Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 4

Capitulo 3: El Interludio de Cierto Hermano y Hermana

Parte 2

El Interludio de Ciertos Hermano y Hermana A.

La historia comenzó abruptamente en medio de las escaleras que conducían del quinto al sexto piso y terminó abruptamente.

“…¿Qué es esto?”

La historia se llamaba ‘El interludio de cierto hermano y hermana A’. Ai tocó con el dedo la escritura de tiza blanca que estaba escrita en la pared de piedra.

“De alguna manera, no parece ‘adecuado’… sin embargo, parece ‘adecuado…'”

La historia le hizo sentir que no era el personaje del autor de tiza blanca y, sin embargo, encajaba un poco.

“No entiendo nada”. “…Supongo.”

Esta fue la única conclusión. “… ¿Seguimos adelante?”

Ai renunció a deducir y subió las escaleras. Y fue entonces,

“Cielos”

Una voz perfecta resonó.

Todos se dieron la vuelta. Allí estaban tres Sepultureros.

No reconocieron estos rostros, pero el trío era de la misma familia.

“Poderoso Joe…” Alice murmuró. Ai recordó que eran parte de la familia ‘común’ que figura en el catálogo de Sepultureros.

“Hola, Viviente. Qué coincidencia”. “¡Hola!”

Ai fue la única que respondió. Los demás permanecieron en silencio, sus actitudes tibias.

“¿Tienen negocios que atender, Sepultureros?” “Sí, los Muertos nos están esperando”.

Uno de los Sepultureros le devolvió la sonrisa, y era una sonrisa que mostraba cierto amor y pasión por su trabajo.

“¿Te importa si puedes dejarnos pasar?”

“Sí. Pero, ¿por qué no caminamos juntos? Nosotros también estamos en el mismo camino”.

“No tengo ninguna objeción a eso. Pero, ¿los demás están bien?”

“¡Por supuesto!”

Ai deliberadamente levantó la voz en voz alta. Había tratado conscientemente de vincular a estos Sepultureros con sus compañeros.

En ese momento, ella no sabía por qué tenía ese tono.

“¡Ai!”

El hombre grande gritó. Había un matiz de reproche en su voz.

“Ah, Yuri-san, está bien, ¿no es así? He tomado una decisión”.

“Pero…”

“Está bien, ¿no?”

Los ojos azules del gran hombre vacilaron. “¡Está decidido!” Ai se aprovechó de esto y gritó.

Ai preguntó en voz alta a los Sepultureros sobre el paradero de Scar y la torre, tratando de enfatizar que caminar juntos era una ventaja. Desafortunadamente, los Sepultureros no sabían nada en absoluto, por lo que Ai apenas se las arregló con su entusiasmo.

El grupo llegó al sexto piso. El lugar era un desierto.

Por un momento, Ai se preguntó si estarían afuera. Había arena por todas partes y muchas bombillas colgaban del techo. Era un desierto hecho por el hombre lleno de luces deslumbrantes y un paisaje seco y arenoso.

Inusualmente, no había un solo edificio en la torre. “… Siento que su cordura ya estaba en sus límites…”

“Sí. Hay muchas de esas cosas afuera. ¿Cuál es el punto de hacer una dentro de la torre?”

El desierto estaba muy bien hecho. Había cactus en el suelo y lagartijas de cuero. También había un dibujo en la pared a lo lejos, que mostraba un horizonte.

“Scar-san está más arriba…”

Celica se mantuvo interesada en la cima.

“¿El Muerto que estás buscando todavía está allá arriba también?”

“Sí”

“Sí”

“No” “¿Eh?”

Uno del trío respondió de manera diferente y miró a lo lejos.

“El Muerto que enterraré está allí”.

Al momento siguiente, su mandíbula estaba destrozada. Pew, una bala atravesó la mandíbula y el cuello del Sepulturero, desapareciendo en el desierto.

El colapsó. “¿Eh?”

El Sepulturero cayó como si tratara de girar, pero cayó en su lugar.

La mancha roja se extendió lentamente por el desierto amarillo.

“Oh, ¿está roto?”

“No importa, busquemos a nuestros Muertos”.

Los Sepultureros restantes reconocieron la situación mucho más rápido que Ai, pero permanecieron imperturbables y se marcharon a zancadas.

¡Espera por favor!

Ai instintivamente trató de llamarlos, pero sabía que esas palabras no los detendrían. Las palabras solas no los detendrían. Lo único que los detendría sería la destrucción.

Y llegó rápidamente.

El Sepulturero de la derecha se giró para esquivar la primera bala, pero la siguiente bala se colocó justo donde se estaba moviendo. El Sepulturero básicamente saltó en el aire y golpeó su frente contra la bala.

