Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: El Hermano y Sus Amigos

Parte 6

Finalmente, cada pieza de piedra perdió su unión y la torre comenzó a liberarse del yugo de la gravedad. Ai, Alice e incluso Yuri se dieron por vencidos y ya no se quejaron cuando subieron las esponjosas escaleras flotantes.

“¡Scar-san!”

Gritó Ai. El aire era demasiado delgado y, aunque había gritado con todas sus fuerzas, su voz era demasiado débil, era aterrador.

“¡Scar-san!”

Estaban a punto de llegar a su límite, el límite que ningún ser humano podría traspasar ni siquiera con el poder de la torre.

Las paredes se aflojaron. A través de la brecha, el mundo comienza a mostrarse.

Miles de millones de estrellas diminutas. Y una gran estrella verde.

La escalera de caracol tenía espacios entre cada escalón y, mientras estaba en ella, Ai se detuvo un momento para contemplar la vista. Con el pie derecho arriba y el pie izquierdo abajo, se subió las gafas y miró el mundo que parecía ser de noche aunque era de día.

Los relámpagos brillaron en la distancia y la aurora se balanceó en los casquetes polares.

Y Ai lo vio.

Había otras torres alrededor de la torre, miles y miles de torres, extendiéndose como copas de árboles.

Había mucha gente allí. Gente que trepaba torres, gente que construía torres, gente que vivía en torres.

Estaba ese anciano. Estaba charlando vertiginosamente con alguien, una anciana cercana a su edad.

Estaba ese joven. El joven se reía rodeado de una pareja de ancianos y una chica desconocida.

Estaba esa chica que se había enamorado del Sepulturero.

Había una mujer que deseaba el cielo. Había un joven que deseaba el infierno.

Todos existieron en la torre, uno por uno, cumpliendo sus deseos.

Ai tuvo ganas de llorar cuando vio esta escena. No envidiaba ni sentía celos, pero se sentía un poco insoportable.

El aire estaba suelto. El oxígeno era escaso. Su visión era sorprendentemente clara. Todos los sonidos eran distantes y, en cambio, los sonidos dentro de su cuerpo eran fuertes. Ya no tenían idea de si iban hacia arriba o hacia abajo, y sus cuerpos naturalmente flotaban hacia arriba. Cada vez que parpadean, las estrellas brillan bajo sus párpados.

Una estrella fugaz pasó ante sus ojos.

No importaba lo despejado que estuviera el cielo nocturno, era imposible ver una lluvia de meteoritos a distancia cero.

Ese era el límite.

Las auroras del arco iris. Un manto de estrellas. Asesinos rayos ultravioleta volando alrededor de manera desordenada.

Cualquier cosa más allá no era un mundo para los Vivos.

Por lo menos, no era un lugar para aquellos que querían seguir viviendo.

Pero uno supondría que todos cruzaron..

Todas las personas que flotan a su alrededor deben haber cruzado este lugar.

Los que amontonaron las piedras,

Y los que subieron corriendo los escalones de piedra,

—Y los Sepultureros que los siguieron.

Los alrededores de la torre mostraban el destino de esos Sepultureros.

Esta torre concedería los deseos de la gente. Sólo los deseos de la gente.

Los Sepultureros no estaban incluidos en esto.

Había satélites a la deriva alrededor de la torre. Eran los cadáveres de los Sepultureros, inexpresivos y sin emociones mientras se arrastraban hacia el mundo de las estrellas. Ellos también habían cruzado la línea divisoria.

Por el bien de enterrar a los Muertos.

Sin dudarlo, se aventuraron en un lugar donde era imposible continuar.

Pero ese debería ser el caso, como debería ser un Sepulturero. Incluso si la Muerte estuviera delante de ellos, que fuera autodestructiva, sin sentido, que hubiera cien, doscientas razones para no ir, continuarían sin preocuparse. Así eran los Sepultureros.

Ai se detuvo. Ella no pudo continuar más..

En ese momento, supo que no podía ser una Sepulturera.

También estaba Scar. “… Scar-san”.

“…Ai.”

En respuesta a la llamada de Ai, el rostro enterrado en el regazo de Scar se levantó lentamente. Su desordenado flequillo cayó y golpeó sus mejillas.

Scar se sentó demacrado en el último escalón de las escaleras de piedra. El aire enrarecido la hizo jadear, pero no estaba fatigada por eso.

“Ai… ¿Pasa algo…?”

Se puso de pie, cojeando sobre sus pies con su pala actuando como un bastón.

“Estamos aquí para recogerte”. “…Eso no será necesario.”

Scar le dio la espalda a Ai y se enfrentó a la aurora. Miró hacia el mundo de la Muerte con ojos inyectados en sangre.

“Soy… Una Sepulturera. Voy con ellos…” Allí estaban todos los Sepultureros muertos. “¡Scar!”

Gritó Yuri.

