Kami-sama no Inai Nichiyoubi (NL)

Volumen 2

Capítulo 2:『Bad Dragon』

Parte 5

Ai salió precipitadamente de la habitación, pero naturalmente, no tenía la menor idea de dónde quería ir.

Primero se dirigió a un pasillo y tras mirar a la izquierda y a la derecha, encontró una escalera y descendió al primer piso. Algo le decía que no podía dejarse descubrir, por lo que caminó de puntitas. En la escalera del primer piso, encontró un lugar donde había agua, y allí se lavó la cara y bebió muchísimo para calmar su sed.

Los letreros de estudiantes del pasado llenaron el edificio del dormitorio. Allí en la pizarra seguía estando el nombre de un estudiante castigado con el deber de limpieza, y allí en el estante de paraguas todavía estaba pegado un bate de béisbol. La vitrina colocada al lado de las puertas principales todavía tenía decenas de decenas de medallas y trofeos, mientras que, en la caja de objetos perdidos, estaba olvidada desde hacía mucho tiempo, todavía tenía un cuaderno azul dentro, a la espera de su amo. Ai cogió el cuaderno y pasó las páginas.

“En realidad, tengo hambre después de todo”

Ella lo dijo a la estatua de algún desconocido situada entre el segundo y tercer piso, y comenzó a buscar con más audacia a través del edificio del dormitorio. Su plan era encontrar a Kiriko o Yuri y conseguir algo de comida de ellos. Decidida a concentrar su búsqueda en el primer piso, pasó su tiempo corriendo a echar un vistazo a la puerta principal, y dirigiéndose a la oficina del conserje para explorar. Muchas cosas captaron su interés en el camino, pero en ese momento su objetivo principal era encontrar comida para comer.

Así que Ai corrió a revisar la cafetería. Atravesó toda la habitación, mirando con expresión desconcertada el lugar donde se recogían las tazas y los platos.

Y en la cocina, Kera Vena vio todo esto mientras que continuó.

“¿Qué estás haciendo allí?”

La tomo completamente fuera de guardia, Ai saltó de miedo y miró frenéticamente en dirección de esa voz.

“Por aquí”

Kera miró a Ai desde el mostrador que conectaba la cocina y la cafetería.

“G-Gusto en conocerte! ¡Mi nombre es Ai Astin!”

“Oye. Estoy encantada de conocerte. Soy Kera Vena, la gerente de este lugar y su cocinera”

Ai se puso de pie y llamó una voz desde lo más profundo de su ser.

“Y-Yo sólo quería decir…..No tenía nada que ver con lo que paso en el segundo piso! ¡Ya estaba así!”

“… Así que estás confesando antes de que nadie te pregunte… Eres una chica divertida”

Kera desapareció de nuevo en la cocina, y Ai se quedó allí de pie durante un buen rato.

“Toma”

Kera regresó y colocó una bandeja en el mostrador. “¿Huh? ¿Para qué es esto?”

“Es para ti. ¿Vas a comerlo o no?

Ai se puso de puntillas para echar un vistazo a la bandeja, y encontró que estaba cargada con pan recién horneado y un guisado muy rico.

“¡Oh! ¡Gracias por la comida!”

Cogió la bandeja del mostrador y se dirigió a una mesa cercana, y empezó a comer.

“¡Eso estuvo delicioso!”

Ai había terminado el pan y el estofado en sólo unos cuantos bocados, y ahora llevaba la bandeja de nuevo a la cocina.

“Uhm, Kera…Eres una buena cocinera…” “¿De Verdad? gracias”

Kera estaba sentada en una silla en la cocina con un periódico delante de ella, y ni siquiera levantó la vista mientras respondía. Ella estaba bien de salud y parecía ser de mediana edad, su rostro siempre parecía llevar una sonrisa un poco irónica.

Ai puso las dos manos en el mostrador y se levantó, para poder verlo.

“No sabía que los muertos pudieran cocinar tan bien, ¿sabes?”

Entonces la bandeja estaba fuera del mostrador y el aire resoplo hacia su cabeza. Se conectó. Lo que más sorprendió a Ai mientras permanecía allí parpadeando confundida no era el dolor del impacto, sino más bien que no podía decir lo que estaba pasando.

“Déjame decirte, niña, “Eres una cocinera muy buena” estaba bien por sí mismo. No tenías que añadir sobre los muertos. ¿Crees que sólo porque estamos muertos significa que no se nos permite ser buenos cocinando?“

“Ah….No…..quise decirlo…..Lo siento de verdad!”

Ai, que había caído por debajo del mostrador, tuvo que levantarse de nuevo para dar las disculpas.

Kera colocó dos tazas delante de Ai, y la cálida y amarga fragancia del té empezó a salir de ellos.

“Toma. Bebe un poco”

Una taza era más grande que la otra. Después de pensar un poco, Ai decidió que sería mejor ser cortés, así que tomo la que parecía lo suficientemente pequeña como para ser parte de un conjunto de juguetes.

