Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 8

Capitulo 63: Desarrollo Empresarial

Parte 1

“¡Ha pasado demasiado tiempo! Mis clientes no dejaban de darme la lata para que les surtiera más de sus productos secos…”

“¡Lo   siento!   Pero   ahora   tenemos   más   empleados,  ¡así  que sacaremos mucho más producto!”

“¡Qué bueno es oír eso!”

“Permítanme presentarles a los nuevos trabajadores. A partir de ahora vendrán a hacer entregas, ¡así que no los pierdan de vista!”

“¡Es un placer conocerle!” Dijeron al unísono las tres recién llegadas para saludar al cliente, pues yo ya había presentado a Mine y a Aral.

Tres días después de regresar, retomé el repartir y vender productos procesados. Necesitaba preparar la mercancía y formar a los recién llegados, así que no podía reanudar las operaciones al día siguiente de mi regreso. El primer día, llevé a los niños conmigo a ver a nuestros clientes para disculparnos por nuestra larga ausencia y explicarles el aumento del volumen y la variedad de nuestros productos. Al mismo tiempo, presenté a los nuevos niños, ya que a partir de ahora irían solos a visitar las tiendas. Kyoko nos acompañó sólo para que los clientes pudieran verle la cara, pero como estaría en el lado de la gestión, se limitó a sonreír e inclinarse cortésmente. No era necesario que gritara enérgicamente como los niños.

Les explicamos que nuestro volumen de producción iba a aumentar, les hablamos de nuestra nueva gama de productos, les dimos muestras de nuestros nuevos y mejorados productos como disculpa por nuestra ausencia, y pasamos a la siguiente tienda. Sólo íbamos a atender al público en un puñado de tiendas, así que no nos llevaría mucho tiempo visitarlas todas.

Quizá empecemos a trabajar con más tiendas cuando empecemos a fabricar más productos.

“Reiko, ¿puedo pedirte un favor?”

“¿De qué se trata?” Preguntó, tras una breve pausa. Reiko nunca accedía a nada sin escuchar antes los detalles, aunque vinieran de Kyoko o de mí.

“Quiero que investigues la tienda en la que Mine y Aral fueron obligadas a trabajar. No pretendo meterme con ellos ni nada parecido, pero quiero asegurarme de que los chicos están a salvo por si los dueños les guardan algún rencor. Probablemente acabaron como el negocio que compró a Lucy, pero nunca se es demasiado precavido…”

“¡Entendido! Más vale prevenir y lamentar.” “¡Quieres decir que más vale prevenir que lamentar!”

Hay que ver, esta chica…

“¡Muy bien, entonces me voy!”

Con eso, Reiko comenzó a dirigirse hacia la entrada. Sin duda era la persona más indicada para este trabajo. Era vulnerable a los ataques sorpresa y a los enemigos de movimientos rápidos, además de que sólo tenía la velocidad de desplazamiento de un humano normal, incluso cuando montaba en Col. Mientras tanto, Kyoko era sólo una chica sin su nave. Por lo tanto, esta era la forma más rápida y segura. Había una persona adecuada para cada trabajo, y Reiko también lo sabía. Por eso podía pedirle ayuda tan despreocupadamente y sabía que aceptaría sin pensárselo dos veces. Compartíamos un proceso de pensamiento similar como miembros de KKR.

“¡Gracias, cuento contigo!”

Muy bien, lo siguiente es…

“Ellie, quiero que lleves a Fria y Lucy contigo para hacer una entrega. Sólo entrega los productos, no hace falta que aceptes ningún pago. Te daré una carta para que las acompañes, así que tampoco tendrás que explicar nada. Es sólo una entrega… a la mansión del señor.”

“¡Una entrega en la mansión del señor no es ‘sólo una entrega’!” Dijo Ellie.

Me gritó…

“Bueno, sólo vas a entregar la mercancía a un sirviente en la puerta de servicio al fondo de la cocina. Realmente es un recado simple.”

Aún no parecía totalmente convencida. Para ser justos, que un huérfano fuera a la mansión del señor era bastante inaudito, aunque fuera por la puerta de servicio. Una cosa habría sido mendigar las sobras, pero podrían confundirlos con ladrones y meterlos en la cárcel. Eso, si parecían los típicos huérfanos. Los niños se habían bañado y mantenido al día con su higiene, e iban vestidos con ropa normal. No se meterían en problemas por visitar la mansión para realizar una entrega de un negocio legítimo.

“No te preocupes. Ahora no eres una ‘huérfana’, eres ‘Ellie de Pequeña Plata’. Me representarás en una visita oficial de nuestra tienda. Si alguien tiene un problema con eso… ¡es nuestro enemigo!”

“¡Sí, señora!” Gritó Ellie mientras se ponía de pie.

