Hell Mode (NL)

Volumen 5

Capítulo 10: Recuerdos del Pasado

Habían pasado tres días desde que los Jugadores Sin Vida pisaron por primera vez la mazmorra de Rango S. Antes de salir de su casa hacia la mazmorra aquella mañana, Allen había informado a todos de que permanecerían dentro durante cuatro días y tres noches.

Los monstruos no aparecían en la plaza abierta a la que llegaban los aventureros desde los distintos pisos; por eso, muchos grupos acampaban allí, y los jugadores sin vida los habían observado para saber qué debían preparar. Por supuesto, algunos grupos vivían dentro de gólems que se transformaban en casas, por lo que no habían sido de mucha ayuda. Sin embargo.

El grupo atravesó rápidamente la planta 2 para llegar a la planta 3. Ahora que Allen sabía que las montañas rocosas eran puntos de aparición de jefes de planta, repitió la estrategia del día anterior de enviar invocaciones para explorarlas. Hoy, también envió a los Pez B que había estado guardando por sus potenciadores de MP junto con los habituales Espíritu B. Al hacerlos nadar por la arena hacia las montañas, se enteró de que había un gran número de monstruos acechando bajo la arena.

Los peces B, que parecían enormes tortugas marinas prehistóricas llamadas arquelones, tenían una resistencia lo bastante alta como para ignorar a los monstruos de rango B. Sin embargo, cuando se trataba de monstruos de rango B, los peces B eran más resistentes. Sin embargo, cuando se trataba de los de rango A, no podían evitar recibir un poco de daño — por lo que Allen les había ordenado que evitaran a todos los monstruos siempre que fuera posible y que estuvieran atentos a las montañas rocosas, teniendo cuidado de que no los mataran. Cada vez que sus puntos de vida bajaban, Allen los volvía a convocar lo suficientemente cerca de Keel como para curarlos antes de enviarlos de nuevo. Este era el método que gastaba menos piedras mágicas.

Así, los jugadores pasaron toda la mañana atravesando montañas rocosas en busca de los jefes de planta. Encontraron dos cofres del tesoro en el proceso, con lo que su botín total ascendió a tres medallas de hierro y una espada y un casco de hihiirokane. Durante todo este proceso, no dejaron de recoger piedras mágicas de rango A y B de todos los monstruos que mataban. Los cofres del tesoro también debían contener pizarras de gólem, pero, por desgracia, el grupo aún no había sido bendecido ni con una.

Por el momento, estaban descansando y almorzando.

“Parece que este es un buen lugar para subir de nivel”, dijo Allen.

“Lo es”, coincidió Cecil. “¿Nos quedaremos aquí hasta que estemos listos para nuestro próximo ascenso de clase?”

“Probablemente sea una buena idea. Un mes en este piso será suficiente para que todos suban al máximo. Muy bien, se acabó el descanso. Volvamos a buscar monstruos y pizarras.”

Con voz abatida, Meruru dijo: “Siento que te tomes tantas molestias sólo por mí…E

¿Oh? Parece abatida de repente.

Allen estaba haciendo que Meruru sostuviera un gran escudo y montara guardia frente a Cecil y Sophie en la batalla por ahora hasta que el grupo reuniera todas las pizarras necesarias. Al principio lo hizo con total confianza, pero cuando vio lo fuertes que se habían vuelto todos en comparación con cuando estaban en Ciudad Academia, empezó a sentirse culpable por no poder usar todavía un golem. Y cuando el grupo no consiguió encontrar ni una sola pizarra por la mañana, se sintió aún más intranquila.

“No, no te preocupes”, la tranquilizó Allen. “No es que vayamos a tardar meses en reunir todas las pizarras.”

Encontramos dos cofres en medio día. Probablemente sea sólo cuestión de tiempo.

“Pero…”

“Sé a ciencia cierta que estás lleno de un potencial que ahora mismo no estamos aprovechando. Sólo tenemos que ver a otros grupos con golems para saber lo útiles que son como tanques.”

