Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 8

Capítulo 1: Transmitir El Sentido De Una Vida Pausada

Parte 3

Yarandrala no parecía estar bromeando.

¿Quizá una noche de espera no le parece tanto a un alto elfo?

“Tenía muchas ganas de esto, después de todo”.

Yarandrala esboza una alegre sonrisa. Poco después llegaron dos personas más.

“Hermano Mayor”.

“Buenos días, Red, Rit, Yarandrala.” “Buenos días Ruti, Tisse.”

Ruti y Tisse iban vestidas para una actividad al aire libre. Ruti se apresuró a llegar a mi lado.

“¿Estuviste esperando mucho tiempo?”, preguntó. “No, acabamos de llegar”.

“Nnh.” Ruti asintió como si le complaciera saberlo.

Evidentemente, había planeado llegar justo después que Rit y yo porque quería preguntarnos si llevábamos tiempo esperando.

¿Lo leyó en un cuento o algo así?

Que sea capaz de predecir mis movimientos al segundo…

¡Es adorable lo mucho que quiere a su hermano mayor!

Tisse me observó con una expresión un poco extraña, pero no se podía negar el hecho de que Ruti era adorable, así que no vi ningún problema.

“Estoy deseando practicar contigo”.

Ruti y Tisse se unieron a nosotros para el campo de entrenamiento especial.

Cuando Ruti se enteró de que estaríamos fuera tres días, se negó a que la dejáramos fuera.

“Querer hacer entrenamiento de combate con la Srta. Ruti… Eres muy valiente, Red”.

Tisse estaba impresionada.

Ruti era la más fuerte de la humanidad. Aunque luchara sólo con una espada y no usara magia ni ninguna habilidad de su bendición de la Nueva Verdad, sin duda ganaría.

“Yo fui quien le enseñó a usar una espada. Un maestro tiene que ser capaz de entrenar con su alumno, ¿no?”. Le contesté.

“Cierto. El Gran Hermano es mi maestro. Soy fuerte gracias a él”. Ruti estaba más orgulloso de eso que yo.

“Es cierto que su estilo y el de la señorita Ruti comparten algunas similitudes, pero las teorías que los sustentan difieren significativamente”.

“Bueno, Ruti es un genio, después de todo. Tomó las técnicas del Caballero Bahamut que le enseñé y las hizo suyas”.

Aún recuerdo claramente cómo la instruía en el manejo de la espada.

A pesar de no haber empuñado nunca un arma, Ruti absorbió todo lo que le enseñé como una esponja.

Como oficial de los Caballeros de Bahamut, había instruido a muchos reclutas, pero ningún alumno se aficionó al arte tan bien como mi hermana pequeña.

Enseñarle algo una vez era suficiente para que comprendiera los fundamentos. Después de una segunda vez, podía aplicar los conocimientos a situaciones del mundo real. Y a la tercera, podía señalar los defectos de sus instructores.

Nuestra batalla contra el ejército del señor de los demonios ya había comenzado cuando empecé a darle clases. Cuando Ares se unió a nosotros y abandonamos la capital, Ruti era una maestra que podría haber abierto su propio dojo y nadie se habría inmutado.

“Recuerdo cada palabra y cada momento contigo. Así que todas las cosas que me enseñaste son muy fáciles de entender”.

Ruti parecía orgulloso de ello.

Qué linda.

Tisse frunció los labios.

“Ah, parece que por fin ha llegado la última persona”, observó Rit, señalando.

Al darme la vuelta, vi a un hombre corpulento que, incluso a distancia, era claramente corpulento. Su manga derecha ondeaba con la brisa.

“Hola.” Danan sonrió.

“Y pensar que el tipo con el que se supone que tienes que entrenar se va a unir a nosotros para practicar…” Rit sonaba divertida.

Habíamos decidido celebrar nuestro combate en el bosque el último día del campo de entrenamiento.

Tal vez fuera extraño invitar a Danan, pero el objetivo no era ganar siendo más listo que él. No tenía sentido mantener las cosas en secreto.

