Regressor Instruction Manual

Volumen 1

Capítulo 13: Prodigio de la Magia (Parte 1)

[Verificando la ventana de estado y talento de la jugadora]

[Nombre – Lee Ji-Hye]
[Título – Ninguno. Por favor, trabaje más duro]
[Edad – 29]
[Carácter – Egoísta y ambiciosa]
[Clase – Ninguna]

[Atributos]
[Fuerza – 05/Límite de crecimiento  por debajo de Común]
[Destreza – 09/Límite de crecimiento por debajo de Común]
[Constitución – 10/Límite de crecimiento por debajo de Común]
[Inteligencia – 20/Límite de crecimiento por encima de Raro]
[Resistencia – 08/Límite de crecimiento por debajo de Común]
[Suerte – 15/Límite de crecimiento por debajo de Común]
[Magia – 00/Límite de crecimiento por debajo de Común]

[Revisión general – Felicitaciones, Lee Ki-Young, por alcanzar la desgracia. La pareja perfecta, concebida gracias a atributos mediocres y talento aún peores. Asegúrate de usar anticonceptivos, no querrás que tu legado en este mundo sea una familia de patanes. Te recomiendo bastante que busques a alguien mejor, ¡o mejor aún!, que no te juntes con nadie en absoluto]

Agh, algún día encontraré al responsable de escribir tales tonterías.

Ji-Hye resultó ser más inteligente de lo que pensaba. No es que fuera una genio, sin embargo, su habilidad para leer la situación, su decisión y voluntad para actuar eran admirables.

Comprendí por qué Kim Hyun-Sung la dejó a cargo del grupo. Era ingeniosa y sabía cómo responder a los problemas de forma apropiada.

Ya tenía una idea de lo que ella quería, pero me preocupó que tuviera alguna razón oculta.

Tragué saliva y volví a examinar sus atributos.

Su vitalidad había aumentado en un punto, su inteligencia en dos y su suerte en tres desde la primera vez que la examiné.

¿Cómo lo hizo?

En el caso de la inteligencia, era posible que no se base simplemente en el pensamiento crítico y conocimiento del individuo. Era interesante, porque a pesar de que dicho atributo era más bajo al de Jung Ha-Yan, parecía más astuta que ella. Tal vez la inteligencia se relacionaba con la habilidad del individuo para utilizar y comprender la magia, o entender cualquier información importante en general.

En cuanto a su suerte, no entendía cómo la había aumentado. Tal vez se debiera a mi encuentro conmigo, pero era solo una suposición.

Aún me faltaba mucho para comprender cómo funcionaban los atributos.

El refugio se encontraba en silencio. Aún era temprano.

Al mirar hacia arriba, todo lo que se alcanzaba a ver era oscuridad; no había manera de saber qué tan alto era el techo de la mazmorra. Gracias a mis experiencias con Hyun-Sung y Deok-Gu, pude convencerme de que era muy parecido a un laberinto: muros de piedra, algunos con musgo y otros medio destruidos, de diferente altura y grosor nos rodeaban en todo momento, a veces conduciendo a callejones sin salida y otras veces a amplios espacios abiertos.

Había pequeños pasadizos a ras del suelo, parecidos a una especie de alcantarillado, que conectaban el pasillo con salas completamente aisladas, con otros pasillos o a la terrible y oscura nada. Esto, junto a unos pequeños canales que se conectaban unos con otros, me hacía pensar que alguna vez llegaron a transportar agua.

También, podías encontrar antorchas, encendidas o apagadas, por toda la mazmorra. De hecho, eran estas las que iluminaban nuestro refugio.

Debía de ser obra de los humanos, o cualquier raza humanoide que se encontrara fuera del laberinto. ¿Cómo, sino, se mantenían encendidas las antorchas? ¿Y quién nos dejaba armas y suministros? Sí, tal vez fuera obra de alguna magia o de aquella voz que escuchamos al inicio, pero nada era seguro.

Habíamos encontrado tiendas de acampar y sacos de dormir entre los suministros, mismos que ahora usábamos. No había suficientes para todos, por lo que algunos compartían o se las arreglaban con pliegues de cuero o lo que tuvieran a mano. Algunos seguían sin poder conciliar el sueño en un lugar hostil y extraño como este.

En su tiempo libre, la gente había delimitado con rocas el espacio para los hombres y el de las mujeres, dejando una amplia zona central, donde comían o entrenaban. (Bejemon: ¿cómo me quedaron las descripciones? Tengo más cositas pensadas).

