Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 8

Capítulo 2: Unas Largas Vacaciones

Parte 5

El polvo que me habían regalado era aparentemente una mezcla de guindilla y pimienta negra. Sin duda, de ahí procedía el picante. Sin embargo, esa mezcla de especias no era simplemente picante. La mezcla de pimienta molida creaba un sabor distinto.

“Parece que hay al menos otros cuatro sabores”. “¡Déjame probarlo!”

“Por supuesto, sírvete”.

Empecé a pasarle la cuchara a Rit, pero… “Ahhh.”

…Rit abrió la boca expectante. “Asegúrate de soplar primero”. “Está bien, está bien.”

Con una sonrisa irónica, alimenté a Rit como ella quería. A veces se comportaba como una niña mimada.

“Hmmm… ¡Me gusta este sabor!”

A Rit le debió de gustar el sabor porque abrió la boca para tomar otra cucharada.

“Comamos bien el resto”, dije. “Bieeeeeeen.”

“Hace buen tiempo, ¿qué tal si salimos fuera?”. “Secundo esa idea”.

Puse el pollo al curry, la ensalada de pollo que había preparado de antemano y un poco de agua fresca del pozo sobre la mesa del patio.

Saboreamos el curry marrón picante mientras admirábamos las verdes montañas de la primavera.

“Este curry va con pan y pasta, ¿verdad?”

“Puede, sí. Tenemos pan para hoy”.

“Me pregunto cómo sabrán juntos. Ohhh, ¡es genial!” Rit empezó a comer más rápido.

Parecía realmente una fan.

“En la tierra natal de Durant, supuestamente también comían curry con arroz. Lástima que aquí no podamos conseguir arroz”.

“No podremos recrear el estilo de curry de Durant hasta que Zoltan importe algo de arroz”.

“Me gustaría probarlo alguna vez”, dijo Rit, y yo estuve totalmente de acuerdo.

“Al parecer, el curry sólo se prepara para las celebraciones en Sant Durant, pero todos los ingredientes necesarios son locales. Podríamos volver aquí cuando tengamos arroz”, sugerí.

“¡Hurra!”

“Yay.”

Rit y Ruti vitorearon.

Un pequeño asentamiento como éste nunca habría sido una parada durante el viaje del Héroe.

Pero el tiempo que pasamos en Sant Durant fue alegre y lleno de sonrisas, y la comida estaba absolutamente deliciosa.

Se había montado un bufé en un restaurante cercano al centro de Zoltan para celebrar la llegada de Van el Héroe, el cardenal Ljubo y Escarlata la guerrera que hizo retroceder al rey celestial del agua.

“Pensar que llegaría el día en que nuestro humilde Zoltan recibiría al Héroe y a un cardenal. Y Escarlata, la noticia de tus valientes ha llegado incluso a nuestro lejano hogar. Estamos realmente honrados de ofrecerte este simple respiro en tu valiente búsqueda”.

Con ese brindis, el alcalde Tornado levantó su copa. Todos los nobles Zoltanos que le rodeaban levantaron también las suyas.

“Salud”.

Se oyeron tintineos mientras todos brindaban alegremente.

La visita del Héroe a Zoltan era un acontecimiento impensable. Como tal, todos los aristócratas locales que soñaban con una vida gloriosa en Central saltaron ante la oportunidad de asistir.

“Oh-ho-ho. Después de estar enfermo en ese horrible barco, hoy comeré y beberé hasta hartarme”. El cardenal Ljubo esbozaba una desaliñada sonrisa en su enorme rostro mientras se apoderaba de toda la comida y el alcohol que se alineaban ante ellos.

“Y después de una buena comida y bebida, el siguiente paso es una mujer justa… Estoy seguro de que el reputado noble con el que hablé antes proporcionará… Geh-heh-heh”.

Antes de que Van partiera de la fortaleza de la Última Muralla, Ljubo se había mantenido abstinente. Sin embargo, ahora que se le presentaban oportunidades, se estaba volviendo más descuidado y suelto.

Qué vulgar…

Esta no pudo reprimir una risita irónica ante aquel hombre indisciplinado.

Cuando era Teodora, se habría enfurecido, preguntando cómo Ljubo podía llamarse a sí mismo miembro de la Iglesia…

Supongo que una persona vulgar es probablemente más fácil de tratar en el viaje del héroe que un sacerdote de altas miras.

