Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 4

Capitulo 1: ¡Déjame ayudar!

Parte 6

Dee se quedó muy callada.

“Ah, ehm, ¿cuándo es su cumpleaños, Dee-san?” “¿Yo? Es en Año Nuevo. Exactamente ese día”. “¡Vaya! Eso es bueno”.

“No es agradable en absoluto. Todos celebran todo a la vez. Nunca he tenido una fiesta de cumpleaños adecuada”.

“Ya veo. Bueno, eso definitivamente es molesto. ”

“¿No es así? Eso es lo que envidio a Alice. Es bueno que no tenga nada cerca de su cumpleaños. Pero debido a esto, siempre… casi… lo olvido. ”

A mitad de camino, la cara de Dee gradualmente se puso pálida y luego inquietantemente blanca.

“¿?” Ai se preguntó qué estaba pasando, pero siguió el ejemplo de Dee y dirigió el tema a Alice.

“¿Cuándo es su cumpleaños, Alice-san?” “¿Yo?”

“Sí.”

“Ayer.”

“¿En serio?”

La boca de Ai se abrió, debo haber oído mal algo, así que pensó.

“¿Eh?”

“Dije, ayer.”

Crack, se oía el sonido de la leña rompiéndose. “¿Eh?”

El sol se había puesto. Había llegado la noche.

“¿¡Huuuhhh~~~~~~~~~~~~!?” Y Ai explotó.

“¿Eh? Espera, ¿eh? ¿¡De qué se trata!? Nunca escuché sobre eso. ¡Yo! ¡Nunca! ¡Oí! ¡Nada! ¡Sobre!

¡Eso!”

Eso~~~Eso~~~Eso~~~…la palabra resonó en el desierto.

“¿¡P-Por qué!? ¿Por qué no dijiste nada?” “Bueno, nadie preguntó”. “Ababababababa”.

“¡Dee-san!”

Abababababa.

Ai miró a Dee que estaba en una perorata al azar. Parecía que este último lo había olvidado.

“¡Pero aun así! ¡Al menos deberías insinuar un poco!”

“¿A quién le importa eso de todos modos?”

Alice tragó el resto de su té con disgusto y se puso de pie.

“Viejo. ¿Hay algún trabajo que hacer? Te ayudaré”. “¡Por favor espera! ¡Aún no he terminado contigo!” “Ya hemos terminado”.

Alice agitó la mano de Ai que tiraba de su dobladillo. “Dije que está bien. ¿Cuál es el problema?”

“P-pero es tu cumpleaños, ¿verdad?” “¿Y?”

“¿No deberías decir, feliz cumpleaños? Es un festival anual importante, ¿sabes?”

“Tal vez, pero ¿quién tiene tiempo para eso?”

Alice lo dijo bastante descaradamente, sin intención de ofender a nadie en particular.

“Realmente no me importa mi cumpleaños. Quiero decir, lo habría olvidado si no me lo hubieran preguntado”.

“¿Qué dijiste?”

El shock estalló a través de su cabeza. Cuando estaba en el pueblo, Ai mencionaba esto casualmente un mes antes de su cumpleaños, hasta el punto en que otros incluso decían: ¡Eso es molesto!

“¡Ahhh~! ¡Maldita sea~! ¡Solo cállate!”

Alice finalmente respondió bruscamente, como si desafiara.

“¡Sabes, no es que no quiera que otros lo celebren por mí también! ¡Quiero regalos! ¡Quiero pastel!

¡Pero ahora no es el momento para eso!”

Alice agitó su brazo y señaló el desierto. Celica estaba allí, buscando a su madre, y Scar estaba más allá. El coche siempre se estaba quedando sin comida y no tenían nada que desperdiciar.

“¡Voy a salvar el mundo!”

Alice declaró, sus ojos reflejando las llamas de la hoguera.

“Haré lo que sea necesario para hacer eso”

“   ¿Qué tiene que ver mi cumpleaños con esto?”

Murmurando, Alice revisó el arma en su cadera y se aventuró en el desierto. Parecía que asumía que si no tenía nada que hacer, al menos debería ir a cazar.

Ai agarró el dobladillo del uniforme escolar que se iba.

“Déjame ir.” ” …No.” “Déjame ir.” “No quiero. ”

Alice sacudió bruscamente la mano de Ai, quien tropezó por un momento, dio un paso atrás y luego,

“…………. Oye.”

Se aferró a la espalda de Alice.

“No puede… Alice-san…, no puede hacer eso.” “¿Ah?”

“No puedes cortar ese tipo de cosas…”

Ai lo sabía. Sabía de alguien que se convirtió en una cuchilla sorprendentemente afilada al deshacerse de todas estas cosas vagas una tras otra. Maldito con un cuerpo inmortal, el único sueño que perseguía era la muerte. Sabía que Hampnie Hambert admiraba la voluntad de los monstruos… y trató de convertirse en uno.

La actitud actual de Alice era exactamente como la de él. Era la actitud de un monstruo que descartaría todo para sus propios fines. Era la actitud de un monstruo.

“No puedes hacer eso. No puedes simplemente descartarlos… celebremos tu cumpleaños juntos”.

Ai abrazó con fuerza el uniforme escolar negro, y la ropa ya hecha jirones era como la piel o una bestia desconocida. Sus lágrimas lo humedecieron, y esperaba que esas palabras convirtieran al monstruo en una persona, como en los cuentos de hadas.

