Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 2

Capítulo 4:『En Medio De Esta Soledad, Hay Una Persona』

Parte 5

Ai no sabía si Kiriko les había pedido ayuda a los otros cinco, así que decidió mover a la persona inconsciente en su lugar. No podía moverlo demasiado lejos, como mucho del pasillo derecho al pasillo interior, y no podía encontrar un lugar para esconderlo, así que lo dejó a un lado.

Miró el minarete donde vivía Ulla.

Había luz en la habitación. Ai se sintió un poco aliviada y un poco arrepentida. No estaba exactamente segura de sus propios sentimientos.

Sus acciones no tenían sentido desde el punto de vista de un sepulturero o desde el punto de vista de salvar el mundo. No había ninguna razón para arriesgar su vida en un lugar como este, y decirle a Ulla el secreto no habría liberado a nadie.

Pero Ai todavía no podía detenerse.

No podía ignorar la oportunidad de ‘salvarse del pasado que no podía salvar’.

Naturalmente, sus manos alcanzaron el minarete, agarraron los ladrillos y movieron su cuerpo hacia arriba.

La ventana estaba abierta.

“Ulla, soy yo, soy Ai. Por favor, no digas nada y tendré que pedirte que te cubras los ojos”

Hubo un silencio.

Después de un rato, hubo un ruido de pasos y el sonido de un armario al abrirse. Ai vio un trozo de papel familiar estirado por la ventana y leyó.

“¿Ai? ¿De verdad eres tú? “Sí, soy yo, ¿puedo entrar?” “Por supuesto”

Ai entró en la habitación con el mismo movimiento que el león había hecho antes.

“¿Qué pasa?”

Ulla sonrió desconcertada pero feliz mientras invitaba a Ai a sentarse frente a la gran cama. Se sentó en la cama, que parecía lo suficientemente grande como para que durmieran cinco adultos, usando la muñeca del oso como cojín, y extendió la mano para hojear su cuaderno.

“Estoy aquí para decirte algo hoy”

“¿Decirme algo?”

“Sí, sobre ti y yo”

Ai comenzó sin dudarlo.

“Soy una híbrida nacida de una sepulturera y un hombre”

La verdad empezó a quemar las mentiras.

“Nací en un pueblo en lo profundo de las montañas, donde los aldeanos me criaron como ‘Sepulturera’”

Las palabras quedaron envueltas en la lengua en llamas que comenzó a quemar el mundo de Ulla.

Ai fue implacable, prendiendo fuego a cada centímetro del mundo para no dejar ni una mitad de ceniza.

Ella lo contó todo.

Ella contó los días que pasó como sepulturera a pesar de sus dudas; de los aldeanos que la amaban, pero la mantenían alejada; de su lucha por tener nuevos padres; de cómo Hampnie Hambart lo arruinó todo; de la época en que se enteró de que era una hibrida nacida de una sepulturera y un humano; y de lo que hicieron los aldeanos con este hecho.

“Entonces mi aldea es una aldea de Muertos … desde que era una niña, me han mantenido en la oscuridad, así que no me enteré hasta hace poco … Ulla, tú también. Tu situación puede parecer completamente diferente a la mía, pero mi situación y la tuya son como dos caras de la misma moneda, de hecho, son exactamente lo mismo… Por favor, no te sorprendas y escúchame en silencio. Eres ‘Koroshiohake’. Puedes matar a una persona reconociendo a una persona con tus sentidos. Todos los demás están muertos. Las personas que crees que son normales en realidad están muertas”

Las verdades que habían estado ocultas desde el nacimiento fueron reveladas una tras otra, una tras otra, en la cama.

“…Kiriko-san te ha estado mintiendo todos estos años para protegerte”

Eso fue todo lo que tenía que decir.

Había algo más que debería haber dicho, pero no pudo decir nada. Ya fuera para consolarla o disculparse, deseaba desesperadamente que este último momento durara un poco más.

“¿Eso es todo?”

Ulla abrió su cuaderno, como para anunciar que la obra había terminado.

Ai respondió débilmente, “Realmente…”

Su voz cambió de tono mientras respondía. “Realmente, quería salvarte”.

La sensación de impotencia y culpa se oprimió en su pecho y estranguló su garganta.

“Cuando estuve en ese pueblo antes, la forma en que me salvó fue destruir todo y dejarme libre. No quiero usar un método tan escandaloso … quiero salvarte de una manera que mi padre no pudo”

Ai se dijo a sí misma, pero no puedo hacerlo después de todo …

Era tan triste, tan triste, pero las lágrimas llegaban.

“No puedo salvar el mundo, solo puedo ‘destruirlo’ … lo siento, debes estar … muy enojada …”

Ulla no dijo nada.

“… Me iré y ya no estaré frente a ti… Está bien si me odias o si quieres romper conmigo. Es solo por unos días, pero estoy muy feliz de que quisieras ser mi amiga”

Dijo Ai y se puso de pie.

“Espera”

Ulla la llamó y abrió su cuaderno. Luego tomó su bolígrafo.