Monogatari (NL)

Volumen 15

Capitulo 1 : Fórmula Ougi

Parte 10

“Tetsujo Komichi es la culpable.”

No hubo prefacio, ni pausa, ni acumulación.

Las palabras se le escaparon casualmente a Oshino Ougi.

Al oír que el culpable era alguien tan “inesperado”, no me sorprendió. No me conmovió en absoluto, mi corazón no se inmutó.

¿Por qué? Debería haber sido una noticia para mí.

¿Podría alguna parte de mí haber sabido, como dijo Ougi-chan?

¿Que el crimen era suyo? ¿Y que Oikura Sodachi era una víctima, el chivo expiatorio?

“¿Debo continuar?” Preguntó Ougi-chan. “… Sí.” Logré decir.

No era necesario que dijera más, ya que había pronunciado el nombre, pero yo tenía el deber de escuchar. Un deber, como narrador de la historia, de escuchar la verdad del asunto, de escuchar en lugar de contar.

“¿Qué te hizo sospechar de Tetsujo? Estaba básicamente en la misma posición que el resto de nosotros. Claro, su apellido salió unas cuantas veces más que la media, pero ¿no podrías decir también que cuanto menos se menciona, más sospechoso es? Si estuviera siendo arbitrario.”

“No era la frecuencia—mi duda inicial era cuántos eran.”

“¿Cuántos serian?”

“Treinta y ocho. El número de personas que aparecieron en tu cuento, los conté. Luego los volví a contar, así que estoy bastante segura. Pero no tiene sentido.”

“¿No lo tiene? ¿Por qué no? Parece un número normal de estudiantes.”

“No es eso.”

Ougi-chan echó un vistazo al aula de la clase 3 de primer año.

Como para inspeccionar cada asiento vacío, como para observarlos.

“Creo que dijiste lo siguiente, cuando hablaste de lo aislado que estabas—ya fueran grupos de dos, tres o cuatro, siempre eras el que sobraba. Eso no tiene sentido. Si hubiera treinta y ocho alumnos en tu clase, ese número es divisible por dos, y sobrarían dos alumnos para los grupos de tres y cuatro. No hay situaciones en las que sólo haya un alumno.”

Ni siquiera pude responder.

Tenía razón, y ni siquiera eran matemáticas, sino simple aritmética.

“Las matemáticas no son mi fuerte. Las Matemáticas III o las Matemáticas C están muy por encima de mí. Sin embargo, puedo hacer divisiones. Bueno, busquemos un número que deje un resto de uno, ya sea que lo dividamos por dos, tres o cuatro. ¿Esto apenas cuenta cómo matemáticas? Simplemente tenemos que encontrar un múltiplo común de los tres números, y luego sumar uno.”

“…”

“El mínimo común múltiplo de 2, 3 y 4 es 12. 12 más 1 es 13. Una extraña coincidencia, dado que estaba en 1er año en la clase 3, pero no hay suficientes estudiantes. Vayamos al siguiente múltiplo común, que podemos encontrar multiplicando por 2. 24. 24 más 1 es 25. Un buen número de clases en Japón son de ese tamaño, pero tú describiste la sesión de estudio como la mitad de la clase. No se puede decir que 19 de 25 sean ‘casi la mitad’. Así que vamos a intentarlo una vez más. Multiplica el mínimo común múltiplo por 3 para obtener 36 más uno.

37. Treinta y siete. ¿No es ése el número correcto de estudiantes en la clase 3 de primer año?”

“¿Había un forastero allí con nosotros? Pero piensa en el decreto de Oikura. Ella dijo específicamente que no se permitían forasteros, ¿así que cómo…?”

“Es cierto. No debería haberlos. Pero su regla podría ser tomada como que está bien si eres parte de la Clase 3 de 1er Año. Por ejemplo…”

Su profesor de aula.

