Monogatari (NL)

Volumen 16

Capitulo 4: Correo Shinobu

Parte 30

A partir de ahí, todos los actores se reunieron en el campo de atletismo de la Escuela Secundaria Privada Naoetsu en la noche del veinticuatro de agosto… o eso me gustaría decir, pero todavía faltaban algunos de ellos.

Podemos tocar este tema más adelante, pero también marcó la primera vez que iba a mi secundaria en los cuatro días desde que terminaron las vacaciones de verano. Ahora que lo pienso, mi secundaria no nos obliga a presentarnos en ningún momento durante las vacaciones de verano como hacen otras (o tal vez sí, pero no que yo sepa), por lo que esta fue mi primera asistencia en los treinta y siete días que han pasado desde que terminó el primer trimestre. El hecho de haber venido a altas horas de la noche, cuando todos los estudiantes, profesores, administradores y demás ya se habían ido, era muy propio de mí.

Todavía no había hecho los deberes de las vacaciones de verano, me di cuenta ahora. Ese había sido el comienzo de toda esta serie de incidentes que continuaban desde el último día de las vacaciones de verano, pero esos deberes estarían tan lejos en el pasado para cuando volviera a la escuela que podría esquivar la bala.

Ya sabes, mi valentía no conoce límites.

De todos modos, ahora que se había construido una barrera alrededor del campo, al igual que durante las vacaciones de primavera, los intrusos y las intervenciones de terceros ya no eran una preocupación.

“Muy bien. Empecemos esto bien y rápido, y luego terminemos bien y rápido.” Dijo Gaen-san.

Me pareció que actuaba un poco distante de mí, pero debía ser mi imaginación. Gaen-san era una adulta comprensiva.

Episode se puso a su lado.

Su enorme cruz no sobresalía del suelo como en el Santuario Kita- Shirahebi (habría dejado una marca horrible si lo hiciera), sino que descansaba en su hombro, probablemente como señal de que estaba listo para luchar en cualquier momento.

Debía de ser porque ambos eran ese tipo de personas en el fondo, pero los dos mantenían una actitud relajada—eso, o no estaban demasiado interesados. Aun así, se notaba que se tomaban su trabajo en serio.

Dudaba que ninguno de los dos mostrara nunca el tipo de frivolidad que Kaiki o Kagenui-san no se pensaban dos veces en ostentar mientras trabajaban—quizás era comprensible viniendo de Kaiki, un estafador, pero que Kagenui-san fuera así demostraba lo inusual que era.

¿Podría ser esa la razón por la que Gaen-san no involucró a Kagenui-san, a pesar de que este caso involucraba a vampiros inmortales? Eso era todo lo que podía especular como alguien que había luchado con ella y había sido salvado por ella.

De hecho, el duelo que pronto tendría lugar podría no ser tan importante, comparado con la imprudencia con la que me había enfrentado a Kagenui-san—por supuesto, una condición muy grande difería entre aquella vez y esta.

En ese sentido, la muñeca adolescente y tsukumogami que actuaba como shikigami de Kagenui-san, Ononoki Yotsugi, no estaba presente.

¡Increíble! ¡¿Ononoki-chan, no está aquí?!

¡¿No hay chicas adolescentes por aquí?!

¡En ese caso, ¿para qué me he molestado en venir aquí?!

El hecho me hizo querer gritar todo esto y más (estoy bromeando), pero parecía que le habían pedido que se encargara de otra tarea después de informar a Gaen-san sobre nuestra interacción y ahora estaba de viaje en otro lugar.

Otra tarea más…

No voy a seguir hablando del grado de sobrecarga de trabajo de Ononoki-chan, pero ¿a dónde podría ir en este momento y qué estaría haciendo allí? Dijeron que este trabajo llegaría a su fin aquí pasase lo que pasase. Curioso, le pregunté a Gaen-san por los detalles.

“Ahora que hemos arreglado las cosas con este trabajo está atando los cabos sueltos—un trabajo no se acaba sólo porque se arreglen las cosas, ya sabes. Especialmente por la forma en que hago las cosas. Me aseguro de que las cosas no vuelvan a ocurrir eliminando cualquier posibilidad de reproducibilidad. Si ocurre un incidente, lo tengo en cuenta para el futuro. Eso es lo que está haciendo.”