Todos los demás expresaron su acuerdo, habiendo visto por sí mismos cómo luchaban otras partidas junto a gólems.

Finalmente, Meruru se apaciguó. “Gracias a todos.”

“Aun así, Allen, no paras de hablar de ‘tanque’ esto, ‘tanque’ aquello”, comentó Cecil. “¿Por qué eres tan particular al respecto?”

“¿Hm? En realidad no lo soy”, respondió Allen por reflejo. “Sólo sé un poco cómo funciona, eso es todo.”

Sophie también habló. “Ahora que lo dices, Cecil, yo también lo he pensado.”

Sintiendo los ojos de todos sobre él, Allen se dobló. “Bueno… no es que intente ocultarlo, pero… Sí, solía ser un tanque en mi vida anterior.”

“Así que por eso sabes tanto de serlo.” Cecil recordó con qué entusiasmo Allen había hablado de la importancia de este papel en particular. Ella sólo lo había visto como Invocador, así que de algún modo pensó que ser tanque era similar a ser Invocador.

No elegí ser tanque exactamente porque quisiera serlo, pero no hablemos de eso.

“Más o menos”, respondió Allen. “Sí, Meruru — elegí ser invocador, y me he dado cuenta de que nunca sabes realmente de qué va una clase hasta que la pruebas. Todas acaban siendo divertidas. Y cuanto más tiempo pasas en ella, más apego le coges.”

La clase Invocador en este mundo resultó ser bastante diferente de lo que Allen esperaba, pero ahora la disfrutaba de todo corazón.

“Básicamente, lo que quiero decir es… no dejes que las cosas te depriman.”

“Entiendo.”

“Vaya, suena muy convincente viniendo de alguien que ha pasado por lo mismo.” Cecil asintió apreciativamente.

En su vida anterior como Kenichi, Allen había elegido una clase de tanque cuando empezó su primer juego en línea. Por aquel entonces, ni siquiera conocía el concepto de tanque. Eligió la clase simplemente porque parecía fuerte, y aparte de que tenía menos ataque pero más resistencia que otras clases de primera línea y que venía con habilidades de clase para proteger a los miembros del grupo, no pensó en nada más. No fue hasta un año después de jugar cuando se enteró de que usar estas habilidades y servir de escudo del grupo se llamaba “ser un tanque”. Siguió desempeñando este papel fundamental en el grupo hasta el final del juego, creyendo que había hecho justicia al puesto. Ese fue el primer y último juego en el que jugó como tanque.

Y está claro que esa posición también es necesaria en este mundo.

Los recuerdos de Kenichi del primer videojuego del que se enamoró marcaron en gran medida sus valores y el resto de su vida como jugador. Su deseo de atesorar esos recuerdos era una de las principales razones por las que había venido a este mundo en busca de una experiencia satisfactoria.

“Dicho esto, Lord Allen, este ‘tanque’ del que habla es más bien un rol, ¿no? Su clase se llamaba de otra manera, ¿no?”

Uh-oh.

“Era… era.”

“Un momento… ¿Allen?” Cecil entrecerró los ojos. La forma sospechosa en que Allen acababa de responder a Sophie le había dado la abrumadora sensación de que algo andaba mal. Estaba segura, más allá de toda duda, de que ocultaba algo.

“Espera para… ¿qué?”

“Ya está. ¿Cuál era tu clase?” Cecil dejó la cuchara y se inclinó hacia ella.

Krena se unió. “¿Qué eras, Allen?”

“Yo… era un aventurero, por supuesto.” Estaba en una gran aventura. ¿Qué otra cosa podría haber sido?

El intento de Allen de esquivar la pregunta le valió el castigo divino de Cecil, que le agarró la cara con los dedos en una prensa de hierro.

“¡Eep! ¡¿Por qué?! ¡Eso duele! ¿En serio!” ¡Esto es tan injusto!