La experiencia de Esta viajando con Gideon y los demás le dio una perspectiva más flexible.

Además, hay un problema mayor.

Esta miró a otra persona y suspiró. El chico que se suponía que era el núcleo de su grupo, Van el Héroe, no hacía ningún esfuerzo por ocultar su disgusto. Adoptaba una actitud impolítica con cada noble que le saludaba.

Incapaz de soportarlo, le llamó. “Hey, Van.” “¿Qué pasa, Esta?”

“Hablemos fuera un momento”.

“¡Con mucho gusto! Estaba pensando en salir yo mismo”.

La respuesta de Van fue emocionada. Lo suficiente como para que le oyeran los que estaban a su alrededor.

Esta gimió mientras se llevaba el dedo a la frente.

Debería haber aprendido la etiqueta básica en el monasterio, pero su comportamiento fue horrible.

Los dos se fueron a una terraza del segundo piso, lejos de todo el mundo.

“Hahhhh… Escucha, Van, no te diré que actúes como si estuvieras disfrutando, pero ¿podrías por favor tratar de ocultar algo de tu disgusto?”.

“¡Oh, es la charla de siempre!”

La expresión de Van se transformó de inmediato. Ahora parecía como si estuviera disfrutando de algo.

“¿De verdad te gustan tanto mis regaños?”

“Por supuesto. Como Héroe inexperto, hablar con un Cruzado con tan alto nivel de bendición siempre vale la pena.”

Esta frunció el ceño al darse cuenta de que lo decía en serio y no se estaba comportando como un simple educado.

Nunca le había convencido de que cambiara de opinión sobre nada. Había llegado un punto en el que casi se preguntaba si valía la pena intentar conversar con el chico. Cada vez le costaba más comprenderle.

Sin embargo, ella no le había llamado para eso.

“Van, estas son las personas que nos ayudarán a llevar la Vendidad. Intenta ser más considerado y respeta sus sentimientos”.

“¿Respeto?”

“Sí. Hoy han organizado esta fiesta para celebrar tu llegada. No digo que tengas que ir por ahí luciendo la falsa sonrisa de un noble Veronianos, pero intenta no parecer tan molesto”.

“Hmmm. ¿Por qué están celebrando una fiesta para el Héroe en primer lugar?”

“¿Por qué? ¿Qué tiene de raro que la gente exprese su gratitud y admiración?”.

“El Héroe salva a la gente porque así lo ha decidido Dios. No es algo que requiera aprecio, ¿verdad? Todo esto es un desperdicio”.

“Tal vez lo sea para ti, pero otras personas lo ven de otra manera. El Héroe inspira a la gente, dándoles el valor para oponerse al mal”.

Esta no esperaba que Van aceptara todo lo que estaba argumentando, pero la idea de que el Héroe inspiraba valentía coincidía con la interpretación de la Iglesia. Ella esperaba transmitir sus propias ideas a través de esa conexión.

Sin embargo, Van sacudió la cabeza con la mirada perdida. “No, eso está mal.”

“¿Qué? Estoy segura de que has leído la doctrina de la Iglesia. Está bastante claro que una de las responsabilidades del Héroe es animar a la gente a luchar. Hay momentos en que el Héroe debe guiar a otros a la batalla. Es importante entender y respetar lo que la gente siente y asumir la responsabilidad de cualquier curso de acción que elijas”.

“He leído la interpretación de la iglesia de las Bendiciones Divinas. Con la aparición del Héroe, la gente tiene la responsabilidad natural de levantarse valientemente y luchar junto al campeón de Dios.” Ninguna emoción coloreó las palabras de Van. Habló simple y llanamente.

“¿Eh…?”

“El advenimiento del Héroe significa que otros tendrán que luchar a su lado y morirán como resultado. Tal es la voluntad de Demis, así que es natural que luchen valientemente. Del mismo modo, se espera que perezcan como resultado de esa valentía. No hay necesidad de gratitud o admiración. Todo lo que se necesita es fe en Demis. No hace falta nada más”.

“… ¿Así que no sentirías nada por enviar a la muerte a gente que lucha por ti?”.

“Yo no lo haría. El martirio es una muestra de fe. La gratitud es impura”.

