Monogatari (NL)

Volumen 15

Capítulo 3: Perdida Sodachi

Parte 4

Hacer una visita a la casa de mi novia, o hacer una visita a la casa de mi enemiga mortal.

Es una opción bastante extrema, pero acabé eligiendo lo segundo— podría decirse que estaba tomando una decisión masoquista y auto flagelante para arrinconarme, como Oikura. Y tendrías razón, me dejé llevar por mis impulsos auto flagelantes.

Alguien como Araragi Koyomi nunca se enfrentaría a Oikura Sodachi de otra manera, y sea lo que sea lo que ella piense de mí, no podría pensar en mí de ninguna manera a menos que hiciera un cambio.

Me entregué a ese sentimiento—Oikura sólo lo encontraría molesto, y probablemente odiaba esa parte de mí, pero por mucho odio que atrajera, no era como si de repente pudiera dejar de ser yo.

Yo soy yo.

Araragi Koyomi es Araragi Koyomi.

Pero había otro, no, otros dos elementos aquí—uno era mi relación exacta con Oikura. Como señaló Hanekawa el día anterior, ¿por qué sabía Oikura lo que hacían mis padres? Y efectivamente, seguir su consejo me llevó a la respuesta, resolviendo milagrosamente el misterio. Milagrosamente, o con prontitud. Y no, sólo había encontrado una respuesta, no sabía con certeza si podía llamarla solución, pero en cualquier caso, mi relación con ella durante nuestro primer año de escuela secundaria, durante nuestro primer año de

esciena media y ahora, durante la escuela primaria, todo estaba ahí en mi mente.

Quería utilizarlo como base.

Y quería volver a hablar con ella.

… Para ser honesto, no quería, y sabía que no tendríamos una conversación adecuada en más de un sentido, pero hay momentos en los que simplemente tienes que saltar a un pantano sin fondo aunque sea ilógico o directamente suicida.

Tenía que ocurrir.

El segundo elemento, sin embargo, era extremadamente práctico, o quizás pragmático, y es que si iba a visitar a Senjougahara, sin duda la trataría con amabilidad, lo que no la ayudaría. Para ser justos, ella me había ayudado, o incluso había ocupado mi lugar enfrentándose a Oikura por mí, así que no tenía ningún derecho a actuar con severidad, incluso si no tienes en cuenta el hecho de que estamos saliendo. No, lo siento, no hagas caso omiso de eso. De todos modos, tenía una mejor relación con Senjougahara que conmigo mismo, un argumento de peso para dejar que Hanekawa, que podía ser franca y sin rodeos con ella, manejara esa situación.

“Sí, tienes razón, estoy de acuerdo. Pensé que a pesar de todo elegirías a Senjougahara-san, pero supongo que esto es parte de lo que eres.” Dijo Hanekawa. “Entonces deja que yo me encargue de Senjougahara-san, y tú haz lo que puedas para arrastrar a Oikura-san

de vuelta a la escuela. Puede que sea imposible que se hagan amigas, o que se reconcilien… pero dejar las cosas como están sólo va a traerles infelicidad a ambas.”

Teníamos que conseguir que Senjougahara dejara de saltarse las clases para que no se anulara su recomendación para la universidad, y tampoco podíamos permitir que Oikura siguiera haciéndolo, no después de haber vuelto a la escuela, aunque fuera a medias. Las dos podrían llegar a las manos si volvían a coincidir en clase, pero asegurarse de que eso no ocurriera era parte del trabajo de la representante y el vice representante de la clase.

Aunque no estuviéramos a la altura, teníamos que hacer todo lo posible.

Eso puede sonar sarcástico, teniendo en cuenta que Oikura abandonó una vez su propio trabajo como representante de clase, pero sea como sea, se tomó la decisión de que yo, vice representante de la clase, esperara hasta después de las clases para visitar su actual lugar de residencia.

¿Eh?

¿Quieres saber por qué me encontré de nuevo con Hanekawa, cuando íbamos a actuar por separado? Bueno, así es como sucedió, y personalmente lo veo como una de sus pruebas, o más bien como una ilustración de su carácter inquieto. Tras el timbre final, conseguí la dirección de Oikura de Hanekawa, que aún tenía algunos asuntos en la

escuela, y me puse en marcha por mi cuenta, pero justo cuando me acercaba a las puertas de la escuela.

