Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

“¡De todos modos, tenemos que darnos prisa! Vamos!”

“¿Por qué?”

“¿Qué?” Vivian tenía la clara intención de que corrieran todos juntos a la ciudad, así que la respuesta de Yogiri la tomó completamente por sorpresa.

“Estoy cansado de subir a la montaña. ¿Por qué debería apresurarme a ayudar a apagar un incendio en una ciudad en la que nunca he estado?”

“¡Tú! ¡Realmente eres un villano, Yogiri Takatou! ¡Normalmente, cualquiera ayudaría a apagar un incendio! Lo que sea!”

Con eso, Vivian salió corriendo a una velocidad increíble. Los poderes de un apóstol parecían bastante impresionantes.

“Takatou…”

“Quiero decir, no es como si pudiéramos seguir su ritmo de todos modos”.

“Claro, pero podrías haberlo dicho un poco más amable”.

“Hemos actuado de forma amistosa, pero es una enemiga que quiere matarme, así que no creo que debamos acercarnos tanto a ella”.

“Supongo que tienes razón. Ya se siente como una amiga…”

“Aun así”, intervino Mokomoko, “tengo curiosidad por lo que está ocurriendo en esa ciudad. Como tal…”

Una sombra negra se extendió desde los pies de Enju, haciendo la forma de una tabla. Era su parte de Furemaru transformándose.

“Crear algo como un automóvil sería difícil, pero si sólo tenemos que descender por la montaña, debería ser relativamente fácil fabricar algo”.

“Entonces, ¿como un trineo?” Yogiri se sentó sobre Furemaru.

Una vez que Enju y Tomochika se unieron a él, Furemaru comenzó a deslizarse por la ladera de la montaña a una velocidad increíble, llegando al fondo en poco tiempo.

“¿Para qué tanto esfuerzo subiendo la montaña?” se quejó Yogiri.

“Habría sido difícil utilizarlo para escalar. Puede proporcionar una ráfaga de energía durante un momento, pero la propulsión continua es demasiado dura”.

La ciudad que tenían delante estaba rodeada de muros construidos con troncos. Aunque no estaban al nivel de la piedra, seguían pareciendo bastante resistentes.

“Si es igual por dentro, me imagino que arderá bien”, observó Yogiri.

“No parece un pueblo tan rico, ¿verdad?”, preguntó Tomochika.

“¿Supongo que esa es la entrada? Parece que ha sido destruida”.

La puerta también estaba hecha de troncos, pero había sufrido graves daños. Como tal, no podía impedir que nadie entrara o saliera de la ciudad.

“¿Están bajo ataque?”

“Teniendo en cuenta el humo, es muy posible”, respondió Mokomoko. “Supongo que deberíamos echar un vistazo al interior”.

Atravesando la puerta, los tres entraron en la ciudad.

“¡Idiota! Tonta de remate!”, le gritaba a Vivian una mujer bastante corpulenta.

“Eh, bueno, la señal de Yogiri Takatou era…”

“¡No sé qué es eso, pero en qué estabas pensando al romper la puerta al salir!”

“Quiero decir, no pude abrirla yo misma, así que…”

“¡¿También fuiste tú quien destruyó la barrera?!”

“Bueno, soy invencible, así que pensé que podría ignorarlo-”

“¡El altar está en llamas porque la barrera fue destruida! ¡¿Qué demonios has hecho?!”

“No sabía que esto pasaría…”

“¡De todos modos, ni siquiera se te permite salir! ¡¿Qué has hecho?! ¡¿Por qué ahora, de todos los tiempos?! ¡Idiota! ¡Idiota! ¡Idiota!”

“Lo siento, señorita Maanu”, dijo Vivian, con los ojos llenos de lágrimas.

“Parece que el fuego no es tan grande”, dijo Yogiri. “De hecho, ¿ya está empezando a apagarse?” No parecía que las llamas se estuvieran extendiendo. La columna de humo que salía de algún lugar de la ciudad empezaba a diluirse.

“¿Qué hacemos?” Preguntó Tomochika. “Me parece que es difícil llamarles…”

“Tal vez, pero no podemos quedarnos sentados mirando. Discúlpame”. Yogiri llamó a la mujer llamada Maanu, que seguía regañando a Vivian.

“¡¿Qué?! ¿Quiénes son ustedes? ¿Sois aventureros?”

“¡No! Soy Yogiri Ta-”

“¡Cállate!”

“Sí, señora”.

Cuando le preguntaron quién era, Yogiri no estaba seguro de cómo responder. Según la historia de Vivian, Ent Occidental estaba totalmente aislada. La existencia de monstruos marinos hacía difícil de creer la explicación de que habían llegado a la deriva a través del mar. Era sospechoso que los forasteros hubieran aparecido.

