Hell Mode (NL)

Volumen 5

Capítulo 12: ¡Golem, Adelante!

Allen acababa de enterarse de la enemistad entre el País de los Beastkin y el Continente Central, y de cómo los millones de Beastkin habían atacado varias veces en el pasado. Puede que actualmente formaran parte de la Alianza de los Cinco Continentes, pero seguían siendo una amenaza acechante para el Continente Central. Allen sospechaba que esa era la razón por la que, de los dos continentes del sur, el Ejército del Señor Demonios nunca había atacado aquel en el que vivían los Beastkin. Naturalmente, Allen había llegado a preferir que el Príncipe Bestia Zeu, que parecía dispuesto a mantener relaciones amistosas con el Continente Central, se convirtiera en el próximo Rey Bestia. Allen tenía muchas ganas de hablar las cosas con él, dada la oportunidad, y encontrar un camino hacia la resolución.

Tal y como Allen lo veía, había mucho que se podía hacer antes de que se produjera el peor de los escenarios. Sin embargo, si Albahal realmente se empeñaba en atacar el sur del Continente Central, Allen estaba dispuesto a convertirse él mismo en un Señor Demonio — hiciera lo que hiciera falta para proteger la aldea y el país donde vivía su familia, aunque eso significara acabar con todos los beastkin existentes. Cuando las palabras “no importa cuánta sangre se derrame” salieron de sus labios, los miembros de Sacred — que sabían perfectamente que su grupo había matado a la mayoría de los diez millones de monstruos del Ejército de los Señores Demonio — se quedaron boquiabiertos.

Helmios, sin embargo, se limitó a reír. “Bueno, entonces asegurémonos de que no lleguemos a eso.”

El resto de la cena con el grupo de Helmios transcurrió sin más contratiempos. En el camino de vuelta a casa, Helmios le preguntó a Allen con qué frecuencia iban los jugadores sin vida a la mazmorra. Al parecer, quería adaptar el horario de su grupo al de ellos.

La nueva base tenía tres pisos, así que se decidió que, al igual que en Ciudad Academia, el segundo piso sería para los chicos y el tercero para las chicas. Sin embargo, como el grupo de Helmios rozaba el harén, la tercera planta no tenía habitaciones suficientes para todos. En consecuencia, algunas de las chicas tuvieron que quedarse en el segundo piso.

Como había dicho antes, el grupo de Helmios se quedaría principalmente en la planta 4. Se centrarían en subir los niveles y las habilidades de Helmios, mientras buscaban armas y armaduras valiosas.

***

“¡Muy bien, por fin ha llegado la hora! ¡Meruru, enséñanos tu gólem!”

“D-De acuerdo.”

Los jugadores sin vida se encontraban en la plaza de la planta 3. Era una zona segura en la que no aparecían monstruos, por lo que era perfecta para que Meruru experimentara con su nuevo gólem.

Sostuvo su disco mágico frente a ella con ambas manos, haciendo brillar su superficie con formas geométricas.

“¡Vaya, tu disco mágico se ha vuelto loco!” Keel agarró instintivamente su bastón, sobresaltado al verlo. “¿Se supone que tiene que pasar eso?”

Cuando el resplandor alcanzó el clímax, Meruru respiró hondo y gritó: “¡Tam-Tam, ven!”

En respuesta, un gigantesco círculo mágico apareció sobre la arena ante ella, y una enorme forma metálica de diez metros de altura saltó de cabeza. El resto de los Jugadores contemplaron la imponente forma con los ojos muy abiertos, suspirando de asombro.

“Es increíble”, dijo Cecil sin aliento. “¿Cómo se mueve?”

“Me meto dentro”. respondió Meruru.

Los golems enanos no se movían solos. En lugar de eso, los pilotos tenían que subir a ellos y controlarlos desde dentro.

Cuando Meruru acercó su disco mágico a su gólem, un rayo de luz se proyectó desde el cristal del pecho del gólem hacia Meruru y su disco. El rayo los elevó y los succionó hacia el cristal.

Dogora silbó suavemente. “Woooow… Cómo puede ser que— ¡Maldita sea, se movio!”

El golem procedió a caminar y trotar alrededor, lanzando golpes. Una vez que terminó de hacer todos los movimientos fundamentales para luchar contra monstruos, Meruru resurgió.

