Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 8

Capítulo 4: Buena Voluntad Y Malicia

Parte 2

El Señor Crawly Wawly se apoyó en el dorso de la mano de Esta y la acarició con sus patas delanteras para consolar a la mujer.

Al mediodía siguiente, Rit, Ruti y yo estábamos sentados en la plaza del pueblo ante un escenario de cajas de madera montado a toda prisa. Cada uno tenía un plato de pescado frito al curry.

Descubrir que este alimento llamado curry podía utilizarse así fue un divertido momento de descubrimiento para mí.

“Tiradores de troncos, todos y cada uno. Hombros pesados y caderas doloridas.

Sin embargo, nuestros padres pisaron aquí, Arrastrando maderos, sin romperse nunca. Seguro que nosotros podemos hacer lo mismo. Y cualquiera con motivos para quejarse, Debería bailar y cantar, bailar y cantar”.

Los aldeanos cantaban y bailaban al son del laúd y la flauta. El sonido de sus pasos sobre las cajas de madera tenía una agradable reverberación, y realmente daban ganas de levantarse y unirse a ellos.

“Red, Rit, Ruti, por favor, disfrutad”.

El anciano del pueblo nos dio a todos vasos con sidra reservada para ocasiones especiales. Había envejecido durante cuatro años.

Hoy era una fiesta para celebrar la derrota del ogrekin y la salvación de la aldea. Éramos los invitados de honor, y todo el mundo se lo estaba pasando en grande.

“Los médicos Zoltan son fuertes. Es inspirador verlo”.

“Sería estupendo que gente como tú viniera a vivir aquí. Si alguna vez te apetece trabajar el campo lejos de la ciudad, nuestra puerta está siempre abierta”.

“¡Vuelva a nuestro entrenamiento con lanzas, Sr. Red!” Personas de todas las edades vinieron a hablar con nosotros.

Salvar pueblos y ser festejado por sus habitantes había pasado a la historia desde que empezamos a tomárnoslo con calma, pero fue realmente agradable ver a todo el mundo riendo y sonriendo.

“Esto no es tan malo, de vez en cuando”.

Sorbí la sidra. Tenía un sabor dulce, como si hubiera sido elaborada con manzanas dulces, pero también tenía algo de amargo. Era una bebida agradable.

“Esto está rico”. Ruti miró su copa mientras daba vueltas a la sidra. No era una gran fan del alcohol, pero parecía disfrutar con esto. “No me gusta la cerveza ni el whisky, pero me gustan los vinos de frutas y la sidra”. Bebió otro sorbo. “Algún día quiero disfrutar del alcohol que te gusta a ti, Hermano Mayor”.

“Bueno, por ahora, creo que es seguro decir que ambos estamos bien con esto”.

“Mhm. Me alegro”.

Bebí un poco más y los dos nos reímos entre dientes.

“¡Red!”

Al oír la voz de Rit, levanté la vista. En algún momento se había ido a por más comida y me estaba llamando.

“¿Qué pasa?”

Ruti y yo nos dirigimos hacia allí. “Esto sabe muy, muy bien”.

Rit tenía un tenedor en la mano derecha que agitaba con entusiasmo. “¿Qué hace?” pregunté.

Estaba comiendo una especie de pan frito.

“¡Dicen que este es el mejor y más lujoso capricho del pueblo!” “Oh, ya veo. Pan blanco frito en aceite. Suena bien”.

“Y tiene un olor fragante. Esto fue hecho usando buen aceite”.

Ruti y yo mordimos el pan caliente. La rica y sabrosa salsa que contenía se extendió por mi lengua.

“¡¿Curry?!”

Ahora entendía por qué Rit estaba tan emocionado.

¡Qué rico!

“Pan blanco, aceite de calidad y salsa de curry. Cada uno es sin duda un ingrediente precioso en este pueblo. Puedo ver por qué es un bien escaso”.

“Es precioso, pero también es una especialidad de Sant Durant, un lujo que sólo pueden hacer porque todos los ingredientes son locales”.

Ruti y yo saboreamos el pan relleno de curry. Uno de los panecillos era un poco más grande que un puño, pero nos lo acabamos enseguida.

“Ha-ha-ha, me alegro de que os haya gustado”, dijo riendo una de las aldeanas. “¡Adelante, tenemos más, así que sirvance todos los que quieran!”.