En silencio, caminé entre las tiendas y la gente dormida, en dirección a la entrada, donde un par de personas vigilaban, una de ellas era Lee Ji-Hye.

“Te levantas temprano”. Me dice.

“Tengo mucho en lo que pensar”. Le respondí, mientras le hacía una señal al otro vigilante para que se retirara. “Necesito que sigas vigilando a Ha-Yan, y que me digas de inmediato si cualquier cosa anormal le pasa”.

“Ni un beso de buenos días, ¿eh?”

“No digas tonterías”.

“No te preocupes, me encargaré de ello. Creo que sé lo que planeas, pero, ¿qué tiene de especial esa mujer?”

“Bueno, alguien mayor y con más experiencia como tú debería saberlo”.

“Ugh, no soy tan mayor…” Se sonrojó. Parece que su edad es un tema sensible.

No nos habíamos convertido en una pareja o en compañeros que le pueden confiar su espalda al otro. Era una relación contractual. Habíamos llegado a un acuerdo para usarnos, un acuerdo que podía llegar a su fin en cualquier momento, pero que por ahora nos dejaría vivir más cómodamente.

La pregunta era cuánto duraría. Por ahora, respetaríamos al otro, pero quién sabe qué pasará en el futuro.

“Por cierto, ¿por qué me elegiste a mí?” Le pregunté.

“Ya te lo dije, me gustan los hombres ambiciosos”.

Ella no era la única que tenía que cumplir con las expectativas.

Así como yo la podía desechar en cualquier momento, ella también podía hacer lo mismo con facilidad.

Le pedí que no dijera nada sobre nuestra relación, pero no era seguro que no soltaría alguna indirecta mientras trabajaba.

Era importante saber cómo afectaría a Jung Ha-Yan. Era socialmente inepta, se le dificultaba expresarse y era muy sensible a las emociones.

No tenía padres, y sus hermanas la abandonaron. No solo le era difícil formar relaciones, sino que seguramente también se moría por recibir afecto.

Tenía que incrementar su apego hacia mí, y en el proceso, su dependencia.

Lee Ji-Hye me ayudaría con eso.

***

Las cosas fueron manejadas más rápido de lo que esperaba. No hubo ningún juicio ni nada por el estilo para Yoo Seok-Woo.

No estaba seguro de si sabía que Ji-Hye se había aliado conmigo, pero Seok-Woo no tardó en admitir que era su culpa, y le dieron un castigo justo en el que todos estuvieron de acuerdo.

Claro, Lee Ji-Hye influenció a los demás para tomar la decisión final. Era divertido ver cómo le hacía creer a los demás que ellos tenían el control.

Aun así, se las arregló para dirigir cierta cantidad de odio hacia Jung Ha-Yan, culpándola discretamente de que ella fue la raíz del problema. Vaya que era despiadada.

Si pudiera describir su capacidad para acosar a los demás en términos de atributos, entonces sería por encima de épico.

Y así, se obtuvo el ambiente óptimo para que los egoístas del grupo aislaran y se burlaran de
Ha-Yan. Ya no podía hacer nada para redimirse.

Eventualmente, me convertí en su único lugar seguro. Me contaba cómo se sentía, entre sollozos.

“… y-y así son las cosas… hic”

“No te preocupes, Ha-Yan, seguro que se solucionará todo. ¿Recuerdas lo que te enseñé? Respira hondo, relájate, que digan lo que quieran, a ti no te importa”.

“Pe-pero los demás…”

“No te preocupes, solo sigue trabajando y mejorando, así, los demás reconocerán tus esfuerzos. Yo ya sé que estás dando lo mejor, pronto ellos también lo sabrán”.

“Gra-gracias”. Soltó un largo suspiro. “Sé que… sé que estás muy ocupado, a-así que te lo agradezco, de verdad”.

“No pasa nada. Pronto pasaremos más tiempo juntos. Hablé con Hyun-Sung sobre llevarte con nosotros en nuestras incursiones”. Fuuu, no era fácil fingir ser buena persona.

“¿Estará bien… que yo vaya?”

“Por supuesto”. Sonreí a la vez que acariciaba su cabeza. Ella cerró los ojos, disfrutando del momento.

“Me alegro mucho de que estés conmigo. Si estuviera sola…”

“No, soy yo el que se siente aliviado de tenerte”.

Era todo un logro de mi parte. El tiempo que habíamos pasado juntos debe de significar mucho para ella, con su temor a socializar, aunque yo sea el que lo provoque.

