Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Para Ryouko, adaptarse y seguir viviendo en este mundo era una opción atractiva. Su familia era un clan de ninjas terriblemente anacrónico, quienes eran tan despreciables que enviaron a su hija a una misión de vida o muerte a pesar de ser sólo una niña, aunque fuera una estudiante de secundaria. Era difícil creer que tendría una vida feliz si volvía a casa. Incluso si lo dejara todo y huyera de su familia, la tacharían de traidora y la perseguirían hasta el fin del mundo, y nunca podría encontrar descanso.

Pero si se quedara en este mundo, las cosas serían diferentes. Su familia no podría alcanzarla aquí, y por fin estaría libre del antiguo e inmutable código de hierro de los ninja. Aquí podría vivir como quisiera.

Sin embargo, este mundo es demasiado peligroso.

Al final, su decisión de volver a casa de todos modos fue una decisión de autopreservación. Había mucho peligro en su mundo natal, pero era un peligro que existía dentro del ámbito del sentido común, y el de un ninja. Era totalmente diferente de los horribles peligros que presentaban las cosas de aquí, como los Sabios, los Agresores y los Dioses Oscuros.

Por supuesto, también había alguien como Yogiri Takatou en su mundo natal, pero esas cosas estaban ocultas bajo la superficie, desconocidas para la población en general. Aunque la realidad fuera la misma, su presencia o ausencia en la superficie de la sociedad marcaba una gran diferencia. Si no se hacía pública, todo lo relacionado con ella quedaba envuelto en la oscuridad, con una presión considerable para mantener las cosas lo más ocultas posible en todo el mundo. Por lo menos, no había gente como los Sabios que pudiera tratar descaradamente la vida humana como si valiera menos que la basura. Esa diferencia era enorme.

El problema sería entonces, aunque llegara a casa, cómo explicar lo que había pasado aquí…

¿Le creerían si les contaba lo que realmente había ocurrido?

“Lo que ha pasado, pasa, ¿sí?” Carol habló en japonés roto desde su lado, sacando a Ryouko de sus pensamientos. “Te estás preguntando qué hacer cuando volvamos, ¿verdad? Oh, estaba pensando lo mismo. No te he leído la mente ni nada por el estilo”, añadió Carol, dando a entender la sorpresa que Ryouko debió exhibir en su rostro.

“Supongo que sí. Si realmente pudieras leer mi mente, no tendría sentido demostrarlo”.

Era la noche siguiente a la salida de Yogiri y Tomochika de la Ciudad del Dios de la Guerra. Habiendo terminado sus preparativos, Ryouko y Carol estaban a punto de abandonar la ciudad.

“Si volvemos, puedes contarles todo”, sugirió Carol. “Aunque intentaras ocultarlo, tienen formas de hacerte hablar, ¿no? Sólo te hará quedar mal si tratas de ocultar algo”.

Desde la antigüedad, los ninjas operaban como agentes de inteligencia. Era natural que fueran hábiles en los interrogatorios y que tuvieran cualquier número de métodos para extraer información de alguien.

“Es complicado, ¿no? Aunque nos destacamos por obligar a otros a confesar lo que ocultan, también tenemos técnicas para evitar ceder a esa tortura”.

La idea de que un ninja fuera capturado por una organización rival entraba dentro de las expectativas. No podían permitir que un agente capturado compartiera información confidencial con sus captores, así que, por supuesto, recibieron entrenamiento para proteger la información que poseían a pesar de cualquier tipo de tortura. Incluso si ella le contara todo a su familia, un ninja dudaría de esa honestidad. Si les dijera que había sido enviada a otro mundo o algo similar, eso les haría dudar de su cordura, asumirían que le habían lavado el cerebro y su interrogatorio sólo se intensificaría.

“¿Quieres volver conmigo entonces?” Carol propuso. “Somos bastante blandos, ¿sabes? Yo también tenía la misión de vigilar a Yogiri, pero nunca me habría visto obligada a cometer seppuku si le perdía la pista”.

“Los ninjas no cometen seppuku”.