“¡Eso ha sido taaaaan geniaaaallll!” exclamó Krena, provocando que Meruru soltara una risita y se rascara la nuca con timidez.

“Ya veo, así que eso es lo que puede hacer un golem”. Allen examinó el disco mágico de Meruru con detenimiento. Le dio la vuelta por el lado de las diez impresiones y vio que en la superficie lisa del disco aparecían las especificaciones del gólem.

Nombre: Tam-Tam

Piloto: Meruru

Rango: Grado Hierro

HP: 1.500 + 900

MP: 1.500 + 900

Ataque: 1,500 + 900

Resistencia: 1.500 + 900

Agilidad: 1.500

Inteligencia 1,500

Suerte: 1.500

El estado de Tam-Tam no aparecía en el Grimorio de Allen, aunque podía verse en el reverso del disco mágico de Meruru. Este hecho, junto con la forma en que Helmios podía ver los valores numéricos de los estados de los jugadores sin vida, demostraba que en este mundo había habilidades y objetos que permitían a los usuarios ver los estados en números reales.

Los potenciadores son probablemente de la habilidad Aleación de Meruru. Así que el gólem se ve afectado por las habilidades de su piloto. Y si Aleación le da al gólem +900 en todo, probablemente se convierta en +1.800 cuando alcance el nivel 2.

“¿Quieres intentar poner una pizarra de mejora también?”

“¡Pensé que nunca lo preguntarías!”

Mientras intentaban reunir pizarras básicas, el grupo también recogió tres pizarras adicionales del mismo tamaño que las básicas que formaban parte de la categoría de mejora. Después de los cinco huecos para pizarras básicas, el disco mágico de Meruru aún tenía cinco huecos disponibles, así que era posible ir con todas y llenarlos con pizarras de mejora — pero había otras pizarras especiales, como Gigantify, que tenían un tamaño diferente. Meruru tendría que tener todo esto en cuenta a la hora de pensar en la mejor manera de utilizar las diez ranuras de su disco.

Tamaños de pizarra

• Pizarra Básica: 1
• Pizarra de Mejora: 1
• Pizarra Gigantify: 2
• Pizarra Supergigantify: 3
• Pizarra de Movimiento: 3
• Pizarra Especial (Otra): 5

Las tres pizarras de mejora que los Jugadores tenían a mano mejoraban los HP, el Ataque y la Agilidad. Cuando Meruru las introdujo en su disco mágico, las estadísticas respectivas aumentaron en +2.000. Al parecer, todas las pizarras de mejora de los gólems de hierro mejoran la misma cantidad, independientemente de la estadística.

Supongo que, si queremos que el gólem de Meruru sea más fuerte, tendremos que estar atentos a las pizarras de mejora de HP y Resistencia. Por suerte, al menos hay un poco de margen para experimentar. Me alegro de que Meruru por fin pueda volver a subir de nivel sus habilidades.

“Muy bien, Meruru. ¿Quieres probar a llevar a tu gólem a un combate de verdad?”

“¡Claro que sí!”

El grupo montó en su Pájaro B y se dirigió a la montaña rocosa más cercana con una cueva activa. Todos se prepararon ante la entrada de la cueva mientras un Espíritu B entraba y sacaba una avalancha de monstruos escorpión.

Meruru se acercó y se puso delante de Krena y Dogora.

“¡MEGATON PUUUNCH!”, gritó, usando el nombre que Allen le había enseñado, mientras activaba su habilidad Brazo volador. Su gólem extendió los puños, que salieron disparados con tal velocidad y fuerza que aplastaron a los escorpiones.

Entiendo, así que los puños siguen conectados al cuerpo con cables. Supongo que “Puñetazo Megatón / megaton punch” fue la decisión correcta después de todo.

El nombre real de la habilidad era “Brazo Volador”, así que Allen había estado dudando entre renombrarla “Puñetazo Megatón” o “Puñetazo Cohete”. Por supuesto, “Puñetazo de hierro” había sido eliminado desde el principio; ese nombre quedaría obsoleto rápidamente, ya que el grupo tenía toda la intención de mejorar el gólem de Meruru a Grado Mithril en la siguiente planta. Al final, los brazos no se desprendieron del todo, por lo que “Puñetazo Megatón” resultó ser lo correcto.

