Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 8

Capítulo 3: Todo Por Bendiciones Divinas

Parte 1

Los tres regresamos primero a la cabaña para tomar un sencillo almuerzo. Hecho esto, nos pusimos el atuendo de viaje antes de partir del pueblo.

Con el muro de Sant Durant a nuestras espaldas, nos aventuramos en un bosque sin senderos, una caminata un poco dura.

Había un poco de técnica para moverse por terrenos obstaculizados por enredaderas, raíces de árboles y hojas podridas.

“Después de tomárselo con calma durante un tiempo, un paseo más desafiante es divertido. Realmente da un sentido de aventura a las cosas”.

La bendición de exploradora espiritual de Rit se adaptaba bien a un entorno como este, así que se puso en cabeza, buscando señales del ogrokin.

“Aún no hay rastro de ellos”, comentó.

“Tal vez ese leñador realmente estaba imaginando cosas… Lo siento, puede que nos haya metido en nada”.

“Está bien, está bien. Un error sería preferible a monstruos reales”. La voz de Rit era alegre.

Ruti asintió. “Tiene razón. Además, es divertido ir de excursión contigo”. Se agachó para evitar una telaraña. “Una telaraña tan grande para una araña tan pequeña.”

Antes, cuando aún estábamos en el viaje del Héroe, habría dejado de lado algo así sin miramientos. En estos días, Ruti parecía tener interés por todas las criaturas que viven en la naturaleza.

Era como si estuviera compensando todo el tiempo que el mundo había sido aburrido y gris para ella mientras se veía obligada a salvarlo. Ahora todo era brillante.

Rit se detuvo de repente. “Red”.

“¿Hm? ¿Has encontrado algo?” Me acerqué a ella.

“Mira esto.”

“Hmm. Huellas… Parece que Ginny no se imaginaba las cosas.”

“Mhm. Definitivamente son huellas de ogrokin, pero…” La consternación era evidente en la cara de Rit mientras continuaba. “Está claro que estaban tratando de disimular sus huellas.”

“Tienes razón. Intentan borrar las pruebas de su presencia”.

Eso significaba que se movían mientras intentaban pasar desapercibidos.

Los aventureros lo hacían todo el tiempo. Especialmente cuando espiaban un nido de monstruos.

“Aunque los ogrekin normales no hacen nada de eso”.

“Cierto. Es difícil imaginar criaturas a las que no se les ocurriría blandir un palo borrando sus huellas”.

Habíamos hecho bien en investigarlo.

“Quizá deberíamos empezar a investigar un poco más en serio”, sugerí. “¡Entendido!”

“Mhm.”

Es hora de ponerse serios.

Aceleramos el paso e inspeccionamos rápidamente los alrededores de la aldea. Al hacerlo, descubrimos huellas de ogrokin camufladas que se extendían por una amplia zona. Eso descartaba cualquier posibilidad de que se tratara de un único ogrokin inusual con la costumbre de borrar sus huellas.

“Basándome en el número de huellas, supongo que son unos treinta”. Las cosas eran mucho más serias de lo que se creía al principio.

Normalmente, los ogrekin atacaban inmediatamente si querían atacar un asentamiento. No pensaban en qué tipo de resistencia encontrarían. Sin embargo, estos estaban tomando observaciones cuidadosas, y de un pueblo tan pequeño.

Estos no son ogrekin normales.

Volvimos a Sant Durant. “¡Sr. Red!”

Aldeanos armados y blindados nos estaban esperando. Como no podían contar con la protección de Zoltan, habían desarrollado un sano sentido del peligro inminente.

“La situación ha cambiado. Lo mejor sería reunir a todos en la aldea y que se refugien juntos”.

“¡¿Qué?!”

La gente se miró entre sí, con la confusión patente en sus rostros.

No iba a ser fácil convencerles de lo peligrosa que era la situación, ya que Sant Durant había conocido la paz durante mucho tiempo. Era de esperar su confusión e incredulidad.

Ahora bien, ¿cómo debo explicarles las cosas para que las entiendan…?

Sin embargo, mis preocupaciones resultaron innecesarias.

“Entendido. Reuniremos a todos y los pondremos a salvo. No hay ninguna casa lo suficientemente grande para todo el pueblo, así que tendremos que repartir a la gente entre las casas de alrededor de la plaza principal. ¿Te parece bien?”

“Eso debería estar bien. Esos edificios están lo suficientemente cerca como para que alguien grite si hay algún problema. Y si algo le pasa a una casa, los de las otras deberían reconocerlo pronto”.

“¡Muy bien, todos, corramos la voz!” “””¡De acuerdo!”””

