Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Tomochika, Yogiri y Mokomoko iban por un camino que se alejaba de la ciudad de Kadan. Vivian no los persiguió. Aunque era cierto que se había sentido intimidada tras ver el poder de Yogiri de primera mano, en realidad era porque no se le permitía salir de la ciudad.

El Oeste de Ent estaba siendo observado por algún tipo de poder. En Kadan se había establecido una barrera para interferir con ese poder, así que mientras ella permaneciera en la ciudad, no debería haber sido detectada. Sin embargo, Vivian acabó marchándose sin pensarlo, y en el proceso acabó destruyendo la barrera. A estas alturas, parecía inútil mantenerla confinada allí, pero también formaba parte del plan para devolver a la antigua familia real al poder. Aunque ahora fuera una apóstol, no podía echar por la borda toda su planificación sólo para perseguir a Yogiri.

“¡Mokomoko, tienes un aspecto aterrador!” dijo Tomochika.

La robot Enju tenía una leve sonrisa en su rostro, sostenida tan perfectamente que parecía pintada. “No hay mucho que pueda hacer al respecto. No tengo tiempo para gestionar sus expresiones faciales”.

En ese momento, la forma espiritual de Mokomoko estaba en lo alto del aire sobre ellos. Había una gran posibilidad de que otros vinieran tras ellos para atacar a Yogiri, así que ella estaba de vigía.

“Estaría bien que sólo atacaran”, se lamentó Yogiri. Si intentaban matarlo, podría detectarlos. Pero si no tenían intención de matarlo, no sabría que se acercaban hasta que estuvieran cerca. Sería difícil seguir lidiando con gente como Vivian, así que le había pedido a Moomoko que vigilara a los demás.

“Me siento un poco rara diciendo esto, pero ¿y si vienen por mí?” preguntó Tomochika. No estaba especialmente preocupada por su propia vida. Le preocupaba más que alguien intentara tomarla como rehén en un intento de limitar lo que Yogiri pudiera hacer.

“Tal vez lo haya dicho antes, pero mientras estés cerca, estarás bien. Yo también puedo sentir la intención de matar a la gente que está cerca de mí”.

“Me doy cuenta de que es un poco tarde para decir esto, pero ese poder es realmente injusto”.

“Nací con él, así que no puedo hacer mucho aunque te quejes”.

“Supongo que hay muchas cosas con las que no podría lidiar, así que me quedaré cerca de ti”.

Con la ayuda de Mokomoko, Tomochika podía manejar el combate cuerpo a cuerpo bastante bien. Pero si se utilizaba algún tipo de poder extraño para atacarla desde lejos, no habría mucho que pudiera hacer. Tal vez estaba siendo autocomplaciente, pero parecía que no tenía otra opción que confiar en Yogiri.

“Me pregunto cuánto falta”.

“El mapa… no es muy útil, ¿verdad?” Yogiri sacó el mapa de su mochila. Lo habían comprado en Kadan.

Tomochika también le echó un vistazo. “¡Esta cosa es totalmente inútil!”

En ese momento estaban caminando a mitad de camino hacia el lado oriental interior de un gran cráter, pero el cráter en sí no aparecía en el mapa. Había sido creado cuando Yoshifumi invadió por primera vez Ent. Este mapa era de la época real, así que no reflejaba el estado actual del paisaje.

“Bueno, parece que el Bosque de los Elfos siempre ha estado ahí, así que deberíamos ser capaces de encontrarlo de alguna manera, ¿no?”

“Sin embargo, no ayuda mucho si no sabemos dónde estamos ahora”.

El paisaje que los rodeaba variaba inmensamente en cuanto a elevación. Había un montón de montañas rocosas y pequeños cráteres a su alrededor. Por ello, apenas podían ver nada delante de ellos.

“Algo se acerca por delante”, advirtió Mokomoko.

Una figura apareció en el hueco entre las montañas. Cuando la persona siguió caminando, pudieron distinguir que se trataba de un hombre. No estaba armado, pero los observaba mientras se acercaban.

