Loop 7-kaime no Akuyaku (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: Debemos salvar a Lady Harriet

Parte 4

Resultaba extraño que alguien de un país sin acuerdos comerciales significativos con Galkhein tuviera un saco de arpillera lleno de monedas de oro de Galkhein cuando no había registros de intercambios en  la  ciudad  portuaria  más  cercana.  Si  había  dudas  sobre  la autenticidad de las monedas, sería sencillo tasarlas para determinar si eran auténticas o no. Rishe había hecho varias tasaciones de ese tipo en su primer bucle y estaba segura de que esas monedas eran falsificaciones baratas que no contenían el contenido legal de oro que las marcaría como auténticas.

“Estoy segura de que el gobierno de Fabrannia está involucrado en la producción de estas monedas. No puedo imaginar que Lady Harriet las haya hecho producir ella misma.” A Harriet ni siquiera se le permitía leer libros en su tiempo libre. Alguien a quien se le negó incluso una simple libertad como esa nunca sería capaz de organizar la creación de dinero falso por su cuenta.

Raúl cruzó las piernas y ahuecó la barbilla. “Qué misterioso. ¿Qué razón podría tener Fabrannia para falsificar la moneda de Galkhein?”

“El dinero falso siempre se crea con material que no alcanza el valor de la propia moneda. En otras palabras, permite utilizar material barato para obtener bienes caros.”

“Ajá, ajá. Así que Fabrannia quiere hacerse rica en Galkhein.”

“Hay varias razones por las que un país puede crear versiones falsificadas de la moneda de otro.” Rishe hizo una mueca al recordar lo que sabía del futuro. “La circulación de dinero falso perjudica a la economía de ese país.”

El dinero falso siempre causaba trastornos económicos. Ella misma había sido testigo de ello en el futuro. Se descubrió dinero falso en varios países, lo que provocó una disminución de la confianza en esas monedas y la necesidad de autentificar el dinero incluso para las transacciones más pequeñas. Eso ralentizó inmediatamente las economías de los países afectados. Recordaba que Fabrannia fue uno de los países más afectados por la falsificación. Pero en todas sus vidas anteriores, siempre se atribuyó a la reina Harriet y a sus otros supuestos crímenes.

Es posible que Lady Harriet realmente comprara joyas de otros países. Rishe apretó la falda de su vestido entre los puños. Me pregunto si fue porque el rey se lo ordenó. No vivía opulentamente, sino que obtenía bienes valiosos de países extranjeros utilizando moneda falsa.

En ese mismo momento, el rey de Fabrannia le había ordenado que gastara la moneda falsa que le había dado mientras estaba fuera, en Galkhein.

Todo lo que había oído sobre Lady Harriet en mis vidas pasadas era que compraba productos extranjeros, no nacionales. Si sólo quería joyas y vestidos, sería bastante fácil conseguirlos dentro de Fabrannia.

Pero no lo había hecho porque estaba gastando dinero falso para obtener un tesoro extranjero.

Todo ese dinero falso fue producido por la familia real de Fabrannia para enriquecer a Fabrannia… Es todo tan miope.

Para proteger la economía de Galkhein, Arnold estaba trabajando en una forma de evitar que los países extranjeros sufrieran una escasez de oro y plata. Sabía que si su propio país quería prosperar, sus países socios comerciales también tenían que hacerlo. El plan de Fabrannia, mientras tanto, conduciría inevitablemente a su propia ruina.

La economía de Fabrannia estará en colapso total en cuatro años.

Lo he visto.

La nación culpó de todo a la reina Harriet, convirtiéndola en chivo expiatorio de la ira de sus ciudadanos.

Apuesto a que ejecutaron a Lady Harriet en parte para silenciarla. Como “criminal atroz” que era, cualquier testimonio que pudiera dar sobre el dinero falso sería desestimado.

A Rishe le dolía el corazón por la Harriet de todas sus vidas anteriores.

Mientras su pueblo moría de hambre, la familia real de Fabrannia acumulaba riquezas. Así es como pudieron manipular a Siguel para que luchara contra Galkhein por ellos.

Rishe tenía muy claro que la familia real de Fabrannia estaba más interesada en ganar la guerra contra Galkhein que en alimentar a su hambriento pueblo.

“Incluso cuando los mercaderes eran citados aquí, en el castillo, a Lady Harriet le aterrorizaba relacionarse con ellos. Pero no creo que temiera ser regañada por su doncella principal o comprar artículos caros; supongo que temía utilizar el dinero falso que su prometido le había ordenado gastar.”