“¡No! ¿Qué pasa con Celica?”

Scar se estremeció y miró a Yuri y Celica, que estaba en su pecho.

“¡Scar!”

Yuri se acercó a Ai. Scar presionó su pecho y dijo con una voz llena de amor y odio,

“P-por favor no hagas esto. ¡No acerques a esa niña a mí! ¡Cuando estoy con ella…! ¡Me siento insoportable…! ¡Da miedo!”

“¡Scar!”

“¡Por favor, no vengas!”

Scar puso su pie derecho en el escalón superior. Sus ojos miraron hacia la oscuridad allí.

“¡Soy… una Sepulturera! ¡Soy una… Sepulturera, como ellos!”

¡No he fallado! Gritó Scar.

No había una sonrisa en su rostro.

Sólo había angustia, locura, ansiedad, esperanza. Esas eran todas expresiones humanas.

“No puedes…” Dijo Ai.

“Ya no puede hacer esto, Scar-san…”

“… Eso no es cierto… Mira. ¡Moriré por mi misión ahora!”

“Es imposible que hagas esto nunca más…” “Tus intentos… de persuasión…”

“No estoy persuadiendo. Solo expongo los hechos”. “¡Disparates!”

“Dudaste”. Dijo Ai.

“Solo tuviste una oportunidad. Nos dejaste, subiste a la torre con los otros Sepultureros, viniste a este lugar, y en el momento en que llegaste aquí, no deberías haber dudado. Hubieras seguido adelante sin dudarlo, pero no pudiste Ya no puedes pensar en ti misma como un Sepulturera… no, aparte de eso”.

Ai levantó la mirada para mirar a los ojos de Scar y las gotas de agua entre ellos.

“Los Sepultureros no lloran”. “…”

Scar miró fijamente las gotas de agua que flotaban ante sus ojos y parpadeó. Esto tiene que ser un error. Ella se preguntó.

Cada vez que parpadeaba, las lágrimas se convertían en gotitas que flotaban por el espacio.

“Ah…”

El rostro de Scar se estremeció. “Ah, ¿Esto es? Yo, ya veo…”

Sus manos agarraron su delicada barbilla. Las uñas rozaron la vieja herida en la ceja derecha y le hicieron brotar sangre.

Sangre y lágrimas. Los fluidos de dos colores flotaron en el aire, se mezclaron y giraron cerca.

“Yo, no puedo, permanecer, mi viejo yo, no importa, lo que haga ahora, supongo…”

“Sí.”

“…Shh”

Los ojos de Scar eran, curiosamente, claros.

Pero la piel y la carne que rodeaban los ojos estaban severamente contorsionadas, mostrando su estado mental.

“De ahora en adelante… ¿qué se supone que debo hacer?”

Ahhh

Fue entonces cuando Ai supo que tenía esta expresión en su rostro en ese entonces.

Cuarenta y siete Muertos, una montaña de tumbas, el final del invierno, el sabor de la hemorragia nasal en su garganta después de que la patearan.

En aquel entonces, estaba la sonrisa diabólica de Hampnie Hambart “¿qué quieres hacer por ti mismo?”.

Tal vez esa era la expresión que tenía cuando vio su sonrisa.

Solo había una palabra para describirlo. Solitaria.

Scar estaba sola, adolorida y llorando como una niña.

Su expresión se parecía a la de un pájaro bebé recién nacido.

“…Ai.”

Preguntó el pajarito.

“¿Cómo puedo vivir… en el futuro?”

Ai estaba segura de una cosa. Scar probablemente aceptaría cualquier cosa que ella dijera.

Si Ai le decía que muriera, lo haría; si Ai le decía que viviera, lo haría.

Fue lo mismo que hizo Ai en ese entonces.

Ai cerró los ojos y recordó ese momento. Recordó lo que Hampnie Hambart le hizo por la espalda cuando estaba en ese estado.

“Es como el infierno, lo sé, idiota”.

Él dijo.

“—No sé nada de eso.”

Él la rechazó. No dijo algo horrible como ‘deberías llevar esa pesada carga tú misma’, sino que dijo algo peor en su lugar…

“Me preguntas sobre eso, pero ¿qué puedo decir?” “…”

Scar mostró una mirada de traición.

“Por favor, decide por tu cuenta. Scar-san, por ti misma”.

“¡No tengo esa función!” “Eso no es cierto.”

Dijo Ai.

“¿No fue tu elección escapar hasta aquí?” “Ah—”

“Abandonaste a Celica-san, lo decidiste por tu cuenta y escapaste hasta aquí, ¿no?”

“¡!!”

Su rostro hizo una mueca de culpa.

“Y aquí, no tienes a dónde escapar… ¿No llegaste aquí porque lo decidiste y actuaste por tu cuenta?”

Ai sacó un pañuelo de su bolsillo y lo usó para limpiar las lágrimas y la sangre de Scar.

