Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 8

Capítulo 5: Las Pruebas Del Héroe

Parte 1

La carretera entre el distrito portuario y la zona obrera de la ciudad estaba abarrotada de comerciantes, artesanos, jornaleros y demás. Iban de compras por la noche después del trabajo, se dirigían a tabernas baratas o simplemente volvían a casa.

Aquel bullicio no era nada comparado con el de la capital, por supuesto, pero ésta seguía siendo una de las calles más concurridas de Zoltan. Y un muchacho vestido con armadura y con una espada en la cintura estaba de pie justo en medio de la vía pública. Era una molestia horrible, pero era un forastero desconocido y estaba equipado para la batalla, así que nadie dijo nada. Ignoró las numerosas miradas de fastidio que le lanzaron.

“De acuerdo.”

Van levantó su escudo.

Era un tesoro que había reclamado de la guarida de los dragones de sal: el Escudo del Rey Hada.

El objeto había sido hechizado con muchos poderes, uno de los cuales era el hechizo Enviar Sugestión.

El efecto difundía magia de control mental de baja potencia por una amplia zona utilizando la telepatía. No era lo bastante potente como para apoderarse por completo de la mente de alguien, ni podía obligarle a suicidarse o a enamorarse de otra persona que no le interesara.

Todo lo que podía hacer era sugerir. El hechizo susurraba en el fondo de la mente, preguntando: “¿No sería mejor que hicieras esto?”.

Si un individuo afectado se negaba inmediatamente, el poder se disipaba. Sin embargo, la baja potencia del hechizo le otorgaba ciertas ventajas sobre magias más poderosas como Dominar.

La magia de control mental era muy propensa a ser resistida, y sus efectos sólo duraban poco tiempo. Aunque Dominar era un hechizo de alto nivel, no podía afectar a nadie de nivel igual o superior al del usuario. Incluso si tenía éxito, sus efectos desaparecían al cabo de un minuto. Esto limitaba mucho su uso. Hechizos de control mental más débiles aún podían ser desafiados, y su potencia expiraba con la misma rapidez. Sin embargo, como la manipulación era menor, una persona no se daría cuenta de que había sido afectada, siempre y cuando la orden fuera natural.

Alguien que no supiera que estaba siendo controlado no podría resistirse, e incluso después de que la magia se desvaneciera, seguiría actuando según las instrucciones porque creía que era su elección.

“Esta dijo que nunca usara esto, pero ignorar un poder tan maravilloso sería extraño”.

Van percibió en el escudo una gran posibilidad. Creía que todos los herejes eran desgraciados y que el escudo tenía el poder de salvarlos y guiarlos de vuelta al camino de la fe recta. ¿Qué razón podía haber para no utilizarlo?

Esta afirmaba que no había valor en la creencia provocada por la magia. Sin embargo, una oración era una oración. ¿Qué diferencia de valor había para Dios? Los inquisidores utilizaban el látigo para arrancar la fe. Ya fuera con palabras, agonía o hechizos, el pensamiento humano no tenía sentido cuando se contraponía al amor de Dios. Todo lo que importaba era que todo existía de acuerdo con las Bendiciones Divinas, la prueba de la benevolencia divina de Dios.

Van activó el Escudo del Rey Hada.

Su mensaje debía ser “Reúne tu coraje y lucha contra el ejército del señor demonio con el Héroe”.

Sin duda, todos los presentes deberían haberse planteado esa idea antes. Toda esta gente seguramente se había preguntado si era correcto para ellos holgazanear pacíficamente mientras otros luchaban en tierras lejanas. El Escudo del Rey Hada les daría el valor para vivir según la voluntad de Dios.

El Héroe era una Bendición Divina destinada a salvar el mundo. Por eso incitaba a la gente a luchar, a gastar sus vidas. Todo estaba al servicio del designio de Dios.

Ahhh, qué mundo tan maravilloso.

Levantando el escudo, gritó su orden.

“Reúne tu coraje y lucha contra el ejército del señor demonio con el Héroe”. El estallido atrajo muchas miradas, y el escudo brilló.

“¡Atadura de Espinas!”

Sin embargo, antes de que la magia pudiera terminar, unas lianas envolvieron a Van.

“?!”

El cuerpo del chico quedó atrapado y el hechizo falló. “Eso es suficiente, Héroe.”

“¡¿Quién eres?!”

De entre la multitud surgió una alta elfa que blandía un bastón.

“Sólo una mujer que vive en Zoltan”. Yarandrala esbozó una sonrisa intrépida. “En todas las tierras, el uso del control mental en un ciudadano es un delito grave. Debes saberlo”.