Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: El Hermano y Sus Amigos

Parte 4

Dee se opuso firmemente a esto, pero el grupo subió más arriba en la torre.

Desde ese nivel, aunque estaban cansados y con sueño, intentaron no comer nada de la torre. En particular, evitaron cualquier cosa que pareciera ‘demasiado bueno para ser verdad’.

¡Aquí hay agua de manantial! había palabras escritas con tiza junto al rocío matinal del que bebían. ‘¡Hay una fuente termal por aquí!’ Lavaron sus toallas en el desagüe. Cada vez que lo hacían, las aguas calizas parecían un poco abatidas. Como ‘el agua es tan buena…’ o ‘las aguas termales se sienten tan bien…’, sin embargo, no podían permitirse disfrutar de tales lujos.

Esta torre concedería deseos.

Ai y los demás se dieron cuenta completamente de eso, y resistieron con todas sus fuerzas. Pasaron la noche sobre los adoquines junto al edredón de plumas y se lavaron la cara en el desagüe de la bañera.

Aun así, la torre comenzó a conceder deseos con avidez. Ai y los demás los ignoraron y subieron a la torre, ‘apúrate, apúrate’… así que cantaron en sus corazones y subieron las escaleras de piedra delante de ellos.

Y la torre también comenzó a conceder ese deseo.

Antes de que se dieran cuenta, la pizarra en sus mentes estaba marcada con muchas X. Había al menos mil, pero Ai los ignoró y movió los pies, mirando las escaleras frente a ella. El cansancio y la sed se apoderaron de ella. Cada vez, la torre colocó una comida segura y modesta y agua clara de pozo ante ellos.

El grupo los ignoró a todos.

Sin embargo, como para burlarse de los esfuerzos del grupo, la torre comenzó a conceder más deseos.

Sus vientres, que se suponía que tenían hambre, se estaban llenando antes de que se dieran cuenta.

Sus gargantas, que se suponía que tenían sed, se apagaron antes de que se dieran cuenta.

Por muy vigilantes y cuidadosos que fueran, la torre siempre estaba lista para tragarse sus deseos y hacerlos realidad. Empezó a conceder deseos, empezando por el más pequeño de ellos, como si tratara de tragárselos a todos.

Y luego, finalmente, la torre comenzó a conceder los deseos de Ai.

Piso mil doscientos trece. Allí había un pueblo. “…Ah.”

El pueblo estaba rodeado de laderas por tres lados y tenía una meseta al norte. Era un pueblo tranquilo con pequeños campos y casas. Un pueblo escondido donde cuarenta y siete habitantes viven en paz.

Un pueblo que ya no existía. Su pueblo.

“Todos…”

Ai tuvo una alucinación de cuarenta y siete personas allí.

Anna estaba allí, Yoki estaba allí, también Joanna, Dora, Yuki, Zel, Manuetta.

E incluso había alguien que no estaba presente en ese entonces.

“Mamá…”

En medio de las espigas de trigo, su madre del pasado estaba parada allí, sonriendo. Ai corrió por la calle del pueblo donde había pasado doce años. Corrió a un lugar que se había convertido en un recuerdo en solo unos meses.

Al lado de la madre estaba su padre. No Hampnie Hambart, solo Kizuna Astin.

“¡Papá!”

Unos pasos más. Solo unos pocos pasos más, y podría llegar a su lado, al lugar al que no podían llegar sin importar cómo oraran o hicieran. Sólo tres pasos más y estaré allí. Después de ese pensamiento, otros dos pasos. Un paso.

Cero.

“¡Papá, mamá!”

Ella pensó que era una especie de trampa cruel. Lo que vio era falso, y en el momento en que se sumergiera en él de esta manera, esta trampa la atraparía y se rompería.

Ella pensó que estaba bien.

Y, sin embargo, las personas frente a ella eran reales.

“¡Ai, ha pasado mucho tiempo! ¡Has crecido tanto!” “¡Mamá!”

Hana Astin abrazó a Ai. Tenía el mismo cabello dorado y ojos verdes que Ai, pero la expresión de su rostro era completamente diferente. Tenía la sonrisa de un niño travieso.

“Vaya, sigues siendo la misma de siempre. ¡Mira, mira!”

“¡P-papá! ¡Por favor, detente!”

Kizuna Astin palmeó la cabeza de Ai bruscamente y ella se enojó. El intercambio era demasiado nostálgico para uno que solo existía en sueños.

“Papá…” “¿Oh?”

“Mamá…”

“Sí, sí, ¿ahora qué?”

Los dos respondieron, y Ai estaba muy eufórica.

“～～～～～～～～!” “Ups.”

“¿Q-Qué pasa, Ai?”

Ai lloró cuando la envolvieron en sus brazos. Tenían todo. El fino aroma de su madre, el olor de los cigarrillos de su padre, la calidez de su madre, la frialdad de su padre. La respuesta cuando llamó a sus padres, uno cálido, otro duro.

Todos estaban delante de ella en este punto. “… ¿Te has calmado?”

“… No.”