“¡Ohh! ¡¿De verdad?!”

La misión de Ryouko había sido observar y proteger a Yogiri Takatou. Aunque difícilmente podrían haber predicho algo como ser transportado a otro mundo, ella le había perdido la pista. Era difícil creer que la dejaran libre de culpa por eso cuando había estado a su lado desde el comienzo. Sin duda le esperaría algún tipo de castigo.

“Nos encantaría que un ninja de verdad se uniera a nosotros. ¡Bomba de humo! ¡Todos los ríos llevan al mar! ¡Izuna Drop! ¡Dibujo alterado, Tajo Invisible!”

“¿Qué clase de organización sois?”

“Si te unes a nosotros, te lo diré”.

Ryouko había asumido que Carol formaba parte de algún tipo de agencia de inteligencia americana, pero no era necesariamente el caso. Sin embargo, por el momento no importaba si lo sabía o no.

Caminando por las calles, se acercaron a la puerta de la ciudad. La mayoría de las ciudades de este mundo estaban amuralladas y sus puertas se cerraban por la noche, así que no podían salir por la puerta de la ciudad así como así.

“¿Había alguna razón para que saliéramos de noche?” Preguntó Ryouko.

“En parte porque tardamos hasta la noche en prepararnos, pero ¿no crees que no es muy propio de un ninja dormir bien y salir a primera hora de la mañana?”.

“Supongo que está bien. Una pared como ésta no es un gran obstáculo”. Con algunas herramientas ninja, escalar un muro así sería bastante fácil. Y con el Don que les habían dado al ser convocados a este mundo, sus habilidades físicas estaban lo suficientemente potenciadas como para poder saltarlo. Ryouko había planeado averiguar exactamente cómo lo harían una vez que llegaran al muro, pero al acercarse a la puerta, vieron a alguien.

“¡Espera! ¿Por qué intentas salir de la ciudad sin decir nada a nadie?”

Una chica joven y una mujer de piel oscura. Risley y Euphemia. Risley era un clon del Sabio Lain, mientras que Euphemia era una medio demonio que había sido una de las víctimas de Lain y por ello se había convertido en un vampiro de su linaje. Ryouko y Carol sólo habían oído detalles aproximados sobre ellas, pero ahora mismo parecía que Euphemia actuaba como sirvienta de Risley.

“No éramos tan amigos, así que pensé que podíamos irnos cuando quisiéramos”. Aunque llevaban poco tiempo juntos, a Ryouko no se le ocurría por qué Risley o los semidemonios se opondrían a que se fueran a cualquier sitio.

“Eso es cierto, pero…”

“Tú también te vas en busca de Yogiri, ¿verdad?”. Aunque Risley hinchó las mejillas en señal de frustración, Eufemia continuó con calma en su nombre.

“Sí, así es. ¿Significa eso que tienes la intención de hacer lo mismo?”

“Efectivamente. Risley dijo que quería buscarlo pase lo que pase”.

“Ya veo. ¿Así que nos estaba esperando aquí?”

Ryouko y Carol habían actuado con cierta discreción al salir de la ciudad, pero Euphemia era un vampiro. Sus sentidos superaban con creces los de los humanos normales, así que no era sorprendente que las hubiera encontrado.

“Sí. Pensamos que sería más conveniente que trabajáramos juntos. Sabes a dónde fue Yogiri, ¿no?”

Ryouko y Carol compartieron una mirada. ¿Deberían responder? ¿Deberían viajar con ellas? A Ryouko no le importaba. Dudaba que tuvieran algún motivo oculto. Risley sólo quería ver a Yogiri, y Eufemia sólo quería respetar los deseos de Risley. Dos personas con el Don deberían poder viajar en este mundo sin problemas, pero no se sabía qué pasaría. Podría ser ventajoso tener como aliado a alguien tan poderoso como un vampiro. Al parecer, Carol pensaba lo mismo, ya que asintió levemente con la cabeza.

“Sí. No sabemos con precisión hacia dónde se dirigía, pero podemos rastrear en qué dirección y a qué distancia se encuentra”. Luego compartió que Yogiri y Tomochika se habían dirigido al este. “Estaban buscando a los Sabios, ¿verdad?”

