Monogatari (NL)

Volumen 16

Capitulo 4: Correo Shinobu

Parte 13

La mitad izquierda un mono, y la derecha un cangrejo.

Hay un cuento popular japonés sobre el cangrejo y el mono, pero esto no fue así.

Si hay algo que sólo es posible en el mundo de la palabra escrita, parece que es esto—no tengo ni idea de cómo se conectan las dos mitades.

Parecía falso, incluso cuando la criatura estaba ante mis ojos. No podía aceptar lo que veían.

Sólo tengo una sensación, nada más.

De una hostilidad o malicia hacia nosotros que proviene del cangrejo-mono, como un impulso de agresión bien afinado.

Transmitió eso, y nada más.

Sin embargo, cuando digo “nosotros”, parece que se limita a mí y a Shinobu—la chica de secundaria conocida como Kanbaru Suruga parece haberse librado de su consideración.

Se podría decir que la despreció, o que la ignoró. Una cosa era que lo hiciera una niña de cabello y ojos dorados, pero mi kouhai no era tan pervertida como para alegrarse de ser condenada al ostracismo por un monstruo tan evidentemente peligroso.

Por supuesto, no era la clase de persona que celebraba su buena suerte porque tampoco le molestaba—en todo caso, era la clase de persona que se enfurecía. Preparar su brazo izquierdo para adoptar una postura de lucha antes de que Shinobu o yo lo hiciéramos era prueba suficiente.

Pensando en todo lo sucedido en el parque aquella noche, la inmediata preparación para la batalla de Kanbaru podría haber sido mucho más aterradora que incluso este remedo de excentricidad que había venido persiguiendo a Shinobu.

No mostró nada del pacifismo que se espera de la juventud de hoy en día.

Bueno, no es que esperara algún tipo de reacción genérica de Kanbaru Suruga, una chica que se enfrentó heroicamente incluso a una armadura de guerrero andante, sólo porque se enfrentó a un monstruo sacado de una película de criaturas. Pero, ¿acaso no se sentía asustada o vacilante ante el peligro?

Tenía que decirlo—atleta estrella de nivel nacional o no, sólo era una estudiante de secundaria, y no es que fuera una especialista excentricidades.

Pero esta kouhai mía vivió su vida dispuesta a superar esos nervios—así ha sobrevivido.

Desde la escuela primaria.

Cuando pidió un deseo a un mono y recibió su recompensa. “Yo iré por la derecha. Tú ve por la izquierda, senpai.”

“Eh, sí…”

Incluso dio instrucciones precisas.

Se sentía como si yo ahora fuera el kouhai. ¿Tal vez debería alegrarme de qué contara conmigo en una pelea?

“¡Vamos!”

“¡S-Sí!”

Fui reducido a responder con un educado sí—pero dejando eso de lado, mientras Kanbaru intentaba dar el primer paso como lo había hecho con la armadura de guerrero, sus planes esta vez se vieron frustrados.

Esto estaba previsto.

Cuando intentamos escapar del fuego, Kanbaru observó que a menudo confundía la izquierda y la derecha porque era zurda, y de hecho confundió su pie derecho con el izquierdo cuando intentamos huir del edificio en llamas.

Como en ese momento fueron sus pies los que confundió, no fue un error grave, pero esta vez fue la dirección—Kanbaru y yo empezamos a movernos simultáneamente a su señal, pero chocamos el uno con el otro después de un paso. Intenté atacar por la derecha, y Kanbaru también lo hizo, provocando un choque bastante esplendido.

Debido a su capacidad para alcanzar la máxima velocidad tras un paso gracias a sus poderosas piernas, se convirtió en lo que podría llamarse un proyectil, y yo también caí, atrapado en el impacto. Mientras que el atletismo natural de Kanbaru le permitió dar una voltereta y volver a levantarse, mi cuerpo se estrelló contra el suelo en una desagradable exhibición. A pesar de golpear el suelo con mi brazo izquierdo en una especie de caída frontal de judo, el único efecto fue que me dolió la mano por algunos guijarros.

¿Una caída de judo?

¿A quién quería impresionar?

Kanbaru, que había confundido su izquierda y su derecha, tenía toda la culpa, pero en conjunto parecía que acabábamos de demostrar lo aficionados e inexpertos que éramos a la hora de luchar juntos— supongo que los combates por equipos requieren mucha técnica.