“¿Estás segura? ¿No son una especie de rareza?”

“Está bien, está bien. ¡Esta es la aldea de Durant el héroe! ¡Siempre soñé con preparar nuestro pan especial para campeones como nuestro fundador!”

La mujer nos dio a cada uno otro bollo relleno de curry. “Gracias a ti, ese sueño se ha hecho realidad”.

Volvió a reír, mientras sus vecinos cantaban. La anciana del pueblo se había subido al escenario, se había levantado la falda y estaba bailando un magnífico zapateado.

La gente silbaba con una mano y sostenía jarras de sidra en la otra, animando.

“Esto es bueno”, dijo Rit, radiante.

Nuestras vacaciones no habían sido más que recuerdos divertidos. “¡Eeeeeek!”

Un grito atravesó la algarabía del jolgorio. “¿Qué pasa?”

Inmediatamente nos apresuramos hacia la fuente, notando un horrible hedor a medida que nos acercábamos.

“¡Ugh, esto es horrible!”

Una mujer golpeada por los excrementos de pegaso parecía totalmente mortificada.

Mirando al cielo, divisé un grupo de caballos alados volando hacia el este.

“Parece que te has quedado sin suerte… ¡Eh! ¡¿Qué estás haciendo?!”

Cuando un hombre se rió de la desgracia de la mujer, ésta agarró un montón de estiércol y se lo arrojó a la cara.

“¡Quién te ha preguntado! Ahora no tienes suerte!”

Se formó una multitud, que mantenía las distancias pero se desternillaba. “Eso es algo que no se ve todos los días”, comentó el anciano del pueblo.

¿Hmm?

“¿Es raro que los pegasos sobrevuelen el pueblo?”.

“Sí, viven en campos lejanos al oeste. Es la primera vez que veo alguno cerca de Sant Durant”.

“El oeste…” Eso me hizo pensar. “Red, ¿qué pasa?”

“Bueno, después de escuchar que los pegasi son una vista poco común en estas partes, me pregunté si tal vez los ogrekin eran similares”.

“¿En qué sentido?”

“Si esos ogrekin estaban conectados con las ruinas de los antiguos elfos, deberían haberse mantenido más cerca de la aldea en la base de las montañas que aquí”.

“Tienes razón…”

La expresión de Rit se ensombrece.

Y entonces, el cielo también se oscureció. “¡¿Qué?!”

Toda clase de monstruos alados y pájaros sobrevolaron la aldea, rumbo al este. La gente observaba estupefacta el espectáculo.

Antes de que nos diéramos cuenta, la extraña migración había pasado. Los monstruos se marcharon y el cielo volvió a quedar en silencio.

“Es como si huyeran de algo”, susurró Ruti. Tenía un mal presentimiento.

Me llamo Tisse Garland.

Soy una asesina del Gremio de Asesinos con la bendición de Asesino, y actualmente me duele el estómago por la tensa atmósfera que se respira.

“Er. Umm… ¿Qué?”

“Te digo que tus gracias son una molestia”.

Un sudor frío se formó en la frente del confuso alcalde cuando Van el Héroe le espetó bruscamente.

Todos los nobles de Zoltan reunidos se quedaron atónitos y bajaron la mirada cabizbajos. La reprimenda de Van fue demasiado brusca y carente de decoro para los dirigentes locales de Zoltan, que esperaban celebrar la victoria del Héroe sobre Dundach.

Esta hizo una mueca y sacudió la cabeza. Incluso el cardenal Ljubo, con su sonrisa congraciadora, se puso rígido. Sus ojos se movieron con torpeza.

“¡Sí! ¡Sí! ¡Van tiene razón!”

Sólo Lavender no se inmutó, y su voz fue la única que rompió el silencio en la asamblea Zoltanesa.

Qué sensación tan horrible.

Como yo era el tipo de persona a la que realmente le importaba el ambiente de un lugar, se me revolvió el estómago y quise marcharme desesperadamente.

“…Esto es… Um, mis disculpas… Somos simples campesinos alejados de las costumbres de Central… Temo que por error hayamos hecho algo que le haya molestado, buen Héroe… Espero que pueda perdonarnos”.

El alcalde hizo todo lo posible por disculparse.