Aparentemente, eso es lo que hacía Ononoki-chan.

No lo entendí del todo, pero en cualquier caso, Gaen-san ya tenía la vista puesta en lo que ocurriría después de esta noche. Tal vez eso fuera natural desde su perspectiva, pero sí me gustaría que dejara de hacerse la dura cruzando los brazos delante de ella mientras hablaba cuando en realidad sólo quería bloquear mi visión de su pecho.

También me gustaría que dejara de tratar lo que estaba a punto de intentar como una nimiedad, ya que iba a hacer el primer lanzamiento, o algo por el estilo, ¿no?

“Tienes razón. No te preocupes, desharé el sello de Yotsugi-chan— aunque puede que no sea posible restaurar tu vínculo sin que la otra parte en cuestión esté cerca.” Dijo Gaen-san un poco cínicamente.

Sí.

Así es.

Cuando dije que faltaban actores, me refería tanto a Shinobu como a Ononoki-chan—Oshino Shinobu, que terminó sin salir del santuario.

La llamé y golpeé la entrada una vez que llegó la hora de irse, pero ella se negó a salir—esta vez era realmente como si necesitara despertar a un dios dormido, pero ningún ritual que intentara surtió efecto.

Ella había decidido no ver al primer Asesino de Excentricidades, después de todo lo hablado, tenía que respetar su decisión. Así es. Mi determinación no tenía que alinearse con la resolución de Shinobu.

En ese caso, sólo tenía que ganar el duelo a cualquier precio, para que Shinobu no tuviera que ver al primer Asesino de Excentricidades, aunque no importaba cualquier intento de redoblar mis convicciones. Incluso si lo que parecía ser el resultado predeterminado se desarrollaba y yo perdía, de igual modo Gaen-san y Episode no iban a permitirle ver a Shinobu.

Aun así, tenía sentido que lo hiciera.

Tal y como había declarado, Kanbaru no había intentado sacar a Shinobu del santuario, donde se había recluido, pero, como mi kouhai siendo como es, participó en algunos de mis tontos rituales, posiblemente porque lo encontraba divertido.

“¿Por qué no nos ponemos en marcha de una vez?” Instó con despreocupación, añadiendo incluso: “No te preocupes. Si pasa algo, te protegeré.”

Qué kouhai más fiable tengo.

No es que pudiera soportar darle más trabajo después de todo lo que había hecho, otra razón por la que tenía que darlo todo.

No podía parecer lamentable delante de una kouhai como ella.

Y así, con los cuatro, yo incluido, reunidos, el último en aparecer fue el hombre en el centro de esta serie de asuntos.

El primer Asesino de Excentricidades.

El primer siervo de Kiss-Shot Acerola-Orion Heart-Under-Blade— un vampiro que había regresado en el transcurso de cuatrocientos años.

Un especialista de los viejos tiempos.

De la nada, apareció vestido con una armadura. “…”

El ahora guerrero acorazado—que no muestra casi ningún rastro del chico que había conocido esta mañana—apareció vestido con un equipo totalmente ajeno a nuestra época moderna.

De alguna manera, la armadura se sentía aún más grande que antes, posiblemente porque se me había mostrado como un niño—no, de hecho, debía ser más grande.

Dijo que se habría recuperado por completo, que estaría totalmente restablecido.

Habría utilizado su drenaje de energía para fortalecerse aún más antes de aparecer en este campo, y había perdido el carácter hablador que tenía como niño.

Apareció puntualmente y no dijo nada. Se quedó allí con su gruesa armadura.

Tampoco fue el único que se quedó callado. También Kanbaru, hasta cierto punto, una vez que apareció—antes de eso, a pesar de la sensación en el aire, se las había arreglado para charlar.

Debe haber sentido la fuerza nociva de todas esas “cosas malas” que el primer Asesino de Excentricidades trajo consigo, al igual que se sintió enferma antes en el Santuario Kita-Shirahebi y durante nuestra última visita a la escuela de preparación abandonada.

No. Incluso peor que esas veces.

Como alguien que compartía un origen vampírico común con él, no me afectaba, ni tampoco a los dos especialistas, Gaen-san y Episode, pero la cantidad de preparación cuidadosa que había puesto en este momento era tan clara como la noche.

