Monogatari (NL)

Volumen 14

Capítulo 9: Toroide Koyomi

Parte 1

Para Oshino Shinobu, hablar de un camino era hablar del camino de la noche. Y, como gobernante supremo de las horas más oscuras, el camino nocturno era el camino real del rey inmortal de las excentricidades.

Todo eso ya es pasado, por supuesto, y su dominio actual consiste únicamente en mi sombra, un área que no llega a los tres metros cuadrados. Estoy seguro de que eso es una fuente de un poco, o mucho, de descontento para Shinobu, pero de momento aún no he recibido ninguna queja formal al respecto.

Para los que tienen una confianza absoluta en sí mismos, tal vez la cantidad de bienes que poseen no sea realmente un gran problema; bueno, puede ser un problema, pero cualquier problema que pueda surgir, cualquier cosa que les falte, mientras se tengan a sí mismos son capaces de afrontarlo.

Incluso si pierden su poder. Aunque pierdan lo que les define.

Incluso entonces, mientras se tengan a sí mismos.

“En verdad, el camino de noche no es causa de alarma para alguien como yo—es más bien el camino de mediodía, con su orbe ardiente colgando en lo alto, lo que representa un peligro.”

Me lo dijo en la azotea de aquel edificio abandonado, cuando no era un pseudovampiro, ni la escoria de un vampiro ni la sombra de su antiguo ser, sino un vampiro de pleno derecho.

En otras palabras, cuando todavía era la vampira de sangre de hierro, de sangre caliente, de sangre fría, conocida como Kiss-Shot Acerola-Orion Heart-Under-Blade.

Un vampiro hablando de los riesgos del sol del mediodía… bueno, sí, casi demasiado típico. Aunque gente como Oshino Meme y ese triunvirato de especialistas en vampiros eran ciertamente sus enemigos, nunca ha tenido un enemigo natural mayor que el sol.

Así que el hecho de que la pérdida de su poder significara, paradójicamente, que ahora podía pasearse a plena luz del día debió de ser una suerte inesperada.

No.

Para recoger esa ganancia tuvo que renunciar a algo mucho mayor, por lo que probablemente sea un poco extraño hablar de ello en términos tan positivos.

“Y sin embargo, en el camino nocturno, el siguiente paso está siempre envuelto en la oscuridad—un camino invisible. ¿En verdad siquiera podéis llamar a un camino invisible un camino?”

Ella ha dicho algo así.

Es cierto que, para que una carretera funcione como tal, tiene que estar claramente delimitada; no basta con definirla.

Reconocer una cuando la ves parece un requisito apropiado para un camino—si alguien te dijera después que el terreno que habías atravesado era de hecho esta o aquella carretera, te dejaría frío,

¿verdad?

Por decirlo de otro modo.

Mientras camines con los ojos cerrados, el camino que estés recorriendo no está funcionando como tal, es sólo el suelo.

No es un camino, por muy inquebrantable que sea. Precisamente por eso.

Las luces de la calle se encienden por la noche. Para no perder de vista el camino—

O para no encontrar excentricidades. “Hmph. Habláis de las luces de la calle.”

La noche hace tiempo que perdió su oscuridad—fue la respuesta irritada del vampiro. Bueno, es comprensible que estuviera irritada, dado que la reducción de la oscuridad disminuía su territorio; podría no ser un problema, pero su dominio seguía siendo invadido.

Lo oscuro. Oscuridad.

Estas cosas nunca se extinguen. De hecho, la extinción crea la oscuridad y las tinieblas. Y sin embargo.

“Antiguamente, sólo la luna iluminaba los caminos por la noche.” El disco perfecto de la luna.

Desgraciadamente, la luna no estaba llena esa noche—sin embargo, miró con anhelo el cielo.

En el cielo nocturno, iluminando el camino nocturno.