Isekai Wa Smartphone to Tomoni (NL)

Volumen 28

Capítulo 2: Un Momento De Calma

Parte 3

“¡Farnese, Yoshino! ¡Ustedes dos fueron las mejores!” “He-he-he, ¡gracias!”

“Sí, sí, ya lo entiendo”.

Celebramos una fiesta en el castillo después del concierto y, naturalmente, el Señor de Xenoahs estaba allí llorando a lágrima viva. Las reacciones de su hija y su nieta fueron totalmente opuestas. No paraba de elogiarlas, así que no podía culpar a Sakura de que le resultara molesto. Incluso yo empezaba a sentirlo, aunque no lo diría en voz alta.

Por lo general, no llevábamos a los niños a este tipo de fiestas en las que se reunían representantes de varios países, pero esta vez fue un poco diferente. La fiesta no era como nuestras cumbres habituales. Era más bien una reunión social como fiesta posterior al concierto, así que habíamos invitado también a ministros y niños de la realeza.

El número de países que se habían adherido a la Sociedad de Naciones ya superaba con creces la treintena entre el este y el oeste, y además había más invitados. ¿A cuántos cientos de personas habíamos invitado?

Por supuesto que recordaba a los reyes y a los representantes de sus países, pero para cualquier otra persona por debajo de ellos, mi memoria era nebulosa, honestamente hablando.

“Gran Duque, debo agradecerle la maravillosa actuación de hoy. Espero que algún día su orquesta pueda actuar también en mi país”.

Y justo cuando estaba pensando eso, me encuentro ante una persona importante de la que no recuerdo el nombre.

Era un tipo normal y corriente, sin bigote ni monóculo a la vista. ¿Quién era?

{Mi señor, es Lord Rozels de Gardio.}

“Gracias por sus amables elogios, Lord Rozels. Si surgiera la oportunidad, estaría más que encantado de que actuaran en Gardio”.

Con el recordatorio de Kohaku, pude responder con una sonrisa cortés. Mierda, eso estuvo cerca.

Miré a un lado y vi a Kohaku en brazos de Cesca; la sirvienta me hacía señas con el pulgar. Gracias a que era una humana artificial, su memoria era inigualable, lo que me permitía usar trucos como este si la situación lo requería.

Echando un vistazo al lugar de la fiesta, veo a los representantes de Eashen y Orphen, países situados en dos extremos completamente opuestos del continente, charlando alegremente entre ellos. Probablemente les resultaba más fácil llevarse bien, ya que sus dos países tenían culturas muy similares.

“¿Hm?”

En otra parte de la sala, vi a Quun y Arcia charlando con otros chicos. Todas eran chicas de la misma edad. No recordaba haberlas visto antes, así que imaginé que eran las hijas de los ministros.

Ambas eran muy hábiles a la hora de interpretar el papel de dama noble ocultando su verdadero yo, por lo que no me ponía especialmente nerviosa verlas interactuar con otros nobles. Aunque redactado de otra manera, también significaba que ambas eran muy buenas fingiendo…

Como habíamos revelado que los niños eran parientes míos, seguían siendo tratados como nobles damas de Brunhild. Seguramente estaban hablando de lo bueno que fue el concierto.

Y de repente, tres chicos que también tenían más o menos su edad se acercaron a ellos.

¿Hm? ¿Están a punto de intentar ligar con ellas? Llegan cien años demasiado pronto para eso, chicos.

Lo único que quería era entrar e interferir directamente, pero dada mi posición, no podía ser grosero con los hijos de un noble de la nada, así que me limité a mirarles con desprecio. Si sabía que esto iba a pasar, debería haberles asignado guardaespaldas.

Los tres chicos charlaban con las chicas, pero no obtenían las respuestas más comprometidas. En comparación con lo orgullosos que parecían de sí mismos, las chicas tenían sonrisas que no se reflejaban en sus ojos.

¿De verdad son tan tontos?

Estaba más que claro que la conversación no iba por buen camino. Parecía como si estuvieran alardeando de algo y las chicas se estuvieran molestando por ello.

Puede que lo disimularan bien, pero incluso Quun y Arcia empezaban a parecer molestas. Parla estaba de pie a los pies de Quun, y sostenía en sus manos una pistola aturdidora que dejaba escapar un pequeño bzzt.

Espera, ¡eso es demasiado!

Justo cuando estaba dudando sobre si debía intervenir o no, a los tres chicos se les cayeron los pantalones de repente, dejando al descubierto su ropa interior ante las chicas.

“¡¿Eh?!” “¡Eek!”

Ante los gritos de las chicas, los chicos se subieron rápidamente los pantalones y salieron corriendo de la habitación con las caras muy coloradas.