Está realmente motivada…

Parecía que ahora estaba totalmente convencida, así que eso era bueno.

“¡Ya me voy!”

“Sí… Espera, espera, ¡espera un minuto!” Traté de llamar a Ellie, pero ella ya había acelerado.

No sólo le había ordenado que se llevara a Fria y a Lucy, sino que ni siquiera le había dado el paquete.

Bueno… seguro que vuelve en cuanto se dé cuenta…

Cuando Ellie regresó, hice que Fria y Lucy la acompañaran y le entregaron los objetos para el señor: una variedad de regalos como tributo, como productos secos, cecina, encurtidos, alcohol, dulces y más. Aunque sólo eran unas niñas, entre las tres podían transportar una buena cantidad de carga. Enviábamos mucho material, pero no era más de lo que podían soportar.

“Oh, pero si sólo envío a los nuevos, nadie sabrá que trabajan para mí… Lo que significa que no habría nada que impidiera a un grupo de matones robarles…”

Esto es malo. Esto es realmente malo… Casi pongo a las niñas en peligro. Eso fue demasiado descuidado de mi parte…

Tenía que asegurarme de no volver a pasar por alto algo así. “Iré con…”

“¡Eso no será necesario!” “¿Eh?”

Fue Mine quien me cortó la inspiración.

“Ya somos algo conocidos en esta ciudad. Recorríamos la ciudad en busca de trabajos esporádicos todos los días, andábamos por ahí intentando vender verduras que conseguíamos en las granjas y organizábamos eventos para recaudar donativos para el orfanato. La razón por la que Aral y yo estuvimos a punto de ser acosados cuando volvimos fue que Aral es desconocido aquí y a mí se me consideraba una mera vagabunda sin afiliación ni nadie a mi espalda, con el orfanato desaparecido. Pero ahora que nuestra situación aquí es ampliamente conocida, todos llegarán a la conclusión lógica de que Ellie y los demás también están afiliados a Pequeña Plata, y comprenderán que enemistarse con nosotros sería una muy mala decisión. Sin embargo, puedo acompañarlas por si acaso, para asegurarme de que no habrá ningún problema. Al menos, no hay necesidad de que vayas en persona, Lady Kaoru.”

Puede que fuera la primera vez que Mine hablaba tanto a la vez… Sus argumentos eran lógicos, bien razonados y convincentes. Por no mencionar que esta era su primera misión importante sin un guardián escoltándoles, así que les daría una sensación de logro mucho mayor si Mine iba en mi lugar. Además, enviar a Mine significaba que Kyoko y yo podríamos jugar con Aral mientras ellas estaban fuera. A Kyoko le encantaba jugar con niños y aún no había tenido la oportunidad de pasar tiempo con Aral. Ahora que Reiko se había ido, el “Cielo Shota” de Kyoko se haría realidad si yo me hacía a un lado por ella.

“¡Aprobado!” Kyoko y yo dijimos al unísono.

“¡Toma eso! ¡Y eso, y eso!” “¡Kyajajaja!”

Las payasadas de Kyoko y Aral no paraban… Ella realmente

parecía amar a los niños.

En cuanto a mí, me estaba poniendo algo pálida. Ya había pasado una hora desde que el trío de recién llegadas, incluida Ellie, había partido para entregar el tributo en la mansión del señor. Un viaje de ida y vuelta a la mansión no habría llevado tanto tiempo, ni siquiera para un grupo de niños transportando carga.

¡No puedo aguantar más esta espera!

“¡Kyoko, quédate en casa con Aral! ¡Voy a ir a la mansión muy rápido!”

Aral y Kyoko me miraron sin comprender mientras salía volando por la puerta.

“Col, prepárate para un despliegue de emergencia.” Llamé a Col, que estaba descansando en un campo cubierto de hierba a poca distancia. Entonces…

“¡Preparado!”

Saqué una silla de montar de la Caja de Objetos y se la até a Col. El tiempo estaba congelado dentro de la Caja de Objetos, así que la silla conservó la misma forma que tenía mientras estaba atada al caballo. Si se hubiera soltado o las cuerdas se hubieran deshecho, no habría sido posible. Puse los pies en los estribos y estaba lista para partir.

“Destino, la mansión del señor. ¡Allá vamos!”

“¡A la orden!”

No voy a permitir ningún trato extraño en mi guardia. Incluso si la Diosa lo deja pasar, yo…

“¿Y yo qué? ¡¿Y yo qué?!”

A lo lejos, podía oír el grito de dolor de Ater… ¡Pero no tenía tiempo para preocuparme por las pequeñas cosas!

