Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 8

Capitulo 64: El Nuevo Cazador

Parte 2

“Así que no es una tarjeta…”

Reiko había recordado una novela que había leído en el pasado, y las palabras se le escaparon de la boca.

“Antes eran tarjetas, pero los cazadores las perdían tan a menudo que acabamos usando colgantes.” Dijo la recepcionista.

Su explicación tenía sentido. Mirando a su alrededor, Reiko se dio cuenta de que muchos de los cazadores allí reunidos eran del tipo tosco y grosero. Aprovechó el momento para hacer otra pregunta.

“Si  alguna  vez  me  ataca  otro  cazador,  puedo  defenderme,

¿verdad?”

“Eso se consideraría un asunto personal, ajeno al gremio. Por lo tanto, se llamaría a los guardias como en cualquier otra situación, y el atacante sería juzgado por la ley como un ciudadano normal. El gremio no tiene jurisdicción sobre ellos.”

“Oh…”

La respuesta de la recepcionista debería haber sido obvia. El gremio era básicamente una agencia de empleo glorificada, así que no había forma de que tuvieran autoridad para hacer una llamada sobre tales asuntos.

La recepcionista continuó: “Sin embargo, si alguien causa problemas en las instalaciones del gremio, destruye el mobiliario o el interior, o perturba de cualquier otro modo la actividad, presentaremos una reclamación de indemnización y podremos imponer una sanción estricta, que puede llegar a la expulsión permanente. Además, para evitar daños a nuestra propiedad y por la seguridad de nuestro personal, podemos vernos obligados a tomar medidas defensivas o de precaución con la ayuda de los guardias o cazadores que se encuentren en el lugar.”

En otras palabras, se unían contra el infractor y le daban una paliza. “Ya veo…” Respondió Reiko.

“También me gustaría añadir que las amenazas verbales son una cosa, pero tocar la empuñadura del arma o agarrar a alguien sería motivo suficiente para que el defensor se defendiera con toda su fuerza. En tal caso, aunque el agresor muriera o perdiera un miembro, el defensor no sería acusado de ningún delito ni se le impondrían multas. Además, el hecho de que el delincuente acabara siendo un esclavo criminal dependería del testimonio y la petición de la víctima. Si la víctima es compasiva y prefiere arreglar las cosas amistosamente, todo el calvario podría considerarse sólo una riña… La palabra clave es ‘podría’.”

Era evidente que se tomaban en serio el mantenimiento de la paz en el lugar, aunque se limitaba a quienes podían defenderse sin sucumbir a las amenazas.

“Entonces, si alguien intenta meterse conmigo, no tendré problemas aunque lo mate, le saque los ojos o le corte las extremidades. ¿Eso es cierto?”

“Sí, yo diría que es seguro suponerlo.”

La sala había quedado en silencio, y los cazadores que observaban el intercambio de palabras entre Reiko y la recepcionista estaban pálidos, con sudor frío corriendo por sus rostros. Parecía que las perspectivas de seguridad de Reiko, o mejor dicho, de Cándida, habían mejorado mucho.

“Si desea saber más sobre las normas del gremio de cazadores y detalles sobre la clasificación de los cazadores y su trabajo, puedo dirigirle a alguien que estará encantado de responder a sus preguntas…” Dijo la recepcionista.

“¿Eh? ¿No podrían haberme explicado todo eso mientras esperaba la identificación?” Preguntó Reiko.

“En ese momento no tenías el sello del gremio, así que no podías recibir servicios como miembro del gremio.”

“¡¿Qué clase de mierda burocrática es esa?!”

Reiko parecía haber olvidado que acababa de afirmar que seguía siendo una plebeya ordinaria porque no tenía el sello del gremio durante su pelea de no hacía mucho, pero no tenía sentido señalarlo.

“Me gustaría escuchar esos detalles, por favor…”

Y así, Reiko fue llevada a otra habitación y recibió una explicación detallada de lo que significaba ser un cazador.

Después de escuchar durante más de media hora, Reiko fue finalmente liberada.

