Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 24

Capítulo 5: Rey Abismal Vita

Parte 1

 

 

“¡Aaaagh…!” Me puse de pie de un salto, jadeando y mirando a mi alrededor. Vi una fogata y un bosque desconocido iluminado por la luz del fuego. La luna y las estrellas brillaban en el cielo; los insectos cantaban a la distancia. Mi corazón latía con fuerza. Mis brazos se sentían pesados y entumecidos, como si hubiese estado apretando mis puños o mi circulación hubiese sido cortada mientras dormía. Mi boca estaba tan seca que mi lengua estaba pegada al interior de mi boca. Se sentía horrible.

“¿Pasa algo?” dijo una voz. Giré mi cuello y vi a una mujer. Ella estaba sobre una rodilla a mi lado, aparentemente con una expresión de preocupación en su rostro. Ella tenía el cabello rubio liso y ojos llenos de confianza—no era un bombón, pero aun así era delgada y linda.

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“… Sara.”

“De pronto diste un salto. ¿Una pesadilla?” “¿Una pesadilla…? Ah, sí. Tal vez.”

Sí sentía que había tenido un mal sueño. Pero no podía recordar el contenido de la pesadilla. Me sentía seguro de que debe haber sido una pesadilla… pero hasta ahí llegaba. Así son los sueños.

“Tienes que descansar, ¿bien? Mañana entraremos al laberinto. Nadie estará feliz si cometes un error por no dormir bien.”

“Lo sé.”

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“Tampoco puedo imaginarte metiendo tanto la pata como para que un miembro de grupo termine asesinado,” dijo Sara, riendo. Ella se sentó junto a mí, pegando su hombro al mío. Yo envolví un brazo a su alrededor, y luego ella apoyó su cabeza sobre mi hombro. Ella olía muy bien.

“Estaremos retirándonos cuando esto termine, ¿eh?”

“Sí.” Sara y yo no solo éramos aventureros en un mismo grupo. Éramos pareja y estábamos comprometidos.

Esta exploración de laberinto iba a ser la última para nosotros—estábamos planeando retirarnos como aventureros y casarnos. Ocurrió cuando yo tenía trece años… Mucho había pasado. Yo prácticamente había renunciado a mi vida, y apenas pude seguir adelante. Mi espíritu estaba destrozado. Era un cascarón de mí mismo mientras buscaba a Zenith.

En ese entonces fue cuando me uní al grupo Flecha Afilada. Al principio, creí que ya había tenido suficiente de estar en un grupo y era cortante con Sara y los demás. Pero todos me trataron con amabilidad, especialmente Timothy, su líder, y su segunda al mando, Suzanne. Terminamos trabajando juntos en la misma ciudad por un tiempo. Sara fue la única distante conmigo, hasta que un incidente provocó un cierto cambio.

En resumen, yo salvé su vida y ella se enamoró de mí. Sara era una mujer asertiva, muy reservada en la superficie, pero no trató de ocultar su afecto. Cuando pasé una noche con Sara, yo aún creía que no me gustaba tanto. Me había dado cuenta de las cosas, pero mantuve mi distancia de ella. Creo que fue porque había sido un virgen en mi vida anterior. Tal vez fue por eso que nos enamoramos tan naturalmente. La fricción natural de ella insistiendo y yo alejándome…

Cruzamos esa primera línea muy pronto, pero luego de eso, mientras la conocía mejor y mejor, mis sentimientos por ella crecieron incontrolablemente.

Fue por eso que demoró tanto. Ambos seguimos siendo aventureros bajo las garras de este nuevo amor. Elinalise fue la razón por la que las cosas cambiaron. Ella me dio la noticia de que Zenith estaba con vida, y que Paul, Talhand, y Geese estaban trabajando en rescatarla.

Yo inmediatamente decidí ir a ayudar a Paul. Sara y yo dejamos Flecha Afilada y nos dirigimos hacia el Continente Begaritt. La misión de rescate fue un rotundo éxito, y luego fuimos a casa.

Entonces Zenith me dijo, “Quiero que vivas tu propia vida,” y así Sara y yo seguimos siendo aventureros. Ya habíamos completado cinco laberintos peligrosos como un grupo de rango S. Todo el mundo nos conocía.

