Regressor Instruction Manual

Volumen 1

Capítulo 12: Lee Ji-Hye

“Por favor, siéntate”. Le pedí a Jung Ha-Yan.

“Y-yo…”

La gente se había dispersado y nos fuimos a un lugar más tranquilo, pero aún así, seguía sin poder calmarse. El diluvio que eran sus lágrimas ya se había calmado, pero sus hombros temblaban, haciéndola parecer una niña pequeña.

No podía entender por completo cómo se sentía, pero parecía que ella misma parecía no comprender todo lo sucedido. Pensé que era normal, después de todo, era una joven de 21 años común y corriente, sin experiencia en situaciones como esta.

“Yo hic… lo siento”.

“No tienes porqué disculparte”.

“Fui yo la que hic… la que…” Su mirada seguía fija en el suelo, con su cabello claro cubriendo su rostro.

“Ha-Yan, no hiciste nada malo. No lo vi todo, pero estoy seguro. ¿Por qué no me lo cuentas, con calma?”

“N-no era mi intención, yo só-sólo…”

“Lo sé. Dime lo que puedas. Tómate tu tiempo”. Mientras le hablaba suavemente, aparté el cabello de su rostro, para hacer que volteara a verme. Le sonreí, mostrando que podía confiar en mí.

Ya tenía una idea de lo que había pasado, pero para comprenderlo del todo tenía que hacer que se calmara. Además, el contarme lo sucedido la ayudaría a superarlo.

También estaba la duda de por qué no se defendió. Su atributo de inteligencia no era bajo, así que tal vez no solo se basara en la resolución de problemas.

“Seok-Woo, de repente… tomó mi mano, la a-apretó y… grité…”.

Por supuesto, saber lo que pasó no era lo más importante. Quería escuchar sus razones, saber por qué lloraba y qué la enojaba. Quería simpatizar con ella, más que juzgar quién tuvo la culpa. Así, pensaría que estaba de su lado.

“Le pedí que me soltara, pero solo seguía apretando y apretando… y de repente, Deok-Gu llegó y lo golpeó. Después ll-llegó Ji-Hye…”

“¿Y entonces?”

“Todos empezaron a gritarme… y luego llegaste tú”.

Le costó terminar, pero lo logró.

“Debió ser difícil”. Dije, mientras colocaba mi mano en su hombro.

“S-sí, pero… me siento mejor ahora”. Ciertamente, parecía haberse calmado. Sus hombros ya estaban quietos, y sus sollozos fueron reemplazados por una pequeña sonrisa. Había recuperado un poco de su compostura.

“Gracias, Ki-Young”.

“No tienes que agradecerme. Solo hice lo que me pareció correcto”.

“Sí, pero antes dijiste que… que creías en mí”.

“No creo que seas una mala persona, después de todo”.

“Gra-gracias. Me has estado ayudando de-desde que nos encontramos por primera vez, y n-no he hecho nada para agradecerte…”

“No te preocupes por eso, no me debes nada”.

“¿Puedo saber por qué eres tan amable conmigo?”

No sabía si simplemente preguntó por interés o si estaba siendo cuidadosa. Probablemente fuera lo último, después de lo sucedido con Seok-Woo, así que le daré una respuesta razonable.

“Como dije antes, parecías la víctima. Me pareció correcto hacer justicia. Pero si quieres algo más concreto…”

“¿Sí?”

“Tengo una hermana pequeña en casa. Me recordó a ti, e imaginarla en tu situación… me alteró”. Mentiras. Yul-Ha era completamente diferente a Ha-Yan. La única semejanza era la edad, pero pensé que sería la respuesta más adecuada.

“¿De-de verdad?”

“Creo que tienen una edad similar”.

“Lo siento, debe te-tenerte muy preocupada”.

“No pasa nada. ¿Qué hay de ti? ¿Tienes hermanos?”

“Tengo dos hermanas mayores, pero… perdimos contacto hace mucho tiempo”. Su expresión se oscureció. Una oportunidad para saber más de ella se me presentaba.

“¿Y tus padres?”