“Ogh!”

El té estaba concentrado hasta el punto espeso, y era un tanto caliente y muy amargo.

“Tonta, ese es el mío”

Kera retiró ligeramente la copa de la mano de Ai y bebió un sorbo del líquido de color oscuro.

“Nunca has probado té dehva ¿verdad?”

Ai asintió unas cuantas veces en respuesta, y comenzó a sacar la lengua experimentalmente. Tan amargo era el té que incluso ahora ella era incapaz de hablar.

El té Dehva era una especialidad de Ortus. El primer borrador que tomaron los muertos fue espeso y amargo. El segundo fue la Mezcla Viva, se hizo con las hojas usadas de la primera y fue por lo tanto más fuerte. Ésa era la mezcla de la copa más grande que se empujaba hacia Ai, y que ella ahora levantaba cuidadosamente a su boca.

Kera se ocupaba de Ai como si fuera un capricho, regresando ocasionalmente a la cocina para revisar algo que estaba cocinando en la olla. Fue durante uno de estos tiempos que Ai se dirigió a Kera.

“D-Disculpe!”

“¿Qué pasa?”

“¿Sabes dónde fueron Yuri-san y Kiriko-san?”

“Si te refieres al alto, se fue tan pronto amaneció”

“Había dicho que tenía que coger el coche para revisarlo y repararlo. También había preguntado dónde estaba la oficina de telégrafos y la farmacia, parecía que también se dirigiría allí”

“Probablemente Kiriko esté en el trabajo, pero volverá al atardecer”

“¿Kiriko-san vive aquí?”

“Sí… Pero se ha ido al castillo, puede ser que regrese en la noche”

“¿El castillo?”

“Para ver a Hime-sama”

Al oír esto, Ai se acordó de cuando conoció a Kiriko, y la había confundido con una princesa.

“¿Kiriko-san conoce a Hime-sama?”

“Sí. He oído que Hime-sama lo trata como a un amigo. ¿Qué, nunca te dijo nada de eso?”

“Sólo dijo que tenía que hacer recados por toda la ciudad…”

“Eso es lo que hace. Cuando él está aquí él hace diligencias para mí, y cuando él está en el castillo los hace para Hime-sama”

Ai quedó tan impresionada que, sin darse cuenta de ello, pronto bebió todo su té.

Ella devolvió su taza de té al mostrador, agradeciendo a Kera por el té mientras lo hacía.

Luego comprobó el reloj. Era apenas mediodía, aún faltaban horas para acabarse el día.

Pero no había nada que hacer en ese tiempo.

Ai descansó la barbilla en el mostrador, luego observo a Kera mientras trabajaba e inclinando la oreja para escuchar el reloj, ya que el tiempo pasaba.

Esta era la primera vez que no había tenido nada que hacer desde que abandonó el pueblo.

“Disculpe…”

Ai no podía soportarlo mucho más. “Perdone, ¿Puedo salir a la ciudad?”

El rostro de Kera tomo una expresión de dolor. “¿Qué dijo el alto?”

“Él no dijo nada en absoluto” Bueno, no lo había hecho.

“… Entonces no tengo ninguna razón para detenerte. Pero ten cuidado. Ortus ha estado cerrado por nueve años, y casi todo el mundo ha olvidado cómo comportarse alrededor de personas vivas como tú”

“¿En serio?” “Es verdad”

“Pero, Kera-san, pareces… perfectamente normal para mí”

“Soy cocinera después de todo, así que puedo ver la vida de vez en cuando… Bueno, ¿Dónde piensas ir?”

“Vi esa Mask Street en mi camino aquí y quiero ir echar un vistazo…”

“Ah, está bien. ¿Trajiste tu permiso?”

Ai lanzó su nuevo permiso de entrada a Kera.

“Si te pierdes o necesitas ayuda, muéstrale esta tarjeta a cualquiera que esté cerca, preferiblemente a las de las tiendas. También… Ponte esto”

Kera tomó de un cajón un objeto completamente incongruente con su entorno, y se lo entregó a Ai.

“¿Una máscara?”

“Si te diriges a la Mask Street, ¡Por supuesto vas a necesitar una! Además, destacas demasiado, por lo que esto te ayudará a mezclarte un poco más”

Ai miró la máscara. Tenía la forma de un rostro de zorro y parecía lleno de todas las emociones misteriosas de un país diferente, muy parecido al grupo de muertos que vieron ayer.

El olor de la cartulina y el pegamento volaron por su nariz.

“¿Se ve bien en mí?”

“No está mal, ¿no? Te voy a recoger el cabello… Además, no uses esa larga capa, ponte esta chaqueta en su lugar”

El cabello dorado de Ai se elevó de sus hombros a su espalda, una manta amarilla envolvió su cuerpo. Era como un zorro dorado con sombrero de paja.

“No está mal. Ahora continúa, es tu debut” “Absolutamente disfrutare de esto” Ai le dijo a Kera. Luego, corrió a la calle al mediodía.