“¿Hmmm? Bueno, ¡si es Araragi-senpai!” Oshino Ougi me llamó.

“Oh… Ougi-chan.” Me sentí…

Me sentí como si el aire se hubiera abandonado mis velas justo cuando me preparaba zarpar—no había ocurrido nada en particular, pero era como si finalmente me hubiera preparado para ir a abordar un asunto muy importante sólo para que alguien me ofreciera una taza de té y un asiento. Dudo que entiendas lo que estoy tratando de decir aquí, y yo tampoco. Pero si alguien te ofrece un té, no puedes irte tan pronto como lo tomas.

“Ougi-chan… ¿te vas a casa?”

“¿Casa? Um… ¿no?” Dio una palmada. Con una sonrisa. “¿De qué estás hablando? Acordamos encontrarnos aquí, ¿recuerdas? Nuestra promesa era encontrarnos en las puertas de la escuela a las 3:42 p.m. Y mírate, justo a tiempo, eres tan puntual. Eres tan serio cuando se trata de este tipo de cosas, tonto.”

“¿Hm?”

Incliné la cabeza.

No recordaba haber hecho la promesa, no aparecía en mis recuerdos. Pero, bueno, tenía que ser cierto, si Ougi-chan lo decía. Aunque en ese caso la forma en que me llamó ahora no tenía mucho sentido. Por no mencionar que las 3:42 p.m. parecía una hora demasiado exacta para el encuentro.

Uh oh, ¿había olvidado una promesa que le había hecho mi kouhai? Qué mal ejemplo estaba dando. ¿Ahora cómo iba a darme aires de grandeza?

“¡Yeeey, hurra! Araragi-senpai me llevará a un restaurante de sushi, y no a uno de esos baratos giratorios.”

“¡¿Realmente te prometí eso?! ¡¿Yo?!”

“Por supuesto que sí. Dijiste que era para celebrar mi transferencia a esta escuela.”

“Una buena comida de sushi para celebrar tu transferencia a esta escuela… ¿Qué es lo que se ha transferido a mi escuela?” Dije en broma, pero también era una pregunta muy sincera—¿qué es exactamente lo que se ha transferido a mi escuela?

“Y luego me prometiste que me llevarías a un bar.”

“¿Un bar? ¿Como un bar de ensaladas?”

Qué kouhai tan cara se había transferido a mi escuela. Incluso si de verdad estaba hablando de un bar de ensaladas.

Pero tanto si había hecho esa promesa como si no, hoy era el único día en el que no podía ir a un restaurante de sushi o a un bar— sintiéndome mal, le pedí una sincera disculpa.

“Siento decirte, Ougi-chan, que no podré cumplir mi promesa.”

“Huh, esa es una línea que suena muy bien. Vaya, una línea genial ya que estás rompiendo una promesa. ¿Qué, no tienes dinero?”

“No seas ridícula. Soy multimillonario.”

Si iba a romper una promesa, también podría mentir mientras lo hacía.

Como si apenas lo sintiera… bueno, tal vez estaba siendo un tipo diferente de arrepentimiento.

“Tengo que pasarme por la casa de Oikura.”

“¿Oh? ¿Entonces vas a volver a esa casa abandonada?”

“No, no la abandonada. Su actual residencia…”

Mmf.

Volví a abrir la boca con ella—tenía que controlar esto, no fuera a ser que me ganara la reputación de ser alguien con los labios sueltos.

Los cerré bien.

Entonces—Ougi-chan me tocó los labios con su dedo índice. Me los pasó por encima, como si me pusiera brillo de labios.

“¡¿Qué estás haciendo?!”

No pude evitar reaccionar ante este movimiento fetichista, pero parecía que no había ningún significado sexual detrás.

“No, sólo estaba viendo si podía desabrochar tus labios.” Dijo descaradamente, con desparpajo. “Aunque estoy segura de que es más bien velcro—por favor, cuéntame más. ¿Qué ha pasado? Fíjate en lo rápido que has desbloqueado su corazón, estás en tan buenas condiciones con ella que te invitó a su casa después de lo que pasó ayer… o antes de eso, supongo. Qué saltos has dado, tienes que informar de cómo has avanzado tanto, tonto.” Terminó con una orden.

