Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 3

Capitulo 2: Plan de Escape

Parte 2

Fue una escena espectacular.

Cabello rubio, cabello plateado, cabello rojo, cabello negro, piel amarilla, piel negra, ojos azules, ojos verdes, ojos marrones, ojos negros, ojos grises.

Había cincuenta combinaciones de tales características ante ella. Dentro de la cafetería había jóvenes de las montañas, jóvenes de la playa, jóvenes de las praderas, doncellas del desierto, todos vestidos con la misma ropa y sentados alrededor de la mesa.

La mitad de ellos eran niños, la otra mitad eran niñas y ninguno era adulto.

Ai se paró con Mageta frente a ellos, mirando esta escena mientras estaba asombrada.

Había visto el pueblo de los Muertos. Tenía una ciudad con millones de Muertos.

Se había encontrado con un humano inmortal. También había sido testigo del ídolo del asesino. Sin embargo…

Fue la primera vez en su vida que conoció a 50 niños vivos.

Cincuenta pares de ojos de diferentes colores se miraron entre sí. Sus ojos tienen una transparencia que no se puede encontrar en los Muertos, como si la vida misma estuviera brillando.

Sólo había el olor de la vida.

Ai de repente comenzó a sentirse incómoda y se sintió tan insegura de estar frente a ellos. Todos antes que ella estaban acostumbrados a este lugar, y el uniforme que encontraba extraño se sentía tan relajado y apropiado para ellos. Algunos susurraban mientras la miraban.

Ai sabía que no tenía sentido, pero no pudo evitar usar su excelente oído y vista para leer sus labios.

—¿Qué pasa con esa pala?

Este estudiante probablemente no pretendía hacer daño, pero en el momento en que Ai escuchó eso, se sintió tan avergonzada que quiso morir en ese mismo momento. No estaba segura de por qué, pero incluso cuando todos estaban vestidos de la misma manera, sintió que eran auténticos, y ella era una impostora, solo una impostora arrastrada ante el verdadero negocio por el bien de la comparación.

Rápidamente puso la pala en el suelo, pero estaba muy ansiosa y atrajo la atención de los espectadores. Entró en pánico, notó lo frenética que estaba y cada vez más nerviosa. ¿Por qué se sentía tan incómoda? ¿Por qué no podía levantar la cabeza en alto?

Hehehe.

Ai escuchó a alguien reír.

Quería llorar en ese mismo momento y lugar. “¡Atención!”

En ese momento, Mageta gritó:

“¡Ustedes bastardos! ¡Cuántas veces les he dicho que no pueden ni poner un ● cuando alguien habla!

¡Ahora cuál de ustedes ● acaba de hacer eso! ¡Yo personalmente los voy a ●●! ¡Ve a la ●● mesa y espera a que te mate!”

¿Eh?

“¿Cuál? ¿Cuál ●● acaba de reírse de la estudiante transferida? ¡Oye! ¡Respóndeme! ¿No escuchaste?

¡Qué shock! ¿Uno de mis amados estudiantes apestosos es un ●●●●? ¿No usaste tus ●●●● oídos para ●●●●?”

“¡Yo fui el que se rio!”

En ese momento, un chico sentado en medio de la cafetería se puso de pie.

Mageta mostró su mano derecha y sacó el revólver que llevaba en la cadera, disparando con una mano sin apuntar bien.

La bala que salió volando de la boca del arma hizo un suave sonido de ‘swoosh’ y golpeó la frente del estudiante. La bala siguió girando, trazó un arco y rebotó en el suelo antes de que el chico cayera. Tras una inspección más cercana, la bala estaba hecha de tiza.

“Tienes muchas agallas, ●●●●. La próxima vez que vaya a pescar, te volveré un ●●●● para que ●●●●”

Mageta de alguna manera guardó su arma y declaró a todos:

“¡Mis pequeños estudiantes! ¡Escuchen! ¡No permitiré ninguna discriminación! ¡Ese es mi privilegio! ¡Si ustedes tienen tiempo para mirar el agujero a su lado! ¡Será mejor que cultiven su propia

• ●●●! ¡Crecer! ¡Crecer! ¡Crecer!” “¡Crecer! ¡Crecer! ¡Crecer!”

