Monogatari (NL)

Volumen 14

Capítulo 5: Viento Koyomi

Parte 2

“Ya veo… Todo se ha solucionado. Que bien, uf.”

Naturalmente, no podía compartir todo lo que había pasado con el estafador, pero mientras comíamos nuestros bocadillos y bebíamos nuestro zumo, le conté a Sengoku todo lo que necesitaba saber.

Parecía que le daba tranquilidad.

Se sintió aliviada, es decir, probablemente se quitó un peso de encima. Lo cual tenía sentido, ya que su implicación en el caso había ido un paso más allá, un paso más profundo que el de cualquiera de las otras chicas de escuela media afectadas.

Gracias a Oshino—y también a Kanbaru—no se había dejado arrastrar más allá de eso, pero seguro que no había podido estar tranquila hasta ahora.

“Tal vez no ‘todo’—desde mi punto de vista tiene una especie de regusto amargo, es gris—o algo así.” Reflexioné. “Es una resolución nebulosa, o intermedia.”

“¿Pero no va a pasar nada malo?”

“Claro… En ese sentido, supongo que no puede ser mejor.”

Aunque no estaba seguro de si no se podía mejorar, o si simplemente no podíamos mejorarlo.

No estoy seguro en lo más mínimo.

Esto puede ser una actitud pesimista, o directamente negativa, dependiendo de cómo se mire, pero en cualquier caso, en la medida en que las cosas no iban a empeorar, una resolución era una resolución.

No, una resolución es una resolución, y punto. Mis hermanas pequeñas se pasaron de la raya y fueron pilladas con los pantalones bajados, pero yo nunca estuve involucrado en primer lugar. ¿Por qué debería un tercero no relacionado tener algo que decir al respecto?

A nadie le gusta un copiloto entrometido.

La celebración de esta pequeña victoria podría haber sido ridícula, una vez llegados a ella, pero ignorando ese pequeño detalle, el hecho de que ese repugnante estafador dejara nuestra ciudad requería un brindis, para mí personalmente.

Le habíamos hecho prometer que no volvería a aparecer por nuestra ciudad, así que, “una vez llegados a ella”, sólo eso era motivo suficiente para organizar una fiesta infernal.

“Dijiste que Tsukihi-chan y Karen-san están ‘limpiando’, pero… hashtag ¿cómo crees que va?”

“¿Hashtag?”

¿Estábamos en Twitter?

La asociaba más con Twister que con Twitter…

“Oh, perdón.” Se corrigió Sengoku. “¿Cómo crees que va?”

“Quién sabe.”

Me sentí mal al dar una respuesta tan deslucida después de hacer que se tomara la molestia de corregirse a sí misma, pero “quién sabe” fue la única respuesta que pude reunir, ya que, a diferencia de mis hermanas pequeñas, yo no estaba conectada a la red de chicas de escuela media.

Pensar en ello de esa manera realmente puso en evidencia la peculiaridad de lo que ese estafador había hecho, lo que había intentado hacer… En serio, me dio escalofríos.

Difundir encantos de forma intencionada. Maldiciones.

Excentricidades—

“Hmm… ¿crees que la limpieza de Tsukihi-chan implica eliminar esas excentricidades una por una?”

“No… creo que eso podría ser imposible. Si tuviera que adivinar, diría que probablemente está tratando de consolar a las víctimas, algo por el estilo—aunque tal vez también esté tratando de hacer algo de eso.”

Intentarlo, tal vez, pero creo que eso estaría más allá de ella. En ese punto estás completamente en el reino de la guerra de la información. Eso sería demasiado para manejar, incluso para la estratega de las Fire Sisters—no, decir “incluso para la estratega de las Fire Sisters” lleva a la pregunta de cuán formidables son las Fire Sisters en primer lugar.

“L-Las Fire Sisters son increíbles, Koyomi Onii-chan. Tal vez sea difícil de decir porque son familia, pero son muy, muy, muy impresionantes.”

“¿Ah, sí?”

“Realmente, filialmente impresionantes.” “¿Filialmente?”

Incluso si tomabas sus palabras con pinzas, o a manos llenas, que alguien tan callado y modesto como Sengoku insistiera con tanta firmeza me hizo preguntarme si no sería verdad después de todo.

Tal vez las Fire Sisters eran increíbles.

“¡Lo son! ¡Son tan increíbles que Nadeko se convirtió en la mujer del momento sólo porque somos amigas!”

“¿Realmente terminaste siendo la mujer del momento?” Ni hablar.