“Pfft, eres una chica tan honesta”.

La madre sonrió feliz, llena de alegría. “¿Son ustedes dos… reales?” “¿Quién sabe?”

El padre se rio con picardía.

“¿Qué hay de ti, Ai? ¿Eres real? ¿O eres falsa?” ” ”

“Tú no puedes decirlo. Pero yo sí. Soy real”.

“Así es. Puedo responder eso también. Soy real”.

“Entonces “

“¡!”

Y así, Ai fue empujada.

“¡Papá! ¡Mamá! ¿¡Qué estás haciendo!?”

“¿No sigas, idiota? ¿Qué diablos eres? ¿Eres realmente el impostor de Ai? Mira, te diré algo, la verdadera Ai Astin no vendría a un lugar así, porque ella es la persona que va a salvar el mundo”.

Kizuna Astin sonrió mientras colocaba la mano que la había empujado en su cadera.

“Eso es cruel de tu parte”.

A continuación, Hana Astin tomó el brazo de su esposo y tiró de él.

“No lo entiendes, ¿verdad? Ai Astin es el tipo de chica que cede a la tentación. La verdad es que es una chica muy común, llorona y vulnerable… Es el tipo de chica que llora cuando está feliz, alegre o triste…”

La madre se agachó y limpió la cara de Ai. Este último lloriqueó en el pañuelo.

“Pero entonces definitivamente se defenderá”. ” ”

“Adelante, hija mía. Eres un poco joven para el cielo”.

Ai se secó las lágrimas. “Sí.”

“Buena respuesta, hija mía”. Kizuna Astin se rio entre dientes. “Vive bien en el infierno”.

“¡Sí!”

Y Ai regresó.

Corrió por las calles del pueblo en dirección opuesta, en dirección opuesta a sus recuerdos, al tiempo, y no podía permitirse mirar atrás. Absolutamente no.

“Adiós….”

Dijo sin mirarlos a la cara. Ella salió corriendo, dejando lágrimas atrás en lugar de ella misma.

Eventualmente, una niebla envuelve el área y oculta la realidad. Sin embargo, Ai no se detuvo y siguió avanzando.

Uno tenía que preguntarse cuánto tiempo corrió, y en esta niebla donde casi perdió el sentido de sí misma, escuchó una voz.

En algún lugar allí, alguien estaba berreando, waah, waahhh.

En algún lugar de allí, alguien estaba gritando, ¡Ai!

¡Ai!

Ai se concentró en correr en la dirección de la voz, y luego,

Ella se despertó.

“¡Ai!”

Ante ella estaban los rostros de todos los demás. “Wow”.

Yuri, Alice, Dee y Celica estaban llamando, tratando de recuperar a Ai.

“¡Cielos! ¡De verdad!”

Yuri la abrazó con violencia y le acarició la cabeza. Ai abrió los ojos con desconcierto.

“¿E-Están todos bien?”

Todos apartaron la mirada torpemente al unísono.

“… No, todos fuimos tragados por esto, solo nos recuperamos gracias al llanto de Celica”.

“Casi me tragan. Gracias Celica”.

Celica finalmente dejó de llorar y exhaló con un alivio, “Daw…”.

“Pero esta pequeña mocosa es realmente la única que está estable”.

“… Definitivamente no está descontenta con su vida”. “Estoy celosa…”

“¡Grggh!” El bebé gritó, como si estuviera diciendo

‘Cielos, que remedio’.

“Gracias por tu ayuda ….”

Ai se frotó la mejilla y besó suavemente su frente. ” Bien entonces.”

Había alguien mirando la escena.

“… ¿Qué va a pasar? Parece que funciona, y sin embargo no funciona ¿lo hace o no?”

“¿Dee-san?”

Dee murmuró para sí misma, sintiéndose frustrada. Ella se encogió en el aire, golpeándose la frente, ignorando la voz de todos los demás mientras estaba absorta en sus pensamientos. Y luego,

“Está bien, lo he decidido”. “Eh ¿Qué cosa?”

“Decidí mi plan, ahora bien, lo siento por esto, pero

¿podemos salir todos de aquí y renunciar a Scar, por favor?”

“¿Estás hablando de eso otra vez…”

“Oh, mi error. Lo siento de nuevo, pero hablo en serio esta vez”.

Ai miró a Dee con ojos sorprendidos. “¿Qué quieres decir?”

“La torre se va a derrumbar”. “¿Eh? ¿¡P-Por qué!?”

“¿Uhm? Con explosivos y, eh, varios poderes”.

“¡No te estoy preguntando cómo! ¿Cuál es la razón?

¡¿Por qué?!”

Eso es porque, Dee respondió con total naturalidad: “Quiero destruirla”

El fantasma se rio. “¿…Por qué…?”

La mente nerviosa de Ai se puso seria al instante para hacer frente a la situación actual. También lo hizo su cuerpo.

“¿Uhm? ¿No lo entiendes, Ai?” “¡No!”

“¿Qué otra razón puede haber?”

Dee abrió los brazos como si fuera una actriz.