Noté que Arcia dejaba caer sutilmente unas hebillitas al suelo, y luego Parla las recogió en silencio para deshacerse de las pruebas. ¿Eran las hebillas de sus cinturones? Maldita seas, Arcia, usaste [Apport] totalmente, ¿no?

¿Qué clase de niña crie…? Buen trabajo.

Las chicas volvieron a sonreír de verdad y empezaron a reírse entre ellas. Su conversación se reanudó como si los chicos nunca hubieran existido.

“Tus hijas no se guardan nada, ¿verdad?”.

“¿Hay necesidad de contenerse ante un enemigo?”

“Enemigo, ¿eh? Ustedes sí que se parecen…”

De repente, Ende estaba a mi lado. Parecía que lo había visto todo. Él también se encargaba de la seguridad de la fiesta, dada la cantidad de invitados que teníamos.

Sin embargo, Ende tenía un motivo diferente para querer hacerlo.

Y hablando del diablo, aquí está su razón.

Una música alegre comenzó a flotar por la sala de fiestas: Yoshino había empezado a dirigir la orquesta. Hombres y mujeres empezaron a bailar al ritmo de la música, entre ellos una pareja mucho más pequeña que la mayoría.

Eran Kuon y Allis.

Esta fiesta también sirvió a Allis como prueba para ver si podía bailar bien en una ocasión real. Aunque no sería castigada si se equivocaba. Kuon y Allis no estaban presentes hoy aquí como príncipe y princesa de Brunhild, así que la gente reunida hoy aquí no sería tan dura con ellos.

Los dos bailaron con gracia al ritmo de la música. Allis tenía una sonrisa deslumbrante en la cara, parecía una chica noble normal y corriente. No, en realidad, parecía incluso más que eso. Realmente había superado las expectativas.

Suspiros de admiración se escaparon de los que me rodeaban al ver bailar tan espléndidamente a un chico y una chica tan jóvenes.

…ignora el rechinar de dientes y el chasquido de lengua que viene de mi lado.

A pesar de sus quejas, Ende seguía siendo un padre cariñoso, y se aseguraba de grabar todo el baile. Seguramente se lo enseñaría a sus esposas más tarde.

Kuon y Allis se mezclaron perfectamente con los adultos, Kuon con su frac, Allis con su vestido de noche azul hielo. Sus ropas les sentaban bien. Para ser un príncipe y su prometida, no tenía ninguna queja de su actuación.

Miré a Lu desde el otro lado de la habitación, y ella dio un fuerte pulgar hacia arriba. Supongo que pasaron.

La canción llegó a su fin y todos se inclinaron ante sus parejas de baile en medio de una lluvia de aplausos. Incluso Ende había dejado de grabar y aplaudía. Mientras lloraba.

Vamos, aquí no.

Como si el Señor no fuera ya suficientemente malo.

“¡Mira lo deslumbrante que está Allis ahora mismo! ¡Pero el hecho de que sea tu hijo el que lo haga es tan frustrante!”

“Realmente tenemos que sentarnos y tener una charla sobre esto en algún momento, amigo”.

A este paso, iba a convertirse en un clon del señor. Si no tenía cuidado, iba a quedar atrapado en esa ruta, y entonces Kuon se vería sometido a un sufrimiento sin fin. “Al menos ten la decencia de aceptar al novio de tu hija.”

“¡Será mejor que recuerdes lo que acabas de decir! ¡Porque voy a devolvértelo con tus hijas! ¡Ocho veces enteras!”

“¡Oi!”

Este bastardo… ¡Debería saber que no quería pensar en eso! ¡Quieres hacerlo, ¿eh?!

“Ustedes dos realmente son sólo un par de niños grandes. Dejen de mirarse así”.

Elze nos separó. Aunque no estaba tan acostumbrada a llevar vestidos, llevaba uno sólo por hoy.

De repente me di cuenta de que habíamos llamado bastante la atención con nuestra discusión.

Los dos sonreímos torpemente e inclinamos la cabeza. “Aquí no pasa nada. Disculpen el alboroto”.

“Se trataba de los niños de nuevo, ¿no? Realmente no puedo imaginar un futuro en el que ustedes dos realmente dejen a sus hijos dejar el nido.”

Elze lanzó un suspiro exasperado y sacudió la cabeza.

¡Hey, los niños aún no han nacido en nuestra época! Es demasiado pronto para que abandonen el nido.

“Eres alguien para hablar”, replicó inmediatamente Ende, aparentemente molesto por el comentario de Elze. “He oído que apenas has dejado en paz a Elna últimamente”.

“Uh, ¡perdón! ¡Elna es una niña muy buena! ¿Qué hay de malo en que quiera mimarla?”

