligro, no podía. Debía dejar que ellos mismos se responsabilizaran.

Si no le hubiera dicho que solo eran cargas, no hubiera aceptado.

Mientras me encontraba perdido en mis pensamientos, Hye-Young llegó y empezó a saludarnos uno por uno.

“Muchas gracias por la oportundiad”.

“Demos lo mejor de ahora en adelante”. Le dije. Se veía confiada, y su apretón era firme. Tenía que admitir que era buena socializando.

Me hizo una señal con sus ojos para que mirara detrás suya. Hye-Young continuó con Ji-Hye, mientras yo miraba más allá de ella, analizando, buscando. Finalmente, pude ver a Jung Ha-Yan.

¿Eh?

Su expresión era diferente a cualquiera que haya puesto antes. Sus ojos estaban abiertos de par en par pero tranquilos, mirando fijamente a Hye-Young. Parecían los de un lobo acechando a su presa.

Tengo un mal presentimiento. Escalofríos bajaron por todo mi cuerpo.

“Oye, hermano, ¿pasa algo? Parece que viste a un fantasma”.

“No, no es nada. Solo necesito descansar un poco”.

“Bueno, mañana es nuestro gran día, así que asegúrate de dormir bien”. No sé qué tanto decía Deok-Gu, no le presté atención.

Volví a mirar a Ha-Yan, pero su expresión había vuelto a la normalidad.

¿Lo habré imaginado? No, estoy seguro de lo que vi, por más raro que parezca. Ahora, Ha-Yan me miraba, sonriente. Igual que siempre.

Algo malo está pasando aquí, pero no estoy seguro de qué.

***

“Repasémoslo una vez más. Deok-Gu irá al frente, seguido por Hyun-Sung y Hye-Young. Ha-Yan y yo cubriremos la retaguardia. Nuestro plan de ataque es simple: el frente lo bloquea con su escudo, los demás hacemos el daño. Ya no hay muchos alrededor del refugio, por lo que nos adentraremos aún más. ¿Alguna pregunta?”

“Nop”.

“Ninguna”.

“Todo claro”.

“Ni-ninguna”.

Esta vez era diferente a cuando yo, Deok-Gu y Hyun-Sung salimos por primera vez. No solo porque habíamos traído con nosotros a dos reclutas, sino también por la importancia de nuestro éxito. Esta incursión decidiría el camino que tomaremos a futuro.

Hyun-Sung tenía dos objetivos principales: regresar de forma segura para motivar a los demás, y acercarse más a Jung Ha-Yan, la prodigio. No es que lo intentara de forma tan agresiva como yo, pero al final, quería construir relaciones duraderas con gente poderosa. Confiaba en Hyun-Sung, por lo que no tenía que sabotear sus intentos.

Sin embargo, la mirada asesina de Ha-Yan… Esperaba que fuera un malentendido, pero igual necesitaba mantener un ojo en ella.

“¿No sería mejor poner a Ha-Yan en el centro?” Preguntó Deok-Gu.

“No, la mantendremos así. Es lo mejor para ella”.

“Si tú lo dices…”

“Hyun-Sung es más fuerte de lo que parece, y actúa como un seguro para ambas. Mientras no nos rodeen, estaremos bien”.

“En efecto”. Hyun-Sung asintió con la cabeza. Seguido, miró hacia ella. “No necesitas preocuparte tanto”.

“Gracias, Hyun-Sung”.

“¿Y cuál es mi rol en la formación?” Preguntó Hye-Young.

“Principalmente, proteger a Ki-Young”.

“Entendido”.

“Te daré instrucciones para saber hacia dónde ir, Deok-Gu”. Ya tenía un mapa en mi cabeza. Me sonrió, con gratitud en su mirada.

No sabía si era porque no le interesaban sus alrededores o porque dependía mucho de mí, pero parecía que no le gustaba usar mucho su cabeza. Sin embargo, verlo parado en el frente me daba confianza.

“Hagamos lo mejor que podamos”. Todos asintieron a las palabras de Hyun-Sung.

Park Hye-Young y Ha-Yan parecían nerviosas. Era natural, sería su primera vez luchando contra las criaturas del laberinto.

“Relájate”. Le dije a Hye-Young, que se encontraba a mi lado.

“¿Soy tan obvia?”

“No nos van a abrumar como lo hicieron en el punto de partida. Ya hemos limpiado la mayor parte de esta zona, así que solo necesitas permanecer calmada y apuñalar a los monstruos que estén a tu alcance. Sé que da miedo, pero lo lograremos”.

“Eres más amable de lo que pensaba”.

Claro, pues tenía que serlo.

Si entras en pánico, nos pones en riesgo a todos.