“Es porque este lugar está violando el mundo. Esta torre está preñada de eternidad. No puedo permitir que exista una torre que concede deseos. El mundo nunca terminará. Seguirá y seguirá en vano”.

Los ojos oscuros miraban hacia arriba. “Es por eso que quiero volar este lugar”.

Dee Ensy lanzó una mirada hostil al cielo.

“En realidad, quería que todos ustedes hicieran esto”.

Ella flotó y miró al grupo.

“De la forma en que lo veo, no hay forma de que puedas seguir adelante. Así que es el plan B”.

“¿Ibas hacerlo de todos modos?”

“Sí, iba a pedirle a Ai que salvara a los que están en la parte superior de esta torre, tal como lo hizo con el ídolo del asesinato en Ortus y su discurso en la Academia Gora. Quería que los salvaras y convirtieras esta torre en un basura sin sentido”.

El cuerpo del fantasma se desdibujó suavemente y se deslizó hacia el techo, reflejando un lugar en algún lugar lejano.

Era la parte superior de una torre, donde algunos niños y niñas seguían apilando piedras.

“Eso es lo que te gusta, ¿no es así, Ai?” Dee, el fantasma, la Bruja del Oeste, se rio. Ai se quedó sin palabras.

“… ¿Es por eso que nos has estado siguiendo—?”

“Esas son muchas razones, y también involucran a Alice”.

“En otras palabras, ¿nos has estado manipulando?” “No lo viste venir, ¿verdad? Es el estilo fantasma. Si ‘quiero que alguien venga aquí’, no seré tan infantil y le diré ‘ven aquí’. Ese es mi máximo”.

Dee miró sarcásticamente la tiza blanca en la pared y le escupió.

El Fantasma ‘susurraría’.

“Idealmente, el sujeto pensaría ‘Pensé en esta idea por mí mismo’. Es genial si puedo hacer que esa persona piense que decidió y actuó por su cuenta”.

“Eso es..”

En retrospectiva, ¿quién sugirió la conexión entre el llanto de Celica y la dirección de Scar en primer lugar? ¿Quién fue el que tomó la ruta de exploración a cada paso? ¿Quién tenía la culpa de no poder alcanzar a Scar el día antes de que Scar entrara a la torre?

“A decir verdad, ¿por qué Scar vino a la torre en primer lugar? Probablemente porque alguien le susurró que podía ir allí y volver a ser una Sepulturera. Dando un paso más atrás, ¿por qué Scar tuvo la oportunidad de ser susurrada?”

¿No fue porque Ai estaba atrapada en la Academia Gora? Ahora, ¿por qué es eso?

Dee Ensy Stratmitos…Susurró. Susurró. Susurró. “Entonces, ¿tú hiciste todo eso…?”

“Nop. El noventa por ciento fuiste tú”.

Pero ese último diez por ciento se extendía como una telaraña, enredándose alrededor de todo.

“La verdad es que me iba a quedar callada si todo salía bien. Sin embargo, fracasó, así que te lo digo ahora. ¿Estás enojada conmigo? Eso me hace un poco feliz”.

“… No importa. Por favor, detente…” “¿Uhm?”

¡Auge! La pala apuntaba a la Fantasma.

“Este es el lugar de los sueños de la gente. No permitiré que lo destruyas”.

“… Uhm.”

“Por favor, no destruyas esta torre”. “Lo estoy haciendo.”

“… Oye, Dee”.

Alice miró al dúo y dijo:

“Yo también te estoy preguntando…” “¿Para qué?”

“Al menos espera hasta que regresemos con Scar… por favor, no lo hagas, por mi bien”.

“¿Por qué tengo que darle margen de maniobra al enemigo?”

El fantasma dio un rápido salto mortal en la distancia.

“‘¿Sabes qué? No me malinterpretes. Ya me decidí por esto. Solo te estoy dando un consejo. Esto no es una negociación…”

Dee miró a Ai bastante preocupada.

“Una vez que lleguen a la torre, la destruirán”. “¡Dee-san!”

“No pongas esa cara”.

Dee se burló. Las comisuras de su boca estaban levantadas. Ella sonrió como un espíritu vengativo, un rencor, un demonio.

“No tiene sentido suplicarme o apelar a mí ahora. Ai, te digo que estoy destruyendo esta torre sin importar lo que pase. Renuncia a Scar y deja esta torre”.

No me importa si mueres, Así lo pronunció, mostrando preocupación por Ai esta vez.

“Les tengo cariño, chicos”. “…Yo también”

“Wow. Yey. Las grandes mentes piensan igual”.

Era una sonrisa inocente. Dee mostró la misma sonrisa que cuando celebraron el cumpleaños de Alice en el desierto.

“Dee-san… por favor… no haga esto…” “Te dije que no puedo”.

“¡Dee-san!”

“Nop. No estoy escuchando.”

Dee se tapó los oídos con molestia, puso los pies en los escalones de piedra y se hundió.

“Nos vemos en dos días. Te veré debajo de la torre, espero”.

Y con eso.

El fantasma se hundió en el pavimento de piedra.