Ahora que Rishe lo pensaba así, el pequeño ‘error’ que Harriet había cometido ayer empezaba a tener sentido. “Cuando salimos a la ciudad a comprar, Lady Harriet dijo que se había olvidado la moneda de Galkhein en su habitación. Le habría llevado demasiado tiempo volver a buscarla, así que acabó cambiando la moneda Fabrannia que tenía a mano por monedas de Galkhein.”

“Hmm…”

“Yo diría que no se olvidó el dinero. Tomó la decisión, espontánea, de no utilizar la moneda falsa a pesar de que habría sido reprendida por ello.”

Harriet se había ofrecido voluntaria para prepararse antes de ir de compras en lugar de confiar en sus criadas para preparar sus cosas. Su jefa de sirvientas se había enfadado porque se había olvidado las monedas, pero a Rishe le pareció que lo había hecho deliberadamente.

“No creo que Lady Harriet intentara implicarme en un crimen.” Miró a Raúl a los ojos y dijo: “En cambio, creo que está tratando de confesar. Lo que Fabrannia —y ella misma— está intentando hacer.”

Debía de haber decidido confesarlo anoche, pero los caballeros de Fabrannia se habían entrometido en su conversación, impidiendo así su confesión a Rishe.

“Los caballeros de Fabrannia le dijeron a Lady Harriet que debía tener a su lado a sus guardias cuando estuviera con alguien que no fuera su hermano o sus criadas. Por eso Lady Harriet debió pensar que era su última oportunidad para decírmelo y escondió el saco en mi bolso.”

La razón por la que Fabrannia quería mantener a otras personas alejadas de Harriet tanto como fuera posible era porque temían que confesara sus secretos.

“Oliver. El rey de Fabrannia persiguió un matrimonio con una de las hermanas del Príncipe Arnold, pero no funcionó. ¿Estoy en lo cierto?”

“Sí. Ha buscado relaciones amistosas con Galkhein varias veces desde entonces, pero Su Majestad no parece interesado.”

En el futuro, Fabrannia utilizó los “crímenes” de Harriet como pretexto para obligar a Siguel a luchar por ellos en su guerra contra Galkhein. Parecía que su propio beneficio no era el único motivo de sus acciones; también guardaban rencor a Galkhein. Tal vez el rey estaba resentido con Galkhein por haber rechazado su matrimonio con una de sus princesas.

La relación entre Galkhein y Fabrannia tampoco era muy amistosa en todas mis vidas pasadas. Había muy poco comercio entre ellos, así que no habría circulado mucho la moneda falsa de Fabrannia en Galkhein.

Esta vez, Harriet visitaba Galkhein como princesa de Siguel.

“¿Dirías que el hecho de que Galkhein sea el país poderoso más cercano a Fabrannia influye en el deseo de esta última de mantener una relación estrecha?” Preguntó a Oliver, que asintió como respuesta.

“Si el asunto del dinero falso es cierto, entonces su objetivo es obtener riqueza de Galkhein y debilitar nuestra economía al mismo tiempo. Si fueran capaces de comerciar con nosotros, se beneficiarían aún más de su falsificación.”

El diseño de la moneda actual de Galkhein no requería demasiada habilidad para imitarlo. Ya se habían producido varios incidentes de falsificación. Pero éste era un delito a nivel internacional, cometido por una potencia extranjera.

“Te fijaste en el dinero falso, ¿verdad, Raúl?” Rishe se fijó en sus ojos rojos. “Si Lady Harriet se viera implicada en los crímenes de la familia de su prometido, no sería la única perjudicada. Con el tiempo, Siguel también se vería envuelto en ello, provocando un desastre para toda la nación.”

Una vez más, esto era algo que Rishe había visto por sí misma en cada una de sus vidas pasadas. Tras la ejecución de Harriet, Fabrannia utilizó una lógica retorcida para exigir reparaciones a Siguel. Sin más bienes dignos de mención que sus libros, y habiendo contado siempre con la protección de sus aliados, Siguel no tuvo más remedio que ceder a sus demandas. Como no tenían riquezas con las que pagar reparaciones monetarias, se vieron obligados a participar en una guerra temeraria.

Mucha gente murió en aquella guerra. El propio Raúl probablemente no había salido ileso. Rishe no sabía qué había sido de Siguel al final, ya que ella misma había sido una víctima.

