Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 3

Capitulo 2: Plan de Escape

Parte 4

“Uuuhhh… No quiero ser toda brillante… No más brillante, por favor”

Ai abrió la puerta de la habitación 125 y se abrió paso a tientas por la habitación oscura sin siquiera encender las luces. Afortunadamente, la luna se mostró y la poca luz fue suficiente para que ella viera dónde estaban los muebles. Había una litera y dos escritorios en la habitación, por lo que era una habitación doble.

Ai arrastró el dobladillo de su pijama nuevo mientras caminaba hacia la cama con pasos pesados, todo su cuerpo tan brillante como dijo que era, como un cadáver muy limpio.

Se dejó caer en la cama sin extender la manta sobre la cama, y su pie izquierdo hizo un círculo en el otro lado de la cama, y se dio la vuelta, mirando hacia la base de la cama superior que estaba muy cerca. De hecho, todavía tenía que colgar su uniforme y meter su equipaje en el casillero, pero no tenía fuerzas.

Toda la habitación estaba envuelta en oscuridad. La incorporación de un nuevo estudiante no hizo nada para sacudir la escuela, y la Academia Gora estaba apagada, como de costumbre.

Sin embargo, Ai no podía dormir y se acostó en la cama mientras miraba la cama encima de ella.

Más temprano en el baño, la limpiaron tan a fondo que incluso le frotaron las uñas.

Y ella no pudo comer en este día.

“Esto es intimidación… intimidaron a una estudiante transferida…”

Se dejó caer en la cama, su estómago gruñía y una sensación de soledad brotó dentro de su corazón, llevándole lágrimas a los ojos.

Recordó la fealdad de su propia presentación y el baño.

Se secó los ojos. Esta ya era la situación el primer día. ¿Cómo sería su futuro? Ai sentía que era un poco llorona, pero esto era demasiado ridículo. De hecho, lloró el primer día de inscripción. Ella no esperaba ser tan débil.

Y así, Ai se durmió envuelta en la manta, con el estómago rugiendo.

Se ahuecó el vientre y, por lo tanto, sus manos no estaban disponibles para secarse las lágrimas, lo que provocó que se acumularan en grandes gotas. Ai enterró suavemente su rostro en la manta y dejó que el algodón absorbiera las lágrimas parecidas al rocío.

— Papá, la escuela no es nada divertida.

Visualizó una imagen de su padre y se quejó con él. Podría ser una mera imaginación, pero Hampnie se burló maliciosamente de su irresponsabilidad. “¿Qué tiene eso que ver conmigo?” Ai sintió que era demasiado de su parte. Él fue la razón por la que finalmente accedió a ir a la escuela.

Ai recordó una de las pocas conversaciones que tuvo con su padre.

Una de ellas era sobre la escuela.

Hampnie era un niño albino con piel y riñones débiles, lo que le dificultaba asistir a la escuela. Sin embargo, pudo salir adelante y asistir a la escuela con la ayuda de sus padres y amigos.

— ¿Por qué hiciste eso? Preguntó Ai. Se disculpó por estar aparentemente hablando mal de él, pero simplemente no podía imaginar al diablo antes de que realmente le gustara asistir a la escuela.

Y en respuesta, “Bueno, eso es porque todos van a la escuela también, ¿sabes?” Hampnie se rio y continuó: “Es por eso que yo también tuve que asistir a la escuela. Eso es todo”

Su rostro radiante se veía tan orgulloso y lleno de alegría. En retrospectiva, siempre había sido una persona que odiaba la soledad.

Y así fue como Hampnie conoció a Yuri e hizo muchos amigos.

Pero…

… ¿Podría ser ella también como él?

Ai sollozó. Pensó en las compañeras de cuarto y de clase cuyos nombres no conocía, los cincuenta pares de ojos que eran claros y brillantes, la supervisora del dormitorio que no permitía ningún desacuerdo, la piel suave de los Vivos que la volvía incómoda, y sus aromas abrumadores.

Sí, ese era el problema. “Aparentemente, soy…” Ai dijo mientras exhalaba.

“…Soy mala tratando con personas vivas…” Fue un hecho realmente impactante para ella.

Sintió que estaba fuera de ritmo desde que entró en esta ciudad, y el incidente en el baño le hizo comprender la causa. Parecía que no sabía cómo tratar con grupos de Vivos.

Había asumido que estaría bien si se ocupaba de uno o dos… pero pensándolo bien, se dio cuenta de inmediato de que estaba muy nerviosa cada vez que conocía a una persona viva por primera vez.

“Los vivos son buenos, pero raros”

Eso fue lo que le dijo una chica en Ortus, pero no pudo reírse en absoluto, porque ella también estaba inquieta con ellos. Podría ser demasiado ridículo para ella decir que quería salvar el mundo—

Su estómago volvió a rugir, el aliento exhalado era excepcionalmente caliente y una lágrima rodó.

…Papá, la escuela es aburrida…

Ai se secó la cara con fuerza con la almohada.

Ella pensó que solo debería llorar. Ella ya estaba llorando, pero su corazón le permitiría seguir haciéndolo.

Y en el momento en que pensó eso, las lágrimas brotaron.

Las lágrimas venían de lo más profundo de los ojos, de algún lugar que definitivamente estaba conectado con su corazón. Los párpados pronto se llenaron y las lágrimas esperaban para desbordarse.