Esta era plenamente consciente de que había una enorme distancia entre ella y el chico con el que viajaba.

Dos días después, en el pueblo de Sant Durant… “¡Buenos días!”

…la alegre voz de un chico del barrio sonó desde la entrada.

Al abrir la puerta, vi al niño de pie con una cesta llena de verduras, huevos y pescado seco.

“Gracias.”

Le di al chico una moneda de cobre de propina y recibí la cesta. “¡Muchas gracias, Sr. Red! Volveré mañana”.

Verle darse la vuelta y marcharse alegremente me pareció reconfortante. Me dirigí a la cocina para guardar la comida regalada.

Hoy iba a ser otro buen día.

Tras terminar de desayunar, Ruti, Rit y yo decidimos dar un paseo más allá del pueblo hasta la hora de comer.

Caminamos hacia las montañas, disfrutando de un paseo por los campos primaverales.

La brisa iba y venía, transportando aromas florales por el aire. Disfrutando de su comodidad, entrecerré los ojos con alegría.

“Este es un bonito pueblo”, dijo Rit, sonriendo. “Sí, lo es.”

Sonreí con ella.

Ruti estaba agachada mirando una abeja que se había detenido en una flor.

“Tan esponjoso”.

Parecía contenta de verlo volar con polen por todo el cuerpo.

“Transportan el polen para las plantas estacionarias. Tanto el néctar como el polen son alimento para las abejas, que son una parte crucial del ciclo vital de las flores. Las abejas también propagan las hortalizas que crecen aquí”.

“Es asombroso. Las abejas sólo trabajan para sus colmenas, pero ayudan a todas las plantas y también a nosotros”.

Ruti se quedó mirando a la abeja mientras se marchaba.

Como Héroe, se había visto obligada a vivir su vida para los demás, así que quizás vislumbró algo especial en la forma de vivir de los pequeños insectos.

“¡Fórmense!”

De repente, oímos una voz alzada. “¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!”

Varios más respondieron al unísono.

Eso suena a… ¿entrenamiento?

Persiguiendo los ruidos, descubrimos a un grupo de niños reunidos en un claro. Estaban practicando con lanzas.

“Entrenamiento de combate, eh”.

Las tierras salvajes más allá de los muros de cualquier aldea eran el hogar tanto de animales como de monstruos.

Ninguna criatura poderosa merodeaba por el bosque, pero para ser un asentamiento tan alejado de Zoltan, los lugareños no podían contar con nadie más que con ellos mismos para obtener ayuda.

Vistas como ésta no eran excepcionalmente infrecuentes. De hecho, casi todos los que vivían en este mundo aprendían a luchar para desarrollar su bendición. Cada niño de la aldea aprendió lo básico de empuñar un arma.

Aunque en mi caso, ya me había adentrado en el bosque y había matado a un monstruo solo cuando tenía edad para las prácticas de combate, así que no había tenido mucho entrenamiento.

“Esa es la Escuela de Loto.”

El mayor de los niños estaba leyendo un libro de entrenamiento para el estilo de lucha que había escrito Yarandrala. En concreto, el chico estaba repasando cómo utilizar una pértiga a modo de lanza.

Consultando aquel viejo y gastado libro, los niños intentaban enseñarse a sí mismos los fundamentos del combate con armas de asta.

“¡Ah! ¡El chico de esta mañana está ahí!”

El niño que nos trajo los ingredientes evidentemente había participado en el entrenamiento.

Sujetaba una lanza sencilla, demasiado grande para alguien de su edad, y ensayaba estocadas y golpes por encima de la cabeza.

“Qué encantador”, comentó Rit mientras observaba.

La mayoría de los niños no parecían estar blandiendo sus lanzas, sino más bien siendo zarandeados por sus armas. Sin embargo, su seriedad era encantadora.

Nos sentamos a la sombra de un árbol y nos tomamos un descanso para ver a los niños practicar un rato.

Los balanceos que habíamos hecho juntos en el campo de entrenamiento hace poco empezaron a parecer casi nostálgicos.

No había pasado tanto tiempo, pero ahora parecía como si hubiera ocurrido en un mundo diferente.

“¡Noventa y ocho! ¡Noventa y nueve! ¡¡¡Cien!!!”

Al terminar sus cien repeticiones, los niños dejaron sus lanzas en el suelo y se sentaron.