“Buenos días, Danan. Felicidades por salir del hospital”.

“Gracias. Y agradezco la invitación. Un poco de ejercicio me vendrá bien después de oxidarme en la cama del hospital”. Danan esbozó una sonrisa de oreja a oreja. Parecía muy contento.

Yarandrala era un fanático de las sesiones intensivas de entrenamiento especial, pero a nadie le gustaba más la idea que a Danan.

Para esa encarnación viviente de las artes marciales, no sólo eran un camino hacia una mayor fuerza, sino también el pasatiempo definitivo.

Danan era el tipo de loco que se sometía a un régimen intensivo para refrescarse incluso cuando estaba agotado.

“Muy bien, todo el mundo está aquí, así que vamos.” Yarandrala sonrió mientras se dirigía a todos nosotros.

Caminamos por la carretera con la puerta de Zoltan a nuestras espaldas.

Los verdes campos estaban llenos de una miríada de flores de colores que florecían bajo el sol primaveral.

No florecían tan grandes como las flores criadas selectivamente para la exhibición, pero eran hermosas y estaban llenas de vitalidad. El rocío de la mañana que se aferraba a los pétalos brillaba en oro.

“Encontraste un lugar para que entrenemos, ¿verdad, Yarandrala?”

Caminando a la cabeza de nuestro grupo, Yarandrala movió la cabeza en respuesta a la pregunta de Rit.

“Lo hice. Hay un lugar agradable y cómodo en el bosque, a poca distancia. Está junto a un arroyo, y los árboles son más escasos allí. Es perfecto para moverse y hacer ejercicio”.

“Me pregunto si sería bueno para un almuerzo de picnic”. “¡Por supuesto! Es perfecto para eso”.

Como el objetivo era entrenar en serio, quería un lugar donde pudiéramos evitar llamar la atención. Ver a antiguos miembros del grupo del Héroe haciendo todo lo posible sería demasiado para la persona promedio.

“No te preocupes, está muy lejos de cualquier pueblo. La Reina del Bosque reside allí, y cualquiera que sepa de ella se mantendrá alejado”.

“¿Reina del Bosque?”

“Conocerla será divertido. Deberíamos saludarla una vez que estemos listos”.

Yarandrala sonaba como si se divirtiera ocultándonos un secreto.

¿La Reina del Bosque?

Si fuera un monstruo feroz, probablemente habría una misión del Gremio de Aventureros para eliminarla. Sin embargo, no había oído nada parecido.

Lo que significaría que era alguien que no iba a causar daño a la gente.

¿Será como la ondina que conocimos antes?

“Puede ser un poco temperamental, pero en el fondo es una buena chica. Es sólo un poco de diversión”.

“Supongo que lo esperaré con impaciencia”, dije. Un poco de emoción para acompañar mi vida pausada.

Era nuestro primer viaje en mucho tiempo y estaba seguro de que lo pasaríamos muy bien.

Montamos nuestras tiendas junto al arroyo que murmuraba en el bosque. Rit tarareaba mientras trabajaba con los postes de la tienda. “Hm-hmmm

♪”

Está de buen humor.

“Muy bien, hecho por aquí.” “Yo también estoy bien”.

Ambos  contemplamos  la tienda   para  diez  personas  que   habíamos levantado con una sensación de logro.

“¿Había alguna razón por la que necesitáramos uno tan grande?” “Tisse, Danan, ¿han terminado de recoger leña?”

“Echa un vistazo tú mismo”.

Tisse llevaba una mochila llena de madera, y Danan levantaba una torre de madera de tres metros de altura con un solo dedo. Su pila ni siquiera estaba atada con cuerda…

“Es un buen entrenamiento para el equilibrio y el control de la fuerza. Y si se te cae la pila, puedes recogerla y volver a montar los troncos para que te bombee la sangre”.

“Muy a lo Danan”. “Entendiste correctamente.”