Ougi-chan pronunció las palabras con una sonrisa desagradable. “Como señalaste al principio, encontraste hasta el último miembro

de la clase 3 de primer año allí reunido. Sí, y tu usaste la palabra miembro. Y no todos los estudiantes de la clase 3 de primer año. Por supuesto. Podrías llamar a tu profesora de aula un miembro de la clase

3 de primer año. No sería extraño que un profesor asistiera a un consejo de clase.”

“…”

“A partir de ahí, repasando tus presentaciones de los treinta y ocho, utilizaste palabras como ‘estudiante’, ‘chico’, ‘chica’, ‘primer año’, ‘compañero de clase’, ‘estudiante de secundaria’, ‘miembro de club’, etc., para describir a todos ellos excepto a uno—Tetsujo Komichi. Y así, mediante un elemento fundamental tanto de las novelas de misterio como de las matemáticas, el proceso de eliminación—y de no contradicción—, pude identificar a Tetsujo como la culpable. Oops,

¿debería usar su título? ¿Debería decir Tetsujo-sensei? Por otra parte, parece que ella se hizo llamar Joe, y tú tampoco te molestaste. Parece bastante relajada, así que supongo que está bien.”

Ougi-chan sonrió y continuó.

“Cuando dijiste que estaba en el equipo de softball, probablemente quisiste decir que era su asesora; no obstante, hablas de manera tan engañosa. Oh, pero la llamaste ‘por encima de todo’. ¿Ahora que lo pienso, eso pretendía ser alusivo?”

“No, no estaba tratando de serlo.

Jaja, es así.”

“…”

“Además, cuando las tres chicas te trajeron a la clase, dije que todos los asientos debían estar ocupados, a lo que tú dijiste que técnicamente,

los de Arikure, Kijikiri, Tone y Oikura estaban libres—pero eso no parece correcto, ¿verdad? Sería extraño, a no ser que tu asiento también estuviera libre, o que alguien pudiera ocuparlo. Como, por ejemplo, tu profesora de clase.”

No es que Oikura no te dejara sentarte, para empezar no podías—

comentó Ougi-chan.

“Sólo una prueba lo corroboraría, por supuesto. Un pequeño detalle. Entonces, dime. ¿Mi deducción, de que Tetsujo Komichi no era un estudiante sino una profesora, está completamente fuera de lugar? ¿Estoy siendo quisquillosa?”

“Diste es el blanco. Tienes razón, había treinta y siete estudiantes en la clase 3 de primer año. Había treinta y ocho personas en el consejo de clase, incluida Tetsujo, nuestra profesora de aula. Pero…” Dije, como si necesitara dar una refutación contundente, como si me hubieran señalado como culpable. “Que Tetsujo fuera nuestra profesora no significa que sea automáticamente la culpable. Todo lo que significa es que teníamos una profesora amable que se sentaba en el asiento de un estudiante durante una reunión del consejo de clase…”

“¡La mediadora! Qué manera tan inteligente de referirse a una profesora de aula…”

Ougi-chan se rio, casi ignorándome.

Su actitud me hizo inclinarme hacia adelante en mi silla. “Hey…”

“Por supuesto, habría sospechado de tu profesora de aula aunque Tetsujo no estuviera allí, incluso si su nombre no hubiera surgido en absoluto. Alguien lo dijo cuando la reunión empezaba a romperse,

¿no? ¿Podría alguien realmente averiguar las preguntas de un examen antes de que se dé?”

Ougi-chan se acercó a mi cuerpo inclinado—nuestros rostros estaban demasiado cerca y me encogí. Débil…

“Sería muy difícil. ¿Entrar en la sala de profesores? ¿Hackear el sistema informático? ¿Qué clase de culpable haría algo así sólo por diversión?”

“Los profesores son libres de entrar y salir de la sala de profesores, pero eso no es razón suficiente para dudar—”

“Por favor, no te hagas el tonto, no después de lo lejos que hemos llegado—también se sacó el tema al término de la reunión, si no me equivoco. El profesor de la clase 3 de primer año era profesor de matemáticas. Tetsujo Komichi enseñaba matemáticas. Dada esa posición, no es una cuestión de conocimiento previo. Ella hacía las preguntas. No había ningún riesgo.”

