Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 3

Capitulo 3: La Perla de la Tortuga Marina

Parte 9

Al día siguiente.

Muchos compañeros de clase parecían haber recuperado la compostura. Todos parecían no tener ninguna duda cuando balancearon sus palas, excavaron en la tierra y rodaron los carros para transportar la tierra y la arena. Sin darse cuenta,

Tanya se había separado de sus viejos amigos y comenzó a pasar tiempo con Ai.

Era un fenómeno común. Gigi, que había estado unido a Alice durante mucho tiempo, había estado charlando con las gemelas y Volrath había dejado a Hardy para estar con Alice. Parecía que todos querían terminar lo que tenían que hacer en lugar de los cambios que se avecinaban. Tal era el ambiente.

Tanya se preguntó si ella y Ai eran iguales. Pasaron tiempo juntas para prepararse para el Día X, que se realizaría en cuatro días.

Las dos conversaron en momentos, como si estuvieran hablando sobre notas en clase.

A la hora de las comidas. En Recreo.

En la clase.

Tanya habló sobre sus ojos. Ai habló sobre su ciudad natal.

Hablaron de ellas mismas. Hablaron de sus comidas favoritas. Hablaron de sus padres. Hablaron del sueño de anoche.

En algún momento, los miembros de la clase comenzaron a unirse. Rune y las gemelas se pararon una al lado de la otra, y Volrath y Hardy se sentaron. Gigi se vería incómodo cuando lo atraparan, pero nunca se fue. Alice se río y Dee se alejó flotando.

La clase Q se dividió, se reunió y luego se dividió nuevamente, como la marea, yendo y viniendo, y volviéndose tranquila antes de que se dieran cuenta, cuando todos se detuvieron.

Pero todo seguía destinado a separarse. Tanya y sus amigos pasaban sus días allí. Cuatro días pasaron como una flecha.

***

“¿Vas a ir?” Preguntó Tanya. “Sí”

Ai respondió.

Era el anochecer del cuarto día.

Las clases habían terminado, todo el trabajo después de la escuela estaba hecho y estaban de regreso al dormitorio.

La clase Q caminaba por el sendero en varios grupos, a veces juntos, a veces separados. Ai había estado jugando con las gemelas, mientras Tanya hablaba de cocinar con Hardy y los demás.

De repente, se reorganizaron y los dos estaban al final del grupo, viendo la puesta de sol con sus compañeros de clase delante de ellos.

“¿Qué hay ti, Tanya-san?”

Preguntó Ai. Fue el último momento para que ella escuchara esta respuesta.

Estarían saliendo esta noche. “Uhm, me quedaré…”

Tanya respondió. “…¿En serio?”

Hubo un momento de silencio.

“… ¿Obtuviste la respuesta a esa pregunta?” “¿La pregunta sobre el mundo?”

“Sí”

Tanya suspiró.

“Supongo que se trata de eso después de todo… No puedo pensar en nada”.

“¿No puedes simplemente tener una respuesta, más o menos?”

“Más o menos, sí” “¿Qué?”

Ai se detuvo en seco.

“¡No es increíble! ¿Qué es?”

Tanya también se detuvo, y asintió.

“Para mí, el mundo sigue siendo mi familia… Eso es lo más importante para mí…”

¡Entonces!

Ai estuvo a punto de decir, pero no pudo decidirse a continuar y se quedó callada.

Ella es una chica muy inteligente, Tanya pensó.

Días atrás, Ai no sabía que otros tendrían tales pensamientos, y en este momento, sabía muy bien dónde estaban las dificultades y estaba muy preocupada.

Ai tenía razón. Si la familia era importante para ella, debería estar con ellos y enfrentar las dificultades juntos. Deben luchar contra la discriminación, uno al lado del otro, discutir sobre cosas importantes y ganar su lugar en el mundo. Habían pasado siete años desde entonces, y las cosas habían cambiado mucho. Quizás el pueblo era mucho más amable que antes. Incluso podrían aceptarla. Incluso esta escuela, que solía ser como un muro de hierro, había cambiado mucho, de hecho, estaba a punto de derrumbarse.

Pero…

Todavía no podía ir con ellos. “A veces”

Tanya sintió un atisbo de lágrimas.

“Me desespero de mí misma. ¿Por qué no puedo vivir? ¿Por qué no puedo hacer lo correcto? ¿Por qué no puedo ser tan pura cuando sale el sol y cae la luna?”

Los ojos inútiles humedecieron los bordes de los párpados, cumpliendo con la única capacidad de funcionamiento que tenían.

“Ojalá fuera tan fuerte como tú, Ai. Ojalá tuviera un sueño e ir a por él. Desearía ser ese tipo de persona”.

“Eso es porque soy una idiota”

Con un suspiro, Ai apartó la cabeza.

“Simplemente no tuve esa cosa en mí todo este tiempo, la cosa que me impedía dar el paso como si estuvieran todos enterrados, Tanya-san. Es por eso que no me perderé, eso es todo… Simplemente no lo sé. solo soy una ignorante…”

En dos meros segundos, Ai lloró y se quejó…

Sacaron sus pañuelos al unísono, los soplaron al unísono y luego soltaron suspiros de alivio.

“…Recientemente he llegado a comprender qué tipo de persona soy: Tanya Swedgewood”

Ai se arrugó la nariz con el pañuelo de nuevo. “…¿Qué tipo de persona?”

“Sí. Una buena para nada” “¿Buena para nada? No lo creo. …” No, soy una.. Tanya respondió.

Realmente era una inútil, siempre incapaz de concluir, siempre siendo vaga sobre lo que quería, solo vivía el momento, no tenía sueños, ni nada que quisiera hacer. Lo único que no era inferior en comparación con los demás era ella, y no se atrevía a exponerse a la realidad.

Ella había esperado que este no fuera el caso. Desafortunadamente, parecía que lo estaba. “Adiós, Ai”

Dijo Tanya.

“No puedo ir contigo”

“…”

Ai volvió a guardar silencio y parecía estar al borde de las lágrimas. Buscó palabras en su boca y pareció preguntarse si decirlas o no.

“Yo…”

Pasaron otros cinco segundos de duda, “Yo….”

Al final, Ai no pudo decir nada. “Adiós, Ai”