“¿Vas a responder o no?”

“Um, llevaba armadura… y cambiaba entre usar una lanza y una espada. También tenía un escudo.”

Mis recuerdos nostálgicos como Kenpy están volviendo a míííííí…

El nombre que Kenichi asignó a su personaje tanque fue “Kenpy”. Por aquel entonces era estudiante y le costaba dar con un nombre genial, así que acabó eligiendo una versión de su propio nombre que le pareció genial. Sin embargo, después de jugar con ese nombre durante mucho tiempo, se encariñó con él.

“¡Woooow! ¿Es un nombre genial?” preguntó Krena, insistiendo en el tema.

“Sí. Es genial.” Allen quería desesperadamente que sus amigos dejaran el tema, pero estaba claro que no compartían su opinión.

Sophie volvió a interrumpir. “Sólo nos dijiste cuál era tu equipo, no cuál era tu clase.”

¿Vamos, Sophie, pensé que tú más que nadie estarías de mi lado!

La visión de Allen en las garras de Cecil sólo había obligado a Sophie a comentar: “Seguro que es incómodo.” No se veía ni rastro de su amabilidad habitual. Claramente, nadie aquí era aliado de Allen. A pesar de que el agarre de hierro de Cecil estaba apretando con la mayor fuerza que podía reunir, todo el mundo se limitaba a observar con sonrisas en sus rostros.

“¡Espera, eso duele de verdad!” Allen estaba al borde de las lágrimas.

“Bueno, habla.”

“¡S-Sí, milady! ¿Yo solía ser un Caballero Sagrado!”

Lo elegí porque tanto el nombre de la clase como el equipo me parecieron geniales.

Krena se puso en pie. “¡¿Caballero?! ¿Eras caballero, Allen? Es increíble.”

“Espera, ¡¿un caballero?!” Dogora gritó sorprendida. “¡¿Por qué no nos lo dijiste?!”

¡¿Ves?! ¡No quería decirlo porque sabía que Krena y Dogora reaccionarían así! Ahora tengo que aclarar un malentendido.

Allen sabía muy bien lo mucho que Krena y Dogora admiraban a los caballeros después de haber crecido con ellos. Por eso, durante su estancia en la Academia, no había mencionado del Caballero Sagrado al hablar de cualquier experiencia que hubiera tenido jugando a una gran variedad de clases.

“No me malinterpretes. Esa era sólo mi clase. Claro, me llamaban caballero, pero mi estatus seguía siendo el de un simple plebeyo.”

Solo era un asalariado. Sólo un guerrero corporativo promedio.

“¡Y UNA MIERDA QUE LO ERAS!” rugió Dogora con la mayor indignación que había expresado en sus catorce años de vida.

“¡Espera, un cubo! ¿¿Tenemos un cubo!” gritó Allen de repente. Una de las Invocaciones que había dejado buscando mientras el grupo descansaba había encontrado un cubo flotante dentro de una cueva.

Es tal como Helmios me dijo ayer.

Anoche, Allen le había preguntado al Héroe a través del Espíritu B que había dejado en la casa de Helmios en la capital de Giamut sobre BB y otras cosas relacionadas con la Torre de la Tribulación que aún no conocía. A pesar de que Helmios comenzó con la advertencia de que no tenía demasiados conocimientos sobre los pisos 2 y 3 porque su propio grupo se quedaba principalmente en el piso 4, terminó proporcionando una gran cantidad de información muy útil. Una de las cosas de las que habló fue de los cubos ocultos de la mazmorra.