Como senpai de Kanbaru, me preocupaba su cuerpo y su mente, pero no era como si se fuera a ir ahora aunque se lo dijera… Justo cuando me preguntaba qué hacer…

“Muy bien. Empecemos esto bien y rápido, y luego terminemos bien y rápido.” Dijo Gaen-san para romper el hielo.

Nada en su tono sugería una preocupación real por el estado de su sobrina—no hacía falta ser yo para reconocer que su interés por acabar con esto bien y rápido no tenía nada que ver con ninguna consideración hacia ella.

“Araragi, y Primero—esta amable dama que lo sabe todo va a estar a cargo de su duelo. Me aseguraré de que sea una pelea justa, y ustedes me dejarán actuar como juez.”

“Tenéis mi palabra.” Dijo el Primero. No con la voz que me había quitado. Sino con la suya.

Una voz elegante, profunda e incluso fascinante.

“Mantendréis nuestra promesa, Izuko-dono. Como compañera especialista, confío en que no romperéis tal promesa.”

Es triste oír las palabras de alguien tan dispuesto y preparado para romper promesas como Gaen-san, pero tampoco podía hablar en serio cuando las dijo.

Él también era un especialista astuto y probado.

Alguien que no es de fiar, que no se lo pensaría dos veces a la hora de entregar a alguien, no veneno, sino té bendito.

“Oh, por supuesto. Nunca he roto una promesa en mi vida, y tampoco he mentido nunca. Izuko-san es toda integridad.”

Por la forma en que se negó a usar su apellido, me di cuenta de que estaba siendo minuciosa a la hora de ocultar su identidad a Kanbaru. Pero, ¿estaba tan decidida a mantenerla en la oscuridad? Tal vez la revelación del hecho de que Kanbaru era su sobrina separada desde hacía mucho tiempo merecía un poco más de gravedad, pero verla llegar tan lejos empezaba a hacerme sospechar…

Incluso parecía que no se trataba de su relación con Kanbaru sino con la madre de esta, es decir, la hermana mayor de Gaen-san.

No es que necesite pensar en eso ahora mismo.

“Araragi-dono.” Me dijo entonces el primer Asesino de Excentricidades. “Parece que Kiss-Shot no está aquí—¿tengo razón al pensar que me encontraré con ella una vez que os derrote en este duelo?”

“Haz lo que quieras.” Respondí. Los dos estábamos lo suficientemente cerca como para que, mirándolo con ojos sobrios, me abrumara su intensa presencia—aun así, no dejé de lado mi afectación. “Si llego a perder no creo que sobreviva, así que adelante, reúnete con ella todo lo que te apetezca.”

Es decir, me contuve de decir, si puedes. Gaen-san no habría querido que dijera eso, por no hablar del primer Asesino de Excentricidades.

Si puedes.

Viéndolo ahora, no podía verlo reuniéndose con Shinobu sólo para darle una disculpa sincera—Kanbaru parecía equivocarse en eso.

No fue por amor. No fue por gratitud.

No fue por lealtad.

Sin embargo, tampoco era puro odio, resentimiento o rebeldía—por mucho que odiara admitirlo, sus sentimientos hacia Shinobu eran probablemente muy parecidos a los míos.

Hasta el punto de que podrían ser lo mismo. Como mi relación con ella, de amor y odio. La quería y la odiaba.

Así que, de hecho, el primer Asesino de Excentricidades no se conocería a sí mismo hasta que llegara el momento—probablemente no lo sabría hasta el momento en que viera a Shinobu.

¿Cómo actuaría entonces?

¿La amaría o la mataría?

¿Sería honesto, o engañoso?

¿La respuesta a esa pregunta no se decidiría en el momento?

… No es que el momento fuese a llegar.

Aun así, fue un error simpatizar o empatizar con él—tal vez fui cómplice del engaño, pero sólo necesitaba ganar este duelo para convertirlo en honestidad y sinceridad.

Sentir pena por él. Fue un error.

Hay que respetar a un ser que se ha pasado cuatrocientos años volviendo a la vida, sea quien sea—sin duda sería lo que diría Oshino.