Había una nueva expresión en la cara recién limpiada.

“Por favor, piensa en lo que quieres hacer. Si deseas volver a ser una Sepulturera, haz lo que tengas que hacer”.

“¿Puedo?”

“Sí, pero por supuesto, creo que nos quejaremos

‘por favor, no hagas nada demasiado loco’“.

Ai peinó el flequillo desordenado de Scar y acarició suavemente la Scar en su ceja derecha.

“Pero eso no es importante ahora”. ” ”

“Por favor, decide por ti misma”.

Ai dijo, y aparentemente abandonó a Scar cuando le dio la espalda a este último.

Scar todavía estaba tratando de aferrarse a su espalda.

“¡Scar!”

Pero en el momento en que vio el pie de Yuri subir, Scar dejó escapar un pequeño gemido.

Celica estaba en su pecho. “¡Celi… ca…!”

El rostro de Scar se contrajo. Quería acercarse a su amada hija, pero no pudo. La mano se quedó allí.

Ella se quedó. Ella no se escapó. “¡Scar!”

Yuri abrazó a Scar junto con Celica. Scar se congeló y miró con temor al bebé que fue forzado hacia ella.

Pero sus manos la traicionaron, Abrazó a su hija.

“¡Celica! ¡Celica! ¡Celica! ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!”

El bebé volvió con su madre nuevamente, disfrutando del torrente de lágrimas.

“¡Scar!”

Yuri gritó de nuevo. Scar escuchó su llamada por primera vez, y esta vez, se giró para mirar la plataforma en la que viajaba su hija.

“Ah, Yuri… ¿cuándo lo hiciste?”

“Es por eso que no soporto a estos Sepultureros…” El gran hombre negó con la cabeza.

“¡Argh! Ya sabes, Scar, Ai dijo eso, ¡pero no creo que ese sea el caso! ¿Asumir la responsabilidad de las propias acciones? ¡Eso es solo palabrería! ¡Es imposible y sin sentido para la gente común!”

“¡Espera!”

“¡Mírala! ¡Ella tampoco puede hacerlo!” Ai se quedó sin palabras.

“¡La felicidad de una persona no tiene absolutamente nada que ver con la libertad!”

¡Entonces! Yuri miró ferozmente a Scar, que estaba en sus brazos.

“¡Cállate y sígueme!”

“—”

Ai y Alice se quedaron sin palabras.

Scar también abrió mucho los ojos y miró al gran hombre.

“¿Yuri?” Ella susurró. Quizás había esperado una respuesta diferente.

Yuri estaba jadeando por aire como reacción a sus gritos vigorosos, y Scar se quedó estupefacta todo el tiempo.

Aprovechando la pausa, Ai y Alice se miraron.

“… ¿Una confesión de amor…?”

“¡No!”

“… ¿Cómo es que no?”

“¡Puede parecerlo, pero no lo es!”

“No entiendo las relaciones de adultos…” “Yo igual…”

“¡Eso no es de lo que estoy hablando!” “¿Y-Yuri? Ehm—”

Scar finalmente salió de su confusión y trató de decir algo.

“¡No escuches!” “¡Kyaah!”

Dijo Yuri, cargando a Scar en sus brazos.

“E-Espera un minuto, ¿¡qué está haciendo, Yuri- san!? ¡Scar-san tiene derecho a elegir!”

“¡Me importa una mierda eso!”

El príncipe azul de mediana edad anunció con confianza.

“¿Puede el libre albedrío alimentarlos? ¡No me importan esas cosas! ¡Haré todo lo posible para hacerlas  felices  independientemente  de  eso!

¡Prepárense! ¡Eso es lo que yo llamo la existencia del libre albedrío!”

“¿¡Uf!? ¡No puedo discutir con eso!”

Hahahaha, el hombre de unos treinta años soltó una carcajada, su risa se extendió por el aire. Celica fueron las únicas directamente sacudidas por su pecho vibrante.

“¡Vamos! ¡Vamos a casa!” Gritó Yuri.

Scar la miró a los ojos ante ese hecho. No estaba de humor para pensar y no tenía tiempo para hacerlo. Sin embargo, Yuri quería que ella respondiera “Hm” y acercó su rostro.

Scar abrió la boca, sin saber qué respuesta había obtenido.

La respuesta fue— “…Sí.”

Ella afirmó.

“¡Esta bien vamos!”

Yuri sonrió cuando escuchó la respuesta y dio un paso hacia abajo con Scar en sus brazos.

Scar estaba un poco sorprendida. Ella no esperaba dar tal respuesta.

Pero,

(Bueno, esto está bien.)

Scar abrazó a Celica con fuerza, mientras Yuri la abrazaba. Se acurrucó, rodeada de gente por dentro y por fuera.

No se sintió mal en absoluto.

Ella sintió que podría sobrevivir hoy, por lo menos.