Incluso Kanbaru Suruga, que ejercía su capitanía en la cancha de baloncesto, no era una excepción… Me hizo volver a darme cuenta de lo importante que era mi vínculo con Shinobu cuando se trataba de luchar en pareja.

Hablando de Shinobu, miré hacia atrás para, por alguna razón, encontrarla sentada en el columpio. No había nada ordinario en Kanbaru, que se preparaba para la lucha en cuanto encontraba un peligro, pero ¿por qué alguien se pondría a divertirse con un columpio en cuanto apareciera una excentricidad? Eso no sólo estaba fuera de lo común, sino que carecía de sentido común.

No estaba pensando en actuar como una niña pequeña para salir de esto, ¿verdad? Puede que no esté al nivel de un cangrejo-mono, pero una niña de cabello y ojos dorados que se mese en un columpio en un parque en medio de la noche puede considerarse fácilmente como horror.

Mientras me dejaba distraer por Shinobu, que jugaba en un columpio, Kanbaru volvió a ponerse en marcha, sin esperar a que yo volviera a ponerme en pie. Me sentí abandonado, pero lo que ocurrió en realidad fue que Kanbaru fue a enfrentarse a esa criatura por su cuenta. De hecho, podría decirse que estaba defendiendo mi figura postrada, porque la excentricidad resultado de la fusión entre un mono y un cangrejo no se limitó a estar allí distraída mientras nosotros tropezábamos.

No nos iba a proporcionar un objetivo fácil. También comenzó a moverse, y hacia nosotros, pero como la mitad de la criatura era un cangrejo, no podía ir tan rápido por la forma en que caminaba de lado. Sin embargo, sus movimientos eran tan extraños que quise apartar los ojos en cuanto se posaron sobre su andar. Aunque no tuviera velocidad, se movía de una forma imprevisible que me dejó mentalmente conmocionado.

Sin embargo, su forma no pareció producir ni una sola ondulación en la férrea mente de Kanbaru Suruga—se metió directamente en el espacio personal de esta excentricidad a la que yo dudaba tanto acercarme. En lo que pareció su siguiente movimiento, envió su mano izquierda envuelta en un puño, el mismo puño que había hecho pedazos a la armadura de guerrero.

Aunque era deportista, Kanbaru no estaba aprendiendo karate como Karen. No soltó un grito de kiai al dar el golpe, pero me di cuenta, incluso desde la distancia, de que ponía todo lo que tenía en el golpe.

Pero.

La cosa bloqueó su puño.

Con el lado derecho de su cuerpo de cangrejo-mono, donde estaba su pinza de cangrejo.

“¡Mgh!”

Si se tratara de un juego de piedra-papel-tijera, sería un caso único en el que la piedra perdería contra las tijeras, pero si se piensa en ello, golpear el exoesqueleto de un cangrejo no tendría mucho efecto.

Kanbaru no lo había pensado bien—si iba a lanzar un ataque en solitario, debería haber apuntado a su lado mono.

En cualquier caso, comparado con su forma de caminar, la pinza del cangrejo era extrañamente ágil—parecía no tener ningún peso mientras bloqueaba el puño de Kanbaru como si fuera un escudo.

Entonces, el lado izquierdo de la criatura, la mitad de mono a la que Kanbaru debería haber apuntado, comenzó a contraatacar.

La mano de mono fue a impactar en Kanbaru.

La garra que cubrió el cuerpo de Shinobu de heridas pasó por encima de Kanbaru por menos de un centímetro cuando ella giró su cuerpo para dejarla pasar.

A menos de un centímetro de su piel, no de su ropa. Su chaqueta se rasgó.

¡Uh oh, Kanbaru no llevaba sujetador!

Forcé mi cuerpo herido para ponerme en pie, y crujió. No sólo sufría el dolor de haber chocado con Kanbaru y haber caído, sino que también llevaba el daño de los golpes que sufrí en mi camino al parque y golpe de hombro de la armadura de guerrero.

Volví a recordar que en mis últimos combates había confiado mucho en mi inmortalidad vampírica, pero podría reflexionar sobre ello más tarde.