Ougi-chan realmente había escuchado con atención, hasta los más mínimos detalles.

Una buena y honesta oyente.

“Aunque eso fuera cierto.” Dije. “¿Cómo pudo llevar las preguntas que hizo a la sesión de estudio? Tetsujo no participó en ella. No es que

un profesor lo hiciera… a diferencia de las reuniones del consejo de clase. Entonces, ¿cómo filtró la información? ¿A través de quién?”

“No tuvo que pasar por nadie, ni filtrar nada. ¿Cómo es que era su apellido, Higuma? Les habría parecido poco natural que alguien intentara filtrar las preguntas del examen. Sólo fue su impresión, así que no estoy segura de si debo creérmelo, pero vale la pena considerar su testimonio. Una cosa más, un punto importante—¿puestos a filtrar preguntas por qué no filtrarlas todas? No veo una razón para filtrar sólo una parte de la prueba.”

“Si vas a decir eso, ¿siquiera por qué filtrarlas?”

“Eso se aclarará más adelante. La respuesta lógica sería que Tetsujo no difundió la información a la sesión de estudio—no era más que un lugar sano de aprendizaje y mejora mutua. Tal como quería Oikura.”

“Entonces, ¿por qué los diecinueve estudiantes de la sesión—?”

“Simple. Tetsujo estaba en condiciones de crear las preguntas del examen. En ese caso, sólo tenía que hacerlas coincidir con lo que la sesión de estudio cubriría.”

“¡!”

Unos signos de exclamación, en el momento oportuno, pero todavía no estaba sorprendido. La imagen misma de la compostura, mi mente aceptó la “sorprendente verdad” de Ougi-chan.

“Sunahama, en el turno de día, se quejó de tener que limpiar después de la sesión de estudio a primera hora de la mañana, ¿verdad? Hizo que Tetsujo, Mebe y Fukuishi la ayudaran. ¿Qué tipo de limpieza hicieron? Vamos, ¿no me lo vas a decir? ¿Cómo limpiaron después?”

“Tiraron bolsas de bocadillos y ordenaron los escritorios.

¡Lo otro!”

“Y borró la pizarra, supongo.” Dudé en responder—la pizarra.

Sí, en un uso intensivo durante la reunión del consejo de clase, pero cualquier sesión de estudio tenía que incluir también ejemplos en una pizarra. En otras palabras, los participantes habían dejado huellas de su sesión en la pizarra para que todos las vieran.

La superficie de una pizarra tiene un tamaño limitado, por supuesto, así que debieron escribir, borrar y volver a escribir. No todo lo que pusieron allí habría sido legible, pero…

“Serías capaz de leer una parte.” Admití.

“Sí, efectivamente. Y si sabías lo que habían repasado en la sesión de estudio, podías crear preguntas de examen que coincidieran. Era el día del examen, claro. Incluso si pudieras cambiar las preguntas, estoy segura de que, a fin de cuentas, sólo podrías cambiar una parte de ellas.”

Así que sólo una parte de las preguntas se ajustaba a la sesión de estudio porque no podía obtener una imagen completa de la pizarra y porque no había tiempo suficiente.

“Teníamos matemáticas durante la segunda hora, así que habría repasado las preguntas durante nuestro examen de educación física…

¿Podríamos atribuir la alta puntuación de Mebe al hecho de que, al igual que Tetsujo, vio las preguntas mientras se limpiaba antes de la clase y se le grabaron en la mente?”

“Correcto.” Coincidió Ougi-chan. “Debe haberse dado cuenta durante la reunión, lo que explica su incomodidad. No debía de querer meter la pata y decir algo que la metiera en el saco de los participantes. Por supuesto, también había algunos alumnos como Sunahama y Fukuishi que miraron la pizarra y no se enteraron de nada. Creo que deberíamos llamar a eso una muestra de talento de Mebe.”