Veamos qué tipo de empleos hay disponibles…

La habían acosado justo cuando había empezado a mirar el tablón, así que sólo había echado un breve vistazo a las solicitudes para cazadores de alto rango, lo que significaba que por ahora estaban completamente fuera de su alcance. Esta vez, miró los trabajos de Rango E, que estaban un rango por encima de su nivel actual, pero aún parecían manejables.

“¿Eres nueva aquí?”

¡¡¡AAAAAAHHH!!! Gritaron internamente los demás cazadores y el personal del gremio. Alguien que no parecía haberse enterado del revuelo de antes, quizás porque acababa de llegar, acababa de hablar con Reiko de la nada.

“Sí… Bueno, acabo de recibir mi sello del gremio hace un minuto.” Respondió Reiko.

El joven asintió con expresión satisfecha.

“Entonces te dejaré unirte a nuestro grupo. Todos somos jóvenes y cercanos a tu edad, y no te preocupes, también hay mujeres. Es demasiado peligroso para un nuevo cazador ir solo, y no querrás lidiar con ser arrastrada a un grupo lleno de hombres.”

El hombre que había hecho la invitación parecía tener unos veinte años desde la perspectiva de Reiko como mujer japonesa, pero podía ser más joven para los estándares de este mundo. Detrás de él había cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, más o menos de su misma edad. No parecía tener intenciones maliciosas, a diferencia del otro hombre que se le había acercado antes, pero los estafadores no solían ser obvios sobre sus intenciones cuando hablaban con presas potenciales.

Reiko no podía negar la posibilidad de que este grupo engañara a los nuevos cazadores para venderlos como esclavos o se aprovechara de ellos haciéndoles hacer trabajos sucios sin apenas pagarles. No podía condenar a todos los cazadores jóvenes con los que se cruzaba sólo porque existiera la posibilidad de que estuvieran tramando algo malo, pero tampoco tenía intención de unirse a un grupo lleno de novatos. No tuvo más remedio que rechazarlos amablemente.

“Serías un lastre, así que…”

¡Vaya frase! Pensaron los cazadores y el personal del gremio, que hoy parecían estar sincronizados con bastante frecuencia.

“¿Qué…?”

Parecía tener quince o dieciséis años. Acababa de inscribirse como cazadora. A juzgar por su tamaño, su físico y sus delgados brazos, no parecía tener ningún entrenamiento. Su forma de comportarse demostraba que tampoco sabía artes marciales. Su armadura de cuero sólo protegía una parte de su cuerpo. Su arma y el resto de su equipo estaban impecables y eran nuevos.

“¡La chica está delirando!” Corearon los espectadores. “¡¡¡No, para nada!!!”

Esto parecía ser el equivalente del concepto conocido como síndrome del octavo grado en Japón, y la función de traducción de Reiko lo había interpretado automáticamente para ella.

“En cualquier caso, no creo que ningún grupo decente invite a alguien sin saber nada de él o sin comprobar qué tipo de trabajo tiene, así que no, gracias.” Dijo Reiko.

“Ah…” Dijeron los otros cuatro miembros del grupo, que parecían estar de acuerdo. No había usuarios de magia entre los cazadores, e incluso si los hubiera, la capacidad de encender una vela después de lanzar un encantamiento durante treinta minutos era completamente inútil.

Dado que Reiko llevaba una espada corta sin arco, podría haber parecido una especie de luchadora de primera línea, pero su complexión delgada y sin entrenamiento, su endeble equipo de cuero que sólo le cubría parcialmente el cuerpo y el hecho de que llevara una espada corta porque una espada normal sería demasiado grande para su complexión, descartaban esa posibilidad. La mayoría de la gente supondría entonces que su arco era su arma principal, pero que estaba siendo reparado, o que no llevaba su lanza porque le estorbaba en la ciudad, así que sólo llevaba su espada corta encima para defenderse.

Dado que el hombre le había pedido que se uniera a su grupo sin confirmar ninguna de estas posibilidades, la suposición obvia era que sólo la había invitado porque era una mujer joven.