Independientemente de lo que fuera—inmortal o no—, ¡tenía que ayudar a Kanbaru!

“Vos, esperad.”

Dijo una voz desde los columpios detrás de mí—Shinobu, que por alguna razón estaba en modo espectador.

¿Qué espere? Al menos la mitad de ese cangrejo-mono está detrás de ti. ¿Qué estás haciendo dándotelas de espectadora? Traté soltar todo eso de corrido, pero luego…

“Usad esto.”

Con eso, Shinobu lo lanzó hacia mí.

Lo que sea que me hayan lanzado, mi reflejo fue atraparlo, pero en el último segundo vi lo que era…

“¡Waaaagh!”

Lo esquivé a duras penas, sin la elegancia de Kanbaru, por supuesto. Me había molestado en levantarme, pero ahora volvía a arrastrarme por los suelos. Si Kanbaru había esquivado el ataque de la pinza del cangrejo-mono por sólo una capa de ropa, yo sentí el roce en mi piel.

Lo evadí.

En concreto, una espada japonesa, una enorme katana. Cuya hoja desnuda sobresalía del suelo.

“¡¿Q-Qué estás haciendo?! ¡¿Hablabas en serio con lo de desollarme?!”

“¿Sólo sois capaces de manejar las cosas que os lanzan cuando se trata de comentarios?” Se mofó Shinobu, sin pudor, todavía meciéndose en el columpio. Entonces…

“Usadla.” Dijo.

Fue entonces cuando reconocí la katana.

La espada encantada que Oshino Shinobu normalmente mantenía enfundada dentro de su pequeño cuerpo. Kokorowatari. Un objeto utilizado para erradicar excentricidades.

También conocida como el Asesino de Excentricidades. “…”

“No hace falta que dudéis. Es y no es una excentricidad, una de esas ‘cosas malas’ que aún no son una excentricidad. No recibiréis ningún castigo por cortarle.”

Es cierto, no hace falta decirlo.

No era el momento de dudar. Agarré la empuñadura de la katana que sobresalía del suelo y la saqué como la espada sagrada Excalibur.

No era tan preciosa, por supuesto.

En realidad, la espada no era la original, sino que se decía que había sido creada a partir de la carne y la sangre de cierto individuo…

—sí, ninguna armadura de guerrero está completa—

—sin espada—

—de hecho, han pasado cuatrocientos años desde que se la presté— “¡Aaaaaaaaaaagh!”

Levantándome con un grito, como para sacudirme cualquier incertidumbre, empuñé la espada y corrí… pero dudo que fuese tan rápido como imaginaba.

Al fin y al cabo, era pesada.

Y era difícil de usar debido a su longitud.

No es de extrañar que Shinobu abandonara el frente para jugar en un columpio—¿cómo podría aprovechar algo tan largo con su cuerpo de niña?

“…”

Bueno, no. Seguía sin poder aceptarlo.

Ayuda un poco, maldita sea. Sigue un poco el ejemplo de Ononoki- chan.

Tardé unos diez segundos en pasar de mi posición junto a Shinobu, alguien acostumbrada a utilizar a los demás en un sentido diferente al de Kanbaru, y llegar hasta el cangrejo-mono, mientras Kanbaru seguía luchando contra él.

Su chaqueta ya estaba hecha jirones.

Las rasgaduras eran tan perfectas que podría haber estado esquivado para hacerse un diseño vanguardista, pero no, ni siquiera nuestra pervertida podría hacer algo tan hábil—no dio señales de notar mi presencia mientras iba corriendo por detrás, con una enorme katana en la mano.

La espada encantada estaba destinada a cortar excentricidades, no humanos. Kanbaru no sufriría ni un rasguño si la atravesaba a ella y al cangrejo-mono, pero el hecho de que lo supiera no significaba que pudiera hacerlo.

Era como un amante de los perros que no come chocolate porque es veneno para ellos.

Las circunstancias eran diferentes a las de hace un rato con el gato—espera, ahora que lo menciono, ¿no le faltaba algo a la explicación anterior de Shinobu sobre el “gato”?

“¡Kanbaru, muévete!” Grité mientras me balanceaba, con la técnica de un completo aficionado, pero a pesar de lo que podría esperarse, las katanas están hechas de manera que incluso los novatos pueden usarlas bastante bien. Cortan utilizando su peso.

