Infinite Dendrogram (NL)

Volumen 15: Game Over

Historias Extras 3: Dinero Sucio

La Gaol, Café “Dice”

Esto ocurrió poco antes del ataque a Altea.

“Por cierto, I.F. es bastante rico, ¿no?” Preguntó Gerbera. Estaba mirando el memorándum de ganancias del clan con una expresión extraña en la cara.

El documento, como sucedió, fue escrito a mano por Sechs específicamente para Gerbera. Lo había memorizado todo de un correo electrónico de la vida real.

“Así es. Rascal vende artículos, Zeta vende bienes robados y La Crima vende esclavos, lo que nos da varias fuentes de ingresos diferentes.”

Rascal restauraba y vendía artefactos de la civilización prehistórica que había adquirido mediante el saqueo ilegal de ruinas. Zeta robaba obras de arte y objetos raros antes de venderlos en el mercado negro. La Crima compraba esclavos baratos y los vendía con ánimo de lucro tras convertirlos en Ideas. Cada uno tenía una potente fuente de dinero, y los tres destinaban parte de sus ganancias a las arcas del clan.

“… Es un verdadero sindicato del crimen, ¿eh?”

Pero no se podía olvidar que sus negocios… no eran más que actos delictivos.

“Ah, sí. Un sindicato del crimen malvado.” Dijo Sechs con una sonrisa. “Si añadimos los pagos de nuestras sub organizaciones, nuestra situación financiera parece bastante saneada y estable.”

“… No estoy segura de que pueda llamarse «estable».” Comentó Gerbera.

La mayor parte del dinero del clan se adquiría ilegalmente. No parecía haber mucha estabilidad en eso.

“Y aunque el propio clan sea rico, eso no significa mucho aquí,

¿eh?”

La gaol tenía su propia moneda, la lir de la gaol, y no se podía transferir a ella ninguna lir normal. Por muy rico que fuera I.F., eso no ayudaba en nada a Gerbera ni a Sechs. Por eso ponía una expresión extraña. I.F. podría ser el grupo más rico del mundo, pero como la propia Gerbera no podía utilizar la riqueza, no importaría en absoluto. Las cifras que aparecían en el memorándum de beneficios no eran más que eso: cifras.

“Debería haber pedido más…”

Tras ser recogida por el clan en Caldina, pasó a esconderse en Gideon antes de ser enviada a la gaol. Durante ese tiempo, sólo había utilizado el presupuesto del clan para saciar su sed de dulces, y ahora se arrepentía de no haber sacado algunos fondos para comprar equipo o abastecerse de consumibles.

“Por cierto, el clan sólo entró en acción en serio después de que te enviaran aquí, ¿verdad?”

“Sí. Por eso confiaba la mayoría de mis tareas como líder a Rascal y Zeta.”

“Eres el líder de un sindicato del crimen, pero no sacas nada de ello.

¿No sientes que es un desperdicio?”

“En absoluto. El mero hecho de ser el líder de I.F. para mí es una recompensa en sí misma.”

“¿Eh…? Ohhh…”

Ah, sí, nuestro líder es un RP raro que comete crímenes sólo para ser el malo, recordó Gerbera. Para él, la inmensa notoriedad ganada era pago suficiente.

“Pero incluso  tú tienes cosas que quieres si sales de aquí,

¿verdad…? ¿Verdad…?” Preguntó, sintiéndose algo inquieta.

“Pues sí.” Respondió Sechs. “Los granos de café y las algas que se consiguen en la gaol no son de muy buena calidad, así que si me voy de aquí, me gustaría aprovisionarme bien.”

Silencio.

Lo dijo con expresión seria. Es el tipo de respuesta que te daría alguien que regenta una cafetería, no un sindicato del crimen, pensó ella, evitando a duras penas decirlo en voz alta.

Fin

-FIN DEL VOLUMEN 15-