Sentí ganas de tomar una foto de este momento.

Debía de ir despacio. No apuraría las cosas, construyendo una endeble casita de arena; no, nuestros lazos debían de ser fuertes como los ladrillos de un castillo.

“¿Cómo va tu circulación mágica? ¿Has avanzado?” Le pregunté, cambiando de tema.

“Si. Tus consejos parecen funcionar, puesto que ya puedo sentirla, dentro de mí. Creo que si la mando a mis brazos, podría reforzarlos”.

“¿Qué hay de tu conjuración?”

“Aún no estoy segura de ello…”

No solo hablaba con Ha-Yan para mejorar nuestra relación.

Así como Deok-Gu tenía sus dificultades para acostumbrarse a su nueva clase, yo también tenía las mías. Enseñar a Ha-Yan me ayudaría.

Hyun-Sung salía solo últimamente, tal vez para darnos tiempo.

Visualiza.

La magia es el resultado de visualizar lo que quieres lograr con ella. Conjurar era una ayuda.

Ya tenía el conocimiento en mi mente, pero se me dificultaba obtener el resultado que deseaba.

Necesitaba acumular la cantidad exacta de magia para lo que quería lograr. Ni más, ni menos magia.

“Oh, llama, escucha mi voz, ilumíname”. Recité, mientras imaginaba fuego saliendo de la punta de mi dedo.

“Wow…” Jung Ha-Yan observaba, sorprendida, cómo aparecía una pequeña llama.

“Es muy importante saber lo que quieres e imaginarlo de forma clara en tu mente. Es conveniente si el conjuro es simple, pero no pasa nada si se alarga un poco, así te aseguras del resultado. Lo que importa es que coincida con tus pensamientos”.

La desventaja era que los conjuros fáciles de visualizar y de recitar eran inútiles. Si quería algo más potente, necesitaría más tiempo para construirlo.

“Ya veo…”

“En mi caso, me gusta tomar la magia de a poco, y construir despacio el conjuro. Sin embargo, probablemente encuentres tu propio método. Puede parecer difícil ahora, pero ya verás que se te hará más sencillo”.

No era posible usar magia a no ser que tuvieras una clase. Por ejemplo, Kim Hyun-Sung tenía muchos puntos en magia, pero no la podía usar para conjurar. Puedes manipularla como quieras, pero manifestarla fuera de ti era imposible.

No hay manera más fácil de acercarte a alguien que enseñarle o aprender de aquella persona. Aunque le dijera lo que más adelante sabría por su cuenta, no perdía nada.

“No serás capaz de usar tu magia a no ser que tengas una clase. Por ahora, practiquemos con manipularla, paso a paso”.

“Lo haré lo mejor que pueda”. Una expresión de preocupación surcó su rostro. Tal vez tenía miedo de no ser capaz.

[El atributo de Magia ha aumentado en un punto]
[El atributo de Inteligencia ha aumentado en un punto]

Bien.

“Parece que mientras más la uses, mayor será tu atributo de magia”.

“Sí, también lo noté”.

“¿Qué te parece si paramos por hoy?” Le pregunté, después de unos minutos.

“De hecho, tengo una duda respecto a la manipulación…”

“Cuéntame”. Así, escuché su explicación. Aproveché para mirar su ventana de estado, curioso por su progreso.

[Verificando la ventana de estado y talento de la jugadora]

[Nombre – Jung Ha-Yan]
[Título – Ninguno. Por favor, trabaje más duro]
[Edad – 21]
[Carácter – Defensora inocente]
[Clase – Maga – Común]

[Atributos]
[Fuerza – 11/Límite de crecimiento por debajo de Raro]
[Destreza – 11/Límite de crecimiento por debajo de Raro]
[Constitución – 14/Límite de crecimiento por debajo de Épico]
[Inteligencia – 22/Límite de crecimiento por encima de Épico]
[Resistencia – 14/Límite de crecimiento por debajo de Raro]
[Suerte – 23/Límite de crecimiento por encima de Épico]
[Magia – 15/Límite de crecimiento por encima de Legendario]

[Equipo – Ninguno]

[Habilidad – Prodigio de la Magia – Épica]

¿Qué? ¿Maga?

“Tengo problemas para hacer circular mi magia. ¿Tienes alguna idea de por qué?” Me preguntó, con una pequeña sonrisa.

¿De qué hablas?

No pude evitar pensar que algo estaba mal.