“Oye, ¿Rudeus?” me llamó Sara. “¿Mm?”

Ella sonrió, “Nada,” terminó diciendo.

Yo amaba su sonrisa, por lo que impulsivamente estiré mi mano hacia su trasero. Sara aceptó mi travesura sin oponer resistencia. En el pasado, ella me habría mirado fríamente, pero ahora solo era parte de nuestro afecto físico normal. Nos miramos fijamente a los ojos, con nuestras manos tocando el cuerpo del otro. Algo repentinamente afloró en su rostro. Sara se veía inquieta.

“Una vez que dejemos de ser aventureros, ¿crees que estaremos bien?” preguntó ella. “¿Quieres hablar de eso ahora? ¿Tienes miedo?”

“Vamos a casarnos y asentarnos—eso significa que también me convertiré en madre,

¿cierto? Cocinar, limpiar, y lavar la ropa… y criar a un hijo… No sé si puedo con todo eso.”

“Eso está bien. Yo estaré ahí para ayudarte. Tú puedes seguir haciendo las cosas para las que eres buena.”

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“¿Tú crees que podré?” “Estoy seguro.”

Sara todavía estaba nerviosa sobre comenzar una familia. Ella siempre había sido una aventurera; no conocía otra forma de vivir. Sus preocupaciones sobre cómo lidiaría con convertirse en una esposa y madre y ser capaz de hacer los quehaceres aparecían una y otra vez. No era como si no entendiera cómo se sentía, pero yo había reencarnado—tenía recuerdos de mi vida anterior. Cuando había muerto, las expectativas culturales de Japón habían comenzado a cambiar hacia esperar que tanto el hombre como la mujer tengan un papel activo en la crianza de los hijos. Yo no sentía que fuera lo correcto dejar que Sara se encargue de todo. Incluso podíamos decidir que ella trabajaría y yo me quedaría en casa como un buen esposo. Incluso cuando le dije eso a Sara, ella no se vio convencida.

“No tiene caso preocuparse por el futuro. Simplemente tenemos que darlo todo en cada momento.”

“Dices eso, pero todo lo que te interesa es la noche después de la boda.” “Oye, eso no es cierto.”

“Mentiroso. Por cierto, mis ojos están aquí arriba,” dijo Sara, para luego sonreír. Ella estaba jugando, pero su tono era suave.

Bueno, para ser honesto, sí tenía ciertas expectativas para la vida de casado, solo nosotros dos, enamorados, dentro de una casa donde nadie podría molestarnos… Una vez que fuésemos marido y mujer, no importaría si ella se embarazaba. Todas las restricciones estaban fuera de la mesa. Nos esforzaríamos para darme un hijo a mí y un nieto a Paul.

Mientras yo trataba de buscar una buena respuesta, Sara se acercó para susurrar en mi oído. “Pero yo quiero tres hijos.” Luego se puso completamente roja y apartó su mirada. Creo que ella había terminado avergonzándose un poco. Para ella, esa fue una invitación audaz. “¡Um, como sea! Me voy a la cama. ¡Tú vigila!”

“Entendido. Buenas noches.”

“¡Buenas noches!” Ella me golpeó suavemente sobre el hombro, para luego regresar a su propio saco de dormir. Consciente de que estaba sonriendo, yo lancé otro troco sobre la crepitante fogata… entonces, sobresaltado, me di cuenta de que otro miembro de grupo que debería haber estado durmiendo estaba observándome desde su lugar.

“Hola,” dijo él, sentándose lentamente. Su cabello largo y castaño claro estaba atado a la altura de su cuello. Él me saludó lánguidamente. Era Paul.

¿Cómo? ¿Qué está haciendo aquí Paul? Él debería estar muerto…


No, no estaba muerto. No podía darlo por muerto tan fácilmente. Después de rescatar a Zenith del laberinto de la teletransportación, él se había mudado al Reino de Asura junto a ella, y estaban esforzándose para reconstruir Fittoa. Ellos me habían despedido alegremente cuando decidí convertirme en un aventurero. Sin embargo, cuando esta exploración de laberinto fue mencionada, Paul intervino, diciendo, “¿Unos niños como ustedes solos? No podría dormir de la preocupación.”