Esta se apresuró a dar un paso adelante antes de que Van pudiera abrir la boca. “Por desgracia, debemos seguir nuestro camino, ya que nuestra misión es derrotar al señor de los demonios. Nos duele no poder aceptar vuestra amabilidad, pero por favor, comprendedlo. Debemos partir inmediatamente en la Vendidad, pero nunca olvidaremos vuestra cálida acogida”.

Esta bajó la cabeza tras su apresurada explicación. Intentaba suavizar las cosas tras el grosero arrebato de Van.

“N-No, en absoluto. Lo entendemos. Fuimos imprudentes al no considerar el peso de la misión del Héroe. Todo Zoltan rezará a Demis para que tu viaje termine con éxito”.

Las caras de los nobles se relajaron en sonrisas. Afortunadamente, parecía que las cosas terminarían sin alboroto.

“Ahora vámonos”. Esta se volvió hacia Van.

Por fin, Van el Héroe abandonaría Zoltan, y el problema habría terminado. Exhalé un pequeño suspiro de alivio.

“Las oraciones de los herejes caen en oídos sordos”.

¿De dónde ha salido eso?

Un frío glacial cayó sobre la habitación.

Negar las creencias de alguien era el insulto definitivo. Todo el mundo se tomaba en serio su fe hasta cierto punto. Todo el mundo era seguidor de Demis. Lanzar la palabra hereje era peligroso.

Incluso Esta se quedó sin palabras, incapaz de encontrar una solución para mantener la situación bajo control. Lanzó una mirada al cardenal Ljubo, pidiéndole ayuda.

“V-Van, mi muchacho, eso realmente no es algo apropiado para decir en un lugar como este. Estoy seguro de que tienes tus pensamientos, pero por favor, discúlpate y retira lo que has dicho”. Aunque incómodo, el cardenal transmitía una sensación de gravedad en sus palabras.

Sin embargo, Van se limitó a sonreír y negar con la cabeza. Mientras la ira y la tristeza se apoderaban de los Zoltanis reunidos, Van seguía siendo el mismo de siempre, alegre y seguro de sí mismo, totalmente desprovisto de dudas.

“No, no es necesario. Soy un Héroe que se ha entrenado como devoto. Dios me concedió la bendición de Héroe además de la de Ruti para corregir este tipo de herejía. Estoy seguro de ello”.

“Herejía es una palabra fuerte, Van.” Incluso el cardenal Ljubo estaba perdiendo la paciencia.

El rostro del alcalde Tornado palidecía mientras luchaba por ocultar su indignación.

¿Qué espera conseguir Van con esto?

Van levantó las manos sin dejar de sonreír.

“Si no estás poseído por una Bendición Divina maligna, ¡entonces sólo hay una cosa que debes hacer!”. El chico aguantó la confusión y la animosidad, imperturbable, regodeándose en ella. “¡Únete a nosotros en la lucha contra los ejércitos del señor demonio! Permanecer aquí en Zoltan es dar la espalda a las enseñanzas de Dios”.

“¿Q-Qué?”

“¡Todas las personas con dones justos del todopoderoso deben reunirse y enfrentarse al ejército del señor de los demonios! ¡Vivir sin sentido en un lugar como este es un pecado contra Dios!”

“¡¿Sin sentido?!”

“Está escrito en las Escrituras que la pereza es un pecado. Y la pereza que has cometido es el más grave de todos. Has abandonado los roles establecidos para ti por Dios, y por eso, debes arrepentirte. Con el advenimiento del Héroe, tienes el deber sagrado de luchar y vencer al mal”.

“…¿Crees que alguien de aquí querría unirse a ti después del desprecio que nos has mostrado? Tenemos una patria que proteger y nuestras propias vidas que llevar. Me temo que no podemos cumplir sus expectativas”. La voz del alcalde Tornado temblaba. Apenas podía contener su furia.

Van no pareció reaccionar de ninguna manera ante el enfado o el rechazo. Sonreía como siempre. Era desconcertante.

“Abandona tu país. ¿Qué valor tiene una nación en medio de la nada?”.

“Esta es una tierra orgullosa que nuestros antepasados trabajaron duro para construir. Héroe o no, ¡¡¡has ido demasiado lejos!!!”

“La etiqueta es algo que rige las relaciones mortales, pero yo hablo de la palabra santa de Dios”.