Es cierto—no todos los estudiantes pueden acertar las preguntas de matemáticas con sólo conocerlas de antemano.

“Y Tetsujo debió pensar lo mismo—apuesto a que se sorprendió cuando la puntuación media subió tanto. ¿Sólo Igami participó en la sesión y obtuvo una mala puntuación, mientras que todos los demás obtuvieron un 80 o más? ¿De verdad? Sin embargo, lo que realmente la sorprendió fue que Oikura celebrara esa reunión de ‘quién es el culpable’. Estoy segura de que todo el tiempo el corazón de Tetsujo latió con fuerza—pensaba que su crimen podría salir a la luz.”

“… Hasta el punto de no poder mediar entre Oikura y yo.”

Me eché hacia atrás—Ougi-chan se arrastró hacia mí. Ella continuó, con un escritorio entre nosotros, pero lo suficientemente cerca para que yo sintiera su aliento.

“También podríamos suponer que participó en la reunión por miedo. Para poder dirigir la discusión si se diera el caso. No es que debiera estar preocupada. Nadie va a pensar que la profesora, de entre todas las personas, es la culpable—sería como si el detective o la policía fueran los culpables de una novela de misterio, un verdadero punto ciego para la gente. Por otra parte, las historias en las que el detective o la policía son los culpables se han hecho hasta la saciedad. En serio, ¿nadie sospechó de la profesora?”

“Nadie. Aparte de ti.”

“Bueno, si vas a decir que lo hice, estoy seguro de que todos los demás también lo hicieron. Pero estábamos tratando de convencernos de que no había manera.”

Entonces, ¿nos sentimos aliviados? ¿Que el voto mayoritario terminara en el sospechoso Nº 6? No, no importaba cuánto bajáramos en la lista, nuestra profesora de aula no estaba en ella. Su nombre nunca habría sido llamado.

“¿Qué queda, el motivo?” Dijo Ougi-chan. “La motivación detrás del crimen. No filtrar las preguntas, exactamente, sino lo que sea que haya hecho.”

“Oh… Prometiste que lo aclararías más tarde, ¿significa que también lo tienes claro?”

“Sería un crimen sin sentido para un estudiante. Es difícil imaginar un motivo, y decir que por la emoción no termina de cuajar. Aumentar la puntuación media tendría el efecto relativo de empeorar la desviación de notas entre los estudiantes, uno de los métodos más importantes para clasificarlos. Si tuviera que inventar algo, ¿quizás aumentar la reputación de quien sea—Oikura, en este caso? Pero entonces, ¿por qué convocar el consejo de clase? Como has dicho, sería algo que no debería hacer en absoluto. Pero hay una persona cuya reputación aumentaría si la media de la clase subiera—la profesora de matemáticas Tetsujo, también profesor de la clase 3 de primer año. Se reflejaría bien en sus habilidades de instrucción y orientación, y ese era su motivo.”

“Pero en ese caso…”

En ese caso, podría simplemente decirnos durante la clase: “Esto aparecerá en el examen.” ¿Por qué tomarse la molestia de alinear el examen con las predicciones de sus alumnos?

“No, no. La descubrirían si lo hiciera en clase. Tenía que ser sutil, aunque se pasó un poco. Tres preguntas es demasiado. Debería haberse limitado a una o dos cambiadas en el último momento, parece que subestimó las capacidades académicas de sus alumnos.”

Sí. También significaba que se burlaba de sus propias habilidades como instructora—su propia clase se las había arreglado para resolver los problemas.

Y como resultado…

Ha perdido a uno de sus mejores alumnos. “¿Algo más, Araragi-senpai?”

“¿Por qué lo habría…?”

“Ah. Entonces por qué no nos ponemos en marcha.”

Con esa mirada y mi cortante respuesta, Ougi-chan se alejó de un salto y se dirigió a la puerta, con pasos ligeros, despreocupada.