“¡Sí, no hay nada malo en eso, en absoluto! ¡Elna es un ángel absoluto!” “¡¿Eh?! ¡¿Por qué estás de su lado?!”

Ende estaba dolido por mi supuesta traición, ¡pero como si yo fuera a ponerme de su parte en vez de la de Elze!

“¿Qué están haciendo?” interrumpió Leen, con una mirada tan exasperada como la de Elze. Paula estaba a sus pies negando con la cabeza.

Oye, no te unas.

“Por favor, no hagas de Brunhild una vergüenza. ¿De qué sirve que los niños eleven la opinión que la gente tiene de nosotros para que los adultos la vuelvan a desplomar?”

Leen miró a Kuon y Allis, que en ese momento estaban rodeados de curiosos que les elogiaban por su baile.

Naturalmente, ni siquiera nosotros pudimos ignorar esas palabras, e inmediatamente nos recompusimos.

Vamos, Touya, se supone que eres el modelo a seguir aquí.

“Ahora, cariño, deja de hablar por aquí y ve a saludar, ¿quieres? Ese es el trabajo del gran duque, después de todo”.

“Sí, señora…”

Empecé a pasear por el local ante la insistencia de Leen. Supongo que debería empezar por los padres.

“¡Hola, Touya! ¡El concierto fue increíble!”

Habiendo empezado ya a beber, el rey de Belfast levantó una copa de vino hacia mí en señal de saludo junto con el rey de Regulus. Les devolví el saludo. Ambos parecían satisfechos y sonrientes.

“El baile de Kuon fue espléndido. Estoy orgulloso de que sea mi nieto. Oh espera, se supone que debo guardar ese secreto.”

El vino parecía haberle aflojado los labios, y tragó el vino de su copa como si quisiera tapar lo que había dicho.

“Majestad, Lucía fue quien enseñó a Kuon a bailar. Por supuesto que sería tan hábil. Estoy orgulloso de que sea mi hija”.

¿No hay demasiados padres cariñosos en esta fiesta? “¿No es la sartén por el mango?”, dirás. Muy buena.

“Dejando eso a un lado, Touya, me he enterado por Zadonia que al parecer ha habido avistamientos recientemente de Phrase por allí”.

“¿De Phrase?”

No pude ocultar mi sorpresa ante las palabras del rey. Todos los Phrase deberían haber sido absorbidos por el malvado dios y haberse convertido en mutantes. ¿Significaba eso que había supervivientes? Definitivamente hice una [Search] de todo el mundo por ellos después del enfrentamiento para asegurarme.

“Sí, al menos eso es lo que dijeron. Hay que tener en cuenta que los testigos oculares eran comerciantes perdidos en una ventisca, por lo que existe la posibilidad de que simplemente estuvieran alucinando por el cansancio, o simplemente confundieran a un monstruo de hielo con otro. En cualquier caso, me pareció pertinente informarle”.

Al ser la Tierra de Frost, Zadonia era una tierra cubierta de, bueno, nieve y hielo. Incluso había tortugas de hielo con glaciares en la espalda. No era descartable que alguien confundiera eso con un Phrase.

Sin embargo, si realmente había Phrase allí, no había forma de que los Construcciones Dominantes o el antiguo Soberano no fueran capaces de detectarlas.

“Hm, tal vez fue sólo un error, después de todo. Tenía un poco de miedo de que estuviéramos a punto de enfrentarnos a otra de esas invasiones a gran escala”.

Le aseguré al rey que todo iría bien, pero… ¿de verdad? ¿Podría ser que hubieran llegado tarde desde Phrasia? La ansiedad se negaba a dejar de punzar mi mente como pequeñas espinas.

Al fin y al cabo, si realmente eran Phrase, Melle y los demás Construcciones Dominantes serían capaces de enfrentarse a ella.

Saqué mi smartphone y volví a buscar el Phrase.

“No se detectan objetivos”.

En realidad, no eran Phrase. Si estuvieran dentro de una barrera o tuvieran un amuleto, mi magia no podría detectarlos, pero eran Phrase. Era imposible que tuvieran algo así. Tenía que ser un malentendido.

Pero no podía dejar de pensar en ello, así que decidí que debía hablarlo directamente con el rey de Zadonia.

El príncipe Frost… o mejor dicho, el Rey Frost del reino de Zadonia charlaba alegremente con el rey de su país vecino, Dauburn. Dado lo mucho que habían discutido sus padres, era fascinante verles llevarse tan bien. Probablemente ayudaba el hecho de que sus prometidos, que también asistían a la fiesta, fueran hermanos.

“¡Ah, Alteza! Debo agradecerle que me haya invitado a este concierto”.