Quizá estaba un poco borracho de tanta actividad después de pasar tanto tiempo incapacitado. Sus rarezas eran un poco más intensas de lo habitual.

“Gran Hermano”. “Ah, Ru…ti…”

Mi hermana pequeña balanceaba torres de madera en cada uno de sus dedos, diez veces más de lo que llevaba Danan.

“Mira, yo también puedo hacerlo”.

No podía ni empezar a entender la física en juego para evitar que los troncos se derrumbaran.

“Eres increíble, Ruti.” “Heh-heh.”

Ruti soltó una risita, consiguiendo mantener sus diez pilas imposiblemente estables.

“Ese es el Héroe para ti. Oh, supongo que ya no eres el Héroe, ¿no? Bueno, esa es Ruti para ti”.

Danan sonrió, claramente impresionado. “¡Vale, voy a buscar más leña!”

“¡Espera! ¡Ya tenemos más que suficiente!”

Me apresuré a detener a Danan antes de que pudiera salir corriendo de nuevo.

“Muy bien. La tienda está montada. Parece que es hora de comer”.

Nuestro refugio estaba listo; un pequeño fuego ardía con fuerza suficiente para no apagarse demasiado rápido, y una olla estaba puesta sobre la llama.

Había un arroyo a pocos pasos, así que el agua no sería un problema.

Teníamos comida suficiente para unos tres días: carne, verduras, huevos y cosas por el estilo.

Mi intención era complementarlo pescando algunos peces y friéndolos para una de nuestras comidas.

Aunque eso podría esperar hasta mañana.

“Bien, nuestra primera comida del campo de entrenamiento será un picnic”. “¡Hurra!” Rit y Ruti vitorearon.

“Tu cocina, ¿eh? Hay suficiente para mí, ¿verdad?” Danan preguntó. “Por supuesto”, respondí.

“¡Perfecto!”

Extendí una tela en el suelo y coloqué las cajas encima.

“El menú de hoy es pan, salchichas, ensalada de pasas y zanahoria, gambas a la plancha, pato salteado y tarta de chocolate de postre”.

“¡Hablando de lujo! ¿Por qué no hicieron nada parecido cuando estábamos de viaje en los viejos tiempos?”. preguntó Danan.

“Eso hubiera sido imposible. Sólo puedo manejar todo esto porque lo estamos comiendo el mismo día que lo hice”.

Además, había mejorado mucho en la cocina desde entonces.

Durante nuestros días de viaje en el grupo del Héroe, me esforcé por preparar comida que supiera bien mientras sufría constantemente por la falta de ingredientes y de tiempo de preparación.

Ahora podía darme un pequeño capricho y dar a una comida algo más que lo estrictamente necesario. En última instancia, el objetivo era siempre hacer cosas que gustaran a Rit y Ruti. La frontera no tenía muchos productos para el comercio, pero entre los ríos, el océano y las montañas, Zoltan tenía abundancia de alimentos para elegir.

Si la gente aprendiera a fabricar barcos como el Vendidad, capaces de cruzar con seguridad las zonas más peligrosas del mar, ¿tendría Zoltan un auge del comercio?

En cualquier caso, un advenimiento como ése estaba todavía en un futuro lejano, así que no tenía mucho sentido considerarlo demasiado.

“¡Esta ensalada está buenísima!”

“¿Qué es esta pasta debajo de las gambas? Tiene un sabor maravilloso”.

“Tu cocina siempre es deliciosa, Hermano Mayor, pero esta comida es realmente, realmente buena”.

“Usaste aceite de coco para el pan, ¿verdad? Es un sabor exquisito; diferente de lo habitual”.

Rit, Tisse, Ruti y Yarandrala disfrutaron del fruto de mi trabajo. Y ver sus reacciones de satisfacción me hizo feliz.

“Ha pasado mucho tiempo desde que la fiesta del Héroe se reunió así”. Danan parecía un poco conmovido mientras masticaba una salchicha. “Ares y Theodora no están aquí, sin embargo.”