“Tan cansado”.

“Me duelen los brazos”.

Jugueteaban y se empujaban. El agotamiento no les quitaba el ánimo. “¡Oh, es el Sr. Red!”

El chico se dio cuenta de que estábamos sentados a la sombra. “¿Sr. Red? ¡¿Te refieres al doctor que es de Zoltan?!”

Los niños que parecían cansados momentos antes se levantaron y se apresuraron a acercarse.

Realmente están llenos de energía.

“Hola. No soy médico. Soy boticario”.

“¡Hola, señor! ¡¡Pero mi padre dijo que usted era un gran médico de Zoltan!!”

“¡Mi padre también lo dijo!” “¡Un médico famoso!”

Todos los niños clamaban bulliciosamente.

Las palabras de sus padres probablemente tenían más peso que cualquier cosa que yo dijera.

Detrás de mí, Rit y Ruti se reían.

“Eh, ¿no tienen que seguir practicando?” “¡Ah, claro!”

Se apresuraron a recuperar sus lanzas y luego hicieron ademán de volver hacia nosotros para reanudar el entrenamiento.

Ejecutaron    sus    técnicas    bien    ensayadas   como  si  esperaran impresionarme.

Son demasiado adorables…

“Probablemente sería un poco mejor si lo sostuvieras así”. “¡Mm!”

“Tu pie de pivote se está desplazando. Deberías prestar un poco más de atención a tu centro de equilibrio”.

“¿Así?”

“No tienes que hacer tu movimiento ascendente tan dramático. Una lanza es larga, así que incluso con un balanceo más pequeño, sigue teniendo mucha fuerza detrás”.

“¡Okay!”

Antes de que nos diéramos cuenta, los tres habíamos participado en el entrenamiento.

“Ya tienes un buen dominio de lo básico, así que probablemente deberías estudiar más sobre la lucha con lanza para igualar tu bendición de Gladiador”.

“¡¿Ehhh?! ¡¿Cómo supiste mi bendición?!”

Ver lo asombrado que estaba me hizo sentir como si hubiera hecho un truco de magia.

“Porque he estudiado mucho”.

“¡Increíble! Si estudio en Zoltan, ¡¿podré hacer eso también?!”

“Podrías, si trabajas duro. Pero significaría separarte de tu mamá y tu papá”.

“Ah… no quiero eso… ¡tal vez no, entonces!”. El chico sonrió, tímido. “Sin mí, no habrá gente suficiente para cuidar los campos”.

Era un poco tímido, pero el niño tenía una sólida comprensión de las cosas.

Los callos de su mano derecha no eran de combate, sino que se habían formado con aperos de labranza.

Sin duda, ayudaba en las tareas cotidianas.

La bendición Gladiador tuvo un periodo difícil alrededor del nivel 10, pero para aquellos capaces de superarlo, se convirtió en una poderosa bendición que otorgaba la fuerza suficiente para convertirse en un aventurero de primera categoría.

Para los que se proponían ser héroes, el orden que adoptaban en sus habilidades era crucial. Sin embargo, este chico no aspiraba a una vida en la que estuviera constantemente subiendo de nivel en la batalla.

“Para las habilidades, puedes subir un nivel en Proficiencia de Arma: Lanza, uno en Ojo Crítico y uno en Parar. Luego puedes poner tres niveles en Aumento muscular y Aumento de resistencia. Después, si consigues Arte marcial: Impacto de Espada, no deberías tener que preocuparte demasiado por perder contra los monstruos de Sant Durant”.

“¡¿En serio?! ¡Gracias! ¡No había nadie en el pueblo que pudiera enseñarme sobre la bendición de un Gladiador!”

“¡Genial! Enséñame a mí también”.

“¡Yo también! ¡Yo también!”

“Muy bien, muy bien. Que todo el mundo espere su turno”. “¡Sí!”

Los otros niños tenían las bendiciones de Guerrero, Soldado, Mago y Monje.

Algunos de los niños aún no habían descubierto sus Bendiciones Divinas. Para ellos, me limité a repasar las nociones básicas sobre qué tipo de habilidades debían adquirir.

“¡Es usted increíble, Sr. Red!”

Era divertido enseñar a los niños de vez en cuando.

Rit y Ruti parecían estar disfrutando de unos niños tan abiertos y expresivos. Después de un tiempo…

“¡Oy!”