“¿Cuántos años tienes, Alice-san?” “…Dieciséis.”

“Ya veo. Alice-san, es su decimosexto cumpleaños. Felicidades”.

“………”

Ai susurró su palabra de felicitación a la espalda de Alice y se alejó.

Alice ya no se escapó.

“Por favor, déjanos celebrar contigo. Hornearemos un pastel, colocaremos velas y celebraremos tu decimosexto cumpleaños”.

Ai fue delante de Alice, cuyo rostro estaba oscurecido por su flequillo, sin poder ser visto. Sin embargo, a Ai no le importó y le sonrió.

“¿Bien?” ”      ”

No respondió, pero tampoco se negó. El rostro de Ai se iluminó.

“¡Yuri-san!”

“¿Uhm?”

“¿Puede usted hacer un pastel?” “Por supuesto..”

Yuri sonrió irónicamente cuando sacó harina de la bolsa de comida.

“Los huevos y las verduras están a punto de caducar. Hagamos un festín hoy”.

“¡¡Yo también ayudaré!!”

Dee tenía los ojos llorosos por alguna extraña razón mientras se agitaba, como si dijera, no puedo permanecer así.

“…  Aun  así,  no  puedes  tocar  ningún  objeto, ¿verdad?”

“¡Pero quiero ayudar! ¡Déjame ayudar!”

“Está bien, está bien, hazte de niñera de Celica por mí, entonces”.

“¡Sí!”

Todo el mundo estaba repentinamente ocupado. Yuri revisó su carga de comestibles, apupu, Dee hizo que Celica se riera con una cara seria.

Ai trató de apresurarse y, en su camino, tomó la mano de Alice, que todavía estaba en la oscuridad del desierto.

“Alice-san, ven aquí”.

Ella lo sentó en el asiento de cumpleaños, la parte más cálida del fuego.

“Por     favor,     espera     un    momento.     ¡Volvemos enseguida!”

“…… ”

“¿Uhm? ¿Qué pasa?”

Ai acercó su oído a la boca de Alice. Parecía que le temblaba la voz y tenía los ojos empañados. Pero Ai fingió no darse cuenta.

“Gracias…” murmuró Alice en voz baja. “¡Sí!”

Ai respondió.

***

La torta no se expandió nada, y no había mucha crema ni decoración, lo que la hizo parecer un fracaso. Además, las velas utilizadas eran gruesas para uso de emergencia, trece de ellas, encendidas sobre el pastel. No parecía comida en ningún caso.

Había carne, verduras y pescado en el menú, pero todos estaban a punto de echarse a perder o secarse, y por lo tanto no eran particularmente sabrosos.

Aun así, la velada fue maravillosa.

Fue tan buena como cualquier fiesta de cumpleaños que Ai haya visto.

Alice inicialmente se mostró reacio, pero después de ver los platos servidos uno tras otro, así como a Ai y Dee causando un alboroto mientras celebraban, su expresión se suavizó gradualmente.

Yuri tocó la armónica, lo que él rara vez hacía, Dee mostró su voz cristalina, que rara vez dejaba que la gente escuchara, Ai estaba frustrada porque era la única que no tenía esa habilidad, así que cantó en voz alta de todos modos. Celica parecía disfrutar de un ambiente tan alegre mientras jugaba mientras sostenía la botella llena de leche. Alice brindó por su taza con la botella de Celica y finalmente se sentó frente al pastel.

Su rostro sonreía a la luz de las velas. Entonces la vela se apagó.

Ai tuvo una visión allí. Vio a su padre, a su madre, a los aldeanos ya toda la gente que había conocido en su viaje. Muertos vivientes.

Yuri encendió una linterna y la visión desapareció, dejando solo a cuatro personas.

Pero eso no disminuyó nada.

Ai aplaudió y felicitó a Alice por enésima vez.

***

La fiesta terminó rápidamente.

Se extinguieron las llamas, se limpiaron los platos con pan, se bebió el último trozo de té y el grupo se acostó a una hora casi normal. Era la condición de Alice para celebrar la fiesta.

Ai estaba envuelta en una manta junto a Celica. Miro el asiento del pasajero, donde estaba Alice, reclinado al máximo, mirando hacia el este. Parecía como si estuviera esperando el sol.

(…Es lo mismo que ayer…) Pensó Ai.

(… Me pregunto si él también estaba esperando el sol anoche. Está ansioso por la quietud de la noche, esperando que apareciera el sol… Esperando su cumpleaños…)

Ai miró su rostro de lado y creyó firmemente que su intuición era correcta.

Él era realmente como ella.

Realmente era alguien que quería salvar el mundo. “…Alice-san…”

“… ¿Uhm?”

Ella le susurró.

“… ¿Por qué quieres acabar con el mundo?”

“…… ”

Alice no respondió y Ai se quedó mirando el asiento del pasajero durante un rato, permaneciendo en una posición incómoda.

“… No puedo decirlo ahora. ”

“…Entiendo…”

“…Lo siento…”

“…Está bien…”

Solo escuchar la palabra ‘ahora’ fue suficiente para ella.

“… Buenas noches….”

”  Buenas noches.”

Ai enterró su rostro en la manta y no se despertó hasta la mañana.

Finalmente alcanzarían a Scar al día siguiente.