Eso fue todo.

Después de decir esto, Mageta retrocedió. “Ai Astin”

“¡S-Sí! ¿Qué puedo hacer por ti?”

Ai se puso firme por reflejo y saludó mientras imitaba lo que veía.

“¿Uhm? ¿Qué estás haciendo? ¿Estás bromeando?” Mageta cubrió sus labios sonrientes con su mano, “Ai Astin, sé una dama y compórtate correctamente”

… Iba a preguntarte si estabas bromeando.

“¡Llévense bien con ella,  bastardos! ¡Nos

vamos!”

Tan pronto como terminó de hablar, la cafetería estalló en un alboroto de nuevo. Los estudiantes guardaron rápidamente sus platos y se alinearon para irse.

“E-Ehm, Mageta-san…”

“Ai Astin, de ahora en adelante, me llamarás supervisora del dormitorio”

“Oh, ehm, supervisora del dormitorio. Mi cena …” Mageta puso sus manos en sus caderas y declaró,

“¡No hay cena para ti!” “¡Ehhhh!”

“¡No importa cuál sea el motivo, los que llegan tarde a la cena no pueden comer!”

El mundo de Ai se derrumbó.

“¡P-Por favor espera! Tengo un tipo de cuerpo especial, moriré si no ceno…”

“¡Eso no es importante! ¡Ven conmigo!”

Mageta atravesó la cafetería y se acercó a una fila de personas.

“Presidenta de la clase” “Sí”

Esta estudiante, en pocas palabras, era una chica bonita. Su cabello rojo estaba atado en un moño frente a su cuerpo, y sus párpados estaban tan caídos que uno casi se preguntaba si podía ver.

“Va ingresar una nueva estudiante. Se unirá a la clase Q”

“Entendido”

Mageta dijo estas pocas palabras y se fue. Y Ai se quedó allí.

“Ai Astin. ¿Puedo llamarte Ai-chan?” “¿Eh? Ah, sí”

“Ai, vamos”

La chica con los ojos cerrados le dijo algo a la persona que estaba al frente de la fila y luego siguió detrás del grupo. El grupo se dividió en dos líneas según el género. De pie frente a Ai estaba la chica con los ojos cerrados, y delante de esa chica estaba una chica con anteojos saltones, y luego una chica de cabello azul con una personalidad bastante amable, y liderando la manada había un par de gemelas rubias.

Ai estaba sola mientras sostenía el equipaje y las seguía, y le habló a la niña con los ojos cerrados,

“Ehm-”

¿Cómo te llamas?

“¡Shh!”

La niña no miró a Ai cuando habló.

“Silencio, o la supervisora del dormitorio te gritará” “…Sí”

No hubo oportunidad de hablar.

El grupo salió directamente de la cafetería. Afuera había una pasarela techada, y se podía escuchar a los insectos primaverales trinando en la hierba a ambos lados. Uno por uno, el grupo entró en el dormitorio de las chicas y todas, excepto Ai, entraron en sus habitaciones.

“Está es tu habitación”

Le señalaron una habitación con un letrero dorado en la puerta que decía Habitación 125.

“Ve y guarda tu equipaje y saca la ropa sucia”

Ai entró corriendo en la habitación. Estaba tan oscuro que no podía ver nada, así que entró a tientas y dejó la pala y el sombrero de paja. Esta ‘ropa sucia’ probablemente se refería a su ropa, pero decidió no llevar la ropa de Sepulturera con ella.

Tan pronto como salió de la habitación, vio que las demás se habían cambiado los uniformes por ropa informal y estaban haciendo cola. Ai no tenía idea de qué hacer y buscó a la chica con los ojos cerrados presa del pánico. La chica no le dijo a Ai su nombre ni la miró cuando hablaron, pero, aun así, Ai la necesitaba mucho en este momento.

“Ve a la parte de atrás”

Después de tropezar por un momento, la chica de ojos cerrados encontró a Ai. Ai realmente esperaba que la chica la tomara de la mano, pero finalmente resistió el impulso y caminó hasta el final de la fila.

Después de pasar lista, el grupo avanzó en silencio, luego salió y entró en otro edificio.