Algo en su forma de hablar era tan poco natural.

“No, no estamos en buenos términos, y no he desbloqueado su corazón ni nada. No me ha invitado, básicamente estoy forzando mi entrada. Ayer volvió a dejar de venir a la escuela, aunque el día anterior apenas había aparecido.” Dije, sin tener más remedio que explicar.

En este caso sí tenía cierto grado de responsabilidad, dado que había roto mi promesa de celebrar su transferencia.

Informé del dilema actual: Hanekawa Tsubasa había decidido actuar porque tanto la posición de Senjougahara como el futuro de Oikura estaban en un mal lugar a menos que hiciéramos algo… espera,

¿informé? Eso hace que suene como si fuera mi senpai… pero me parece que es la palabra adecuada, así que lo dejaré estar.

“—Y eso es lo que pasó.”

“¿Así que eso es lo que pasó? Hm… Sabes, esto se va a convertir en una pelea si te diriges allí solo.” Dijo Ougi-chan con una mirada pensativa después de escucharme. “Vas a retomar la discusión que tuviste en el aula, sólo que en la casa de Oikura-san, ¿no crees?”

“Sí, una parte de mí lo hace… Eso es una preocupación.”

“Deberías haber hablado con Senjougahara-san, para que así Hanekawa-san hubiese tratado con Oikura-san—has sido asignado al puesto equivocado.”

“Hmm, bueno, puede que tengas razón.”

Su comentario parecía acertado si la idea era resolver esto pacíficamente, pero la paz en esta situación se parecía mucho a cerrar los ojos, y no creía que pudiéramos llegar a una solución con los ojos cerrados.

Hanekawa tenía el tipo de personalidad que odiaba el trabajo por el trabajo, el trabajo para crear una coartada, y en este caso, incluso yo, su vice representante, famoso por su trabajo descuidado, sentía lo mismo.

“Hmm—pero ¿qué pasa con su entorno familiar?” Preguntó Ougi- chan. “Parecía bastante grave, ¿no? Cargar con eso parece más que peligroso, parece una tontería. No puedo recomendarlo.”

“Oh, no tenemos que preocuparnos por eso… No he oído los detalles, pero parece que está viviendo lejos de sus padres.”

“¿Lejos de sus padres? Ajá. ¿Así que ha sido puesta bajo el cuidado de sus parientes?”

“No. Aparentemente está viviendo sola.”

“Huh—bueno, qué interesante.”

Es posible que su corazón se haya acelerado por una “historia de fondo” que sólo ves en mangas—una estudiante de secundaria que vive sola.

“Sus padres debieron de divorciarse o algo así hace cinco años, tal y como dijiste, o supongo que se podría decir que su familia se desmoronó. Luego volvió aquí hace dos años. Estoy seguro de que técnicamente—o legalmente hablando—tiene tutores…”

“Ya veo. Así que la suposición a ciegas era la correcta. Aunque eso crea su propio problema, mi tonto senpai. En esencia, estás a punto de visitar la casa de una chica que, a todos los efectos, vive sola. Eso no es bueno.”

“¿No lo es?”

“No lo es, en absoluto. Ningún caballero debería hacer eso. Puede que Hanekawa-san confíe en ti, pero lamento decir que, en general, un chico que va solo a visitar a una chica que vive sola despierta dudas. No es algo que deba hacer si ya tiene pareja.”

“Hmm.”

Oírla decir eso… me hizo pensar que podría tener razón.

Aunque no creía que tuviera que preocuparme tanto por cómo se reflejaba en mí cada pequeña gracia social y cuestión de modales entre sexos cuando sólo estaba en la secundaria, sí quería evitar cualquier malentendido innecesario. Una cosa sería si sólo se tratara de mí, pero si ese tipo de rumores se iniciaban sobre Oikura, alguien que me odiaba, no bromeo cuando digo que podría acabar suicidándose.

Suicidándose…

La palabra poco propicia se me ocurrió, y me estremecí al darme cuenta de lo realista que sonaba.