“¿Qué posibilidades hay de que sea un transeúnte cualquiera?” Preguntó Tomochika.

“Nos está observando”.

“Bueno, somos los únicos que estamos por aquí, y no es que no puedas saludar a alguien por el que pasas… Oh, se ha parado”.

El hombre se había detenido en medio del camino, aparentemente tratando de bloquearles el paso.

“Hola”, le dijo Tomochika. Todavía no tenían pruebas de que fuera un enemigo. Si podían arreglar las cosas pacíficamente, sería lo mejor.

“Mi nombre es Zero. Zero Absoluto”.

“Ugh… Esto parece ser que será una molestia”, refunfuñó Tomochika.

“¿Es ese tu verdadero nombre?” preguntó inocentemente Yogiri.

“Es el nombre que me dieron como apóstol. Con el nuevo poder que se me otorgó, también era necesario un nuevo nombre”.

“¿Crees que todos se ponen así cuando se convierten en apóstoles, o los dioses eligen especialmente a gente así para convertirse en apóstoles?” Tomochika se giró y preguntó a Yogiri.

“Creo que probablemente sean ambas cosas. La gente que ya es así se vuelve aún más engreída, ¿no crees?”, respondió. Luego se volvió hacia Zero. “Muy bien, entonces; déjame preguntarte por si acaso: ¿qué quieres?”

“Estoy aquí para matarte, Yogiri Takatou. Mujer, no temas, ya que no eres mi objetivo”.

“Oh, genial.”

“Si vas a tomarte la molestia de decirnos tu nombre, ¿estás dispuesta a hablar primero?” preguntó Yogiri.

“¿Deseas unas últimas palabras antes de pasar al Hades? Muy bien”.

“Siento que es imposible llegar a él…” Tomochika murmuró.

“Supongo que en este mundo también tienen la idea de Hades, ¿no?”

“Estoy segura de que eso es sólo el resultado de la traducción”, dijo Mokomoko.

Al igual que Vivian, no parecía que tuviera pensado atacarles de inmediato.

“¿Sabías cuál era mi poder antes de venir hasta aquí?” preguntó Yogiri.

“Por supuesto. El tuyo es el poder de matar cualquier cosa y todo, pero incluso yo puedo lograr tal hazaña. Mi poder es el del cero absoluto. Ante él, todas las cosas se congelan”.

“Muere”.

Zero cayó al suelo.

“¿Fue realmente suficiente para decidir matarlo?”

“Intentó usar ese poder del cero absoluto o lo que sea”.

“Nosotros fuimos los que le pedimos que hablara, aunque… No, supongo que habríamos muerto si realmente lo hubiera usado”.

“Si va a intentar matarnos, no tengo más remedio que matarle yo también”.

Al final, este fue el resultado de sus propias acciones. Tomochika tampoco tenía piedad por la gente que Yogiri había matado.

“Realmente sería más conveniente que nos atacaran a distancia en lugar de salir a nuestro encuentro cada vez”.

“Eso sería definitivamente más fácil. Realmente no me gusta matar a la gente a la que encuentro en persona”.

“Me pregunto cuánto tiempo va a durar esto”.

“¿Hasta que todos los apóstoles estén muertos? Ya hemos conocido a tres, así que si es lo mismo que los doce discípulos, deberían quedar nueve”.

“No es que haya ninguna razón para pensar que había doce para empezar”.

Yogiri agarró el cuerpo caído de Zero por la mano y lo arrojó fuera del camino.

“Puedes ser realmente despiadado, ¿sabes?” comentó Tomochika.

“Si lo dejáramos en medio de la carretera, estorbaría, ¿no?”.

“No hay otros en la zona por lo que veo”, informó Mokomoko.

“Muy bien, vamos”. Partieron una vez más hacia el Bosque de los Elfos.