Allen tenía invocaciones estacionadas en numerosos lugares del mundo, además de la casa de Helmios: En Rohzenheim, estaba en Tiamo, la ciudad donde se encontraban la reina de los elfos y los Ancianos elfos. En Ratash, estaba en la embajada de los elfos en la capital. Por supuesto, también tenía cubiertas la mansión Granvelle y la Aldea Rodin. La razón principal de dejar a sus Invocaciones por todas partes era facilitar el intercambio de información y recibir aviso anticipado de cualquier movimiento repentino del Ejército del Señor Demonio, pero en la Aldea Rodin, las Invocaciones también ayudaban activamente al desarrollo de la aldea y protegían a los aldeanos de los monstruos.

La seguridad y la prosperidad de su familia eran dos de las principales prioridades de Allen.

Además, siempre había un Dragón B en las Montañas del Dragón Blanco que trabajaba para mantener los dominios de Granvelle y Carnel libres de monstruos alimentando con ellos a Haku, el dragón blanco recién renacido. El cachorro se comía todo lo que Dora le traía con un apetito voraz, creciendo más y más cada día.

Sin más preámbulos, Allen se puso en pie y empezó a recoger.

Dogora levantó la vista, desconcertada. “¿Qué has dicho?”

“Encontramos un cubo en una cueva en una de las montañas rocosas”, respondió Allen, jugando con la emoción en su voz. “Todos, ¿han terminado de descansar, verdad? ¡Vámonos!”

“¡Un momento! ¡No hemos terminado de hablar!” gritó Dogora. “¡Tienes que contarnos más sobre tu época de caballero! ¡Empezando con el por qué has guardado silencio al respecto!”

Haciendo como que no le oía, Allen sacó el Pájaro B y empujó a todos para que se pusieran en marcha como forma de esquivar el aluvión de preguntas de su compañero.

***

Los Jugadores Sin Vida surcaban el cielo sobre el desierto en sus Pájaros B.

“¡Definitivamente tienes que contar todos los detalles sobre que eres un Caballero Sagrado más adelante!” Cecil gritó desde un Pájaro B posicionado detrás del de Allen. “¡Y deja de ignorarnos!”

Allen, sin embargo, mantuvo su silencio, esperando contra toda esperanza que esta tormenta pasara eventualmente.

¡Y ahora, un cubo escondido! Sí que tenemos suerte de encontrar uno al día siguiente de enterarnos de su existencia.

El grupo llegó a la montaña a la que se dirigían y entró en la cueva. En el interior, encontraron un cubo similar al de la plaza abierta.

“Uf, hemos llegado a tiempo. Chicos, voy a intentar hablar con él, así que esten atentos. Existe la posibilidad de que nos teletransporte a alguna parte.”

Volmaar se descolgó el arco y lo apretó con fuerza frente a su pecho. “Mm, entendido.”

“Muy bien, allá vamos”. Allen se dirigió cautelosamente al cubo. “Um, ¿hola?”

“Saludos, Jugadores Sin Vida. Soy el Sistema de Intercambio de Recompensas de Mazmorras S302. ¿Les gustaría intercambiar medallas y pizarras?”

Así que tenemos una de intercambio y no una de trampa.

“Intercambio, ¿verdad? Disculpe, ¿le importaría si hacemos unas preguntas primero?”

“Adelante.”

En respuesta a las preguntas de Allen, el cubo explicó que servía para intercambiar medallas por pizarras. Podía intercambiar en ambos sentidos a razón de tres medallas por una pizarra, pero sólo podía usarse una vez y sólo manejaba medallas de hierro y pizarras de Grado Hierro. Para el intercambio de medallas por pizarras, entregaría una pizarra básica — una por cabeza de gólem, torso, brazo izquierdo, brazo derecho o piernas — elegida al azar.

Aw, así que este no dará pizarras especiales.

Ayer, Allen había aprendido de Helmios que cada planta tenía muchos cubos ocultos diferentes. Al igual que los jefes de planta, se teletransportaban al cabo de cierto tiempo y reaparecían en las cuevas de la planta 3 y en los huecos de los árboles de la planta 2, entre otros lugares. Había muchos tipos, como los que intercambiaban medallas y pizarras, los que daban medallas o pizarras gratis y los que teletransportaban a los grupos a lugares distintos de los pisos normales de la mazmorra, como las fases de bonificación — y las fases de muerte.