De hecho, le gustaba un poco llorar…

Si realmente lo dijera, los demás asumirían fácilmente que era “una niña molesta” o “una llorona a la que le gustaba llorar por cualquier cosa”. Por lo tanto, nunca le contó a nadie sobre esto, pero le gustaba llorar.

Después  de  todo,  ‘llorar’  y  ‘terminar  de  llorar’ definitivamente eran dos partes del mismo conjunto. Eso pensó Ai.

Sentía que la gente lloraría para terminar de llorar. No importa cuán trágico haya sido, o no importa cómo las lágrimas simplemente no terminen, sería cuestión de tiempo hasta que lo hicieran.

Su madre murió, su padre murió, sus sueños fueron aplastados y ella lloró. Pero un día, las lágrimas se detendrían sin motivo alguno.

Seguramente era porque el llanto en sí mismo estaba destinado a detener las lágrimas, a convertir la tristeza en agua salada, a purgarlas de su cuerpo.

Por eso le gustaba llorar.

… Esa fue una forma de lidiar con la tristeza que Ai descubrió en su corta vida. Era una razón creada para aceptar las lágrimas que derramó en el pasado.

Sin embargo…

Sin embargo, nadie sabía si era algo bueno. Nadie sabía si Ai lloraba sola en un lugar así, sola, era algo ‘bueno’, y mucho menos ‘bueno’. Tomemos a Yuri, por ejemplo; incluso si pudiera entender completamente los sentimientos de Ai, podría decir que era algo malo. Si fuera Ulla, podría sentirse triste al darse cuenta de que esa era la vida que resultó en tales pensamientos. Hampnie podría incluso elogiarla, y Scar podría dudar. Si fuera Celica, probablemente estaría llorando hasta el punto en que Ai no tuviera tiempo para llorar.

Sin embargo, ninguno de ellos estaba alrededor. El único presente era la Sepulturera solitaria de doce años.

La ilusión de Hampnie no diría nada.

Las lágrimas estaban a punto de derramarse en soledad.

En ese momento… “¿Estás bien?”

En ese momento,

Fue difícil describir el significado de esas palabras que se dijeron en ese momento, en ese lugar.

No se suponía que tales palabras estuvieran aquí. Se suponía que Ai lloraría sola en este lugar, terminaría de llorar en la teoría de la soledad y, como resultado, se volvería más fuerte. Tuvo que proceder sola, y también terminar tan sola…

Pero ese no fue el caso. “Oye, deja de llorar”.

Ai se sobresaltó y miró al dueño de la voz. Su voz inmediatamente retrocedió con sorpresa y se convirtió en mera agua salada.

El dueño de la voz era una cabeza cayendo boca abajo. No, solo lo parecía. De hecho, en realidad era una estudiante que asomaba su cara desde la litera superior.

Los ojos de la estudiante eran como obsidiana, brillando oscuramente en la oscuridad. Su cabello negro hasta los hombros se tambaleaba y se balanceaba entre los pisos superior e inferior de la cama de dos pisos.

“¿Te has calmado?” Ai asintió.

“Eso es bueno”

La estudiante sonrió. Era la primera vez que una persona viva le sonreía tan gentilmente a Ai desde que este último ingresó a esta escuela.

Y, sin embargo, habiendo encerrado su corazón, Ai se mantuvo cautelosa.

“¡E-Ehm!”

“¿Uhm?”

“… ¿Vas a hacerme brillar también?”

¿De qué estás hablando? La colegiala volteó la cabeza, sin saber de qué estaba hablando Ai.

“No lo sé, pero ¿no eres todo brillante y tal?”

Ai volvió a sentirse avergonzada de que la elogiaran de nuevo, pero en realidad no lo odiaba.

“Dee” “¿Eh?”

“Dee Engy. Ese es mi nombre” “Ah… ¡Soy Ai! ¡Ai Astin!

“Lo sé”

Dee sonrió. Era la primera vez que una estudiante de la escuela le sonreía a Ai.

“He estado deseando conocerte, Ai. Alice y yo te hemos estado esperando”

En ese momento, el cerebro de Ai finalmente inhaló algo de oxígeno y, en lugar de estar de humor para preocuparse por los detalles, quería levantarse y hablar.

“Ah, solo acuéstate ahí” Dee la detuvo.

“Hay muchas cosas que quiero decirte, pero eso es todo por hoy. Ve a dormir”

“Haah…”

“Bueno, te he estado esperando, pero también estoy cansada”

Dee sonrió y se golpeó la frente.

Ai sacó su almohada de debajo de la manta y con cuidado colocó su cabeza sobre ella. Miró a un lado y encontró a Dee sonriéndole, lo que la dejó extrañamente relajada.

“…Dee-san, ¿es usted mi compañera de cuarto?”

“Uhm, bueno, más o menos”

Ya veo, Ai asintió y aceptó esto.

“Te lo contaré todo mañana. Pero por ahora, ve a dormir. ¿Está bien?”

“Haah…”

“¿Puedes dormir? ¿Estás bien?”

Ai se preguntó a sí misma, mirando a los ojos que la miraban con preocupación.

Las lágrimas se habían retirado a un lugar lejano y, en cambio, una oleada de fatiga llenó lentamente su cuerpo.

“Estoy bien.” Dijo Ai.

“Ya veo” Dee se rio.

“Bueno, buenas noches, nos vemos mañana”. Dee agitó la mano y echó la cabeza hacia atrás.

“Buenas noches”, respondió Ai, cerró los ojos y miró la oscuridad detrás de sus párpados.

La somnolencia vino de más allá de la oscuridad y devoró suavemente su conciencia.