◇ ◇ ◇

Por supuesto, no todos los apóstoles fueron tan tontos como para encontrarse con Yogiri de frente. Tracy observó desde la distancia cómo Zero era derrotado. Llevaba un tiempo siguiendo a Yogiri, pero era mucho más cuidadosa. Después de enterarse de su habilidad de muerte instantánea por parte de Dios, se negaba a tomarlo a la ligera. Ni siquiera se había planteado atacarle de repente, de la nada. Primero tenía que esperar y observar.

Eso, por supuesto, abría la posibilidad de que alguien más llegara a él primero. Si eso ocurría, tendría que rendirse. Todo lo que significaría sería la pérdida de un poder que se le había concedido recientemente, así que no le dolería tanto. Tendría que volver a su anterior trabajo como aventurera.

Su habilidad era ser totalmente imposible de percibir. Después de recibir ese poder, lo había probado brevemente. Robar cosas era sencillo. Podía tomar frutas de un puesto callejero y comérselas delante del dueño sin que se diera cuenta. Ni siquiera se había dado cuenta de que faltaba algo hasta que Tracy se había marchado, lo que le dejaba fuera del alcance de su habilidad. El dinero y los objetos de valor eran igualmente fáciles de arrebatar. Ella ya había acumulado una fortuna. Aunque perdiera este poder, tendría suficiente riqueza para tomárselo con calma el resto de su vida.

Matar a la gente también era bastante sencillo. Hace un rato, había atacado a un grupo de aventureros que habían tomado una misión que ella misma había planeado hacer. Los masacró sin esfuerzo. Al fin y al cabo, ni siquiera se dieron cuenta de que estaba allí. Incluso cuando les arrancó meticulosamente el corazón del pecho y les abrió la garganta, los demás ni siquiera se dieron cuenta de lo que había pasado. Por supuesto, cuando uno de sus compañeros murió de repente, se dieron cuenta de que habían sido atacados por algo, pero nunca supieron que había sido Tracy. Comprender que estaban siendo atacados por algo invisible sólo les hizo entrar en pánico. Al final, no tenían forma de defenderse de ella.

Así que había aprendido que podía atacar a los demás unilateralmente. Sin embargo, siempre existía la posibilidad de que uno de sus objetivos pudiera contraatacar con ataques indiscriminados. Incluso si no sabían dónde estaba ella, si dispersaban los ataques a su alrededor, existía la posibilidad de que la golpearan. Pero su poder ya había tenido en cuenta eso. Mientras estaba activo, su cuerpo se trasladaba a algo parecido a un subespacio, lo que le permitía atravesar cualquier ataque sin sufrir daños, mientras que cualquier cosa que hiciera seguiría teniendo efecto sobre sus objetivos.

Su poder era realmente invencible. Con él, matar a Yogiri sería fácil. Al menos, después de observarlo durante un rato, eso fue lo que decidió. Aunque su habilidad de muerte instantánea era ciertamente aterradora, requería que se fijara en su oponente para poder activarla.

Habiendo bajado la guardia tras matar a Zero, Tracy se acercó a Yogiri por detrás.

◇ ◇ ◇

La persona con la habilidad de congelar todo fue derrotada por Yogiri Takatou.

La persona con la habilidad de ser imposible de percibir fue derrotada por Yogiri Takatou.

La persona con la habilidad de moverse a la velocidad de la luz fue derrotada por Yogiri Takatou.

La persona con la capacidad de borrar cualquier cosa fue derrotada por Yogiri Takatou.

La persona con la capacidad de destruir continentes fue derrotada por Yogiri Takatou.

La persona con la habilidad de anular habilidades de muerte instantánea fue derrotada por Yogiri Takatou.

◇ ◇ ◇

“¡Vivian, deja de estar parada y recoge tus cosas!”.

Vivian volvió a la realidad por los gritos de Maanu. Estaban en la casa de Vivian, la base de los supervivientes de la familia real.

“Pero los apóstoles siguen muriendo…”

“Sí, me hablaste de los apóstoles. Ciertamente tienen algún tipo de poder nuevo. Pero ahora que nos han descubierto, no podemos quedarnos aquí”.