Este edificio estaba hecho de ladrillo y había una chimenea en la parte de atrás que exhalaba humo.

“Haz como todo el mundo”

Dijo la chica de los ojos cerrados. Así que Ai asintió.

Primero, se quitaron los zapatos en la entrada del edificio y los pusieron en el zapatero. Se quitaron los calcetines, entraron descalzas y vaciaron las bolsas que llevaban en una enorme jaula. Cuando llegó el turno de Ai, miró más de cerca el interior y olió un fuerte olor a personas vivas. Como era de esperar, las chicas habían puesto su ropa interior en la canasta.

“¿Qué estás haciendo? Vamos”

Ai fue arrastrada por su collar.

La llevaron a una habitación mágica. El piso no era de madera, ni estaba alfombrado; estaba hecho de la misma piedra que las paredes exteriores del exterior del edificio. Había toallas gruesas por todas partes, y las paredes estaban repletas de innumerables armarios cuadrados del tamaño de un abrazo, con dos filas de los mismos armarios alineados espalda con espalda en el centro.

El suelo estaba lleno de vapor y estaba empapado de agua. Había una puerta de madera en el lado opuesto que emitía vapor.

“¿Qué es este lugar?”

“El baño está allí, pero será mejor que desaparezcas antes de eso”

“¿En serio?”

“Estos armarios son para la ropa” “Sí”

“Tienes que lavar tu propia ropa interior” “Sí”

“Entonces, quítate la ropa”

“¿Eh?”

Ai quería preguntar por qué, pero se congeló en el acto.

La chica de ojos cerrados había alcanzado el dobladillo de su propio vestido. No, no era la única, pues todas las demás que entraban en la habitación se quitaban la ropa y la metían en el armario en cuestión de segundos.

Frente a sus ojos había diferentes colores de piel. “¡Wow!”

“¿Qué pasa?” Wow.

La chica con los ojos cerrados se paró frente a ella, desnuda y de piel pálida.

Ai miró fijamente la vista surrealista ante ella.

El cuerpo desnudo de una persona viva estaba justo frente a ella.

Se sintió muy avergonzada.

De hecho, en los últimos años, Ai nunca había visto a una persona viva desnuda.

Eso fue doble para una compañera joven desnuda. La única que vio fue a su madre, la Sepulturera Alfa que funcionaba mal, y los senos expuestos de Scar mientras alimentaba a Celica. El ‘cuerpo humano’ que Ai conocía se refería a la piel reseca y distorsionada de los Muertos. Ella estaba completamente ajena a la piel de los Vivos.

Lástima.

Esa emoción atacó a Ai. Vio cómo la niña de los ojos cerrados y otras personas estaban desnudas, y no era de extrañar que estuviera tan avergonzada por ellas. Ella se sentía tan tímida. No podía soportar mirar la sensación de su piel regordeta y suave, la redondez de sus cuerpos esponjosos e hinchados, el olor sudoroso, húmedo y denso de su carne. Las chicas estaban vivas. Ante tal evidencia, Ai se quedó estupefacta. Nadie excepto Ai podía entender esta emoción llamada vergüenza.

La sangre se le subió a la cara y apartó los ojos de los amplios pechos de la chica de ojos cerrados, solo para ver una pequeña mancha de vello púbico entre sus piernas, lo que hizo que su cabeza cayera aún más. Ai estaba realmente avergonzada por tales vistas.

Tenía ganas de llorar de nuevo. Ella no sabía por qué estaba haciendo esto.

Y luego…

“Date prisa y desnúdate”.

Ai tomo el cuello de su camisa con fuerza. Le daba vergüenza quitarse la ropa.

Odiaba la idea de desnudarse ante ellas, que naturalmente estaban vivas.

Ella realmente lo odiaba. “E-Ehm, yo…”

“Vamos.”

Sus ojos se estaban humedeciendo, y estaba incrédula. Naturalmente, sabía que era bastante llorona, pero esto era demasiado…

Ella era demasiado llorona…

“Date prisa, no puedes bañarte si se acaba el tiempo”

Ay no se movió.

La chica con los ojos cerrados no tuvo más remedio que poner su mano en el cuello de Ai.