Sí, así había sido. Definitivamente.

“Papá, es desagradable espiar a las personas.”

“¿Espiar? ¿De qué está hablando ese adormecido cerebro tuyo?” “Ah, vamos…”

“En fin, ustedes dos sí que tienen algo bueno. ¿Vas a casarte con ella?” “Ese es el plan. Papá, tú estuviste ahí cuando la presenté, ¿no?”

“Nop, no estaba ahí.” Él definitivamente había estado ahí. Qué extraño. Tal vez yo todavía estaba medio dormido.

“Más importante,” continuó él, “¿no estás olvidando algo?” “¿Qué cosa?”

“¿Por qué habías renunciado a tu vida antes de conocer a Sara?” “¿Por qué? Bueno, porque…” Esperen, ¿por qué había sido?

Es cierto, Ruijerd me había escoltado hasta Fittoa, y más adelante yo había despertado y no había nadie ahí… ¿Eh? Pero Ruijerd—

Paul se burló. “¿Ni siquiera puedes recordar algo tan simple como eso? Y dices que vas a casarte.”

Las burlas de Paul estaban comenzando a sacarme de quicio, así que me puse de pie y caminé hacia él. “¿Cuál es tu problema ahora? ¿Viniste con nosotros solo para decir eso?”

“Oye, no lo estoy diciendo porque disfrute esto.”

“¿Entonces qué—?” comencé a decir, agarrando a Paul de la parte frontal de su manto.

Pero entonces lo vi.

Mushoku Tensei Volumen 24 Capítulo 5 Parte 1 Novela Ligera

 

 

“¿No es evidente?” preguntó él. A Paul le faltaba la parte inferior.

***

 

 

“¡Aaagh…!” Me levanté de un salto. Mientras mis ojos se abrían, ellos fueron recibidos por la vista de una habitación desconocida. Vi una manta suave cubriendo mis propias piernas, luego la puerta hacia la habitación y una ventana entreabierta que permitía el paso de una brisa gentil. Detrás de mí, había una almohada de semillas de Treant y una figura tallada sobre el velador a un costado de la cama.

Esta era una cama familiar. Yo estaba en mi casa en la Ciudad Mágica de Sharia. Estaba jadeando. Tenía la sensación de que había tenido un sueño extraño.

“¿Qué fue…?” No podía recordar sobre qué había sido el sueño. Solo que debe haber sido una pesadilla, o yo no habría despertado de un salto. Los sueños son así.

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“Mmm… ¡mm!” Salí de la cama y me estiré. Era otro día hermoso. Pronto terminaría el verano, y este daría paso al otoño. Lo esperaba con ansias.

Mientras bajaba las escaleras, dos niños pasaron corriendo a mi lado. Ellos tenían cabello castaño y orejas de bestia.

“Tengan cuidado o se caerán,” les dije.

“Bieeen.” Ellos corrieron dentro de su habitación y yo seguí bajando hacia el primer piso. Atravesé el pasillo hacia la cocina. Ahí había una mujer, preparando el desayuno. Sus curvas voluptuosas estaban apretadas dentro de su ropa simple, pero no podían contenerla. Su trasero era visible desde el fondo de su falda, junto con una cola. Mientras entraba en la habitación, sus orejas puntiagudas se retorcieron y ella se dio la vuelta.

“Buenos días, Linia,” dije.

“Buenos días,” dijo Linia. Ella sonaba un poco cortante. Sentí una punzada de esa vaga inquietud que aparece después de un sueño desagradable. Continué y envolví mis brazos a su alrededor.

“Ah, Linia,” dije.

“¿¡Miau!?”

Linia era mi esposa. ¿Cómo habíamos terminado casados? Es cierto, ahora que lo pienso, fue cuando éramos estudiantes. Yo estaba preocupado sobre mi DE y probando de todo para curar a mi pequeño. En ese entonces fue cuando conocí a Linia y Pursena. Ellas eran jóvenes y estaban llenas de una energía salvaje. Peleamos y luego yo las amarré y quité sus ropas, pero incluso entonces, mi DE persistió.

