Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 8

Capitulo 64: El Nuevo Cazador

Parte 1

“¿Servirá esto?”

Reiko entregó su formulario de inscripción cumplimentado a la recepcionista.

“Ah, sí. Un momento, por favor…”

No había mucho que rellenar en el formulario. No había que escribir una dirección muy larga; de hecho, proporcionar información como el lugar de nacimiento era opcional. La recepcionista tardó unos segundos en confirmarlo todo.

“Por favor, esperen mientras estampo el sello del gremio.”

Reiko no tenía ni idea de cuánto tardarían eso, así que mató el tiempo mirando el tablón de peticiones en lugar de ir al rincón de la comida y la bebida. Podían tardar bastante si grababan metal, pero escribir un nombre y un número de registro en un trozo de papel sólo llevaría unos minutos. No se sabía cuánto duraría la espera.

Reiko, Kaoru y Kyoko apenas habían interactuado antes con el gremio de cazadores, así que prácticamente no tenían información con la que trabajar. Hacer demasiadas preguntas sobre el gremio podría atraer una atención no deseada, y no querían que la gente pensara que las chicas de Pequeña Plata estaban interesadas. Además, incluso sin investigación previa, Reiko tenía que aprender cosas por el camino como nueva cazadora.

Cazadores… individuos que realizan trabajos ocasionales, escoltan caravanas de mercaderes y cazan monstruos y bestias peligrosas. Al fin y al cabo, los monstruos existían en este mundo. Cuando Kaoru había preguntado a Celes por primera vez, ella había confirmado su existencia y también había mencionado la profesión que los cazaba, así como el gremio que los dirigía. Tenían sellos gremiales con extraños efectos que parecían estar potenciados por algún tipo de ciencia o magia, como sacados directamente de una novela de fantasía… pero no se trataba de una misteriosa organización con autoridad que se extendía por varios países. Eran más bien agencias de empleo.

Además, la posición social de los cazadores era bastante baja. De hecho, sólo un matón callejero, un vagabundo o un huérfano serían considerados inferiores a un cazador. Sin embargo, siempre existía la posibilidad de llevarse el premio gordo, y había un pequeño puñado de cazadores famosos en todo el país por ser más hábiles que los guardias reales. Estos cazadores eran aclamados como héroes y a veces eran contratados por el monarca o por algún aristócrata para prestar sus servicios. Estos cazadores de clase heroica tenían una influencia que superaba incluso a la de un aristócrata de bajo rango o al alcalde de una ciudad, y a veces derrocaban a señores opresores y corruptos tras ser espoleados por los residentes locales.

Reiko y Kaoru no habían entrado en contacto con monstruos hasta ese momento porque habían evitado estrictamente la posibilidad de encontrarse con ellos, débiles físicamente como eran. Incluso durante sus viajes, sólo utilizaban los caminos principales que habían sido barridos por las organizaciones locales en busca de monstruos, y se aseguraban de utilizar pociones que mantenían a raya a monstruos y bestias. Así que, aunque nunca se habían topado con ellos directamente, los monstruos estaban ahí fuera. Conejos de un cuerno

—que a menudo se cazaban para comer—, orcos, peligrosos ogros, osos de un cuerno, dragones… En el pasado, sólo habían visto monstruos en los platos de la mesa. Era probable que a Kyoko también le ocurriera lo mismo.

Varios pensamientos pasaron por la mente de Reiko mientras miraba el tablón de peticiones, cuando de repente…

“Hola, ¿eres nueva? Puedes unirte a nosotros.”

¡Ahí está!

Reiko soltó un grito interno de alegría mientras se desarrollaba la tópica situación.

¡¡¡AAAAAAAAAHHH!!! Pensaron al unísono las personas reunidas en el gremio. El personal del gremio y otros cazadores estaban claramente preocupados al ver a este hombre, que obviamente tenía intenciones perversas en mente, acercarse a esta chica que parecía alguien con quien no se debía jugar descuidadamente.

“Paso… No me gusta ocuparme de hombres más débiles que yo.” Respondió.

La frase resonaba en las mentes de los demás.