…alguien llamó a los niños.

El hombre que había estado de guardia en la puerta de Sant Durant se acercaba.

“Se dice que los ogrekin fueron vistos fuera de la aldea. Para estar seguros,

¡vuelvan a casa!” “¡¿Ogrekin?!”

Los niños estaban conmocionados.

“Vamos, no causes alboroto. ¡Vuelve ahora mismo!” “¡Bieeeeen! ¡Gracias por enseñarnos, Sr. Red!” “¡Nos vemos, Sr. Red!”

“¡Adiós, adiós!”

Todos los niños se despidieron alegremente mientras corrían hacia el pueblo.

“Ha-ha, parece que te han cogido cariño”, comentó el guardia.

“Tropezamos con su entrenamiento, y una cosa llevó a la otra… Resultó ser bastante divertido”, respondí.

“Cuidar niños puede ser un cambio de ritmo divertido”. “Aunque no tanto si lo haces todos los días”.

“Mi hijo cumple cinco años este año y es una pequeña bola de energía. Ya no puedo seguirle el ritmo tan bien”, respondió el hombre con una sonrisa.

Su sonrisa dejaba claro que amaba a su hijo de todo corazón. “Entonces… ¿Qué es eso de ogrekin?”

“Ah, cierto. Ginny la leñadora mencionó haberlos visto. Ella es el tipo de persona que confundiría un arbusto marchito con un goblin, pero es mejor prevenir”.

Los ogrekin eran una subespecie más pequeña de los ogros, normalmente de no más de dos metros de altura. Eran físicamente más fuertes que las personas, pero poseían poca inteligencia y no utilizaban armas ni herramientas.

Supuestamente, eran el resultado de la mezcla de ogros con humanos, pero no había constancia de que hubiera nacido un niño de esa unión. Su nombre derivaba simplemente de su parecido con los ogros propiamente dichos, e incluso si no tenían ninguna conexión con los humanos, seguía siendo una teoría comúnmente aceptada que estaban estrechamente relacionados con los ogros.

“¿Aparecen ogrekin por aquí a menudo?”

“De vez en cuando. Normalmente no pasa nada, y no pasan tan cerca del pueblo, pero es peligroso salir a pasear en un grupo pequeño. Hace seis años se comieron a una familia en una casa a las afueras de Sant Durant”.

“Eso da miedo”.

“Probablemente sea mejor que vuelvas a tu cabaña. Los jóvenes del pueblo saldrán a patrullar”.

Los Ogrekin no eran criaturas especialmente fuertes, lo suficientemente débiles como para que un grupo de rango C de Zoltan pudiera con ellos.

Y si fuera Zoltan, me lo tomaría con calma y confiaría el problema a otro. Sin embargo… la milicia de Sant Durant no estaba formada por guerreros de oficio; eran agricultores voluntarios.

“¿Tal vez debería investigar las cosas?”

“¿Qué? N-No, no podríamos pedirle eso a un visitante…”

“Será sólo por hoy. Si no encuentro nada, los dejaré el resto a ustedes. Será una buena manera de explorar un poco fuera de Sant Durant”.

“¿Explorar los alrededores? Me oíste decir que había ogrekin merodeando,

¿verdad?”.

“A pesar de mi aspecto, he visto bastante acción”. “Hmmm.”

No hay necesidad de parecer tan dudoso.

“No pasa nada”. Ruti levantó la mano y se puso delante de mí. Llevaba un palo delgado en la mano. “Mira esto.”

“¿De acuerdo?”

Ruti tomó aire y bajó la rama con fuerza.

“¿Eh?” El tipo no parecía entender el sentido del gesto inicialmente. Detrás de él, se oyó un fuerte estruendo. Se giró bruscamente. “¡¿Q-Qué fue eso?!”

Un gran árbol se había partido por la mitad y los dos trozos se desmoronaban. Ruti había soltado un tajo al vacío, blandiendo la rama como una espada.

Algunos luchadores podían conseguir resultados similares con una cuchilla adecuada, pero mi hermana pequeña era probablemente la única persona en el mundo que podía lograrlo con un trozo de madera sin filo.

“Somos bastante fuertes”. “Ya veo…”

El hombre tragó saliva y asintió repetidamente en reconocimiento de la exhibición de Ruti.