Los aldeanos se pusieron rápidamente manos a la obra.

La evacuación y el refugio avanzaron a buen ritmo, y los propietarios de las casas que serían los refugios accedieron rápidamente a cooperar.

Incluso en los viejos tiempos, cuando luchábamos contra el ejército del señor demonio y teníamos la reputación del Héroe a nuestra disposición, conseguir que todos confiaran en nosotros con la rapidez suficiente para evitar cualquier daño era difícil.

Con suerte, esto significaría que las cosas podrían resolverse sin heridos ni muertos.

Expliqué la situación a los aldeanos y elaboré un plan para proteger a Sant Durant.

“Creo que todo irá bien, pero deben prepararse para perder algo de ganado y cosechas. Daremos prioridad a proteger a los ciudadanos por encima de todo”.

“Lo entendemos. Lo más importante es que todos sobrevivan”.

“Rit y yo buscaremos la guarida de los ogrekin y acabaremos con ellos. Mi hermana se quedará en la aldea para ocuparse de la defensa, así que no tienes de qué preocuparte”.

“¿Esa chica que cortó un árbol con una ramita? Eso es tranquilizador. Gracias… Por favor, ten cuidado”.

“Estaremos bien. Déjalo en nuestras manos”, respondí tranquilizador.

Rit y yo volvimos a salir de Sant Durant cerca de las cuatro de la tarde. El cielo se había nublado bruscamente y empezó a llover.

“El tiempo cambia rápidamente en las montañas”. “Al menos aún no es invierno”.

Rit y yo nos subimos las capuchas de los abrigos.

“Por aquí.” Rit estaba siguiendo más huellas. Gracias a ella, pudimos avanzar por el bosque sin perder el rastro.

“Son bastante buenos ocultando su camino. Si esto no fuera un bosque, podría haberlos perdido”.

“¿Estos ogrekin son tan capaces? Entonces no podemos permitirnos descuidarnos”.

Los ogrekin ordinarios no habrían supuesto una amenaza, pero los monstruos tenían bendiciones como cualquier otra criatura viva, y podían hacerse fuertes matando.

Era increíblemente raro que un monstruo naciera con una poderosa bendición, pero había algunas excepciones conocidas.

Una vez maté a un trol de las heladas con una bendición de Maestro de armas. Llevaba una espada en la boca.

“Me gustaría terminar esto rápido, ya que Van el Héroe está cerca. Si no resolvemos esto pronto, la noticia llegará a Zoltan, y Van podría verse obligado por su Bendición Divina a venir a ayudar.”

“Eso sería malo. Tendremos que asegurarnos de terminar con esto ahora”.

Rit tocó la empuñadura de uno de los shotels que llevaba en la cintura. Sus fieles espadas estaban decoradas con plumas de grifo. No eran armas mágicas antiguas y legendarias que descansaran en alguna cripta olvidada, sino el producto de la artesanía Loggerviana.

No importaba a qué enemigo nos enfrentáramos, sabía que podía contar con Rit para cubrirme las espaldas.

“Por aquí.” “Entendido.”

Nos adentramos en el bosque, con Rit a la cabeza.

“Sabes”, murmuró Rit mientras se concentraba en el suelo por donde caminaba. “Me sorprendió lo cooperativos que eran los aldeanos”.

“A mí también. Me alegro de que decidieran confiar en nosotros y refugiarse. Proteger un asentamiento de gente dispersa habría sido un reto, incluso para Ruti. Ella nunca perdería, por supuesto, pero no puede estar en dos sitios a la vez. Si hubiera habido dos ataques en extremos opuestos de Sant Durant, alguien habría resultado herido”.

Ruti era la persona más fuerte del mundo, pero sólo era una chica.

Hacía falta valor para abandonar inmediatamente la casa y los campos para refugiarse.

Los habitantes de Sant Durant eran valientes.

“Todo es porque salvaste a Kate”. Rit sonrió. “Puede que haya sido casualidad, pero esa operación les ha convencido a todos. Y como confían en ti, podemos resolver este asunto del ogrekin sin bajas. Puede que tu espada y la mía sean las que maten al monstruo, pero es la amabilidad de Red el boticario lo que realmente rescató a la aldea”.

Rit sonaba feliz. Estaba tan contenta de que yo tuviera la confianza de Sant Durant que casi parecía que pensara que era ella y no yo.

En cualquier caso, me alegró verla tan contenta.

Hacía tiempo que había abandonado la vida de caballero, pero al menos quería ser un hombre del que Rit se sintiera orgulloso.

Dejamos de hablar y nos centramos en rastrear. Al cabo de un rato, la dirección del viento cambió.