Me preocupaba que Kanbaru, absorta en su batalla, no me hubiera oído, pero no era necesario. Hay un movimiento en el baloncesto que se llama “pase sin mirar”, en el que lanzas el balón sin mirar a tu compañero, y en este caso ella realizó la increíble hazaña de evitarme mientras venía por detrás con una espada sin siquiera girarse.

Ella no podía saber que yo tenía una katana, ya que no me miró, pero se habría movido exactamente igual si lo hubiera sabido. Así de bien discernió la trayectoria de la espada encantada Kokorowatari mientras cortaba el aire.

Entonces, con toda seguridad, la espada trazó una línea por el centro del cuerpo del cangrejo-mono, cortando su cuerpo verticalmente.

El cangrejo-mono se dividió en dos sin oponer resistencia, como si su cuerpo contuviera una línea perforada, a la izquierda y a la derecha.

La izquierda, la mitad del mono.

Y la derecha, la mitad del cangrejo.

Literalmente, se partió por la mitad. Ya había blandido la hoja varias veces, pero este resultado fue el más decisivo de todos. Había partido un todo en dos en un hoyo en uno.

Naturalmente, la completa falta de resistencia, como si hubiera cortado un bloque de tofu, se volvió en mi contra al encontrarme con el suelo por tercera vez—esa parte no era para nada un hoyo en uno. Tenía que admitir que caerse tres veces en una pelea y seguir vivo era un pequeño milagro.

La espada volvió a clavarse en el suelo, como si hubiera intentado partir la propia Tierra. Mis músculos debían de estar agarrotados de tanto aferrarme a ella, porque no podía apartar las manos de la empuñadura. Me senté sobre mi trasero como si hubiera intentado golpear una piñata y hubiera fracasado.

“Ha… Haah… Haah…”

Quizás el final algo decepcionante de la pelea era un hecho cuando se usa algo que básicamente era usar objeto trampa… Aun así, no pude evitar respirar un suspiro de alivio, sí, así de cobarde soy.

Ser visitado por una sucesión de excentricidades y sus fenómenos en el transcurso de una noche era raro, y puede que estuviéramos lejos de terminar.

De hecho—

“¡Araragi-senpai, cuidado!”

—estábamos lejos de terminar.

A pesar de estar partido en dos, el cangrejo-mono no estaba acabado… bueno, el cangrejo-mono sí lo estaba. Lo que no estaba acabado era su cola.

Su cola que no había visto hasta ahora. Una serpiente.

Una serpiente de dos cabezas—bicéfala desde el principio, sin necesidad de que nadie la dividiese—nos enseñó los colmillos tanto a mí como a Kanbaru.

Se dice que el yokai conocido como Nue tiene cabeza de mono y cola de serpiente… ¿Así que esta excentricidad no era sólo una combinación de mono y cangrejo, sino que también tenía una serpiente pegada?

Una serpiente.

Jagirinawa.

La serpiente venenosa que atacó a Sengoku Nadeko, amiga de mi hermana pequeña, Araragi Tsukihi—una serpiente maldita cuyo veneno anulaba incluso las capacidades regenerativas de un vampiro…

Kanbaru, que me alertó a pesar de que los colmillos de la serpiente también se dirigían a ella, esta vez no evitó el ataque.

Lo mismo me ocurrió a mí, por supuesto. ¿Qué tan bajo podía caer?

A este paso tendría a tiro de piedra al núcleo de la tierra.

Con la fiel espada encantada Kokorowatari casi enteramente bajo tierra, no la sacaría rápidamente como lo había hecho momentos antes.

Los ojos brillantes de la serpiente nos tenían en la mira. Entonces, un par de colmillos fueron enterrados— “Kakaka. No está tan mal.”

—en quien pretendía enterrarlos.

El cangrejo-mono, ahora cangrejo-mono-serpiente, definitivamente estaba acabado.

Sin que me diera cuenta Oshino Shinobu se había colocado a mi sombra. Agarrando, con sus lindas manitas, la cabeza que apuntaba a mi cuello, así como la que iba a por el brazo izquierdo de Kanbaru, les arrancó la vida sin piedad.

Entonces me puntuó: “Sesenta y dos.”