Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 8

Capitulo 62: Regreso A Pequeña Plata

Parte 2

“¡¿Qué eres, un demonio?!”

Había intentado marcharme inmediatamente después de curar a los ladrones con mi poción, pero los guardias me llevaron a ver al señor. Fue lo primero que me dijo. Había establecido medidas de seguridad en mi ausencia, había colocado carteles de advertencia como muestra de amabilidad e incluso les había dicho que existía un antídoto. Después de toda esa consideración hacia unos humildes ladrones, ¿este fue el agradecimiento que recibí?

“Ah… Eso fue un poco duro. ¡Perdóname!”

El señor pareció darse cuenta de mi visible enfado y retrocedió rápidamente. Aunque seguía hablándome con cierto desprecio, era bastante inusual que un aristócrata —nada menos que un señor— dijera algo así. Después de todo, técnicamente era una disculpa. Las caras de todos los que nos rodeaban estaban rígidas de asombro. Debían de querer regañarme por mi actitud, pero no podían hablar en nombre del señor ni intervenir cuando él mismo se había disculpado. Sus bocas aleteaban en silencio sin pronunciar palabra. Bueno, ¿quién podía culparlos? Si se extralimitaban, podían meterse en un buen lío.

“Y… ¿cómo ha ido?” Preguntó el señor.

“Sí, los tres huérfanos…” Empecé a explicar, pero de inmediato me interrumpieron.

“¡Ellos no, los ladrones!”

¿De verdad te importan tanto los malditos ladrones? ¡¿Crees que son lindos gatitos o gorriones domésticos o algo así?!

No podían ser los hombres del señor… ¿o sí?

“Les di el antídoto y usé pociones curativas en sus regiones afectadas. El dolor y la hinchazón ya están disminuyendo. Mañana por la mañana, sólo debería quedar una leve hinchazón, si acaso.”

Habría sido extraño que la poción los curara inmediatamente, así que la había diseñado para que funcionara gradualmente.

“Ya veo…”

El alivio en su rostro era palpable. A juzgar por el aspecto de las cosas, los ladrones podrían no ser acusados de mucho. Incluso podría decir que ya habían sufrido bastante…

¡Qué sarta de estupideces!

Bueno, ya lo había superado. Tenía la intención de ocuparme sólo de la situación de los ladrones, pero ahora que disponía del tiempo del señor, supuse que le daría mi informe completo. Era mejor acabar con todo de todas formas.

“Impresionante… ¡Bien hecho!”

Acababa de explicar cómo habíamos recuperado a Ellie, Fria y Lucy, omitiendo o reordenando cualquier detalle inconveniente. Obviamente, esto significaba que cualquier cosa que implicara a Leia o Kyoko quedaba completamente eliminada.

“La frustración, el arrepentimiento y la impotencia que sentí por no poder ayudar a esos niños no me han dejado dormir… Me alegra mucho oír eso.”

¿De verdad se preocuparía tanto un señor por un par de huérfanos? Ni siquiera era como si hubieran muerto por su culpa o algo así. Tal vez sólo aparentaba…

Espera… ¿Realmente está llorando?

¿Podría ser que realmente fuera una buena persona? Estaba muy de acuerdo con que fuera a rescatar a esos huérfanos… Supuse que era porque no tenía nada que perder si yo tenía éxito o no. Pero ahora que lo pienso, había preparado documentos para que los usáramos como identificación. Eso podría haber sido malo para él, dependiendo de cómo quisiera utilizarnos. También nos ayudó cuando investigábamos, a pesar de que éramos un grupo de chicas plebeyas… Quizá realmente nos había tocado uno tipo bueno. Pero aún era posible que actuara como un buen señor que se preocupaba por la gente sólo porque suponía que veníamos de familias nobles ricas.

¡No puedes engañarme tan fácilmente!

Decidí proceder con cautela, como de costumbre, sin perder de vista que realmente podía ser una buena persona. Una vez terminado mi informe, era hora de volver a casa.

Quizá mañana le envíe pescado y carne secos y alguna “poción que tiene el mismo sabor, olor e ingredientes que el brandy”. Un gran lote de todos ellos.