“Nuestro barco naufragó y llegamos a la orilla. Entonces conocimos a Vivian, que nos guió hasta aquí. No somos aventureros”. No había nada que pudiera decir para engañarla, así que se limitó a responder con sinceridad.

“Busquen otro lugar. Esta ciudad ya está llena”.

“¡Vaya, qué rechazo!”, dijo Tomochika.

“Si no somos bienvenidos, supongo que no podemos hacer nada”.

Ya habían conseguido algo de información de Vivian, así que tendrían que conformarse con eso. Si querían llegar a la capital, debían dirigirse al este. Sabían que estaban en el lado sur de Ent Occidental, así que si podían ver el océano, podrían saber en qué dirección se dirigían. El Bosque de los Elfos parecía un lugar difícil de atravesar, pero si su única preocupación era que algo los atacara, debería ser bastante fácil de manejar.

“Hasta luego, entonces”.

Con un rápido adiós a Vivian, los tres se dieron la vuelta para dejar atrás la ciudad. Mientras lo hacían, vieron pasar a cuatro personas por la puerta. A primera vista, Yogiri pensó que eran los aventureros que se habían mencionado antes. Un hombre llevaba una armadura de cuero y una espada en la cadera. Otro llevaba una capa con capucha que ocultaba su rostro y su cuerpo. Una mujer llevaba un sombrero de ala ancha y tres puntas. Y la cuarta mujer llevaba una túnica blanca suelta, similar a las vestimentas de un sacerdote. Probablemente se trataba de un grupo formado por un guerrero, un ladrón, un mago y un sacerdote. Se parecía al grupo de aventureros que uno esperaría ver en un videojuego.

“Oye, hermana, ¿qué ciudad es ésta?”, le preguntó el guerrero a Tomochika.

“¿Eh? No tengo ni idea”.

“¿Qué? Vamos, es imposible que empecemos la búsqueda así. La gente que está dentro de la puerta debería decir: ‘Este es el pueblo tal’, como si fuera la única línea que recuerdan. Por eso los mantenemos vivos”.

“¡¿Por qué todo el mundo es así por aquí?!”

Yogiri también sintió ganas de suspirar. La gente así, que sólo se preocupaba por su propia situación y trataba de imponer sus valores a todos los demás, y con la que era efectivamente imposible comunicarse, era una docena aquí.

“Oye, ¿no se supone que los occidentales nos ayudáis con estas misiones? Si no podéis darnos una respuesta real, tendremos que informar de que este pueblo ha caído en manos de los poderes oscuros. Y entonces saldrá una búsqueda como “¡Destruye la base de las fuerzas oscuras!”, dijo la mujer que parecía una maga.

Maanu se adelantó a regañadientes para responderle. “Esta es la ciudad de Kadan”.

“Búsqueda de emergencia, ¡Elimina los restos de la familia real! Misión 1: “Ir a la ciudad de Kadan”, ¡completada!”, dijo de repente una voz de ninguna parte en particular.

“¡¿De qué va eso?!” gritó Maanu. “¡Esto no es lo que nos dijeron que esperáramos!”

“Por desgracia, parece que esta ciudad estaba condenada desde el principio”, continuó el mago. “Por supuesto, si se ensarta a la persona principal de la familia real que se esconde por aquí y se nos trae, podremos acabar con esto de la forma más suave posible”. El objetivo final de la búsqueda es eliminar a la persona de la realeza fugitiva, para no tener que matar a todos los demás…”

“Búsqueda de emergencia, ¡eliminar los restos de la familia real! Misión 2: “Encontrar los restos de la familia real”, ¡completada!”

“¿Eh? Parece que la misión 2 se acaba de terminar sola”, dijo el guerrero.

“En ese caso, supongo que uno de los que podemos ver es la persona que estamos buscando”, ofreció el mago.

“¿Uno de estos?” El guerrero miró a su alrededor. Su mirada pasó por encima de Yogiri, Tomochika, Enju, Vivian y Maanu sucesivamente. Sólo los cinco eran visibles. “Si estamos hablando de la realeza, tendrían que tener buen aspecto, ¿no? Parece que… ¿ella es probablemente la mejor opción? ¿No parece una princesa?” Tras pensarlo un momento, el guerrero señaló a Enju.

“Enju es la sucesora de la familia Sumeragi, así que supongo que es como una princesa”.

“Sin embargo, que las princesas sean hermosas sólo es cierto en la ficción”, dijo Mokomoko. “Al ser tan comunes los matrimonios políticos, era más probable que tuvieran una complexión mucho más espantosa”.

“Ahh… así que por eso Mokomoko tiene ese aspecto…” Tomochika reflexionó.

“¡¿Tienes algún problema con mi hermosa cara?!”