“¡¿Q-Qué?! Sólo pensé que sería peligroso para una chica guapa trabajar sola, y me preocupaba que algunos chicos malos intentaran hacerte algo…”

Silencio. Las miradas colectivas de Reiko y los otros cuatro miembros del grupo se clavaron en el líder como puñales.

Era muy raro invitar a un novato sin pensar en su compatibilidad con el resto del grupo. Ningún cazador era tan estúpido como para reducir drásticamente las posibilidades de supervivencia de su propio grupo por preocuparse por un completo desconocido, y cualquier grupo con un líder que tomara una decisión así sin consultar al resto de los miembros no duraría mucho, ya que abandonarían al insensato líder.

El grupo del líder, Reiko, los otros cazadores y el personal del gremio pensaban lo mismo:

Trató de invitarla sólo porque es una chica linda…

“Entonces… lo que estoy diciendo es que ¡no tenía malas intenciones de ningún tipo!” Exclamó el líder del grupo.

“Todos los criminales dicen lo mismo…” Respondió Reiko.

“¡No, no es así!” Gritó el joven, tratando desesperadamente de defenderse.

El líder del Grupo se llamaba Leaf. A pesar de sus intentos, parecía que nadie se tragaba sus explicaciones… ni siquiera los miembros de su propio grupo. Tal vez todo esto tenía que ver con el hecho de que los otros cuatro miembros de su grupo estaban divididos en parejas, cada una de ellas formada por un hombre y una mujer que eran bastante cercanos entre sí, más o menos como parejas.

“Entonces, ¿exactamente por qué intentaste invitarme y qué papel me habrías asignado en el grupo? No quiero oír que lo hiciste porque soy nueva. ¿Por qué me quieres en tu grupo?” Reiko le presionó.

“Urgh…” Por un momento Leaf no pareció tener una respuesta antes de responder: “¡La retaguardia! Te habría asignado a ti para que protegieras la retaguardia de nuestro grupo con ataques a distancia, y si el enemigo se acercaba, ¡te habría hecho centrarte en protegerte a ti y a la retaguardia de la vanguardia para que la primera línea pudiera centrarse en los enemigos que tuviéramos delante!”

Leaf había conseguido presentar un caso algo convincente, pero… “¡Lástima, soy un luchador de primera línea!”

“¡¿Quéééééééé?!”

Leaf y los espectadores se quedaron estupefactos ante la respuesta de Reiko. “¡No puede ser!”

“Uh… El resto de ustedes acaba de ver mi Cortador de monedas de cobre…”

“Oh…” Respondieron los curiosos.

A juzgar por la complexión de Reiko, el grosor de sus brazos, el estado de las palmas de sus manos y la forma en que se movía, parecía una suposición segura… pero el hecho de que ni siquiera los otros cazadores y el personal del gremio hubieran reconsiderado sus ideas después de ver su Cortador de monedas de cobre les hacía parecer bastante tontos. Pero el grupo de Leaf no sabía nada de eso…

“¡Estás mintiendo! Si eso es cierto, debes ser una completa aficionada sin ningún tipo de entrenamiento para ser cazadora. Un aprendiz menor de diez años sería una cosa, ¡pero no puedo dejar que alguien como tú trabaje sola como cazadora!”

Tenía razón. Cualquiera que viera valor en la vida humana lo encontraría un buen argumento, y nadie pensaría en estar en desacuerdo… Excepto Reiko, o ‘Cándida’.

“En cualquier caso, no puedo quedarme de brazos cruzados y dejar que salgas sola. Serías víctima de monstruos, bandidos o cazadores que buscarían aprovecharse de ti en un santiamén.” Dijo Leaf.

“¿Qué?” A Reiko no le hizo ninguna gracia. “¿Qué te hace pensar que tienes algo que decir sobre lo que hago? No te conozco. Sólo eres un tipo pensando: ‘Voy a obligar a esta joven a unirse a mi grupo, jejeje’…”

“Q-Qué…”

Leaf parecía sorprendido, pero por lo que parecía, Reiko tenía toda la razón. Incluso el público asentía con la cabeza.