“¿No es por eso que decidiste salvar a Lady Harriet? ¿Con o sin órdenes de la familia real?”

Desde que Harriet se marchó a Fabrannia para preparar su boda, no le habían permitido volver a casa ni una sola vez. La única razón por la que estaba en el país era para celebrar la boda de Rishe y Arnold. De no ser por esta oportunidad, Harriet no habría tenido ocasión de ver a su hermano ni a Raúl.

“Fabrannia sólo permitió que Lady Harriet se fuera porque tenía que asistir a mi boda. Y ya que estaba aquí, aprovecharon para hacerla circular moneda falsa.”

La presencia de Harriet aquí era una oportunidad única para Fabrannia. Lo mismo ocurría con Raúl.

Sin esta boda… si el Príncipe Arnold y yo no nos casáramos, Raúl no habría podido acercarse a Lady Harriet. De todas mis vidas, la séptima es la primera en la que hay una oportunidad de salvarla.

Cuando lo pensó, tenía sentido que Raúl llegara a disfrazarse de Curtis para no desperdiciar esta oportunidad.

“Santo cielo.” Raúl descruzó las piernas y se inclinó hacia delante, ocultando su rostro. “No me lo puedo creer. Pensar que Harriet de todas las personas te revelaría la moneda falsa…”

“Mira, Raúl. Todavía puede ser difícil conseguir la ayuda del Príncipe Arnold en este momento.”

Rishe sabía que Arnold era amable, pero también increíblemente pragmático y siempre cauteloso con su padre. Al igual que Coyolles, no prestaría su ayuda a otro país sin obtener algo a cambio.

“Pero si hay algo en lo que pueda ayudar, me gustaría hacerlo.”

Raúl respiró hondo. Entonces sus hombros empezaron a temblar. Antes de que Rishe pudiera determinar qué significaba aquello, echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.

Tras arrebato de diversión, miró a Rishe y sonrió. “¡Sólo bromeaba!” Le sacó la lengua y su sonrisa se convirtió en una mueca. “¡Oh, vaya, me has hecho sudar! Quiero decir, estabas siendo tan dulce con esa princesita tonta. Me preocupaba que se encariñara contigo y lo contara todo.” Raúl apoyó el codo en la rodilla y la barbilla en la mano, examinando a Rishe. “Como dijiste, sabía lo del dinero falso. No sólo eso, también sabía lo que el rey Walter ordenó hacer a los caballeros de Harriet.”

Entonces Siguel ordenó a los cazadores investigar a Fabrannia.

Pensé que podrían haberlo hecho.

Sin embargo, en su quinta vida no oyó hablar del dinero falso. Ahora se preguntaba si Raúl había informado de lo que había aprendido a la familia real de Siguel.

“Obviamente, a esos caballeros se les ordenó evitar que nadie se acercara demasiado a Harriet. A su hermano, Curtis, sólo se le permitía estar cerca de ella porque no había nada que pudiera hacer aunque descubriera lo del dinero falso. Con Fabrannia reteniendo a su princesa como rehén, Siguel se vería obligada a guardar silencio.”

“¿Así que no les informaste del dinero falso porque sabías que no podían hacer nada?”

“Puede ser… pero también tienen otras órdenes curiosas.” Raúl levantó dos dedos junto a su cara. “Primero, deben vigilar a Harriet para asegurarse de que gasta el dinero falso como se supone que debe hacerlo. Aunque fingiera olvidarlo en su habitación, dudo que se lo permitieran otra vez. Luego hay una cosa más…”

Había un brillo agudo en sus ojos rojos. “Si alguien descubre lo del dinero… entonces se supone que matarán a Harriet.”

Rishe y Oliver jadearon.

“¡¿Por qué matarían a Lady Harriet?!”

“Bueno, está la razón obvia de mantenerla callada. Estoy seguro de que puedes adivinar la otra razón, ya que tú misma la protegiste.”

Frunciendo el ceño, Rishe expresó su teoría: “Si Lady Harriet es asesinada en Galkhein, Galkhein debe tener alguna responsabilidad.”

“¡Exactamente! El pobre rey Walter culparía sin duda a Galkhein en su dolor por la pérdida de su amada prometida. Él podría exigir una gran suma de dinero como compensación, o tal vez una novia de reemplazo.”

“Qué conspiración tan superficial.” Murmuró Oliver junto a Rishe.

Su voz era tan suave como siempre, pero contenía un escalofrío.