Nadie sabía lo que podía pasar en la mitad de una pelea. Era posible que me apuñalara por accidente.

Miré hacia atrás. Estábamos a punto de salir, así que Hyun-Sung aprovechó para hablar con Ha-Yan y asegurarse de que estuviera bien.

Ha-Yan no se veía muy interesada en él, pues solo respondía con frases cortas. Me hizo recordar qué tan duro trabajé para acercarme a ella.

Le sonreí cuando nuestros ojos se encontraron, y ella asintió, feliz. Me hizo sentir mejor saber que era el más cercano a ella.

“¿Todo listo?” Le pregunté a Hyun-Sung.

“Sí, solo verificaba unas cosas”. Respondió, colocándose en su posición.

Di un último vistazo al refugio. Había mucha gente viendo.

“En marcha”. Y así, comenzamos.

Al principio, avanzamos relajados por la oscura mazmorra. No escuchábamos nada más que nuestros pasos, haciendo eco por los largos pasillos. Verificábamos cada esquina antes de girar, volteando constantemente detrás nuestro.

Eventualmente, escuchamos a uno. Deok-Gu se asomó por cuidado en la esquina, retrocedió y nos dio la señal.

“Hay uno en frente. Prepárense”.

Todos asentimos en silencio.

Aunque Hye-Young se veía calmada a simple vista, seguía mostrando signos de miedo y tensión. Ella tendría que ser la que acabe con el monstruo, ese era el plan.

La criatura deambulaba por el pasillo, acercándose a nosotros. No lo veía, pero las garras de sus pies hacían un ruido muy característico, al igual que sus gruñidos.

Deok-Gu esperó a que estuviera lo suficientemente cerca, y… ¡Pam! Estrelló su escudo contra el cuerpo de la bestia, tomándola por sorpresa y empujándola hasta la pared. Así de fácil, Deok-Gu la aprisionó.

“Gaaggh… ¡Graaakk!” Gruñó, forcejeando para liberarse.

Hye-Young lo siguió, pero se detuvo al ver al monstruo de cerca. Sus brazos y piernas empezaron a temblar.

Entró en pánico. Incluso un perro sería más útil.

“¿A-ahora qué?”

“Apuñálalo, vamos”.

“Rápido… es difícil contenerlo”.

Su calma había desaparecido. Sus ojos se veían vivos, pero su cuerpo se negaba a reaccionar. En una situación así, sin importar quién fuera, incluso si estuvieran conscientes de que deben moverse, su cuerpo simplemente no lo haría.

Idiota… ¿a dónde fue tu confianza?

Me acerqué y apreté su hombro. “Si haces algo así la próxima vez, todos moriremos. ¿Comprendes?” Le susurré. Pensé que sería más efectivo esto que gritarle. Así, su temblor empezó a amainar.

“Sí, lo siento”.

“Aprieta la lanza”. Tomé su mano dominante y la presioné. El arma empezó a moverse muy lentamente hacia el monstruo. Hye-Young se veía horrorizada, la punta empezó a penetrar en el costado de la criatura, dejando salir una sangre muy oscura y espesa. Trató de soltar la lanza por el asco, pero no la dejé. “Aún no está muerto. Una vez más”. Esta vez, apuntamos hacia el corazón. Ya habíamos probado antes con la cabeza, pero era bastante dura. “Piensa que es un pedazo de carne”.

“Ughh… bi-bien”.

“¡Graaaaaaghh!” La punta de la lanza desapareció dentro del torso huesudo de la criatura, justo debajo de sus costillas. En ningún momento dejó de retorcerse. Sus brazos intentaban alcanzar a Deok-Gu, sin éxito. Era lento, así Hye-Young se acostumbrará más rápido a la sensación. La sangre se deslizaba fuera de la herida, y finalmente, ningún gruñido pudo escucharse.

Deok-Gu se apartó, y el monstruo cayó al suelo. Sus ojos, que anteriormente brillaban con un verde oscuro, ahora eran totalmente negros. Solté la mano de Hye-Young, pero siguió hurgando en la herida, apuñalándolo y cortándolo. Estaba mordiendo sus labios y sus nudillos se volvieron blancos de la fuerza con la que agarraba la lanza. Tal vez se estaba liberando de su miedo, como me ocurrió a mí.

Te entiendo.

Sin importar cuánto te dijeras que tu oponente es un monstruo, no cambiaría el hecho de que acabas de quitar una vida.

Después de tantas puñaladas, Hye-Young se tiró al suelo, cansada.

“Bien hecho”. Me acerqué, ofreciéndole una mano para levantarse.

No hubo respuesta. La tomó en silencio.