Independientemente de que Hanekawa fuera la opción más adecuada para la visita, de cómo viviera ahora Oikura, de los malentendidos que pudieran crearse—tenía que acercarme a ella de forma que no la pusiera en una situación peor.

No como expiación por no haberle prestado la ayuda que buscaba hace cinco años, y desde luego no sería suficiente para enmendarlo, pero me enfrentaba a una cuestión muy real.

“Veo que te cuesta tomar una decisión.”

Ougi-chan se encogió de hombros como si suspirara. Parecía muy seria al impedirme ir a la casa de Oikura, y se notaba que su consejo provenía de un lugar de bondad. Sentí que no tenía más remedio que aceptarlo, y ella parecía darse cuenta de ello.

“Tenía tantas ganas de comer ese sushi caro…”

¿O tal vez vino de un lugar de hambre y no uno de bondad? En cualquier caso, a pesar de lo mal que me sentí al tener que cancelar nuestros planes, mis sentimientos de alivio lo superaron todo.

Sea como fuere, no podía quedarme hablando mucho tiempo.

Empecé a dar por terminadas las cosas. “De todos modos, Ougi-chan.”

“¡Oh, claro! Puede que tenga una idea.” Me interrumpió. Porque podría tener una idea.

“¿Por qué no llevas a mi humilde persona a la visita domiciliaria?”

“Espera. ¿Tú, Ougi-chan? Agradezco la oferta, pero…”

¿Hm? ¿La agradezco?

¿Qué es lo que hace que me acompañe me haga sentir agradecido? Oh, pero las razones anteriores de Ougi-chan para que no visitara la casa de Oikura sólo se aplicaban si iba solo.

“En otras palabras, estás bien siempre que no estés solo. Sobre todo porque, ya sabes, soy una chica. Estoy segura de que el corazón de Oikura-san se calmará un poco si estoy contigo.”

“No es de las que se calman porque quien le esté hablando sea una chica…”

¿Tal vez si se tratara de una kouhai?

No, ella había soltado una bofetada a Senjougahara a quien, mejor o no, Oikura veía como una chica débil… No podía ver a alguien que no era amable con los enfermos siendo amable con sus compañeros.

Aun así, era mejor que estar los dos solos—sí, era una buena idea.

Incluso me hizo preguntarme por qué no se me había ocurrido a mí.

“Como ya bien sabes soy una buena oyente—Oikura-san podría contarnos todo tipo de cosas si estoy allí.”

“Todo tipo de cosas.”

“A fin de cuentas, socializar es una guerra de información. No hay ningún inconveniente en conocer a tu oponente. Has sido capaz de recordar quién era después de recordar lo que pasó en el consejo de clase y durante las vacaciones de verano cuando eras un estudiante de primer año de escuela media, pero no has tenido ningún tipo de conversación adecuada con la actual Oikura-san. Me interpondré para que la situación entre ustedes dos no se convierta en una discusión. Es demasiado tarde para bajarse de este paseo, déjame manejar la carga.” Dijo Ougi-chan con una sonrisa, como si su propuesta viniera de un lugar de pura benevolencia.

No parecía haber ninguna razón para rechazar su oferta. Si tuviera que inventar una, sería mi vacilación de llevar a una kouhai a una zona de guerra absoluta en lugar de un restaurante de sushi que había prometido… Por otra parte, Ougi-chan también parecía la clase de persona que disfruta de ganarle a otro comensal el platillo que este estaba por decir.

Le encantaba el trabajo de campo, los sondeos, las investigaciones, las indagaciones… aunque, en realidad, tampoco era más que una observadora impertinente.

¿Cómo podría rechazar la oferta de esta chica tan curiosa? Mientras estuviera preparado, ¿cómo iba a dejar de proteger a una estudiante de primer año incluso si Oikura terminase volviendo a enloquecer?

“De acuerdo, Ougi-chan. Cuento contigo.”

“Muy bien, cuenta conmigo.”

“¡No cuentes con ella!”

¿Eh?

¿De quién era esa última frase? Quien habló no parece estar acostumbrado a gritar, pensé mientras me daba la vuelta para encontrar a Hanekawa, que al parecer había terminado con cualquier asunto que tuviera, alcanzándome mientras yo perdía el tiempo de pie y hablando junto a las puertas de la escuela.