Pasó un año, luego otro, y con cada encuentro en clases y en la cafetería, fuimos acercándonos cada vez más. Eventualmente, ellas se volvieron claramente atractivas. Mi pequeño comenzó, lenta pero decididamente, a responder.

Era el otoño de su séptimo año en la universidad cuando yo me recuperé completamente. Ellas dos estaban en celo, y habían irrumpido en mi habitación, incapaces de seguir conteniéndose. Eso me tomó por sorpresa. Vaya noche.

Linia y Pursena lucharon en el día de su graduación, finalizando con la victoria de Pursena. Pursena regresó al Gran Bosque, y Linia vino a vivir conmigo. Desde entonces, habíamos estado haciendo un bebé cada otoño.

“¡Hiiiii!”

“¡Au!” Después de envolver mis brazos alrededor de Linia, yo había comenzado a apretar sus pechos, pero ella agarró mi mano.

“¡Solo cuando estoy en celo! ¡Esa es la regla, no lo olvides, miau!” “Vamos, es solo un abrazo…”

“No se detendrá solo con un abrazo, no contigo. ¡Una esposa no es la esclava sexual de su esposo, miau!”

“No estoy tratando de convertirte en una…” suspiré y me senté a la mesa. Linia siempre actuaba así. De acuerdo a una regla de la gente bestia, yo solo tenía permitido hacerlo con ella cuando Linia estaba en celo. Cuando eso ocurría, ella venía directamente hacia mí. Cuando Linia estaba en celo, su urgencia de sexo era más que suficiente como para satisfacer mi deseo sexual. ¿Y esos bebés? No podían ser más lindos.

Ese no era el problema. Un poco más de caricias de seguro no harían daño. Así se demostraba un poco de amor, ¿no?

“¡El desayuno está listo, miau!” gritó Linia, golpeando una olla vacía.

“¡Bieeen!” Los niños bajaron corriendo las escaleras. No solo los dos de antes—había doce de ellos. Las mujeres bestia tenían dos o tres hijos con cada embarazo, así que estábamos llenos de ellos hasta el techo. Ahora casi cada habitación de la casa tenía a un niño en ella.

“¡Come y ve a trabajar, miau! ¡Tus alumnos están esperando, miau!” me fastidió Linia. “Entiendo, entiendo.” Empecé a comer mi desayuno. Ella era una gran cocinera. Cuando

nos casamos, todo lo que Linia podía hacer era asar carne, cocinar pescado, y hervir vegetales, pero durante el último par de años ella había aprendido toda clase de platillos de Sharia. El sabor era un poco insípido, pero ella era de una raza diferente con gustos diferentes. No podía evitarse.

“Gracias,” dije cuando terminé. “De nada.”

Me puse mi túnica y me fui a trabajar. Yo me había unido al Gremio de Magos justo después de mi graduación y ahora era un profesor en la Universidad de Magia. Daba clases sobre magia sin encantamientos. Era un estilo extremadamente práctico, así que mi curso era muy popular. Si demostraba que mis enseñanzas del método de conjuración silenciosa funcionaban y mis estudiantes lo hacían bien, yo bien podía esperar obtener el cargo de subdirector o director en el futuro.

“Me voy,” dije.

“Ten un buen día en el trabajo, miau.” Y así, me dirigí hacia la puerta principal. ¡Otro día trabajando duro para mi esposa y mis hijos!

“¿Eh?” La puerta hacia la sala de estar estaba entreabierta. Sentí alguien en su interior. Alguien que conocía tan bien que dolía. Abrí la puerta como si alguien me hubiese llamado y vi a un hombre. Él estaba sentado en el sillón, dándome la espalda y con un brazo alrededor de la parte posterior del sillón. Su cabello castaño claro estaba atado a la altura de su cuello.


“¿Eh?”

Él se dio la vuelta. “Hola.” Era Paul. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿No estaba muerto? Entonces lo recordé: él no estaba muerto. Él se había rendido con llegar al fondo del Laberinto de la Teletransportación y había regresado a casa. Más tarde habíamos venido a la Ciudad Mágica de Sharia, donde él tenía una casa cerca.