Se portó como un “buen señor” con nosotros, aunque sólo fuera por las apariencias. Se lo merecía.

“Estoy en casa… Pero supongo que no hay nadie más.”

La casa estaba vacía cuando volví. Supuse que los demás seguían explorando el edificio. Los chicos probablemente estaban en el sótano, con Reiko y Kyoko en los pisos inferiores, ya fuera en los pasadizos subterráneos, la base secreta o la ruta de escape submarina. Era mejor que supieran esas cosas antes de entrar en la discusión que se avecinaba, así que eso era bueno.

Así que decidí tomar una taza de té y esperar. Los demás podían tomarse su tiempo explorando esta mañana, y yo tendría una reunión con ellos por la tarde.

Supongo que me prepararé para el almuerzo…

“Así que hacemos negocios bajo el nombre comercial Pequeña Plata. Esto ya no es un orfanato. Eso significa que tendrán que trabajar aquí o en otro lugar para ganarse la vida, o pedirle al señor que haga los arreglos para trasladarlos a un orfanato en otra ciudad. Depende de ustedes. Pensé que era cosa del destino que acabara comprando este lugar y conociendo a Mine, así que me ofrecí voluntaria para traerlos de vuelta, pero no voy a obligarlos a trabajar aquí ni nada parecido. Si lo hiciera, eso no me haría mejor que los comerciantes que se aprovecharon de ustedes. No tenemos intención de hacer nada de eso, así que tómense un tiempo para pensarlo, y…”

“¡¡¡Queremos trabajar aquí!!!” Dijeron Ellia, Fria y Lucy todos a la vez, antes de que pudiera terminar mis palabras.

“O-Oh…”

Bueno, me imaginaba que dirían eso. Mine se había pasado horas informándoles de nuestra situación, así que ya sabían que no había mejor lugar para que trabajaran niños menores de diez años. Además, acababan de descubrir cómo es nuestra comida. Claro que habían elegido vivir aquí.

Jejeje, tal como estaba previsto…

Serían empleadas leales que trabajarían a mis órdenes en completa servidumbre, y al haber crecido juntas, tenían un sentido de solidaridad inquebrantable, lo que significaba que era muy improbable que traicionaran a las demás o intentaran huir con mi dinero. Además, Reiko, Kyoko y yo parecíamos niñas. Si contratáramos a adultos, tendría que preocuparme por los desfalcos, las ventas ilegales y los intentos de apoderarse de mi negocio, así que sólo quería niños trabajando para mí. Los niños sin familia que trabajaban duro también ayudaban a la imagen de nuestra empresa. Cualquiera que se nos opusiera parecería el malo de la película.

¡Muajaja!

Y así, nuestra empresa con ánimo de lucro Pequeña Plata abrió sus puertas con una plantilla de tres gerentes y cinco empleados. Además de pescado y carne procesados, artesanía, juguetes y otros productos novedosos, me interesaba dedicarme a la fabricación de dulces. También quería hacer una pequeña forja y empezar a fabricar artículos de metal de alta calidad. Tenía conocimientos sobre cosas como el contenido de carbono necesario, así que pensé que podría fabricar unos buenos cuchillos.

Sí, lo más importante para una empresa era “la gente”. Con el trío reencarnado y cinco locales, ¡nos abriríamos camino hasta la cima!

No, no tenía intención de hacerlo.

Disfrutaremos de nuestras humildes vidas juntos… ¡Y me encontraré un buen hombre! Je. Je, je, je…

Eh, Mine… ¿En qué está pensando Lady Kaoru?

Dejó claro que ella y sus amigas son diosas y nos preguntó si queríamos trabajar aquí… ¿Por qué hacer una pregunta tan inútil?

No sólo desplegó sus poderes milagrosos, sino que nos mostró la nave divina de la Diosa…

Probablemente sea una de esas cosas en las que se supone que debes fingir que no sabes nada… Es un tropo común en los cuentos populares y la mitología.

Cierto…

“¿Hm? ¿Han dicho algo?” Preguntó Kaoru. “¡No, nada!” Respondieron las chicas a la vez. “¿Ah, sí?”

Y así, Kaoru procedió a explicar los detalles de sus próximos negocios…