“Ha sido una actuación preciosa. Espero que llegue el día en que podamos ver a su orquesta actuar algún día en nuestro propio país.”

Las dos me saludaron al llegar. Sus prometidas, las princesas de Allent, me hicieron reverencias.

Tras intercambiar alguna charla informal y ponernos al día, pregunté al rey de Zadonia por el supuesto avistamiento de Phrase.

“Gracias a los espíritus, Zadonia se está convirtiendo poco a poco en un clima mucho más habitable, pero aún quedan zonas de frío extremo. Algunos mercaderes que acabaron perdidos en una de esas regiones vieron un gran caracol transparente dentro de la ventisca que parecía hecho de hielo.”

Un caracol de hielo, ¿eh? Si no recuerdo mal, en la región había un monstruo conocido como Caracol Frío, que era un caracol con caparazón de hielo.

“Yo mismo he visto un Caracol Frío; miden como mucho un metro. Mientras tanto, el caracol presenciado medía al menos tres metros”.

Sí, era demasiado grande para ser un monstruo normal, pero aún cabía la posibilidad de que fuera un Behemoth.

“Uno de los comerciantes dijo otra cosa interesante: dentro de esa cáscara transparente había un núcleo redondo azul”.

“¿Un núcleo?”

Ahora eso… hacía más posible que fuera un superviviente de los Phrase. Aún no hay confirmación, pero…

Como dije antes, aunque fueran los Phrase, teníamos a Melle. No había forma de que la desafiaran. Tenía que estar bien… Tenía que estarlo.

Me separé de los dos reyes y luego observé a todo el mundo bailando al ritmo de la música que había comenzado de nuevo. Mientras estaba sumido en mis pensamientos sobre el avistamiento de Phrase, Yumina apareció frente a mí, con su vestido de noche blanco. Sonrió y me tendió la mano.

“Si has terminado tus deberes, ¿qué tal un baile?”

“Um… no soy tan bueno como nuestro hijo, pero si no te importa, claro”. Cogí la mano de Yumina y nos unimos al círculo de vestidos giratorios.

***

“Hazel y Orchid fueron derrotados. Su estrategia fue totalmente inútil”.

“Nunca preví lo rápido que atacaría el enemigo. Pensé que, en el peor de los casos, uno de nosotros acabaría derrotado, pero no dos”, respondió Índigo con naturalidad al comentario de Tangerine. No parecía que Tangerine intentara criticarle; de hecho, casi se estaba burlando de él.

De todas formas, su grupo no se consideraba especialmente compañeros; simplemente se veían como piezas de juego para que los demás las utilizaran como quisieran. Podían pensar que era una pena perder una de esas piezas, pero nada más que eso.

“Es una pena que ambos murieran sin sentido”.

“Tenía sentido”, dijo Scarlet. “Pudimos obtener información de combate vital de sus batallas. Si la utilizamos, podremos mejorar aún más los Kyklops”. Estaba escaneando los datos enviados por los Kyklops de Hazel y Orchid.

“Sí, okay”, espetó Tangerine con desinterés.

Una de las habitaciones del Arca había sido acondicionada como laboratorio de investigación para Scarlet. En el Arca no sólo se guardaban los artefactos que había dejado uno de los raros ingenieros Gollem, Chrom Ranchesse, sino también los Gollems que le habían ayudado en su trabajo. Scarlet los utilizaba como si fueran una extensión de sus extremidades mientras empezaba a diseñar el próximo Kyklops. Todo lo demás no tenía cabida en su mente.

Habiendo perdido interés en Scarlet, Tangerine comenzó a mirar a su alrededor.

“¿Dónde está Gold?”

“Al lado. Parece que está tan obsesionado con el núcleo como siempre”, le informó Índigo.

Tangerine se abrió paso a través de una puerta automática hasta la sala contigua. En la habitación poco iluminada, vio un pequeño Gollem dorado frente a un gran cilindro de cristal. El cilindro estaba lleno de un líquido morado opaco, y en su interior había una especie de objeto puntiagudo del tamaño de una pelota de golf.

El pequeño Gollem se limitaba a mirarlo. Tangerine suspiró. Era exactamente la misma visión de siempre.

“En serio, no sé cómo puedes quedarte ahí mirando eso todos los días sin aburrirte. ¿Estás seguro de que va a convertirse en nuestra carta de triunfo?”

“…Lo hará. Todavía duerme. Pero cuando despierte…”

Sin volverse para mirar a Tangerine, el pequeño Gollem habló con una voz mecánica y grave.

“Espero que se despierte pronto, entonces. Antes de que perdamos todas las cartas que nos quedan”.

La corona de oro no devolvió más que silencio.