Sí, así había sido. Ahora Lilia y Norn también estaban viviendo en la casa de Paul. Él me había culpado por no ir a ayudarlo, pero ahora nos llevábamos bien.

Esa era la historia. Definitivamente. “Tienes una esposa encantadora.”

“¿Una esposa encantadora?” repetí. “No es como si esta fuera la primera vez que la ves.”

“Nop, es la primera,” dijo Paul, sonriendo ampliamente y sacudiendo su cabeza. “¿Eres feliz así?”

“¿Qué? ¿Qué estás tratando de decir?”

“Nada en particular. Solo pregunto si no sientes que falta algo.”

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“No me falta nada.” Linia era una buena esposa. Seguro, el hecho de que solo me permitiera tocarla dentro de un periodo de tiempo fijo cada año no era ideal… pero no era lo suficientemente malo como para quejarme. Ella estaría en celo en cualquier momento, y entonces nos ahogaríamos en el momento. Linia me daría más amor de lo que mi cuerpo podía soportar. Después ella quedaría embarazada de otros dos o tres hijos. Mis instintos masculinos estaban más que satisfechos. Hubo ocasiones en las que quise más, pero cuando considerabas que lo estábamos dejando para una sola gran ocasión, eso no importaba mucho. Además, mi trabajo iba muy bien. Yo era un profesor popular en la universidad. Mis clases eran consideradas de las mejores de la escuela. Mis estudiantes me amaban y yo era un profesor respetado. Era realmente exitoso y el futuro se veía brillante.

“¿Sí? No falta nada, ¿eh? Bueno, eso es un alivio.” “Así es.”

“Pero ¿no estás olvidando algo?” preguntó Paul. Su voz era gentil, como si estuviese regañando a un niño estúpido, pero sonaba más como una acusación. “Por ejemplo, ¿qué hay de ese trabajo tuyo? ¿A quién imitaste para hacer que todos esos estudiantes y profesores te quieran tanto?”

“Bueno…” ¿A quién fue?

Creí haber visto algo azul pasar frente a mí y sacudí mi cabeza para apartarlo. Pero la discordia dentro de mi mente solo se intensificó.

“Alguien te enseñó, ¿cierto?” me presionó él. “A ser exitoso en el mundo.”

“¿¡Cuál es tu problema!? ¡Solo di lo que quieras decir!” Me dirigí hacia el sillón, dejando que mi ira se me subiera a la cabeza. Le di la vuelta para quedar de frente a Paul, agarrando el frente de su ropa. Entonces… me congelé.

“Muy bien, lo diré,” dijo Paul

“Yo ya estoy muerto.” 

A Paul le faltaba la parte inferior.

***

 

 

“¡Aaagh…!” Salí de la cama de un salto, jadeando. Mi garganta estaba seca, y mi espalda empapada en sudor. Fue un sueño horrible. Había tenido un sueño increíble. Eso fue… ¿Qué fue eso…?

“Esa sí que fue una pesadilla horrible…” murmuré. “¿Hay algún problema?”

“Solo tuve un sueño extraño. Cuando estábamos en la Universidad de Magia… Linia, la mujer bestia, estaba ahí, ¿cierto? En mi sueño, nosotros estábamos casados e incluso teníamos hijos. Yo era un profesor que enseñaba a niños la conjuración silenciosa.”

“¿Eso fue una pesadilla?”

¿Fue una pesadilla? Ahora que ella lo dice, tal vez no había sido una pesadilla. Linia y yo pasábamos un corto periodo de tiempo inmersos haciendo bebés apasionadamente, para luego el resto del tiempo cuidar a los niños, mientras yo enseñaba magia a mis alumnos. Era una vida modesta, pero una buena.

Aun así—

“Sí, tienes razón,” dije, observando a mi esposa bajarse de nuestra cama con dosel con ojos somnolientos.