No dijo nada. Solo negó con la cabeza. Era suficiente para entenderlo.

“Parece que tenemos eso en común”.

“¿Tú también, Ki-Young?” Parece que mi confesión la animó un poco.

“Sí, lamentablemente”.

“No-nos parecemos un poco…”

“Así parece”. Era bueno tener algo en común.

Sonreí al verla arreglar su postura, con su rostro completamente tranquilo, sin señales de lo que había pasado hace unos minutos.

Ya había avanzado lo suficiente con ella por hoy. Solo terminaría de afianzar nuestra amistad.

“Si no te molesta…”

“¿Sí?”

“… me gustaría que te sientas más cómoda conmigo. Es puro egoísmo mío, y después de lo que pasó, entenderé si no estás de acuerdo”.

“¿Ah? N-no, para nada, está bien”.

“Me alegro. Te noto algo tensa al hablar, empecemos por ahí, ¿sí?”

“Oh, bi-bien, lo-lo intentaré”.

“Relájate, hablemos de forma casual”.

Respiró profundamente antes de hablar. “Relajarme… lo tengo. Gracias, Ki-Young”. Esta vez, su voz salió sin vacilar, recargando su cabeza en mi hombro.

Parecía ser tímida por naturaleza. Con todo esto, ya había confirmado que no era muy hábil socialmente.

Sentados en silencio, la miré. Podía sentir la suavidad de su cabello. Activé mi Ojo de la Mente y sus atributos aparecieron.

[Verificando la ventana de estado y talento de la jugadora]

[Nombre – Jung Ha-Yan]
[Título – Ninguno. Por favor, trabaje más duro]
[Edad – 21]
[Carácter – Defensora inocente]
[Clase – Ninguna]

[Atributos]
[Fuerza – 11/Límite de crecimiento por debajo de Raro]
[Destreza – 11/Límite de crecimiento por debajo de Raro]
[Constitución – 14/Límite de crecimiento por debajo de Épico]
[Inteligencia – 22/Límite de crecimiento por encima de Épico]
[Resistencia – 14/Límite de crecimiento por debajo de Raro]
[Suerte – 23/Límite de crecimiento por encima de Épico]
[Magia – 10/Límite de crecimiento por encima de Legendario]

[Revisión general – Jung Ha-Yan posee un límite de crecimiento por encima de legendario. Sus atributos físicos pueden ser bajos, pero será capaz de convertirse en maga o clériga. Actualmente, Jung Ha-Yan no es consciente del hecho de que puede sentir magia. Comparado con esta mujer, no es exagerado decir que el jugador Lee Ki-Young es como la mugre que se lleva el viento]

Su fuerza y vitalidad habían aumentado. Parece que el trabajo fortificando el refugio la ayudó.

Era interesante que tuviera diez puntos en magia. Contrario a mí, que los gané cuando me convertí en mago, ella ya los tenía desde el momento en que llegó. Creo poder hacer algo para ayudarla a entenderla.

Mientras pensaba en cómo le enseñaría magia, escuché una voz.

“Disculpa, Ki-Young. ¿Puedo hablar contigo un minuto?” Era Lee Ji-Hye. Con tan solo escucharla, el cuerpo de Ha-Yan se tensó.

Ya esperaba que Ji-Hye se me acercara, pero no que pasara tan rápido.

De verdad que es inteligente. ¿Acaso piensa cambiar a mi bando?

Ya había demostrado ser superior. En la superficie, pudo haber parecido que solo juzgábamos quién estuvo mal, pero en realidad fue una lucha de poderes. Nadie había puesto por escrito una jerarquía, pero Lee Ji-Hye se debió de dar cuenta que estaba por encima de ella.

Carácter: ambiciosa y egoísta. Una persona así tenía dos opciones al encontrarse con un nuevo poder: rechazarlo, o unirse a él. Parece que se decidió por la segunda, pero no era una decisión fácil.

“¿Puedes darme unos minutos? Ji-Hye y yo necesitamos hablar”. Le pedí a Ha-Yan.

“Claro, lo entiendo”. Ya no tartamudeaba, pero sus ojos se mantenían atentos a Ji-Hye.