“Bueno, Ares está muerto… Oh, eso me recuerda. ¿Viste el periódico?” “Sí.”

Un misterioso mercenario llamado Escarlata había derrotado a Altra, el rey celestial del agua del señor de los demonios, en combate singular. Altra había sobrevivido, pero estaba gravemente herida. Las fuerzas demoníacas no tuvieron más remedio que retirarse.

“Esa tiene que ser Theodora”, dijo Danan. “¿Tú también lo crees?”

Las noticias tardaron en llegar a Zoltan.

La batalla había tenido lugar hacía dos meses, durante el invierno, pero sólo hacía dos días que se había publicado en un periódico de Zoltani.

El caballero enmascarado Escarlata, una misteriosa guerrera que usaba una lanza y magia clerical.

“No puedo imaginar a nadie más en el continente capaz de vencer a uno de los reyes celestiales. Cualquier usuario de lanza tan competente se habría hecho un nombre mucho antes”.

“Habría seguido cualquier rumor sobre una persona así para ver si podíamos invitarla a unirse a nuestro grupo”.

“Tener un miembro que pudiera vencer a un rey celestial definitivamente habría facilitado las cosas”.

“Sí, siempre nos fijamos en las batallas que nadie consiguió ganar”.

“El primero contra Desmond fue muy, muy duro. ¿Cuántas veces tuvimos que huir y reagruparnos antes de echarle?”.

“Tres. Fue en nuestro cuarto intento, cuando congelamos toda la tierra a su alrededor, cuando por fin le vencimos”.

“Retomar un país ocupado por el ejército del señor de los demonios, derrotar a uno de los reyes celestiales, encontrar una espada sagrada legendaria… fuimos el primer grupo en hacerlo todo”.

Nuestro viaje había estado lleno de hazañas hasta entonces imposibles.

Vencer a un enemigo invencible, explorar ruinas intactas, encontrar tesoros que se creían perdidos para siempre…

“Cambiará en el futuro, estoy seguro, pero ahora mismo, Theodora y yo somos los únicos que podemos enfrentarnos a uno de los reyes celestiales de tú a tú. Excluyendo a Ruti, por supuesto”.

“Vi héroes de todos los países cuando estaba con los caballeros, pero ahora Theodora y tú estáis muy por encima del resto. Por cierto, Escarlata tiene un seguidor, un espadachín con una prótesis en la mano derecha. Tiene que ser Albert”.

“A él, ¿eh? Nunca pude agradecérselo como es debido”.

“¿Por salvarte cuando estabas muriendo después de la pelea con Ares y Shisandan?”

“Estaba fuera de su liga, sin embargo, se mantuvo firme. Su fuerza no es mucha, pero tiene una gran fuerza de voluntad”.

Ya ha pasado más de medio año desde que luché contra Albert en Zoltan.

Había hecho un trato con el demonio contratado que se había apoderado de Bighawk. Sin embargo, se había reformado tras conocer a Theodora.

“No es sólo eso”. “¿Eh?”

Danan negó con la cabeza.

“No sé qué clase de hombre era en el pasado, pero por lo que he oído, cambió antes de que Theodora llegara a él. Perder contigo fue lo que lo inició”.

“…ya veo.”

“La victoria se convierte en la fuerza para seguir adelante; la derrota, en la fuerza para encontrar un nuevo camino”.

“Es raro oír ese tipo de expresión de ti”.

“Yo solía ser un maestro de dojo, después de todo. Sé qué decir para enseñar a la gente”.

Danan rio con ganas y se metió en la boca un poco del pato salteado. “¡Esto es realmente genial!”

“Me alegro de que te guste”.

Tomé un poco de ensalada. Tenía un agradable toque ácido que me encantó.

“Una vez que deje a Zoltan, lo primero que haré será ir tras Theodora”. Danan apretó el puño. “No he pensado mucho más allá de eso. No sé mucho más que vencer al enemigo que tengo delante. Si ella planea ir a acabar con el rey celestial del agua, me uniré con gusto”.