Algunos de los cubos de intercambio de medallas por pizarras no sólo daban pizarras básicas, sino también de movimiento y especiales que, por ejemplo, hacían mucho más grande a un gólem o reforzaban su armadura. En algunos casos, el cubo exigía más de diez medallas por una pizarra.

Lo problemático de estos cubos era que algunos de ellos teletransportaban inmediatamente a todo el grupo cuando alguien hablaba con ellos, con lo que existía la posibilidad de que el grupo se encontrara rodeado por un gran número de monstruos en lo que se llamaba acertadamente una “fase de muerte”. Si todos los monstruos eran de rango A, el grupo de aventureros sería masacrado con toda probabilidad. Esta era una razón más por la que la tasa de mortalidad era tan alta en esta mazmorra. Por lo tanto, era de sentido común entre los aventureros aquí que los que no eran lo suficientemente fuertes nunca deben hablar con estos cubos.

Allen sacó tres medallas de Almacenamiento sin dudarlo. “Me gustaría intercambiarlas, por favor.”

¡Estoy deseando ver el golem de Meruru!

Aunque el grupo había tardado medio día en reunir las tres medallas, nadie dijo nada. Desde sus días en la Academia, entendían perfectamente que Allen siempre hacía lo mejor para el grupo y para ellos.

“Confirmado. Aquí tienen.”

Las medallas en la mano de Allen desaparecieron y fueron reemplazadas por una pizarra básica. La pizarra tenía un saliente del mismo tamaño que uno de los agujeros del disco mágico de Meruru. En el lado opuesto de la protuberancia había una representación de la cabeza de un golem.

“Así que esto es una pizarra cabeza. Ya tenemos la primera. Quedan cuatro.” Allen entregó la pizarra a Meruru. “Lo siento si al final consigues duplicados de la cabeza.”

Aunque para cosas como esta, casi siempre terminas recibiendo duplicados una y otra vez cuando estás esperando la última pieza.

“G-Gracias.” Meruru aceptó la pizarra mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.

“Intenta meterla.”

“D-De acuerdo.” Cuando deslizó la pizarra en la ranura, la cara de Meruru se iluminó de alegría. “Vaya…”

“Ahora que lo pienso, Allen siempre ha sido así”, dijo Cecil pensativo. “Supongo que tiene sentido que antes fuera un Caballero Sagrado — seguro que es porque tiene un gran corazón. Ahhh, entonces cuando hizo eso, fue porque era un Caballero Sagrado…” Aparentemente Cecil estaba aplicando el hecho de que Allen fuera un antiguo Caballero Sagrado a eventos pasados en este mundo y conectando puntos en su cabeza.

La comprensión también apareció en el rostro de Keel. “Entiendo, eso explica por qué parece tan acostumbrado a hablar con la realeza y la nobleza.”

Al ver que todos los demás asentían con la cabeza, Allen pensó, Uh-oh, el malentendido está empeorando. A estas alturas, era realmente difícil para él explicar que sólo eligió la clase porque pensó que sonaba bien. Se volvió hacia el cubo flotante justo a tiempo para verlo desvanecerse empezando por sus bordes.

Oh, simplemente desaparece cuando termina su trabajo. Muy bien, sigamos.

“Dirijámonos todos a la siguiente montaña rocosa. ¡Esta tiene un cofre del tesoro! Tenemos que atraparlo antes de que desaparezca.”

En cualquier momento, Allen siempre tenía varias invocaciones por ahí, revisando las cuevas de las montañas rocosas. Esto les permitía saber exactamente adónde ir, lo que les daba una ventaja significativa sobre otros grupos de aventureros y acortaba enormemente su tiempo de exploración.