Ella era una diosa de la belleza. Tenía la estatura perfecta, no demasiado alta ni demasiado baja. Sus pechos eran del tamaño perfecto, ni demasiado grandes ni demasiado pequeños. Su trasero era más bien pequeño, pero encajaba perfectamente con su altura y sus pechos. Ella era en general delgada, ni flaca ni gorda. El resultado no era promedio, sino extraordinario. Su cuerpo era la definición de bien proporcionado. Lo único fuera de lugar por el momento era su cabeza. Su cabello rubio, usualmente peinado y hermoso, era un desastre. No hacía nada para reducir sus encantos. Su cabello rebelde le daba el encanto de una mujer adulta. En pocas palabras, ella era sensual. Saber que su cabello estaba así debido a lo que habíamos hecho anoche lo hacía treinta por ciento más sensual.

“Me he casado con una mujer maravillosa y estoy en una posición en donde puedo tener todo lo que pueda querer. No podría soportar ser un profesor en una ciudad en medio de la nada.”

“Jeje. ¿De casualidad me estás halagando? Buen trabajo,” dijo mi esposa, Ariel Anemoi Asura.

“Tal vez anhelas esa clase de vida,” continuó ella. “Últimamente ha habido muchos asuntos urgentes del gobierno, ¿no? La vida de la familia real ciertamente no es una fácil. En nuestros trabajos, incluso las cosas más pequeñas traen grandes responsabilidades—pero no hay garantías de que nuestra felicidad será suficiente para hacer que esa responsabilidad valga la pena. Una persona solo puede experimentar una cierta cantidad de felicidad.”


“¿Tú crees?”

“Imagino que, en tu pueblo, trabajando como un profesor, rodeado de tus hijos, el balance entre la felicidad y la responsabilidad era muy diferente al de una vida como realeza… Tal vez, en vez de una mujer como yo, una chica como Linia es más de tu gusto.”

Eso era ridículo. Ariel era la mujer definitiva. Perfecta. Ella corregía sutilmente mis fallos e incluso me daba crédito en público. Ella no mencionó lo que hice con otras mujeres y me permitió mantener concubinas. Además de eso, era buena en su trabajo. Todos confiaban en ella. Ariel era la líder ideal, un ídolo de su gente.

Excepto que tal vez ella tenía algunas falencias. Ariel era argumentativa, y valoraba la lógica muy por sobre sus emociones. Además, sus manías eran un poco únicas. Anoche… No, no ahondemos en eso. Eso no podía ser llamado una falencia—al menos no por mí.

“Lo siento. ¿Acaso hablé de más?” preguntó ella.

“No, solo estaba pensando en que en realidad podrías tener razón.”

“Por favor, dime si necesitas un descanso. El reino está más estable estos días, así que puedo darte un poco de tiempo. Podrías hacer un viaje… Incluso llevar a una de tus concubinas.”

“Si tuviese algo de tiempo libre, querría pasar todo el día contigo en mis brazos.” “Ah, pero qué dices…” dijo ella. “Siempre bromeando.”

“Lo digo en serio.”

¿Cuánto tiempo había pasado desde que Ariel y yo nos acostamos por primera vez? Al principio, yo había tomado un montón de concubinas y abrazado el libertinaje, pero estos días, eso estaba perdiendo brillo. Ella era la única que necesitaba. Si me preguntaban qué era lo que me hacía más feliz en la vida, tendría que ser que podía hacer lo que quisiera en la cama con Ariel Anemoi Asura.

“Muy bien, dejemos apartado un día para eso en un futuro cercano,” dijo Ariel, riendo cálidamente mientras su sirvienta personal la vestía. Yo también me puse de pie y estiré mis brazos. Una segunda sirvienta personal inmediatamente corrió a mi lado. Observando a las dos dividiendo eficientemente la tarea de vestirnos, de verdad me sentía importante.

Sentía una punzada de nostalgia por mi tiempo en la Universidad de Magia. Había entrado en la universidad, para luego conocer a Ariel. A pesar de perder en una lucha por el poder y ser desterrada de su reino, ella seguía decidida y reuniendo aliados. Ella trató de reclutarme, al único mago en la Universidad de Magia que podía usar magia sin encantamientos. Incluso entonces, Ariel era preciosa y carismática. Yo era frío con ella, en parte porque eso fue justo cuando estaba sufriendo DE. Cuando ella me curó fue que las cosas cambiaron. Su método fue un poco brusco. Ariel usó un afrodisiaco para forzarme a excitarme e ir tras ella. En ese entonces, yo no me había dado cuenta de que todo fue su plan. Pensando que había hecho algo horrible, yo me convertí en su aliado a causa de la culpa y como una forma de expiación.