“¿No tienes intención de sobrevivir? Qué hilarante. No digas cosas tan alarmantes, siervo de Heart- Under-Blade… que supongo que debería especificar.” Episode tropezó con sus palabras—no debía recordar ni mi nombre ni mi apellido. Ahora Gaen-san me llamaba Araragi (no “Koyomin”), pero probablemente no recordaba nombres a menos que tuviera un interés específico en hacerlo… No es que yo fuera mejor, ya que sólo lo conocía como Episode.

¿Y qué hay del nombre del primer Asesino de Excentricidades? Esto probablemente terminaría sin que yo lo aprendiera.

“Tienes razón, Araragi.” Gaen-san continuó donde lo dejó Episode. “Eso es alarmante. No deberías decir eso, ¿no has estado escuchando? Lo que está a punto de tener lugar es como una especie de ceremonia. Podrías llamarlo un duelo dedicado a un dios—no es algo de lo que alguno de ustedes vaya a morir.”

Ven aquí, me indicó con la mano.

Supongo que había pasado suficiente tiempo desde el accidente en el descampado como para que finalmente me permitiera acercarme a ella. Gaen-san me tocó la cara.

“Bien. Ahora estás listo.” Dijo.

No parecía que hubiera pasado nada, pero debió deshacer la huella de Ononoki-chan de la mitad izquierda de mi cara.

La protección había sido eliminada.

Ahora ninguna huella estaba allí para defenderme.

“Los preparativos están completos. Y ahora tú también estás listo para luchar, Araragi. ¿No es así?”

“Los preparativos, ¿completos? ¿Con eso? Esperad un momento,

¿qué hay de vuestro enlace, Araragi-dono?”

El primer Asesino de Excentricidades fue quien expresó sus dudas. “¿Seguro que tenéis intención de batiros en duelo conmigo en un

estado tan débil?” “…”

“Parece que vuestro vínculo con Kiss-Shot no era tan fuerte como me temía. Me cuesta creer que se atreva a enviar a su siervo a la batalla estando tan desprovisto de poder.”

No pude ver debido a la protección de su rostro, pero debe haber estado burlándose, no es que pueda culparlo por pensar eso.

Si hubiera querido cubrir todas mis bases para este duelo, habría restaurado mi vínculo con Shinobu, y luego le habría hecho beber mi sangre, fortaleciendo mi cuerpo hasta el límite antes de llegar aquí.

Ahí radica la diferencia entre este momento y mi batalla contra Kagenui-san, tan diferente como el cielo y la tierra, pero en cualquier caso, me enfrentaría a una excentricidad en un estado casi totalmente humano.

Puede que sea la primera vez que me dirijo a una batalla con tanta desventaja de poder.

Pero hay una primera vez para todo.

Sí, Shinobu se había atrincherado y se negaba a moverse, pero esa no era la única razón por la que nuestro vínculo no se había restablecido—esto era, a su manera, algo que yo quería.

No quería ganar usando la fuerza de Shinobu. Quería ganar y convertirme en su fuerza.

Por supuesto, no es que me haya presentado sin perspectivas ni planes—aunque mi oponente afirmara haberse recuperado por completo, tenía que estar lejos de estar totalmente restablecido.

Y, aunque me equivoque.

Pasara lo que pasara—gane o pierda, ame u odie—, sabía que las intenciones de mi oponente nunca llegarían a buen puerto. Era lo mínimo que podía arriesgar en un duelo contra un adversario así.

La gente nunca debería meterse en peleas que cree que no puede perder.

Por supuesto, no estaba seguro de si eso era válido para los vampiros…

“Muy bien… Sin embargo, Izuko-dono, en este caso os pido que compongáis un formulario para este duelo que nos incapacite adecuadamente. Y no tendré excusas objetables viniendo de vos.”

“Por supuesto. Mi plan era optar por un formato de duelo universal que ha existido a lo largo de los tiempos, uno que les permitiera a ustedes dos competir en términos bastante justos.” Propuso Gaen-san mientras caminaba hacia el estrado utilizado para los anuncios de la mañana, del cual tomó un objeto cilíndrico que debía haber colocado allí de antemano.

Una espada de bambú. Del tipo que usa el club de kendo.

“Supongo que podría llamarse una versión imaginaria de la espada encantada Kokorowatari, aunque por supuesto hay algo de energía espiritual fluyendo a través de ella. Sí, piensen en ella como una pistola de aturdimiento que pueden usar contra el otro.” Dijo Gaen-san, clavándola en el suelo.