Cuando todos los monstruos fueron aniquilados, el grupo se tomó un momento para recuperar el aliento.

“Lo has hecho muy bien, Meruru”, la elogió Cecil. “Tu gólem va a ser muy útil cuando siga siendo tan poderoso como siempre después de que perdamos los niveles con nuestro próximo ascenso de clase.”

Aproximadamente dentro de un mes, todos los jugadores sin vida — excepto Allen y Meruru — estarían alcanzando el máximo de sus niveles de habilidad y pasando por otra promoción de clase. Eso significaba que estaban a punto de ver recortadas sus estadísticas, pero mientras el gólem de Meruru estuviera con ellos, supusieron que podrían arreglárselas incluso en esta planta, a pesar de tener monstruos de rango A.

Meruru asintió. “Gracias por el voto de confianza, chicos. Pero no creo que mi gólem sea lo bastante fuerte como para enfrentarse a monstruos de rango A él solo…”

Cierto, el Ataque de su gólem es de 4.400, lo que no es suficiente para atravesar las duras pieles o caparazones de algunos monstruos de Rango A.

“Eso puede ser cierto por el momento, pero acabamos de empezar a recoger pizarras”, señaló Allen. “Si puedes con los de Rango B, entonces te los dejaremos a ti. Krena y Dogora se encargarán de los Rango A por ahora.”

Krena sonrió e hinchó el pecho. “¡Sí! ¡Déjalo en nuestras manos, Meruru!”

De este modo, Meruru obtuvo su gólem y los Jugadores Sin Vida reanudaron sus esfuerzos por despejar esta mazmorra de Rango S.

***

Había pasado un mes desde que Meruru creó su gólem. Durante este tiempo, el grupo recogió más pizarras, incluidas las de mejora y Gigantify, lo que ayudó a Tam-Tam a hacerse aún más fuerte.

Los Jugadores Sin Vida estaban reunidos en el salón del primer piso de la base que compartían con el grupo del Héroe Sagrado. La casa en sí era lo suficientemente grande como para que vivieran treinta personas, pero aún así estaba bastante abarrotada al tratar de acomodar a todos los de ambas partes — alrededor de veinte personas — en una sola habitación.

Como parte de los acuerdos de convivencia, el grupo de Allen pagaba diez oros al mes de alquiler y el de Helmios, veinte. Sacred también tenía sirvientes que habían traído un montón de muebles y decoraciones, dando a la vivienda previamente estéril un poco de vida muy necesaria. Ahora tenían una gran mesa para comer y un lujoso sofá que no desentonaría en la mansión de un noble.

Allen estaba sentado en ese sofá, junto a Cecil y Rosetta, la miembro Sacred con el Talento de Ladrona Fantasma que siempre vestía trajes que dejaban al descubierto su abdomen. Parecía haberle cogido cariño, dada la frecuencia con la que le hablaba y se burlaba de él.

“Sr. Helmios, ¿no va a llevar hoy a su grupo a la mazmorra?”. preguntó Allen. “Y Sra. Rosetta, no hace falta que se acurruque a mi lado. Hay un asiento libre justo ahí.”

¡Hmph! ¿Quién te ha dado permiso para tocarme, mujer?

“Vamos, no seas así”, replicó Helmios, sonando dolido. “Somos amigos, ¿no?”

“Sí, vamos, Allen”, replicó Rosetta, sonriendo satisfecha mientras colocaba una mano en el hombro del adolescente. “Así no es como debes hablar a tus mayores.”

Al parecer, el hecho de que Allen nunca se pusiera nervioso, hiciera lo que hiciera, hacía que para ella fuera mucho más divertido meterse con él. Esta vez, sin embargo, fue suficiente para hacerle suspirar.

Cecil apartó sin palabras la mano de Rosetta de su hombro, provocando un divertido “¿Ah?” de la mujer. Entonces empezó a presionar su muslo contra el de Allen, ignorando deliberadamente las dagas que salían de los ojos de Cecil. La continua sonrisa de Rosetta indicaba que tal vez también se estaba divirtiendo burlándose de Cecil.

Según los informes de cómo cada miembro se unió al grupo de Helmios, Rosetta había liderado un grupo de ladrones que operaban en la capital de Giamután, pero fue capturada por Helmios. Estuvo a punto de morir, pero finalmente se libró de la ejecución con la condición de unirse a su grupo. En esos días, a veces declaraba que intentaba robarle el corazón cada vez que se sentía bien después de un trago o dos.