Primero, iba a dirigirme directamente a la mansión del señor. Así sabría enseguida si había ocurrido algo en el camino de ida o de vuelta. En cuanto lo supiera, podría desmenuzar la serie de acontecimientos y acotar más las cosas. Después de eso, sería el momento de sacar el detector. Intentar hacer una búsqueda de precisión en un radio amplio sería demasiado ineficaz, así que tenía que llegar a la mansión cuanto antes. Tenía mi detector (contenedor de pociones) por si lo necesitaba, pero si había una forma más rápida de hacerlo, obviamente sería mejor optar primero por esa otra opción. Quería guardarme un as en la manga para cuando fuera absolutamente imprescindible.

Mientras tanto, Col estaba totalmente entusiasmado con su oportunidad de demostrar su utilidad fuera de sus obligaciones tirando del carruaje. La gente se hizo a un lado con expresiones de sorpresa al ver a una niña atravesar la ciudad a caballo. Me aseguré de reducir la velocidad para no atropellar a los peatones, por supuesto. Col era demasiado entusiasta, pero era la oportunidad que había estado esperando, así que no podía reprocharle su entusiasmo.

Oh, Ed me había enseñado a montar a caballo hacía mucho tiempo, y durante nuestro viaje transcontinental, Reiko y yo habíamos recibido clases de equitación de Ater y Col en lugar de montar a veces en el carruaje, así que ya se me daba bastante bien. Es decir, los propios caballos nos habían enseñado cómo debíamos montarlos, así que cualquiera habría mejorado en esas circunstancias.

No tardé mucho en llegar a la mansión del señor. Quería llegar hasta el final a caballo, pero había un guardián en medio. Podría haber entrado a la carrera, pero habría montado un escándalo y perdido mucho tiempo. Así que me detuve en la puerta y hablé con el guardia.

“Disculpe, ¿por casualidad vinieron cuatro niñas?”

“Sí, ¿te refieres a las chicas de Pequeña Plata? Vinieron a entregar algo de comida hace una hora más o menos.”

El guardia ya conocía mi cara. No era de extrañar, ya que no eran muchos los niños que acudían a la mansión del señor sin la compañía de sus padres. Como el guardia me reconoció y sabía que ya había conocido al señor, no había razón para que no me hablara de los demás.

“¿Cuándo se fueron?” Pregunté.

“Ah… Todavía no lo han hecho.” Contestó disculpándose. Pareció comprender la situación al ver la intensa expresión de mi rostro.

Dejé escapar un suspiro de alivio. Lo que más me preocupaba era que Ellie y las demás hubieran sido asaltadas por su cargamento de camino a la mansión o atacadas de vuelta a casa por el pago que habían recibido por la entrega… o porque eran un grupo de cuatro chicas. Pero no tenía que preocuparse por eso ahora que sabía que habían llegado sanas y salvas a la mansión y seguían dentro. El guardia se reía torpemente, al darse cuenta de que me había apresurado a venir porque las chicas tardaban mucho en volver a casa.

“Sí, yo también estaría preocupado si un grupo de chicas se hubiera ido durante tanto tiempo…”

“¡Voy a entrar!” Dije. “Claro, claro…”

El portero me hizo un gesto con la mano, lo que interpreté como que podía entrar. No pretendía ser grosero ni tratarme como a un perro… creo.

Atravesé la puerta principal a lomos de Col y me dirigí a la puerta de servicio, adonde debían de haber ido Ellie y las demás.

“Disculpen, ¿han visto…?”

Desmonté y abrí la puerta lo suficiente para asomar la cabeza. “Ah, tú eres Kaoru de Pequeña Plata. El señor está hablando con

las niñas.”

“¡¿Qué?!”

Creí que las retenía el personal de la cocina. La cocina era uno de los diez lugares más frecuentados por los niños de un orfanato para pedir limosna, y supuse que el personal de nivel inferior no conocía a Ellie ni a las demás. Cuando el guardia dijo que Ellie y las demás seguían aquí, pensé que tal vez el personal de la cocina estaba al corriente del cierre del orfanato y que algo había ocurrido cuando apareció el grupo de Ellie. No creía que el señor en persona se fuese a involucrar…

“Um…” Empecé.

“Ya sé; ¡espera un momento!”

Con eso, uno de los empleados de la cocina corrió hacia el otro extremo de la sala. Debía de haber ido a comunicarse con uno de sus superiores. Un empleado de cocina no podía ir a llamar a la habitación del señor, así que tendría que informar a quien estuviera a cargo de la cocina, que informaría a un mayordomo, y así sucesivamente hasta el resto de la escala. Qué fastidio…

Bueno, un recién contratado o un joven a tiempo parcial no puede irrumpir en el despacho del director general o del presidente y exigir una reunión ni siquiera en Japón, así que supongo que esto era de sentido común en todas partes…