“¿Qué te pasa?” interrumpió Vivian, gritando con rabia. “¡¿Cómo es que no reconoces mi noble herencia sólo por mi semblante?!”

“¡¿Por qué te revelas?! ¡Idiota! ¡Idiota! Tonta!” Los furiosos insultos de Maanu eran más bien escasos.

“Uhh, ¿qué está pasando aquí exactamente?” preguntó Tomochika.

“Así que tú mismo estabas siendo perseguida. ¿Realmente estás en condiciones de perseguirme?” preguntó Yogiri a Vivian.

“Hm. ¿Quizás sería mejor que nos dirigiéramos a la capital inmediatamente y evitáramos involucrarnos?” sugirió Mokomoko.

Al parecer, Vivian era miembro de la antigua familia real y por eso estaba en el punto de mira de los aventureros. Como manos del imperio, habían recibido instrucciones de eliminar los restos de la línea real.

“No, no, no, se supone que esta es una historia en la que salvamos a la princesa de un reino perdido de las manos de un imperio malvado, ¿verdad?”

“Puedes decir eso, pero has visto a la princesa, ¿verdad?” respondió Yogiri. “No me entusiasma mucho la idea de intentar salvarla, aunque si lo que dijo antes es cierto, no necesita nuestra ayuda de todos modos”.

No sabían lo fuertes que eran los aventureros, pero Vivian estaba orgullosa de sus invencibles defensas. No debían preocuparse.

Yogiri empezó a caminar hacia la puerta.

“Oh, ¿pensabas que te íbamos a dejar ir?”, dijo la maga, apuntándole con su bastón. “No podemos demostrar quién de vosotros es de la realeza, pero tiene que ser uno de ustedes cinco”.

Debía de estar planeando matar a todos los presentes, pero en lugar de eso se desplomó rápidamente en el suelo. Yogiri había llegado a ella primero tras percibir su intención de matar.

Los otros tres aventureros gritaron de sorpresa. El hecho de que uno de ellos fuera asesinado sin previo aviso debió de conmocionarlos considerablemente. Y en ese momento, Vivian entró en acción.

“¡Escudo Motosierra!”

Lanzó un escudo que cortó el aire con un rugido aterrador. Ese fuerte sonido no era sólo el escudo que atravesaba el aire, era el de una motosierra real. Por alguna razón, innumerables cuchillas habían brotado del borde del escudo, girando rápidamente con un violento aullido. Destrozó la armadura de cuero del guerrero y atravesó las defensas mágicas del sacerdote. El ladrón se tiró al suelo, esquivando fácilmente el ataque antes de salir corriendo.

“¡Espera! No te dejaré… ¡Ack!” El escudo salió volando de repente hacia atrás, golpeando a Vivian en la cara.

“Ah, claro, dijo que era como un bumerán, ¿no?”.

“Así que al final, es un Escudo Motosierra Boomerang”.

“Parece que no es capaz de controlarlo del todo bien…”

Tomochika, Yogiri y Mokomoko comentaron a su vez. Vivian estaba ilesa, pero el haber sido golpeada en la cara por su propio Escudo Motosierra la había dejado aturdida. Se había agachado, aturdida.

“Parece que han muerto al instante”, dijo Mokomoko, mirando a los aventureros caídos.

El guerrero y el sacerdote habían sido cortados limpiamente por la mitad, sin señales de que siguieran vivos. Habían estado relajados cuando llegaron, así que no debían saber que su presa era tan fuerte. Habían dicho que se trataba de una búsqueda, así que seguramente había algún tipo de indicador de dificultad al principio que los había despistado, pensó Yogiri.

“Sea como fuere, no somos bienvenidos aquí, así que deberíamos irnos”, afirmó, volviéndose hacia la puerta una vez más.

“Esperen”.

Cuando intentaron salir de nuevo, Maanu les llamó para detenerlos.

“¿Qué?”

“Ahora que lo sabes, no podemos dejar que te vayas”.

“Pero uno de ellos ya huyó”.

Los aventureros habían dicho que estaban en una búsqueda. Probablemente podían suponer que bastantes personas sabían que había un miembro de la familia real viviendo en la ciudad.

“Sabemos quiénes son, pero no sabemos nada de ti. No tenemos ni idea de lo que acabarás haciendo si te dejamos ir”.

“No es que vayamos por ahí difundiendo rumores, pero… bien. ¿Podrías llevarnos a un lugar un poco más tranquilo?”

No parecía que Maanu tuviera ninguna habilidad de combate, así que podían ignorarla fácilmente e irse. Pero en un principio habían venido a la ciudad para recabar información, así que si la opción de quedarse estaba a su alcance, Yogiri decidió que debían hacerlo.

” Vengan a mi casa. Estarás a salvo conmigo”.

Sorprendentemente, Maanu no parecía pensar que los tres eran malas personas.