Cuando Allen escuchó esta historia, su opinión sobre Helmios mejoró un poco, impresionado por cómo había conseguido un raro Talento de tres estrellas para su grupo. Y al igual que Rosetta, las ocho mujeres del grupo de Helmios tenían alrededor de veinte años y su propia historia de cómo se unieron.

Allen estaba pensando: Vaya protagonista de harén, cuando la ardilla voladora del hombro de Sophie se elevó en el aire y lo miró.

“Empecemos, ¿vale? Ja, ja.”

Hoy por fin era el día de la segunda promoción de los Jugadores Sin Vida. Se tomaban el día libre para bucear en las mazmorras porque, después de esto, planeaban discutir posibles cambios en su formación de batalla. Rohzen había estado esperando un buen rato a que alguien llamara para que comenzara el proceso de promoción, pero como nadie lo hizo, tuvo que interrumpir su conversación en su lugar.

“Veo que todos en el grupo han maximizado tanto sus niveles como sus niveles de habilidad, ja, ja.”

“Sí, mi Lord”, respondió Allen. “Entonces, por favor promuévalos a todos.”

“Entendido. Voy a pasar por esto, chop-chop. Ja, ja.”

Mientras el Dios Espíritu comenzaba a hacer su baile de meneo de caderas, las lágrimas brotaron de los ojos de Dverg.

“Realmente están recibiendo nuevas clases…”

El resto de Sacred también observaba con ojos muy abiertos. Esta vez se ofrecieron opciones de clase a algunos jugadores más, así que Allen eligió a los que formarían el grupo más eficaz. En poco tiempo, todo el proceso se había completado.

Nombre: Krena

Edad: 14 años

Clase: Emperador Espada

Nivel: 1

HP: 1,790

PM: 770

Ataque: 1,790

Resistencia: 1,608

Agilidad: 1.150

Inteligencia 775

Suerte: 1,095

Habilidades: Emperador de la Espada {1}, Tajo {1}, Dominio de la Espada {6}

Habilidad Extra:

Rompe Límites

XP: 0/10

Niveles de Habilidad

Espada Emperador: 1

Tajo: 1

Experiencia de Habilidad

Tajo: 0/10

Nombre: Cecil Granvelle

Edad: 14

Clase Rey Hechicera

Nivel: 1

HP: 995

MP: 1,614

Ataque: 578

Resistencia: 624

Agilidad: 1,022

Inteligencia: 1,778

Suerte: 1,007

Habilidades: Rey Mago {1}, Fuego {1}, Combate {4}

Habilidad Extra:

Petit Meteor (Meteoro Pequeño)

XP: 0/10

Niveles de Habilidad

Rey Mago: 1

Magia de fuego: 1

Experiencia en la Habilidad

Magia de Fuego: 0/10

Nombre: Dogora

Edad: 14

Clase: Arrasador

Nivel: 1

HP: 1,098

MP: 651

Ataque 1,615

Resistencia: 817

Agilidad: 683

Inteligencia: 504

Suerte: 727

Habilidades: Arrasador {1}, Poder Absoluto {1}, Dominio del Hacha {6}, Dominio del Escudo {3}

Habilidad Extra:

Corazón y Alma

XP: 0/10

Niveles de Habilidad

Arrasador: 1

Poder Absoluto: 1

Experiencia de Habilidad

Poder total: 0/10

Nombre: Keel von Carnel Keel von Carnel

Edad: 14

Clase: Gran Santo

Nivel: 1

HP: 583

MP: 1,120

Ataque 447

Resistencia: 623

Agilidad: 712

Inteligencia 979

Suerte: 895

Habilidades: Gran Santo {1}, Curación {1}, Dominio de la Espada {3}

Habilidad Extra

Gotas de Dios

XP: 0/10

Niveles de Habilidad

Gran Santo: 1

Curación 1

Experiencia de habilidad

Curación: 0/10

Nombre: Sophialohne Sophialohne

Edad: 49

Bendición: Dios Espíritu

Clase: Usuario Espiritual

Nivel: 1

HP: 712

MP: 1,231

Ataque: 504

Resistencia: 489

Agilidad: 713

Inteligencia: 1,406

Suerte: 594

Habilidades: Usuario de Espíritus Juveniles {1}, Fuego {1}

Habilidad Extra:

Gran Manifestación Espiritual

XP: 0/10

Niveles de Habilidad

Manifestación del Espíritu Juvenil: 1

Fuego: 1

Experiencia en habilidades

Fuego: 0/10

Nombre: Volmaar

Edad: 68

Clase: Lord Arquero

Nivel: 1

HP: 982

MP: 535

Ataque: 850

Resistencia: 846

Agilidad: 543

Inteligencia: 360

Suerte: 582

Habilidades: Lord Arquero {1}, Vista aguda {1}, Dominio del arco {6}

Habilidad Extra:

Flecha de Luz

XP: 0/10

Niveles de Habilidad

Lord Arquero: 1

Vista aguda: 1

Experiencia en habilidades

Vista aguda: 0/10

Árboles de Progresión de Clase de los Jugadores Sin Vida

• Krena Lord de la Espada → Rey de la Espada → Emperador de la Espada
• Cecil: Hechicera → Archimaga → Rey Hechicera
• Dogora: Usuario del hacha → Berserker → Arrasador
• Keel: Clérigo → Santo → Gran Santo
• Sophie: Maga de los espíritus → Hechicera de los espíritus → Usuaria Espíritual
• Volmaar: Arquero → Maestro del arco → Lord Arquero

“Los dioses eligieron una nomenclatura extraña para tu clase”, le dijo Allen a Cecil con sorna, antes de volverse hacia Dogora y adoptar un tono aún más sarcástico. “Pero maldita sea, Dogora — ‘Arrasador’ suena muy bien. Pensé que tu Habilidad Extra desaparecería de esta promoción de clase, pero ya veo que no. ¿Quizás la próxima vez?”

En cierto modo, nuestro grupo está en Modo Infierno porque no puedes usar tu Habilidad Extra, hombre.

Dogora fue incapaz de encontrar una respuesta. Estaba seguro de que su Habilidad Extra tenía el potencial de cambiar completamente el ímpetu de una pelea. Había pedido consejo a Helmios sobre cualquier requisito o situación especial que pudiera permitirle dominar esta habilidad. Por desgracia, Helmios tampoco tenía una respuesta rápida y fácil.

“Gracias por mostrarnos algo increíble”, dijo Helmios a Allen antes de volverse hacia sus compañeros. “Todos estaban mirando, ¿verdad? Ahora saben que la humanidad tiene esperanza.”

Allen, que había vuelto a registrar los resultados de las promociones de clase de su grupo, se encogió de hombros como respuesta. “No es como si esto fuera algo que ocultar.”

Si lo que Rohzen había dicho acerca de que el Reino Celestial estaba haciendo preparativos para que todos pudieran promocionar sus clases era cierto, entonces realmente no tenía sentido mantener en secreto lo que había sucedido hoy.

Dicho esto, Allen seguía ocultando el proceso de elaboración de Bendiciones del Cielo y Semillas de Magia. Cuando le preguntaban qué hacía encerrado en su habitación en sus días libres, sólo decía que “descansaba”.

“Pero seguiré cumpliendo tu palabra”, le recordó Allen a Helmios.

“Lo sé, lo sé”, replicó irónico el Héroe. “Iba a presentártelo, aunque no nos hubieras dejado participar.”

Cuando Helmios le había pedido a Allen que dejara a Sacred observar cuando los Jugadores Sin Vida se sometían a sus promociones de clase, Allen había accedido a cambio de que Helmios le presentara a un herrero que podía refinar y forjar oricalco.

El oricalco, llamado “metal de los dioses” por algunos, se podía encontrar en la planta 4 de la mazmorra de rango S. Sin embargo, según Helmios, no aparecía en forma de armas o armaduras, sino como mineral metálico. Y para forjar el metal de los dioses, había que pedir prestado el poder divino de Freyja, la diosa del fuego. Por eso Allen había pedido que le presentaran al mejor herrero de todo Baukis — un viejo enano supuestamente cascarrabias.

“Ah, y Sophie, usa esto la próxima vez que vayamos a la mazmorra.” Allen le entregó un arco de adamantita. Había planeado regalárselo después de su ascenso de clase y por eso lo había guardado en la base en lugar de venderlo.