El alcalde Tornado y los nobles Zoltanos miraron al chico con furia, habiendo abandonado cualquier esfuerzo por enmascarar su rabia. Yo estaba tan enfadada como ellos.

Ruti, Red y los demás adoraban este lugar y Zoltan también les parecía estupendo. La vida lenta que conocí aquí estaba llena de recuerdos preciosos.

Me concentré, preparada para desenvainar mi espada en cualquier momento y detener a Van si intentaba dañar al alcalde.

Sin embargo, ni siquiera las palabras del alcalde Tornado parecieron hacer vacilar su sonrisa.

“Eso es desafortunado. Rezaré para que algún día recuperes la fe”. Van se dio la vuelta para marcharse.

“Por favor, dadme un poco de tiempo antes de partir”, dijo a los miembros de su grupo.

“¿Qué vas a hacer?”

Los ojos de Van brillaron de esperanza cuando respondió a la pregunta de Esta. “Creo que acabo de tener una revelación sobre mis deberes como Héroe. Debo actuar para salvar este mundo”.

“¿Qué estás…?”

“Voy a usar el Escudo del Rey Hada”.

“¡No seas estúpido! ¡Ljubo y yo te dijimos que eso no se usa!” “Quedarse de brazos cruzados ante semejante herejía es un pecado”. “¡E-Espera!”

Van salió corriendo, ignorando la advertencia de Esta. La persiguió frenéticamente, pero se encontró con una figura diminuta con las manos en alto.

“¡No te metas en el camino de Van!”

“¡Muévete, Lavender! Van va a intentar algo terrible, la clase de cosa que un Héroe nunca debería hacer”.

“Estoy de acuerdo. Pero, ¿y qué? Me gusta Van, ¡así que todo lo que elija está bien para mí!”

“¡Gh…! ¡Nunca debiste unirte al grupo!”

“No me importa lo que pienses de mí. ¡Tengo el amor de Van! Entonces,

¿qué va a ser? ¿Quieres pelear?” “…”

La pequeña hada que cabalgaba sobre el hombro de Van estaba invocando un poder mágico increíblemente denso.

“Ah, Esta. Para ya”. “¡Cardenal Ljubo!”

“Estoy de acuerdo en que el curso de acción de Van es problemático, pero esta será una valiosa oportunidad de aprendizaje. Un error será bueno para él, y afortunadamente, es sólo la atrasada República de Zoltan. Unas pocas pérdidas aquí no dañarán la reputación del Héroe”.

El cardenal Ljubo sacudió la cabeza, como si se tratara de una molestia sin importancia.

Luego se sentó en una silla y sacó un puro.

“¿Alguien tiene fuego? Eh, lo haré yo mismo”. Rebuscando un momento en su capa, el cardenal sacó una cerilla.

“Tú también quédate quieta, Tisse. Te mataré si te interpones en el camino de Van”, afirmó Lavender con frialdad.

“Las hadas no son exactamente mi especialidad, pero…”

Esto era más que un sprite común. Red habría deducido sus habilidades inmediatamente.

Si él estuviera aquí, tal vez podría haber empleado una estrategia mejor.

Lamenté no saber más sobre las hadas, pero eché mano a la empuñadura de mi espada.

“¿De verdad quieres hacer esto?” Escupió Lavender. “…”

No sabía de lo que era capaz, pero ver que Esta dudaba era suficiente para decirme que esto era peligroso.Sin embargo, mis amigos eran mucho más fiables que una gran hada. Sabía que podía confiarles cosas.

Un hilo salió del vestíbulo, llevando la señal de Tisse.

El Señor Crawly Wawly podía sentir las vibraciones a través de su telaraña tan intensamente como si estuviera presente en la habitación.

En lo alto de su paloma amiga, se elevó hacia Yarandrala y Danan.

Por muy poderoso que fuera un usuario de magia, no notaría una araña.

Un temblor pasó por un delgado hilo, y entonces una paloma levantó el vuelo. Eso fue todo. Que hubiera un arácnido montado en el pájaro no tenía ninguna importancia. Incluso para alguien que podía sentir las bendiciones, el Señor Crawly Wawly era sólo un guerrero corriente.

Sin embargo, esa araña era un héroe en Zoltan, en quien confiaba la chica más fuerte del mundo.