“Sabía que eras especial, Lord Allen.” Sophie, la animadora del grupo por así decirlo, juntó ambas manos ante su pecho y pareció profundamente conmovida.

Ojalá ayudaras a resolver este malentendido, de verdad.

Los jugadores sin vida volvieron a montar en su Pájaro B. Después de viajar un rato, una de las visiones que Allen estaba Compartiendo con una Invocación cambió abruptamente.

“¿Eh? ¡Espera, esto es el cielo? ¿Está Genbu en el aire ahora mismo?”

“¿Qué pasa, Allen?” Meruru preguntó mientras Allen hacía que todos los Pájaros B se detuvieran.

“Espera, ¡¿otra vez?!” Protestó Cecil desde atrás.

“No, es otra cosa. Algo tiene a Genbu. Vi algo largo, rojo durante una fracción de segundo. Creo que es Scarlet. Vamos a comprobarlo.”

“Espera, Scarlet es el jefe de Rango S de este piso, ¿verdad?” Cecil preguntó incrédula. “¿Estás seguro de que es seguro?”

Fue ayer cuando los Jugadores Sin Vida huyeron de BB, otro monstruo de Rango S.

“Si no podemos manejarlo, podemos huir de nuevo. Por ahora, vamos a ver cómo es. ¡Vamos chicos, está cerca!”

No es que haya una regla rígida que diga que no podemos vencer a monstruos de Rango S.

Todos parecían nerviosos mientras ponían rumbo a lo que parecía que iba a ser un combate con un monstruo de Rango S. No mucho después, divisaron una forma imponente que se convirtió en un hito llamativo.

Maldición, la línea de visión de Genbu está a casi cien metros en el aire.

El Pez B era bastante pesado, incluso entre las invocaciones de Allen. A pesar de eso, su forma de diez metros de largo estaba siendo levantada tan alto por las mandíbulas de acero de una criatura que sobresalía de la arena.

“¡Allen, todos están huyendo!”

Todos los aventureros de abajo estaban de espaldas a la gigantesca criatura mientras empleaban diversos métodos para huir lo más rápido posible. Ni uno solo de ellos mostraba intención de luchar contra el monstruo.

“Sí, definitivamente están huyendo de esa cosa.”

El monstruo al que se acercaban los Jugadores Sin Vida parecía un gusano que medía cientos de metros de largo. Todas las partes visibles de su cuerpo eran de color escarlata, y afiladas espinas sobresalían de sus segmentos corporales.

“Oh, Genbu está acabado”, comentó Allen cuando una lluvia de burbujas brillantes estalló en la boca del monstruo y se desvaneció. “Hmm, así que ese es Gusano de Arena Escarlata, el monstruo más fuerte de esta planta. Es enorme. ¡Bien, bien! Esto sí que es emocionante.” Su pecho palpitaba de emoción ante la visión del monstruo más enorme que jamás había contemplado.

Habrá que tener cuidado con las espinas del cuerpo de Scarlet, por supuesto, pero ¿su único método de ataque es su boca con colmillos?

“A-Allen, ¿qué estás diciendo? ¡Esto es demasiado para nosotros!” La voz de Meruru estaba llena de miedo mientras miraba la abrumadora masa del monstruo de Rango S.

“¡Ningún enemigo es demasiado para nosotros!” respondió Allen.

El grupo voló más cerca hasta que pudo ver el cuerpo de Scarlet con más detalle. El extremo superior era una gran boca, cuyo interior estaba densamente poblado de desordenadas hileras de dientes. Esto era lo que había utilizado para sujetar a Genbu con tanta fuerza hace un momento.

“Quedar atrapado en esa boca es claramente una mala noticia, chicos. ¿Vamos a usar Jet ahora, así que agárrense fuerte! Krena y Dogora, vuelen en círculos a su alrededor mientras atacan su cuerpo. Manténganse alejados de la boca; ¡nosotros seremos los que lo ataquen!”