“Gracias, Lord Allen. Haré lo posible por usarlo bien.”

Al ver lo nerviosa que estaba Sophie, Volmaar preguntó: “Lord Allen, ¿no debería centrarse primero en dominar el uso de sus espíritus?”

Sin embargo, Allen era de otra opinión. “No tenemos mucho tiempo. Hagamos que lo pruebe primero. Si no funciona, entonces haremos que se centre únicamente en los espíritus.”

Ahora que Sophie era una Usuaria Espiritual, su estilo de lucha consistía en manifestar los espíritus con los que estaba contratada. Sin embargo, había visto a Gatoluuga, el usuario espiritual de Rohzenheim, luchando con un arco durante la guerra.

A través del Espíritu B, Allen había preguntado a Gatoluuga si usar un arco chocaría con las habilidades de un Usuario Espiritual. El hombre había respondido que no debería haber ningún problema siempre y cuando el Usuario Espiritual estuviera en sintonía con sus espíritus.

En consecuencia, Allen le había encomendado a Sophie dos retos: aprender a usar el arco y aprender a comunicarse con sus espíritus. Se suponía que un arco de adamantita era lo bastante potente como para matar monstruos de rango B de un solo disparo y, con la ayuda de los anillos de ataque, aún debería ser eficaz contra monstruos de rango A. Allen había sido insistente al convencerla de que aprendiera arquería, reiterando que todo era para aumentar la producción de daño del grupo.

“Primero, volvamos a Rohzenheim para encontrar a los espíritus con los que quieres contratar.”

“Sí, Lord Allen.” Sophie asintió con determinación.

Los usuarios espirituales no podían manifestar espíritus por sí solos. En consecuencia, Sophie ahora necesitaba formar contratos con espíritus. Por suerte, ya había conocido a algunos que le habían gustado la última vez que estuvo en Rohzenheim.

“Cuando volvamos a Yanpany, nos quedaremos en la planta tres y nivelaremos durante un mes, y luego probaremos la planta cuatro”, declaró Allen.

“Así que esos son los jugadores sin vida”, murmuró Rosetta. Sintió que por fin entendía lo que Allen le había dicho hacía un rato sobre el significado del nombre de su grupo.

***

Sus promociones de clase revirtieron a todos, aparte de Allen y Meruru, de nuevo a Lvl. 1. A continuación, viajaron a Rohzenheim para ayudar a Sophie contrato con los espíritus. Después, volvieron a la mazmorra de Rango S para pasar un mes más en la Planta 3. Eso fue suficiente para llegar a Lvl. 50, después de lo cual se trasladaron a la planta 4 como estaba previsto.

Habían decidido comprar las medallas que necesitaban para viajar a pisos superiores desde el templo de la Planta 1. Una de las razones era que Allen había gastado la mayoría de las medallas que encontró comerciando con cubos ocultos, pero la otra razón, más importante, era que disponían de margen financiero para hacerlo. Cada vez que regresaban de la planta 3, vendían todas sus pizarras duplicadas y su equipo hihiirokane, que a menudo sumaban más de diez mil monedas de oro.

De hecho, ahora tenían tanto dinero que Allen también había empezado a hacer peticiones de piedras mágicas de rango D. Como cada vez que hacía un pedido ponía su límite máximo de mil monedas de oro, sus existencias aumentaban a un ritmo constante. Sin embargo, no pidió piedras mágicas de rango B, ya que el grupo tenía muchas después de cultivarlas en la mazmorra.

Los Jugadores Sin Vida estaban de vuelta en la base, desayunando antes de volver a la mazmorra más tarde.

“No, deja eso. Ahora estamos comiendo. Por favor, cálmate.” Sophie dejó la cuchara y se acercó a la criatura que se frotaba contra su pierna, la subió a su regazo y empezó a intentar calmarla.

“Au au.”

La criatura era su espíritu de fuego juvenil contratado. Se parecía a una salamandra gigante japonesa, era roja por todas partes y tenía una cola con punta de llama que ardía ferozmente. Esta llama no podía prender fuego a los muebles ni a la ropa — sólo por estética.

“Parece que te has acostumbrado”, comentó Allen.

“¿Eso crees?” Sophie se sonrojó un poco.