“Ya puedes irte.” Dijo y puso la mano en la puerta. “Sí…”

Seguí los pasos de Ougi-chan con paso firme. Al mirar mi reloj de pulsera, vi que eran las 5:58 p.m., exactamente la misma hora que el reloj de la clase. El ángulo de las agujas coincidía por fin, como si las estrellas se alinearan. Incluso un reloj estropeado acierta dos veces al día—no.

El reloj que cuelga en el aula debe haber empezado a funcionar de nuevo.

Como si la obra te teatro hubiera terminado. Porque Ougi-chan—había salido con la respuesta.

Porque fui e identifiqué al culpable—el tiempo se reanudó.

La campana que anuncia el final de la jornada no tardará en sonar. “¿Cómo que puedo irme?”

“¿Perdón?”

“Bueno, fue una forma extraña de decirlo… ¿Qué quisiste decir con eso?”

“Oh. ¿No lo sabes? Los vampiros necesitan el permiso de alguien dentro de un edificio o una habitación para poder entrar en él.”

“Cierto… aunque yo nunca lo he experimentado.”

“Bueno, Shinobu-san es un modelo especial. Pero como no pudiste salir de aquí en lugar de entrar, pensé en intentar decirte que sí podías. Un pequeño encantamiento que pretende tranquilizarte.”

“Casi haces que parezca que fuiste tú quien me encerró.”

“No seas tonto. Nunca te encerraría en una habitación. ¿Por qué iba a hacerlo?” Se defendió Ougi-chan con una risa. “Estabas atrapado por tu propio pasado. Todo este tiempo, durante dos años. ¿No es cierto?”

“…”

“Sólo es una suposición, por supuesto. Pero piensa en lo que debe sentir un profesor, alguien que se supone que simboliza la justicia para un estudiante, cuando hace algo deshonesto, y un profesor amigable y de confianza que actuó como mediador de la clase, además. ¿Quién podría culparte por cerrar tu corazón, por un sentimiento de traición?

Al fin y al cabo, destruyó a una alumna, que ha sido promocionada a pesar de su nula asistencia, en parte por sus excelentes notas, pero ¿no es también una expiación por parte de Tetsujo?”

“¿Expiación? No, es una excusa. Sólo quiere creer que es un ser humano decente.” Murmuré, en un tono más duro de lo que esperaba. Como para distraerme, puse una mano en la puerta del aula para abrirla, pero Ougi-chan puso suavemente su mano sobre la mía un momento antes de que pudiera hacerlo.

Lo que pasó después. Tienes que decírmelo.

Hasta que no lo hagas, no dejaré que te vayas. Parecía estar diciendo esto.

“Lo que me hizo renunciar…”

Así que lo hice. Desenterrando los recuerdos que había guardado bajo llave, incapaz de olvidar, del encuentro que había tenido lugar en esta aula hace dos años, el 15 de julio…

Recordando el voto de la mayoría.

La verdadera razón por la que renuncié a la justicia.

No me desesperé por la reunión en sí, sino por la propia votación. No era el aspecto de la verdad en sí.

Muy bien, siguiente.

No. 6.

Quienes crean que el culpable soy yo—Oikura Sodachi. Por favor, levanten la mano.

“Renuncié a la justicia porque…” Renuncié a la justicia por qué.

“Allí, entre todos mis compañeros designando a Oikura como culpable… estaba Tetsujo, nuestra profesora, con la mano levantada. Por eso.”

El timbre sonó. La puerta se abrió.

Ahora vamos a casa, la reunión ha terminado. No puedes quedarte en la escuela para siempre.

***

El epílogo, o quizás, el remate de esta historia.

Al día siguiente, me despertaron de la cama mis hermanas pequeñas Karen y Tsukihi, que, a diferencia de mí, siguen creyendo que existe algo así como la justicia inmutable en el mundo, y me dirigí a la escuela, a pie, ya que todavía no podía comprar una bicicleta nueva. Supongo que era bueno para mi salud. Por capricho, pasé por la sala de audiovisuales antes de dirigirme a mi clase. Más exactamente, al lado de la sala audiovisual.