“¡Entendido! ¡Vamos, Griff!” Krena dio a su montura unas suaves palmadas en la cabeza.

Tras acusar recibo de la orden con un agudo “¡Kiehhhh!”, el Pájaro B aceleró. Voló alrededor de Scarlet mientras Krena descargaba sus ataques más poderosos contra el gusano de arena.

“Muy bien, eso nos deja la cabeza. Cecil, cuento contigo para que vuelvas a descubrir su elemento débil. Te haré saber cuándo usar tu Habilidad Extra.”

Allen siempre había hecho hincapié en que el tiempo era crucial para aprovechar al máximo las Habilidades Extra.

Por ahora, traigamos a todos de vuelta.

Allen llamó a todas las invocaciones que estaban investigando las montañas rocosas. Aunque se hubieran alejado mucho, como Allen compartía con ellos, podía Desinvocarlos a voluntad. El tamaño de Scarlet indicaba que probablemente tenía una gran reserva de HP, por lo que Allen esperaba que todo su grupo lo atacara a la vez para reducir su salud en poco tiempo.

“¡Allen, se recupera enseguida!” Krena informó de nuevo.

“¡Realmente lo hace!” Dogora confirmó. “¡¿Qué le pasa a este tipo?! ¿Nuestros ataques no funcionan en absoluto!”

El cuerpo del monstruo jefe se estaba curando casi tan pronto como la espada de Krena lo atravesaba. Lo mismo ocurría con el hacha de Dogora.

“¡Lo tengo!” Contestó Allen. “Parece que tus ataques al menos le están haciendo daño, así que sigue con ello. ¿Y voy a seguir repitiendo esto una y otra vez, pero no dejes que Scarlet te atrape!”

Esto es extraño — es casi como si este monstruo jefe no tuviera Resistencia. ¿Su capacidad de regeneración lo compensa?

Los ataques de Krena y Dogora revelaron que Scarlet tenía una Resistencia increíblemente baja para un monstruo de rango S, pero sus poderes curativos eran tan eficaces que todas las heridas que sufría parecían desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Incluso cuando recibió una lluvia de ataques de todo el grupo de jugadores sin vida, todos ellos cercanos al nivel máximo, al jefe no pareció importarle ni debilitarse en absoluto.

“¡Me cuesta creerlo, Allen, pero creo que Scarlet no tiene ninguna resistencia elemental!”

¿Así que no sólo tiene baja resistencia física, sino también mágica?

“Gracias por hacérmelo saber, Cecil. Lo más probable es que no tenga resistencia a ningún tipo de daño. Su resistencia también es muy baja. Es el tipo de monstruo que confía en su enorme reserva de HP y en sus altísimos poderes de recuperación. No se consiguen a menudo.”

“En vez de impresionarte, ¿qué tal si tienes una estrategia?”

“Yo tengo una. ¡Krena, usa Rompe Limites! Aparte de Cecil y Sophie, ¡Igualen el tiempo de Krena y usen también sus Habilidades Extra!”

“¡De acuerdo!” Krena activó Rompe Limites, luego hizo que su montura usara Jet para acercarla y poder empezar a acuchillar al jefe, cortando aún más sangre y carne que antes y extrayendo más de los fluidos curativos del monstruo.

El resto de los jugadores sin vida no tardaron en unirse a la refriega. Allen también se lanzó a por todas, invocando a Espíritus B y Dragones B y haciendo que usaran sus Habilidades Despertadas antes de cambiarlos rápidamente, sin importarle cuántas piedras mágicas quemara.

De acuerdo, bien — parece que el ritmo al que le estamos infligiendo daño ha superado por fin la velocidad a la que Scarlet puede curarse a sí misma. Ya casi estamos.

En su vida anterior, Allen había luchado contra muchos enemigos que podían curarse a sí mismos. Había aprendido que la única manera de derrotarlos era dañarlos más rápido de lo que podían regenerarse.

“Cecil, usa Meteoro Pequeño. ¡Aplasta su cabeza!”