Yo era como un guardaespaldas especialmente fuerte. No se me daba ningún privilegio especial; yo solo estaba ahí para proteger a Ariel. Por supuesto, lo que empezó a cambiar eso fue el tiempo que pasé cerca de ella. Ariel siempre se esforzaba por desempeñar su papel como parte de la realeza. Pero, en ocasiones, ella me permitía verla como la joven vulnerable que era. Yo me enamoré de ella poco a poco. No negaré que tuve pensamientos impuros desde el principio, pero no era solamente por su cuerpo—también me enamoré de su alma.

Mi compañero guardaespaldas Luke y yo discutíamos repetidamente. Creo que él tenía sus propios sentimientos por Ariel.

Luke murió en la guerra en el Reino de Asura, mientras Ariel y yo sobrevivimos. Yo al fin confesé mis sentimientos por Ariel… y obtuve todo lo que quería. Tenía a la mejor mujer del mundo y al país más grande del mundo. Me convertí en rey del Reino de Asura. Rudeus Anemoi Asura, Rey de Asura. Ese era yo.

En la realidad, yo solo era una extensión de Ariel—su marioneta. Ella dijo que solo lo hizo de esta forma porque las cosas eran mucho más fáciles de lo que serían si ella tomaba el poder como reina. Yo era originario de un linaje de muy alto rango en el Reino de Asura, así que nadie lo objetó. Ahí afuera, las personas me llamaban Rudeus, el Rey Mago. ¿Tal vez pueda obtener un incremento de poder de la nada y ganar algunos calificativos más?

¿Convertirme en Rudeus, el Súper Mega Rey Mago?

Lo admito, no estaba totalmente seguro de si Ariel me amaba o no. No podía sacudirme la sensación de que ella solo me estaba usando por mi poder y posición. Después de todo, ella solo se había casado conmigo para facilitar el gobierno de la nación. Mi preocupación sobre eso era parte de la razón por la que yo había tomado un número tan grande de concubinas.

Recientemente, yo había comenzado a pensar que no importaba cuáles eran los verdaderos sentimientos de Ariel. Desde que nos casamos, Ariel había insistido decididamente que me amaba. Ella hacía un muy buen trabajo. Se esforzaba mucho. Era posible que fuera amor falso, pero era suficiente para satisfacerme. ¡Tal vez estaba siendo engañado, pero qué engaño tan placentero!

Por otro lado, si yo me convertía más bien en una molestia en vez de un activo, Ariel probablemente me daría la espalda. Si eso ocurría o no, dependía de cuánto me esforzara. Sabía que lo mejor era esforzarme.

“Muy bien, ¿nos vamos?” dijo Ariel. “El día de hoy tenemos que completar una montaña de asuntos gubernamentales.”

“Sí.” Ariel y yo salimos juntos de la habitación. Los dos caballeros protegiendo la puerta bajaron sus cabezas hacia nosotros. De hecho, no fueron solo los guardias. Todos quienes nos encontrábamos a través del pasillo se detuvieron y bajaron sus cabezas.





Esto era poder. Si le decía a alguno de ellos que no me gustaba cómo había bajado su cabeza, ellos inmediatamente se postrarían, tan blancos como un papel. Si les ordenaba que lamieran mis zapatos, ellos podrían hacerlo. Por supuesto, yo no haría nada parecido, pero se sentía genial estar en una posición donde podía.

El primer trabajo del día era un problema que había surgido durante la noche. Nadie había ido a despertarnos, así que probablemente no era urgente. Nos tomaríamos tranquilamente dos horas para resolverlo, para luego encontrarnos con el capitán de la orden de caballeros antes del almuerzo. Después de comer, teníamos audiencias con nobles que tenían citas. En la tarde, tal vez revisaría algunas peticiones. Sería genial si también pudiera planear unas vacaciones. Quería tener un bebé con Ariel pronto, y disfrutaba mi papel como semental.