Raúl se rio a carcajadas. “No importa lo que diga, todo es palabrería de un impostor de Curtis. Nadie creería que la familia real de Fabrannia intentara ejecutar un plan tan ridículo.”

“Raúl, tú…” Rishe se detuvo en seco e inmediatamente se llevó una mano a la boca.

“¿Lady Rishe? ¿Qué ocurre?” Preguntó Oliver con ansiedad. Rishe no respondió, cerró los ojos y se llevó la mano a los labios. “¿Oh? ¿La droga está empezando a hacer efecto?”

“Bastardo… ¿qué le hiciste a Lady Rishe?” La hostilidad que irradiaba Oliver era tan intensa que podría haber abrasado la mejilla de Rishe.

“¡Oliver!” Rishe extendió la mano y agarró la chaqueta de Oliver.

Sintió que se sobresaltaba.

“Pronto perderás el conocimiento.” Dijo Raúl. “Ahora mismo, apuesto a que se te están entumeciendo los miembros y cada vez te cuesta más hablar.”

“Raúl… tú…”

“En este momento, yo diría que los caballeros de Fabrannia y los caballeros de Siguel… mis subordinados, en otras palabras… están llevando a Harriet fuera del castillo.”

Rishe lanzó una mirada glacial a Raúl, que se encogió de hombros.

“¿Pensaste que estaba tratando de salvar a Harriet? Piensas demasiado bien de mí. Mi plan real era darle la cabeza de Harriet a Fabrannia como regalito y luego cambiar de bando.”

“Ngh…”

“Querías que los caballeros de Siguel protegieran a Harriet de los de Fabrannia mientras charlábamos, ¿verdad? Bueno, siento decirte que ya he traicionado a Siguel. En realidad estoy confabulado con Fabrannia.” Raúl se levantó y se estiró.

Incapaz de levantarse, Rishe le persiguió con sus palabras. Entre respiraciones superficiales, dijo: “Lo sabía… El ‘fantasma’ que vieron mis criadas era…”

“Uno de mis hombres, sí. Si una persona sospechosa fuera vista dentro del castillo, la seguridad sería redirigida aquí, ¿verdad? Gracias a eso, Vinrhys está vacío de caballeros Galkhein.”

Rishe se dobló y Raúl lanzó un suspiro.

“Realmente no te ves bien. Bueno, de momento esto debería mantener a Arnold Hein ocupado.”

“Espera. ¿De verdad crees que voy a dejar que te vayas?”

“¡Intenta detenerme!”

Oliver estaba bloqueando la puerta, pero Raúl no se dirigía hacia allí. Se dirigió directamente a la ventana, la abrió y puso un pie en el alféizar.

“Ha sido divertido, señorita. Si alguna vez volvemos a vernos, espero que me enseñes esa sonrisa tan linda que tienes.”

“¡Raúl!”

“Nos vemos. Adiós.” Con eso, Raúl saltó por la ventana del tercer piso.

“¡Maldita sea!” Oliver chasqueó la lengua con frustración y se arrodilló junto a Rishe. “¡Lady Rishe! ¡¿Lady Rishe, se encuentra bien?!”

“¡Sí, estoy bien!” Chirrió Rishe, enderezándose en un instante. “Gracias por seguirme la corriente con mi pequeña actuación. Como discutimos de antemano, lo dejaremos escapar por ahora y lo seguiremos más tarde.”

“Pero, Lady Rishe…” Oliver estaba consternado, mirando a Rishe con incredulidad. “¿Seguro que estás bien? Sonaba como si te hubiera drogado con algo.”

“Sí. Lo preveía, así que me tomé un antídoto de antemano.” Rishe sonrió y se levantó, haciendo una reverencia con una floritura de la falda. Esperaba que aquel gesto demostrara que se encontraba perfectamente.

Conozco las mismas tácticas que a Raúl le gusta utilizar en estas situaciones.

No sólo conocía sus métodos, sino también la droga y la dosis exactas que usaría. Por eso era capaz de predecir la trampa precisa que le tendería y cómo sabía cuándo actuar como si la droga estuviera haciendo efecto para que resultara creíble.

Aprendí mejor que nadie cómo “caza” Raúl durante los cinco años que pasé con él en mi quinta vida.

Rishe le dijo al estupefacto Oliver: “Ya que logré engañarlo, Raúl cree que me ha inmovilizado por el momento… y parece pensar lo mismo del Príncipe Arnold.” Había bebido el té con especias a propósito para aprovecharse de la confianza resultante de Raúl.