Loop 7-kaime no Akuyaku (NL)

Volumen 4

Capitulo 1 : Ese No Es El Príncipe Curtis.

Parte 1

Rishe descendió los escalones de piedra suavemente inclinados ante el vasto océano. El sol del séptimo mes brillaba claro y vibrante, bañando la ciudad costera con una luz resplandeciente. Sus rayos parecían reflejarse en los edificios pintados de blanco puro, contrastando con el cielo azul. Una suave brisa marina soplaba por las calles, agitando el ligero vestido verde menta que llevaba Rishe.

“¡Oh!” Los ojos de Rishe brillaron de emoción cuando divisó el puerto. Los vientos de tierras extranjeras siempre la entusiasmaban.

Se quedó mirando el mar, con el sombrero bajado contra el viento. Al mismo tiempo, Arnold, que iba delante, se volvió y le tendió la mano.

“Rishe.” Dijo simplemente.

Supuso que los siguientes escalones eran traicioneros. Arnold debía de estar preocupado por si tropezaba con sus zapatos de tacón.

Con cierta vacilación, tomó la mano de Arnold. “Gracias.

“No tenemos prisa. Si quieres hacer turismo mientras caminas, sólo tómame de la mano, ¿de acuerdo?”

Rishe estaba un poco nerviosa. Sus sentimientos eran muy extraños últimamente. La inquietud y el nerviosismo la dominaban cada vez que Arnold mostraba preocupación por ella. Intentó actuar con la mayor naturalidad posible, observando los barcos del puerto.

“Creo que nuestra visitante ya ha desembarcado. Estoy deseando hablar con ella.”

“¿Seguro que no querías esperar en el palacio? No necesitas reunirte con ella ahora. Estará en la ceremonia el mes que viene.”

“¡Pero si ha llegado un mes antes! Es una gran oportunidad para conocerla y entablar amistad con ella, ¿no crees?”

Rishe miró por encima del hombro. Los guardias imperiales de Arnold los seguían con una sonrisa fácil, sin desconfiar lo más mínimo. Después de todo, Rishe era la única que sabía qué tipo de reputación precedería a su visitante en el futuro.

Al llegar al puerto, se reunieron con Oliver y algunos caballeros que se les habían adelantado.

“Ella está por aquí. Dejen que la lleve hasta ella.” La mirada de Oliver los dirigió a un lugar donde había una gran sombrilla blanca.

Bajo la sombrilla había una mujer. Estaba demasiado lejos para que pudieran ver su expresión; además, ocultaba su boca con un abanico plegable.

Es la “criminal atroz” que en el futuro será ejecutada. Rishe soltó lentamente su mano de la de Arnold. Dentro de cuatro años, su fastuoso estilo de vida vacía las arcas del país en el que se casa, y su marido el rey la decapita por ello.

La mujer cerró el abanico con un gesto de elegancia impresionante. A medida que se acercaba a ellos, su cabello dorado se agitaba detrás de ella. Su vestido verde intenso era pesado para el verano, pero sus pasos eran tan ligeros como si no pesara nada.

Es como si caminara sobre las nubes. No, no caminando… Rishe parpadeó mientras observaba a la mujer. ¡Es como si corriera hacia nosotros!

En cuanto el pensamiento entró en la cabeza de Rishe, la mujer abrió la boca.

“¡Umm, yo-yo-yo…!”

¿Qué? ¡Ack, espera! ¡Oh, no!

Ya era demasiado tarde. La mujer tropezó y cayó de bruces con un sonoro splat. Rishe dejó de lado toda aprensión y corrió hacia ella.

“¡¿Estás bien?!”

“L-L-Lo siento mucho.” Se lamentó la mujer. Parecía que iba a echarse a llorar en cualquier momento. Sin embargo, su largo flequillo le tapaba los ojos, así que Rishe no podía estar segura. “Le ofrezco mis más sinceras disculpas por causarle tantos problemas con mi existencia. Éste es un gesto que en un país oriental significa: ¡Puedes decapitarme en cualquier momento si lo deseas!”

“¡No, por favor, levanta la cabeza! ¡No hay necesidad de hacer eso!”

Mientras la mujer intentaba besar el adoquín con la frente, Rishe la levantó de un tirón. Arnold la observó desde una ligera distancia con una mirada que decía: No hace falta que te molestes con eso. Aun así, Rishe no pudo contenerse mientras miraba a la temblorosa mujer entre sus brazos.

¡Madre mía! Es increíble, pero estoy segura de que esta mujer es…