Krena se llevó un trozo de carne a la boca. “¿Tal vez Salamandra también tenga hambre?”

“No, no, los espíritus no necesitan comida. Siempre que necesitan energía, les doy mi MP.”

Sin embargo, nuestro querido Dios Espíritu de allí come comida como si fuera normal.

Cuando Sophie empezó a hacerle cosquillas y a frotarle el estómago, la criatura agitó las patas y chilló de alegría mientras sus ojos brillaban de placer.

Según Gatoluuga, los espíritus tenían voluntad propia, lo que significaba que no estaba garantizado que siguieran siempre las instrucciones del Usuario Espiritual contratado durante la batalla. Para aumentar las probabilidades de que obedecieran, los usuarios de espíritus debían mantenerlos materializados el mayor tiempo posible y crear un vínculo con ellos.

Se suponía que el proceso llevaría mucho tiempo, pero el grupo tenía una agenda apretada. Por lo tanto, Allen le había ordenado a Sophie que mantuviera sus espíritus materializados durante el mayor tiempo posible, incluso durante las comidas y mientras dormía, hasta que se quedara sin MP.

Al parecer, Salamandra no era lo bastante inteligente para entender las palabras de Sophie. De momento, se limitaba a repetir acciones que cabría esperar de una mascota pequeña, como frotarse la cara contra ella, pasearse en círculos a su alrededor, gritar, etcétera.

Es interesante ver cómo la lógica de la invocación, la invocación de gólems y la materialización de espíritus son completamente diferentes.

Durante sus catorce años como invocador, Allen nunca había dejado de analizar su clase. Ahora que tenía a un piloto de gólem y a un usuario espiritual como miembros del grupo, había empezado a analizar también sus clases y, al hacerlo, había descubierto muchos puntos en los que diferían de la invocación.

Cada vez que creaba una nueva invocación, tenía que gastar MP y piedras mágicas. Por ejemplo, un Dragón B requería más de 3.000 PM y veintinueve piedras mágicas de rango B. En cambio, un piloto de gólem sólo necesitaba un disco mágico y pizarras para invocar gólems, y podía hacerlo repetidamente sin límite. En cambio, mantener fuera al gólem costaba MP. Materializar un espíritu no requería MP ni piedras mágicas. Al igual que los gólems, mantener un espíritu fuera también costaba MP. En el caso de Meruru, si luchaba utilizando habilidades, 3.000 MP no le durarían ni una hora. La situación era similar para los usuarios espirituales; a Sophie le costaría casi la misma cantidad de MP si luchaba manteniendo un espíritu fuera.

Ahora entiendo mejor por qué el ministro Nukakai — y los Baukis en general — desean tanto las Semillas Mágicas.

La capacidad militar de la nación enana dependía del número total de pilotos gólem disponibles que tuvieran alistados. Y ahora conocían las Semillas de Magia, que recuperaban MP con mucha más eficacia que cualquier otro objeto de recuperación hasta el momento.

Y esta es precisamente la razón por la que el señor Gatoluuga también empuña un arco.

Gatoluuga había explicado que su arco era para cuando se quedaba sin MP y ya no podía materializar sus espíritus. Cuando él y sus espíritus estaban perfectamente sincronizados, también podía darles instrucciones mientras lo usaba, pidiéndoles que prendieran fuego a sus puntas de flecha, aumentaran la velocidad de sus flechas, guiaran sus flechas hacia su objetivo, etc.

Mientras tanto, bajo la tutela de Volmaar, Sophie mejoraba cada vez más en el tiro con arco.

“Hay una razón para todo”, murmuró Allen.

Cecil empezó. “¿Eh? ¿Qué es eso tan inesperado?”

Los miembros de Sacred también miraron a Allen extrañados.

“Oh, lo siento, no es nada.” Allen sacudió ligeramente la cabeza. “Estaba hablando solo. Algo hizo clic en mi mente.”

“Ya estás otra vez”, suspiró Cecil.

“Realmente nunca dejas de pensar y analizar, ¿verdad?” se maravilló Helmios.

Después de convivir con Allen durante todo un mes, Helmios sabía ahora cuánto le gustaba a Allen analizar las cosas y que a menudo involucraba a sus compañeros en sus experimentos. La mayoría de las veces, sin embargo, a Helmios no le quedaba claro a dónde quería llegar Allen.