Se levantó y Lee Ji-Hye tomó su lugar. Volteó a vernos una vez mientras se alejaba. Parecía haber disfrutado nuestra conversación.

“¿Qué puedo hacer por ti?”

“Solo… solo quería disculparme por toda la conmoción de antes”.

“Está bien. No creo que hayas hecho algo malo”.

“No, de verdad. Era mi primera vez encargándome de una situación así. Fui muy impulsiva y no pensé en que llamaríamos la atención, ni en ti y los demás luchando afuera del refugio. Era mejor resolver el asunto en silencio”.

“No pasa nada. También estaría frustrado en tu lugar. Al contrario, yo debería disculparme por ser tan sensible”.

“No es eso, hiciste lo que había que hacer. Además…” Tan respetuosa, siendo mayor que yo por años.

“¿Qué pasa?”

“¿Qué piensas hacer con Seok-Woo?”

“Aún no lo he pensado. Tengo que hacer otras cosas primero”.

“Ya veo. Perdona haberte molestado. Estaba tan agitada antes, que no pude juzgar correctamente la situación. Si no te importa, me gustaría ser la que resuelva el problema”.

Era algo que me preocupaba. No había leyes o policía aquí, así que no estaba seguro de cómo castigarlo, o si debía hacerlo, para empezar.

“Adelante. Después de todo, eras la que se estaba encargando del asunto, así que me disculpo por meterme”.

“¡Ah! No es a lo que me refería”.

“Está bien, sé lo que intentas decirme”. Estaba reconociendo su autoridad. Creo que captó el mensaje. No tengo intenciones de detenerla, pero tampoco te metas en mi camino.

Cuando terminé de hablar, noté su mano acercándose a la mía.

Siendo objetivo, Lee Ji-Hye era una belleza. Trataba de mantener la calma, pero su pecho bien redondeado y su cercanía a mi cuerpo lo hacían difícil. Me preguntaba por qué decidió acercarse de esta forma.

“Estoy segura que es difícil salir del refugio…te agradezco por cuidar de todos nosotros”.

“No es tan malo allá afuera”.

“Si hay algo que pueda hacer para ayudarte, dímelo. Cualquier cosa”. Acto seguido, posó su mano en mi pierna. Ahora podía ver lo que quería.

“¿Cualquier cosa?”

“Ajá, lo que quieras…” No pude evitar avergonzarme, viendo cómo actuaba de forma tan directa. Ciertamente, ésta mujer no era estúpida.

Sus ojos marrones mostraban deseo.

¿Deseo de poder?

“Me gustan los hombres ambiciosos”. Para mí, solo era un medio para protegerme. Claro, mis motivos no le importaban, solo el resultado.

La pregunta era si acercarme a ella me beneficiaría. Su única ventaja era que podía controlar al montón de idiotas. No parecía ser mucho, pero contar con ella no haría daño.

Pensándolo bien, puedo usarla para algo útil: fortalecer mi conexión con Ha-Yan.

Pero, ¿qué quería a cambio? No lo haría porque sí. ¿Un contrato, o una relación entre los dos? Ella podía sacar mucho de ambos. Ganar más poder, y formar un vínculo conmigo, cuya autoridad solo estaba por debajo de Hyun-Sung.

Ella podía mejorar la opinión de los demás sobre mí. No veo lo malo en aceptar. Aliados o enemigos, era estúpido separar a la gente así. Después de todo, se puede sacar algo de ambos.

“¿Qué gano yo con todo esto?”

“¿Qué tal a Ha-Yan?” Sonreí. Ella sabía lo que quería. En respuesta, terminó por presionar su cuerpo contra el mío. Mientras acercaba su rostro al mío, pude ver el brillo de su deseo con más intensidad.

Finalmente, nuestros labios se juntaron. Era una sensación que no sentía desde hace tiempo. Acaricié su cabello corto y oscuro, mientras pensaba: usémonos.

“Parece que somos algo parecidos”. Sonreí mientras le decía.

“Sí. Pienso lo mismo”.