“He oído que buscaban Piedras Filosofales. ¿Por casualidad sabes dónde están los Sabios, Euphemia?”, preguntó Risley.

“Desgraciadamente, sólo sé lo que es de dominio público sobre ellos. Si dices el este, lo primero que me viene a la mente es el Sabio en el Imperio de Ent, supongo”.

Euphemia había heredado parte de los recuerdos y el poder de Lain, pero sólo eran sus recuerdos y poderes como vampiro. Su conocimiento de las cosas sobre los Sabios era extremadamente vago, como si hubieran sido bloqueados de alguna manera.

“Si la información de Takatou es la misma que la nuestra, entonces probablemente se dirija a encontrar al Sabio Yoshifumi en Ent”, sugirió Carol.

Teniendo en cuenta la información que habían encontrado después de llegar a esta ciudad, Ryouko también supuso que probablemente fuera así.

“Si ya han subido a un barco que se dirige a Ent, puede ser difícil que los alcancemos”, respondió Eufemia. “Hay pocos barcos que van allí. Pueden pasar varios días antes de que zarpe otro”.

“Oh, tal vez deberíamos haber tenido un poco más de prisa”, dijo Carol. Pero salir tras él sin preparativos no habría sido inteligente. No había ninguna garantía de que lo hubieran atrapado, así que la posibilidad de un largo viaje significaba que debían preparar algún tipo de provisiones.

“Supongo que necesitaremos algún tipo de transporte”, comentó Eufemia.

“Lo único que se me ocurre en este mundo son los carruajes. ¿Hay alguna otra cosa que podamos usar?” Durante un tiempo, Yogiri y Tomochika habían utilizado un camión blindado, pero eso era una excepción en este mundo. Las posibilidades de que encontraran algo similar eran increíblemente escasas.

“Lain tenía refugios ocultos por todo el mundo”, les dijo Eufemia. “Tengo recuerdos de que había dispositivos de teletransporte dentro de ellos”.

“¡¿Qué?!” exclamó Risley, sorprendida. “¡Es la primera vez que lo oigo! ¡¿Cuál era el sentido de todo nuestro viaje?!”

“La mansión en la que despertaste estaba especialmente aislada de sus otras propiedades, por lo que no estaba equipada para permitir el teletransporte hacia y desde ella”.

“Oh, ya veo”.

“Además, no es que existan en todas partes, así que no necesariamente pueden llevarnos a donde queramos”.

“¿Hay alguno cerca?”

“Sí. Nos obligaría a tomar un camino más indirecto de camino al puerto, pero si existe la posibilidad de teletransportarnos a Ent desde allí, creo que vale la pena tomarse el tiempo de comprobarlo”.

“Estoy de acuerdo”, dijo Ryouko. “Si de todos modos no vamos a alcanzarlos de inmediato, probablemente deberíamos ir a comprobarlo”.

Era difícil de creer que hubiera algo tan conveniente como la teletransportación instantánea que pudieran utilizar, pero Sion también había utilizado algo similar para desplazarse. Puede que fuera una técnica posible en este mundo.

“Si hubiera hablado con nosotros antes de irse en lugar de escabullirse, habría sido más fácil…” Si hubiera hecho eso, podrían haber llegado a Ent mucho más rápido. Eso parecía pensar Risley, y Ryouko no pudo evitar estar de acuerdo.

“Realmente debía de querer alejarse de ti, Risely”, respondió Eufemia.

“¡Eso no es cierto en absoluto! Sólo dijo que su prioridad eran las Piedras Filosofales!”

“Pero las va a usar para volver a su mundo natal, ¿no? Si ese es el caso, entonces no podría volver a encontrarse contigo, lo que hace parecer que no le importas en absoluto”.

“¡No digas eso! Nunca seré capaz de recuperarme!”

” Ustedes son amo y criado, ¿no es así?” preguntó Carol, confundida.

Eufemia parecía sorprendentemente despiadada.