“Muy bien. Como desees.”

Cuando el momento pareció adecuado, Allen dio a Cecil la luz verde. Una neblina de calor surgió alrededor de su cuerpo mientras activaba su Habilidad Extra.

“¡Krena, Dogora, aléjense! ¡Meteoro Pequeño entrando!” Allen ladró una advertencia.

“¡De acuerdo!” gritó Krena.

Dogora también gruñó, aunque la mitad por la frustración de no poder activar de nuevo su propia Habilidad Extra.

“¡Allá voy! ¡Meteoro Pequeñoooooo!”

En el momento en que las dos vanguardias retrocedieron, una roca roja ardiente de unos diez metros de diámetro apareció en el cielo. Por alguna razón, aunque se trataba del interior de una mazmorra, el meteorito pudo bajar sin destruir el techo. Scarlet se había erguido como una cobra, permitiendo que el meteoro le diera un golpe limpio en la cabeza. El choque de las dos masas gargantuescas generó una onda de choque, mientras fragmentos de meteorito y burbujeantes fluidos corporales se esparcían por todas partes. El cadáver del monstruo, ya sin cabeza, se desplomó con un estruendo ensordecedor, levantando una enorme nube de polvo y arena.

“¡Lo logramos!” aclamó Cecil.

Sin embargo, no apareció ningún mensaje en el registro del grimorio de Allen.

Maldición, así que no murió instantáneamente. Eso significa que podría curarse a sí mismo de nuevo.

“No, todavía no. No está muerto del todo”, corrigió Allen. “Sophie, por favor usa la Bendición del Dios de los Espíritus.”

“Entendido. Lord Rohzen, por favor préstenos su fuerza.”

“Ja, ja, por supuesto.”

Además de mejorar las estadísticas del grupo, la Bendición del Dios de los Espíritus también refrescó los tiempos de reutilización de las Habilidades Extra de todos.

Para consternación de los jugadores sin vida, el cuerpo de Scarlet sufrió varios espasmos y, de repente, todas las heridas que lo cubrían se curaron al tiempo que brotaban más fluidos corporales por todas partes. A Scarlet incluso le creció una nueva cabeza. La visión llenó de desesperación a Cecil, que hasta ahora había tenido una inmensa confianza en su Habilidad Extra después del papel que había desempeñado en la pelea con Rehzel.

“No se preocupen, chicos. ¡La pelea no ha terminado!” gritó Allen tranquilizadoramente. “Sólo hemos vuelto a la casilla de salida, eso es todo.”

Así se reanudó la lucha contra el gusano gigante de aspecto grotesco.

Sin embargo, una media hora después, Allen admitió: “Me temo que no tenemos la potencia de fuego necesaria para acabar con Scarlet.”

“Eso… parece”, aceptó Cecil a regañadientes.

A diferencia de BB, podían herir a Scarlet. Sin embargo, siempre se curaba más rápido de lo que los jugadores sin vida podían dañarla. Incluso después de que todo el grupo — todos menos Dogora, por supuesto — volviera a activar sus habilidades extra, no consiguieron eliminar por completo los puntos de vida del monstruo. Siguieron luchando con la débil esperanza de que la velocidad de recuperación del jefe disminuyera, pero no fue así. Incluso ahora, estaba delante de ellos sin ningún daño.

“Para matar a Scarlet, tenemos que hacernos más fuertes. Creo que es suficiente para este intento.”

“Muy bien. Lástima.” Cecil dejó de atacar con cara de pesar, y todo el grupo se retiró.

La velocidad de movimiento de Scarlet no era tan impresionante. Una vez que los Jugadores Sin Vida se alejaron lo suficiente, renunció a perseguirlos y se zambulló de cabeza en la arena.

El primer encuentro de los jugadores sin vida con el jefe de planta de rango S de la planta 3, Scarlet Sandworm, terminó con su retirada.