Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: El Hermano y Sus Amigos

Parte 5

Todavía había docenas de ramas creciendo en la parte superior del árbol del mundo. No había flores al final de ellos, porque sus sueños no se habían cumplido y todavía estaban apilando piedras.

No había ansiedad en sus ojos. Las personas que estaban al frente eran aquellas que realmente estaban impulsadas por una creencia ciega, y creían que sus deseos se harían realidad si seguían apilando piedras.

—¿Aún no has cumplido tus deseos?

Dijo uno de los hermanos a sus compañeros.

—¿Qué clase de cosa arrogante deseabas?

—Deseo el renacimiento de mi hermana pequeña. Entonces, ¿qué deseabas?

Se rieron el uno del otro y respondieron a las preguntas del otro.

—La resurrección de todos los Muertos.

—La realización de un amor incumplido.

—Para que la muerte se vaya.

Todos ellos eran deseos imposibles, como una rabieta infantil.

— ¿Y tú?

La pregunta fue para el último.

Era un niño que estaba apilando piedras sin descanso incluso en este momento.

Para empezar, fue el niño quien comenzó a apilar piedras.

“Yo…”

Respondió el hermano.

***

Ya no podían ser molestados.

Dee había dicho que actuaría dos días después, pero el concepto del tiempo seguía siendo poco fiable en la torre. Ai sintió que no sería extraño que dos días se convirtieran en dos segundos, o dos años, porque era solo una torre.

Siguieron subiendo.

El aire se hizo más delgado. Y así, su equipo se sentía más y más pesado.

Esta vez, el grupo usó este equipo obedientemente. Antes de darse cuenta, se dieron cuenta de que lo más peligroso era hacer desear. Tanques de oxígeno, trajes de presión de aire y ropa interior mullida, todos aparecieron en el momento más conveniente, y cada vez, la tiza blanca los guiaba a todos ‘¡la cosa está aquí!’ Por conveniente que sea, pero cuando vieron que había un conjunto completo de equipos para uso de bebés, ‘¡este traje de presión de aire también lo pueden usar los bebés!’ ya no estaban estupefactos por tales palabras, sino que estaban desconcertados.

subieron Sus piernas eran ligeras. No, era más que eso. Tenían que tener cuidado con cada paso, por temor a que rebotaran.

La gravedad era débil.

Era de día, pero podían ver las estrellas afuera. Las estrellas brillaban en el cielo negro de la noche. Era el cielo estrellado de otoño, todo lo contrario de la temporada actual.

Ai, sin embargo, ya no se conmovía por tales cosas. La torre era un lugar de mitos en este punto.

—¿Aún no has cumplido tus deseos?

Y así, Ai comenzó a escuchar las palabras de los dioses.

La realidad comenzó a converger con lo paranormal.

Ai los ignoró y se concentró en mover las piernas por las escaleras que tenía delante.

—¿Qué clase de cosa arrogante deseabas?

—Deseo el renacimiento de mi hermana pequeña. Entonces, ¿qué deseabas?

—Quiero morir con todos.

—Quiero estar con él.

Se reían el uno del otro, haciendo bromas. Hablaban de sus sueños, como niños.

— ¿Y tú?

La pregunta fue para el último.

Era un niño que estaba apilando piedras sin descanso incluso en este momento.

Para empezar, fue el niño quien comenzó a apilar piedras.

“Yo…”

Respondió el hermano. “¿Yo?”

• Sí, ¿qué deseabas?

Y luego las palabras salieron al último. ” ”

• ¿Qué ocurre? Cuéntanos lo que deseabas. Eres tú quien pone la primera piedra. ¿Cuál es tu deseo?
• Sí, vamos a

Los dioses estaban cantando.

Las imágenes de otro lugar se superpusieron con la visión de Ai.

Era un espacio con muchas torres alineadas juntas. Cada torre tenía un niño sentado en ellas. Sus torres formaron un círculo alrededor del niño en el medio.

• Déjanos Déjanos escucharlo.
• Empezamos después de verte, ya
• Sí, pensé en rendirme varias veces, pero me armé de valor para continuar cada vez que vi que no te rendías.

• Cuéntanos tu sueño. Tu sueño debe ser grandioso y ridículo, ¿verdad?

“Yo…”

A pesar de estar rodeado de todos, el niño permaneció imperturbable y siguió apilando piedras. Movió sus dedos que estaban teñidos de negro hasta las uñas, naturalmente agarró un bloque de piedra y lo colocó suavemente en un lugar más alto.

Entonces el chico respondió. “No estoy deseando nada”.

Los dioses guardaron silencio. Fue un silencio que aparentemente duró mil años.

• ¿Qué dijiste?

“Solo amontoné un montón de rocas, eso es todo”. Apiló otro.

“No deseaba nada, no tenía un propósito. Simplemente decidí apilar las piedras hasta desaparecer”

Los dioses susurraron entre ellos, y uno de ellos preguntó, representando a los demás.

• ¿Por qué hiciste eso entonces? “No tenía nada más que hacer”.

Una piedra, y otra.

• Entonces, solo estabas actuando como un niño,

¿’apilaste piedras porque hay piedras’?

“Así es.”

—¿Estás diciendo que pusimos nuestros sueños a tu imagen y nos animaste?

“Bueno… lo siento, no estoy muy seguro.”

• ¿Cómo ha ocurrido?

La charla circundante se hizo cada vez más fuerte.

• No pensamos que el que amontonaba piedras con más empeño que nadie no tenía ningún deseo en absoluto…

“…¿Estás enojado?”

—Nadie se va a enfadar por una cosa así.

—Nadie de ese pequeño temple estaría al frente así.

La charla se detuvo.

• Solo sentimos pena por

“¿Pena?”

• Así

Uno podía escuchar sollozos. El llanto golpeó las torres como una tormenta, y las lágrimas las inundaron y las cubrieron.

• Nuestras piedras están Ah, mira—

Las flores de cerezo índigo florecieron en la torre del niño que dijo esto y salieron volando de su círculo.

• No importa lo imposible que sea la tarea. Si te quedas en esta torre, algún día se hará realidad—

La hierba avellana de color negro azabache floreció abruptamente.

• Pero no tienes sueños para empezar, y ninguno por cumplir—

Las rosas de acero florecieron abruptamente.

• Incluso esta increíble torre no puede hacer realidad un deseo si no hay ningún deseo—

Los tulipanes de caramelo florecieron abruptamente.

• Para que nunca te detengas a amontonar piedras—

Las amapolas de carne florecieron abruptamente.

• Pero estamos demasiado lejos del suelo para rendirnos—

Unas Rafflesia gemelas florecieron abruptamente.

Las flores extremadamente vibrantes del sueño florecieron como para celebrar al niño, y luego se fueron, dejando un solo pétalo.

Los pétalos envolvieron la torre del niño, formando miles y miles de ráfagas. Llovieron sobre el maestro de la torre.

Pero no había flores en su torre.

• Pensé que deberíamos orar juntos, pero no podemos escapar del sueño que está quemando nuestros cuerpos—

El flamante Rafflesia floreció abruptamente.

—’Serás el único después de esto’—

El árbol del mundo floreció abruptamente.

El árbol estaba adornado con miles y miles de flores de sueños, y Su majestuosidad se elevaba sobre el mar del mundo humano.

Sin embargo, el árbol del mundo carecía de perfección. Se estiró hasta su punto máximo, pero la rama más vieja no tenía flor.

“… ”

Pero, de nuevo, al chico no le importaba. Él simplemente amontona las piedras.

Con sus manos negras como la brea, Con un corazón sin deseos,

En lo alto de una torre, con pétalos volando, Solo.