Todo el mundo sabía que la chica iba a rechazar la invitación del hombre. Estaba más claro que el agua que pretendía utilizar a la chica como herramienta o juguete y que quería hacerse con el dinero de su familia… Pero todos habían pensado que habría sido más diplomática con sus palabras. Aun así, no importaba cómo formulara su respuesta, el hombre nunca iba a rendirse ante una presa fácil así como así. Por supuesto, como los otros cazadores ya habían notado, este hombre era demasiado estúpido para darse cuenta de que esta “presa fácil” tenía colmillos afilados.

“Pequeña zorra… ¿Quién te crees que eres? No eres más que una aficionada.” Le espetó.

Tenía razón en que Reiko era una completa aficionada en lo que se refería al trabajo de cazador y al combate, y de hecho se estaba adelantando un poco a los acontecimientos. Era una situación típica que ocurría a menudo en las historias, y la oportunidad de ganarse una reputación ya había llegado tan pronto después de registrarse como cazadora.

“¿Oh? ¿Quieres un duelo? Entonces hagámoslo. Vamos, ahora mismo.” Dijo.

“¿Qué…?” Dijeron el personal y los cazadores, que se habían quedado casi sin habla. Incluso el hombre con el que hablaba tenía problemas para seguirle el ritmo, ya que parecía haberse saltado unos tres intercambios en su enfrentamiento verbal.

“Uh, bueno, yo, uh… D-De acuerdo.” “¡¡¡Aceptó!!!” Corearon.

“Oh…”

Y así, él había aceptado su desafío por descuido. “¿Cómo ha pasado esto…?”

Los que habían estado entrenando en los terrenos del patio trasero del gremio habían hecho una pausa en sus esfuerzos y se habían reunido en el borde del campo junto con la multitud que había salido del edificio. En el centro del campo de entrenamiento había un cazador de Rango C de unos treinta años y una joven atractiva de unos quince o dieciséis. La chica llevaba equipo nuevo y, a juzgar por su aspecto y su forma de comportarse, era una completa aficionada. Normalmente, esto acabaría con la chica derribada inmediatamente y llevada a algún lugar por el hombre… Pero esta chica de aspecto inteligente no podía haberse metido en este desastre si el resultado obvio iba a suceder aquí. Como tal, los espectadores observaron con gran interés.

“¿Puede alguien traerme una moneda de cobre?” Preguntó la chica al público.

“¡Toma, ten una!”

Uno de los cazadores sacó una bolsa del bolsillo del pecho y extrajo una moneda de cobre.

“Gracias. Ustedes dos, por favor confirmen que esta es una moneda de cobre ordinaria.”

Los hombres situados a ambos lados de él la comprobaron y confirmaron que se trataba de una moneda de cobre normal. El público supuso que era para demostrar que no se trataba de una moneda trucada, pero en realidad era para que Reiko pudiera confirmar que era realmente una moneda de cobre y no otra cosa, como una pequeña moneda de plata. Habría sido un problema para ella que fuera otra cosa o que se distinguiera de otras monedas de cobre porque estuviera dañada o marcada.

“Ahora, por favor, lanza eso hacia mí en un arco.”

Reiko sacó silenciosamente la espada de su cintura. A estas alturas, era obvio lo que estaba a punto de intentar… pero era una hazaña imposible.

“Bien… Aquí va…”

El hombre retiró su mano derecha, luego la lanzó hacia ella con un arco bajo…

¡Swing!

¡Cling-cling!

Dos de los espectadores recogieron los trozos que habían caído al suelo y, sin mediar palabra, los levantaron para que los vieran los demás.

“Ha sido… cortada en dos…”

“Un corte tan limpio… Y está dividida justo por la mitad…” “Imposible…”

La multitud enmudeció.

Su oponente había palidecido.

“Técnica Secreta: ¡Cortador de monedas de cobre!” Reiko sonrió triunfante.

¿Cómo podía lograr semejante hazaña si lo único que sabía hacer era usar magia? La respuesta era sencilla. Cuando la moneda de cobre voló hacia ella, la golpeó con la espada, la guardó en la Caja de Objetos y sacó dos mitades de una moneda de cobre que había guardado allí antes. No tenía habilidad para desenvainar la espada con rapidez, así que la había desenvainado previamente y se había limitado a blandirla con normalidad. Incluso Reiko podía hacer eso.