“¡Su Majestad!” Justo en ese momento, el capitán de los caballeros vino corriendo hacia nosotros. Él se arrodilló ante mí, para luego declarar, “¡El caballero que fue a asesinar monstruos en el Bosque Oriental regresó al borde de la muerte! ¡Antes de morir, él desea hablar directamente con usted, Su Majestad!”

“¿¡Qué!?” Monstruos en el Bosque Oriental… ¿Eso había ocurrido? “No recibimos ese reporte,” destacó Ariel.

Cierto, ella tiene razón.

“¡Este caballero está muriendo por el bien de Su Majestad! ¡Se lo ruego, permanezca junto a él en sus horas finales!”

“No necesitas ir, cariño,” dijo Ariel, indiferente. Aunque no era como si yo tuviese cosas más importantes que hacer.

“No, iré a verlo.” El último deseo de un caballero que había luchado por su país. Lo menos que podía hacer era escucharlo. Recordar su nombre.

Con eso en mente, yo me apresuré hacia la cámara de audiencias. Ariel se veía molesta, pero lo dejó atrás rápidamente y me siguió.

Nuestros súbditos estaban reunidos en la cámara de audiencias. El Duque Notos, el Duque Boreas, el Duque Euros, el Duque Zepeuro, y varios más—las personas más importantes dentro de la nobleza de Asura.

Todos estaban de pie alrededor de un hombre esperando sobre una alfombra de terciopelo roja. Él yacía sobre una camilla, cubierto de una manta. Conocía su rostro.

“¿Eh…?” Era Paul. ¿Qué estaba haciendo aquí Paul?

Ah, es cierto. Cuando Paul escuchó que yo me había convertido en rey, él vino directamente aquí para ponerse a mi servicio. A pesar de no llevarse bien con la familia Notos, él incluso se arrodilló ante ellos. Como un caballero, él había jurado protegerme.

“Hola, Rudy,” dijo Paul. Él levantó casualmente una mano, como si ni siquiera estuviese herido.

“Papá…” dije. “Escuché del capitán que expulsaste a los monstruos…” “¿Monstruos? ¿De qué hablas?”

“¿Eh?”

Viendo mi confusión, Paul suspiró pacientemente. “No estoy aquí por eso,” dijo él.

“¡Te estoy diciendo que me digas—!” Terminé jadeando cuando Paul quitó la manta cubriéndolo. No tenía piernas.

Él habló tranquilamente a pesar de la herida sangrienta y fatal. “Vamos a continuar donde lo dejamos,” dijo él.

***

 

 

“¡Aaah!” Abrí mis ojos. Había tenido un mal sueño. Una pesadilla. Sentía que no había tenido más que pesadillas estos últimos días.

“¿Amor? ¿Qué sucede?” dijo la mujer a mi lado, limpiando el sudor de mi frente con su mano. Ella tenía curvas voluptuosas y una sonrisa preciosa. Era mi esposa, Aisha.

Ella y yo habíamos… um, ¿cómo terminamos casados?

¡Ah, es cierto! Bueno, estábamos en el baño, y yo no pude contenerme. Ella siempre me estaba coqueteando, y cada año su cuerpo se volvía más… Pero esperen, ¿qué?

“Oye, ¿hay algún problema?” preguntó ella. “Ah, ahora que estamos casados, ¿debería seguir llamándote hermano? Supongo que ya es demasiado tarde para detenerse ahora. Eres un verdadero pervertido, Onii-sama.”

No respondí. Paul estaba ahí detrás de Aisha. Él estaba sentado sobre una silla, y no tenía piernas. Nos observaba con una sonrisa petulante.


“No tiene caso. Ya estoy un paso por delante,” susurró él. “Ya lo descubriste, ¿cierto?”

¿Lo había descubierto? Ah. Bueno, sí. Había comenzado a descubrirlo. La razón detrás de esta seguidilla de pesadillas. Esta sensación de que algo estaba mal. Había despertado una y otra vez, y cada vez había sido un sueño.

Esto también era un sueño.

“¿Al fin te diste cuenta? Todo es a causa del Rey Abismal Vita. Esta farsa se acabó.”

¿Rey Abismal? Es cierto. El Rey Abismal Vita. Ahora lo recuerdo.

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