Como las espadas de bambú están construidas con puntas redondas, no debería haber sido capaz de hacer esto, pero atravesó el suelo como si fuera una clavija usando sólo una mano.

Me sorprendió la fuerza de sus delgados brazos, pero luego me di cuenta de que era gracias a la energía espiritual de la espada.

“Vamos a hacer que se coloquen a ambos lados de esta espada de bambú, de espaldas el uno al otro. A partir de ahí, darán diez pasos hacia delante a mi cuenta, y la batalla comenzará después de contar hasta diez. Correrán hacia esta espada de bambú, y el que dé el primer golpe de espada a su oponente gana. Supongo que podría llamarse un montaje de una película western de estilo japonés.” Explicó Gaen-san, soltando la espada. “O tal vez una variación inusual de las banderas de playa. Por supuesto, no deben rendirse si su oponente es el primero en agarrar la empuñadura—aún pueden quitarle la espada y dar un golpe. El duelo se juzgará únicamente por quién consiga dar el primer golpe con la espada, ¿es suficiente? Así el primero tendrá más espacio que recorrer porque diez de sus amplias zancadas le llevarán más lejos que diez de alguien tan bajo, y de piernas cortas, como Araragi. Por no hablar de esa armadura.”

“En efecto, esta armadura no es ligera.” Respondió el primer Asesino de Excentricidades.

Aun así, era un vampiro—incluso si se tenía en cuenta el peso de su equipo, tenía que ser ágil… Y además, me pareció que Gaen-san me estaba insultando con ese comentario sobre mi baja estatura y mis piernas…

¿He hecho algo para merecer eso?

“Permitidme confirmar—un golpe de refilón de esta espada de bambú no contará como un golpe, ¿verdad? ¿Puedo asumir que esta batalla se decidirá sólo con golpes efectivos y decisivos?”

“Por supuesto. Me rijo por las normas del kendo moderno cuando se trata de eso, aunque las reglas en sí mismas son de todo tipo. Un golpe en las piernas sigue siendo un golpe.”

“Así que queréis decir…” Continuó el ahora guerrero con armadura encogiéndose de hombros. “Que lo que habéis expuesto no son reglas para asegurar una lucha justa, sino consideraciones para que Araragi- dono no perezca en nuestro duelo. Un arreglo muy astuto.”

“Bueno, no quiero que mi hermano mayor Meme se enfade conmigo. Da miedo cuando se enfada.” Dijo Gaen-san, sin negar explícitamente la observación. “¿Alguna otra pregunta?” Se apresuró a cambiar de tema.

“No, ¿qué objeciones podría hacer a un acuerdo tan simple? Supongo que es preferible a un revoltijo de reglas. Aunque debo decir que, en mis manos, un golpe de refilón de cualquier espada, incluso una hecha de bambú, podría llevar a Araragi-dono al borde de la muerte. ¿Se consideraría entonces un golpe efectivo?”

“Claro, podemos decir eso.” Asintió Gaen-san sin dudar un instante. “Supongo que ese sería el acuerdo más conveniente para ti,

¿te parece bien, Araragi?”

“Bueno, en realidad no…” Respondí mientras ella dirigía su atención hacia mí. “Pero tengo que decir que sí.”

“Excelente, ¿alguna pregunta en cuanto a las reglas, Araragi?”

“Ninguna… Sin embargo, soy un aficionado cuando se trata de espadas y peleas. ¿Crees que podría recibir alguna instrucción especializada en al menos esta carrera de diez pasos de la que hablas?”

“¿Instrucción especializada?”

¿De mí? ¿En las espadas?

Gaen-san ladeó la cabeza, confundida, pero no me refería a ningún especialista en lo sobrenatural.

Quería un especialista en lo que respecta a los sprints a máxima potencia.

Una atleta especializada en el movimiento en línea recta.

El mejor corredor de corta distancia de Japón—Kanbaru Suruga.

En otras palabras, mi kouhai, que estaba a un lado sintiéndose mal.

“Bien. Creo que sería justo añadir un hándicap a ese nivel. Ahora mismo son las siete y media, así que… el duelo puede empezar a las ocho en punto. Ambos, vayan a calentar.”