El último Sepulturero duró un poco más. Aprendiendo de las experiencias de los dos anteriores, usó la pala para desviar la segunda bala que siguió su movimiento. Se agachó, esquivó, esquivó, esquivó. Las balas del enemigo terminaron y, al mismo tiempo, el Sepulturero corrió hacia las escaleras que conducían al séptimo piso. 30 metros más o menos, otro matón voló. El Sepulturero lo evitó hábilmente y estuvo a punto de parar el siguiente disparo…

La pala fue atravesada.

La bala fue disparada al mismo tiempo y con la misma velocidad, pero pesaba el doble. La bala salió disparada a través de la pala, golpeando el centro de la frente del Sepultureros como si fuera un hongo.

Ai quedó atónita e instintivamente miró de dónde se disparó la bala.

Allí, alguien yacía boca abajo a la sombra de una roca, observando a Ai con una mira reluciente, mirándola,

¡Él está mirando su pala!

Y luego una sola bala golpeó a Ai.

¡Bam!

Las chispas estallaron en el aire.

¡Bam!

Hubo otro disparo cuando Alice derribó la bala con el arma en su mano derecha, mientras usaba el arma en su mano izquierda para apuntar detrás de la roca a cuarenta metros de distancia.

Sería imposible que una pistola disparara con precisión a una distancia tan lejana, pero la bala de plomo destrozó limpiamente la mira. Al ver este miedo divino, el asesino no vaciló y simplemente descartó su rifle de francotirador, cargando como si se hubiera convertido en una bala, ¡y arremolinándose con arena detrás de él!

Era obvio a primera vista que se trataba de un Muerto hábil. La mayoría de sus músculos eran delgados, los órganos internos que se descomponían fácilmente ya habían sido raspados y su torso parecía plano. Llevaba un traje de cuero que parecía ser parte de su cuerpo, encadenando fuertemente su cuerpo desintegrándose. La tela de cuero se extendía hasta su rostro, manteniendo una perfecta cara de póquer mientras miraba al trío.

Alice disparó dos tiros para reprimirlos, mientras los Muertos los detenían con ambas manos. Claramente, este Muerto tenía algo en sus manos. A cinco metros de distancia, abrió los brazos como si estuviera batiendo las alas.

Whoosh, y con eso, dos espadas salieron volando, formando dos garras.

Alice retrocedió unos pasos y simultáneamente apretó el gatillo izquierdo. Los Muertos no esquivaron. Creía en la precisión anormal de Alice y recibió todas las balas en su pecho. Parecía que tenía algo para protegerse allí, ya que ninguna de las balas entró cuando rebotaron en el desierto.

¡No es bueno!

La expresión de Alice cambió por primera vez. Dos garras dirigidas a su cuello.

Justo a tiempo, la pala plateada se extendió para detener las garras. Ai agitó su pala y los Muertos se lanzaron hacia atrás para evitar esta hendidura que podría cortar una tubería de acero. Yuri lanzó una cortina de humo en ese momento, y los Muertos continuaron evadiendo. Dee aprovechó la oportunidad para cubrir a los Muertos con niebla, oscureciendo la visión de este último.

“¿P-Por qué?”

Exclamó Dee. El Muerto debería haber sido cegado, pero aprovechó para levantar más arena y zigzaguear como una serpiente. ¡Estás en el camino! gritó Alice. Provocar una niebla como esta solo sería beneficioso para el enemigo.

Los Muertos asomaron. “¡P-Por favor espera!”

Ai gritó, todavía sosteniendo su pala con sus manos entumecidas, pero los Muertos ignoraron sus palabras. Como un tiburón en el desierto, creó una tormenta de arena, esperando el momento adecuado para atacar.

“¡D-Detente! ¡Por favor, detente!”

Los Muertos no se detuvieron. Continuó corriendo a través de la tormenta de arena y finalmente se acercó al trío. Paró todas las balas de Alice, selló los disparos de Yuri y finalmente clavó sus garras en el cuello de Ai—

“¡Me rindo!”

Ai levantó ambas manos.

La pala voló en un torbellino.

El viento sopló uniformemente a través de los cuatro.

Las dos garras se detuvieron justo antes de la piel de su cuello.

Pasó mucho tiempo y la pala finalmente cayó en el montón de arena a lo lejos.

“…¿Rendirse?”

Los Muertos hablaron por primera vez. Ai asintió mientras sus manos aún estaban levantadas y, si era posible, quería ondear la bandera blanca.

“He matado a muchos Sepultureros, pero…” Las garras fueron retiradas.

“Es la primera vez que escucho a alguien rendirse”.

Ai cayó de rodillas con un ruido sordo y finalmente comenzó a temblar, sus labios sonreían por voluntad propia.

“¿Tienes un nombre?” “Ai Astin ”

Sus dientes castañetearon cuando dijo su nombre.

“Ya veo. Soy Raki Shielo”.

Ese fue el primer humano que Ai conoció en la torre. “Como puedes ver, soy un muerto”.