“Bueno, hay muchas cosas que todavía no sé”, respondió Allen.

“Vaya, ¿hay cosas que no sabes? ¿Cómo qué?”

“Hmm… Por ejemplo, ¿cuál es el elemento de Lord Rohzen?”

“Que— S-Señor Allen, eso es un poco…” Volmaar trató de indicar que ese interrogatorio se estaba pasando de la raya.

Sin embargo, Allen se volvió hacia él y le preguntó: “¿Lo sabes, Volmaar? Llevas décadas con él, ¿verdad?”

El hecho de que Volmaar estuviera al servicio directo de Sophie significaba que debía de llevar décadas viviendo bajo el mismo techo que Rohzen, cuando el espíritu ardilla voladora aún era un mero Rey Espíritu.

“Eso es, bueno…”

Estaba claro que Volmaar no lo sabía, así que Allen se volvió hacia Sophie, que respondió disculpándose: “Lo siento, en realidad no indagamos…”

Finalmente, Allen se volvió hacia el mismísimo Dios Espíritu. “Muy bien, Dios Espíritu Rohzen, ¿qué clase de espíritu eres? Realmente no puedo decir qué elemento eres.”

“¡¿Qué-?! ¿Señor Allen!” Volmaar no podía creer que Allen no hubiera captado la indirecta basándose en sus reacciones y las de Sophie.

“Om nom.” Rohzen se tragó el fukaman que tenía en la boca. “En realidad soy un espíritu de madera. El Árbol del Mundo me dio a luz, después de todo. Ja, ja.”

“Ya veo. Por eso tu habilidad es un buff.“ Siempre he asociado el elemento madera con habilidades pasivas y potenciadores.

“Más o menos. Aunque preferiría que no indagaras mucho más. Ja, ja.”

Sophie observó este intercambio con estupefacción.

“Eres una persona muy curiosa, Allen”, se rió Helmios.

“¿Inquisitiva? Sr. Helmios, no es que sea curioso.”

“¿Entonces qué es?”

A estas alturas, casi todos en la mesa habían dejado de comer y estaban concentrados en Allen.

“No puedes elaborar estrategias eficaces si no entiendes cómo funcionan las cosas. Por eso este mundo ha estado a merced del Señor Demonio durante décadas.”

“¿Oh?” Dverg enarcó una ceja. “¿Te importaría dar más detalles?”

Allen continuó. “Encontrar respuestas a las preguntas del ‘por qué’ es la clave para entender tu situación actual. Así sabrás contra qué prepararte.”

El Lord de la Espada cerró los ojos pensativos. “Entiendo, dijo, interiorizando lo dicho por Allen.

“¿Qué otra cosa no sabes?” Preguntó Cecil.

“¿Por qué las deidades permiten ahora los ascensos de clase cuando nunca antes lo habían hecho?”

Cecil ladeó la cabeza. “Lo siento, no entiendo lo que me preguntas.”

“Cuanto más lo pienso, más sentido tiene. Si las deidades se limitaran a repartir ascensos de clase, no habría necesidad de temer al Señor Demonio. Entonces, ¿por qué no lo hicieron antes? Incluso cuando apareció por primera vez.”

Y dudo mucho que la idea no se les ocurriera antes de que yo la mencionara.

Ser promovido de una clase de una estrella a una clase de dos estrellas era un aumento muy significativo en las estadísticas. Ascender a diez mil soldados aumentaría enormemente la posibilidad de derrotar al Ejército del Señor Demonio.

Como tal, parecía muy extraño para Allen que las deidades se apresuraran a introducir el sistema de promoción de clase sólo ahora. Los recuerdos de su vida pasada le susurraban que era muy probable que el proceso estuviera limitado por algún tipo de búsqueda, pero aun así, le parecía que las cosas no cuadraban.

Al notar la mirada de Allen, Rohzen se encogió de hombros. “Eso sí que es una idea, ¿no? Qué extraño. Ja, ja.”

Así que no lo dirá. Tal vez en realidad no lo sabe. O no puede decirlo. En cualquier caso, nuestra prioridad ahora mismo es que Sophie se relacione con sus espíritus.

La mente de Allen seguía acelerada mientras miraba al espíritu de fuego juvenil que se aferraba a Sophie.