La barrera había existido para ocultar a la familia real. Aunque la repararan, ya habían sido descubiertos, así que debían trasladarse al Bosque de los Elfos.

El bosque era un dominio inviolable. Los ojos del imperio no deberían poder alcanzarlos allí. Tanto si pretendían establecer una nueva base como atravesar para invadir el lado oriental de la isla, debían dirigirse allí primero.

“Yogiri Takatou… debes ser muy fuerte para haber derrotado a tantos apóstoles seguidos”.

Pero este no era el momento de impresionarse. La razón por la que Dios les estaba dando información sobre quiénes habían fracasado contra él era para que pudieran planear cómo derrotarlo ellos mismos.

Sin embargo, el chico de la espada que había obtenido los poderes de Vivian estaba muerto. Su escudo invencible y sus poderes de resurrección no habían funcionado contra la muerte instantánea de Yogiri.

“¡Sinceramente, no parece que no pueda ganar con este poder!”

“¡Cállate y ponte a trabajar!”

“¡Si señora!”

Vivian se preguntaba si podría obtener más poderes.

◇ ◇ ◇

“¡¿Qué clase de bosque de los elfos es este?!”

Después de haber entrado en el bosque, Tomochika despotricó en voz alta a nadie en particular.

“Es decir, con tantos árboles alrededor, es obvio que es un bosque, ¿no?”.

“¡Esto es una selva! ¡Es totalmente una selva! Hace mucho calor!”

Todo lo que había frente a ellos era verde. Las hojas se agolpaban en su visión y las lianas colgaban de los árboles. El aire estaba lleno del olor de las plantas y del peso de la intensa humedad. Los pájaros de colores revoloteaban entre la vegetación, y podían oír los sonidos de los animales que gruñían y ladraban en la distancia.

“Se supone que un Bosque de los Elfos es más… misterioso. Con hermosos manantiales de agua. ¡Y una brisa refrescante, y todo brilla a la luz del sol, y las hadas retozando por ahí! Algo así”.

“No son hadas, supongo, pero hay un montón de bichos volando por ahí”, señaló Yogiri.

“¡¿Por qué han tenido que sustituir las hadas por polillas del tamaño de mi mano?!”

“Oh, mira, es un escarabajo rinoceronte. Es enorme”. Señaló un insecto de unos veinte centímetros de largo, que se aferraba al costado de un árbol.

“¡No vuelvas a ser un niño conmigo ahora!”

“El clima aquí también es una locura. Hace un rato parecía que era primavera”.

“Puedo ver por qué la realeza necesitaba prepararse para pasar por aquí”, coincidió Tomochika. Maanu había dado a entender que necesitarían bastante tiempo para hacer sus preparativos.

“Supongo que esto es lo que hay que esperar de otro mundo. Aunque apenas nos hemos movido, el clima ha cambiado totalmente”.

“He oído que atribuyen el cambio de clima a los espíritus”.

“Este mundo no es un globo como el nuestro”, intervino Mokomoko. “El sentido común de la Tierra no se aplica aquí”.

“¿Podemos realmente atravesar esta maleza?” preguntó Tomochika. “Ni siquiera hay un camino”.

” La verdad es que no tenemos ninguna otra idea. Las montañas del norte están bastante lejos”.

“Supongo que tendremos que abrirnos paso, literalmente”. Mientras Mokomoko decía eso, Furemaru brotó de todo el cuerpo de Enju, tomando la forma de numerosas cuchillas. “¡Nos abriré un camino!”

“¿Estás segura de que eso está bien? ¿No se enfadarán los elfos? Dirán algo como: “¡Cómo te atreves a dañar nuestro bosque sagrado!”

“Dannoura, ¿de verdad crees que los elfos de este bosque serán así?”

“Espero que haya una posibilidad”.

“Claro… Bueno, es bueno que no renuncies a tus sueños, al menos…”

Mokomoko hizo girar sus cuchillas con fuerza, desgarrando el follaje y los brotes de las plantas, creando un camino fácil para que pudieran avanzar.