Reiko había preparado otras monedas de cobre y plata cortadas en dos o cuatro trozos. Ella nunca afirmó que acababa de cortar la moneda en ese momento. Era simplemente un truco de magia, una actuación que ella llamaba “Cortador de monedas de cobre”. No era como si les hubiera mentido.

Por desgracia para Reiko, aquí no podía usar su magia. En este mundo, apenas había magia de uso práctico, aparte de la magia de aliento y de vuelo utilizada por los dragones. Lo mejor que podía conseguir la magia humana era apagar velas en un laboratorio de investigación. Si hubiera hecho alarde de su magia, su reputación como cazadora sería la menor de sus preocupaciones. Enviados del palacio real y del templo, investigadores y mercaderes, todos ellos la acosarían de inmediato. A partir de entonces, tendría que lidiar con cada facción peleándose por ella y conspirando para que se casara con alguien en su beneficio. Este resultado la desviaría ligeramente… no, drásticamente de su objetivo inicial, y la situación se descontrolaría rápidamente.

Por eso pretendía ascender en el escalafón utilizando únicamente poderes que estuvieran dentro de lo posible. Eso estaría bien mientras nadie lo descubriera. De lo contrario, no dudaría en usar magia para defenderse o hechizos ofensivos discretos que nadie notara. Y, por supuesto, podía hacer lo que quisiera si no había nadie cerca. Así era como pretendía alcanzar el rango de “cazadora normal”.

“Bien, empecemos. Ah, y ten en cuenta que aún no he terminado mi registro. Así que ahora mismo, una mujer plebeya que visita el gremio de cazadores por negocios ha sido arrastrada a un duelo por un cazador que se peleó con ella. Si termino herida o muerta, por favor que se sepa que una mujer plebeya fue atacada y asesinada por un cazador. Si termino matándote, será en defensa propia… ¿Estás de acuerdo delante de todos estos testigos?”

¡E-Ella es terrible!

Era imposible que el hombre pudiera luchar contra ella después de semejante comentario. La multitud observaba, preocupada, pero pronto se dieron cuenta de que no había por qué preocuparse.

“¡Por favor, perdóname!” Gritó el hombre, inclinando la cabeza en señal de disculpa. No llegó a postrarse ante ella —de hecho, no estaba claro si eso era una costumbre en este mundo—, pero fue una disculpa apropiada. Parecía que por fin se había dado cuenta de que esa chica era alguien con quien no debía meterse. Parecía que al menos tenía la capacidad mínima para detectar el peligro que se necesitaba para llegar a su edad y sobrevivir como cazador.

Reiko habría estado bien aunque hubieran acabado luchando, por supuesto. Podría haber ampliado sus capacidades físicas y defensivas sin que nadie se diera cuenta de que estaba usando magia, e incluso si la hubieran herido, tenía magia curativa y la enorme reserva de pociones que había recibido de Kaoru. Si las cosas hubieran ido realmente mal, podría haber huido, cambiado de rostro y vuelto a empezar en otra ciudad.

Saber que podía volver a empezar tantas veces como necesitara le daba una gran tranquilidad…

“¡Señora Cándida, su sello gremial está listo!” Gritó la recepcionista.

Reiko se acercó a la recepción y la mujer le entregó un colgante.

“Este es tu sello de gremio de Rango F. Por favor, póntelo alrededor del cuello y mete el colgante bajo tu ropa. Puedes exhibirlo sin meterlo debajo de la blusa si quieres presumir de rango por cualquier motivo, pero serás responsable de cualquier pérdida si se engancha en la rama de un árbol o en el cuerno o los colmillos de un monstruo. Te recomiendo que lo mantengas oculto bajo la ropa y que sólo lo saques cuando atravieses puertas o fronteras, formes un grupo con otros o aceptes un trabajo.”

Reiko juró que lo mantendría oculto bajo su ropa en todo momento.

En el formulario de inscripción había un apartado para rellenar las habilidades especiales o la experiencia para poder inscribirse en un rango superior desde el principio, pero ella había dejado ese apartado en blanco, así que empezaba desde abajo. Su historia sería mucho más impresionante si empezaba desde abajo e iba subiendo.