Y, como si fuera lo más natural.

No había ningún aula vacía, ni siquiera el espacio muerto del cuaderno de Ougi-chan. Sólo la sala de audiovisuales, una sala de esquina sencilla, ni siquiera más larga que la media por la longitud de un aula.

Ah, otro fenómeno sobrenatural, pensé, pero no, no podía ser eso. Ougi-chan había medido mal, eso es todo. Había creado un espacio inexistente en el proceso de trazar los edificios de la escuela.

Aquí no había nada. Aquí no ha pasado nada.

No hay habitaciones ocultas o cerradas, no hay un “quien lo hizo”.

No hay verdades sorprendentes, no hay consejo de clase y no hay voto mayoritario.

Todo eso estaba en el pasado, acabado y hecho.

Aun así, pensé que debía decírselo a Ougi-chan—haría que Kanbaru nos pusiera en contacto para nuestro próximo encuentro, ya que no tenía su información de contacto. Reflexionando, cambié de edificio y me dirigí a mi clase.

De camino pasé por la sala de profesores… Tetsujo Komichi no estaría allí. No, no renunció por remordimiento de conciencia ni fue despedida después de que se descubriera su fechoría. Fue por una razón auspiciosa, estaba embarazada y de baja por maternidad—amada por sus alumnos, recibió las felicitaciones de todos al marcharse. No volvería a la escuela antes de que yo me graduara, incluso sin tener en cuenta el tiempo que se tomaría para cuidar a su bebé. Dudo que Tetsujo y yo volvamos a encontrarnos en nuestras vidas.

No tenía ningún sentimiento al respecto.

Desde que la vi levantar la mano aquel día de hace dos años, había dejado de ser una profesora o una adulta para mí—para ser sincero, no estoy seguro de cuánto de la verdad de este caso había conocido, si en mi mente consciente o subconsciente, pero si había una razón por la que nunca hablé de ella como si fuera una profesora a lo largo de mi relato, sería esa. En ningún caso trataba de encubrirla, como decía Ougi-chan. Sin embargo, apuesto a que sólo me valdría una respuesta poco sincera si se lo dijera. Ohhh, ¿es así? Muy educativo.

Pasé por delante de la sala de profesores sin cambiar mi paso. Llegué a mi actual aula de tercer año, pero al intentar entrar casi me choco con Hanekawa, que acababa de salir.

“Ah. Buenas, Araragi-kun.

Oh. Buenos días, Hanekawa.

Este es un mal momento.

¿Perdón?”

“Sería mejor que no entraras ahí.

¿Qué?”

“¡Hup!” Hanekawa me separó de la clase empujándome con las dos palmas de las manos—los golpes de palma más bonitos de la historia. Una vez que retrocedimos varios metros, me susurró al oído: “¿Te has fijado en el único asiento vacío de nuestra clase, Araragi-kun?”

“¿Hm? Mm. Sí. Supongo que sí…, pensé que era una silla de apoyo, ¿qué pasa con ella?” Respondí, todavía sin idea—¿un asiento vacío? “¿Por qué, viniste a clase hoy para encontrar un fantasma sentado en ella? A estas alturas necesitas algo más que un fantasma para asustarme.”

“No es un fantasma, una persona estaba sentada en él. Un compañero de clase que no ha venido a la escuela en años, de repente decidió aparecer hoy.”

“Huh… ¿en serio? Así que el asiento pertenecía a esta persona. Es una sorpresa, teníamos un compañero más de lo que pensaba. ¿Pero por qué eso significa que no debo entrar?”

“Porque es Oikura-san.” Dijo Hanekawa Tsubasa. Solemnemente, con una mirada de preocupación que parecía presagiar una tragedia que estaba a punto de ocurrirme. “Oikura Sodachi parece haber estado estudiando en su casa durante dos años, y como si fuera a cambio de Tetsujo-san, ha vuelto a la escuela. Están en malos términos, ¿verdad?”