Para que esta pequeña niña sea la mujer del momento, que estuviese bajo el foco de los reflectores…

“N-No.” Ejem, Sengoku se aclaró la garganta. Incluso eso fue lindo.

“Pero en serio, sin exagerar, ser amiga de las Fire Sisters significa que Nadeko tiene la suficiente influencia como para sacar algo de dinero.”

“Suena como el tipo de influencia equivocado…” Así es como nacen los estafadores.

¿Estaban utilizando a mis hermanos para lanzar planes de inversión fraudulentos o algo así? He oído decir que demasiada justicia engendra crimen, y tal vez las Fire Sisters habían llegado a ese punto.

Aunque estoy seguro de que eso no podría estar más lejos de sus intenciones…

“Hablando de eso, hace poco debutó un grupo de imitación llamado las Cold Sisters.”

“Es una falsificación bastante obvia.”

Bueno, si me preguntas a mí, mis hermanas son las falsas… o no, eso sería ir demasiado lejos. Para mí, siempre serán el tipo de hermanitas desaliñadas que se pavonean desnudas por la casa, pero para Sengoku son viejas amigas, y nada va a cambiar eso. Estoy seguro de que no le interesa oírlas calumniar, ni siquiera por un miembro de su propia familia.

“¡Doki doki! Las Fire Sisters también entran en acción.”

“Eso parece un especial, para llenar el vacío entre temporadas.” Eso o un programa completamente nuevo.

Huh, así que mis hermanas emitieron su último episodio sin que yo lo supiera…

“Ahora bien, lo soporten o no mis hermanas, los rumores sólo duran setenta y cinco días, como dice el refrán. Creo que la manera correcta de manejar las historias de fantasmas que el estafador esparció por el pueblo es dejar las cosas en paz, observar y esperar, no hacer nada precipitado.”

“Es todo tan complejo… ¿Crees que hay algo que Nadeko pueda hacer? Ayudar a Tsukihi-chan y a Karen-san… En realidad, hoy Nadeko esperaba hablar con ellas sobre eso.”

“Si hay algo que puedes hacer es recuperarte de ese caso de la serpiente y valerte por ti misma, creo, aunque no estoy seguro de que las cosas vuelvan a ser como antes.”

“… Eso hace que parezca que Nadeko estaba de pie para empezar. Pero parece que Nadeko se arrastraba incluso antes de eso. Deslizándose por el suelo, como una serpiente…” Reflexionó. Entonces, con un repentino “A… awawa.” Tomó un puñado de palomitas y se las metió en la boca. Tal y como había dicho que quería hacer antes.

Como una ardilla, o muy parecida a una serpiente. Aunque no se las tragó enteras. Las masticó debidamente.

“Q-Qué demonios.” Dije, pensando al mismo tiempo en lo bonito que era todo lo que hacía.

Munch, munch, munch, terminó de comer las palomitas antes de responder: “Um, a ver, Koyomi Onii-chan. En el caso de Nadeko está claro, pero en el del Señor Estafador…”

Fue encantadoramente típico de ella decir “Señor” Estafador, pero como alguien que realmente había conocido y hablado con el “Señor” Estafador, me molestó un poco.

Le habría dicho a cualquiera, excepto a Sengoku, que no volviera a llamar a ese bastardo “señor”.

“¿Cómo difundió esos rumores?” “¿Huh?”

“Esos rumores, o amuletos, o historias de fantasmas… esas cosas ocultas… ¿Cómo…?”

“Oh, bueno, era como un esquema de enriquecimiento rápido: repartió encantos de prueba gratuitos entre la comunidad de chicas de la escuela media, y luego esperó entre bastidores para venderles encantos que realmente cuestan dinero…”

Ahora que lo pienso, era una filosofía de venta muy actual.

Dar la versión básica gratis, luego vender los complementos opcionales… Estaba en la cresta de la ola, tal como se esperaba de un hombre que había dedicado su vida a la carrera de estafador.

No.

Ser un estafador no era una carrera, era un crimen.

“No, no, Koyomi Onii-chan. Nadeko está preguntando ‘cómo’, no el ‘porque’…”

“¿Hm? ¿Quieres saber más sobre sus métodos, no sobre su objetivo? Sus métodos…” Empecé como si estuviera preguntando algo obvio, preparado para lanzar una gran conferencia sobre el tema como su fiable “Onii-chan” si eso era lo que quería. Sin embargo, cuando lo intenté, no salió nada.

Uy.

¿Sus métodos?

Difundió rumores dirigidos a chicas de escuela media, vagamente hablando… Pero sí, en serio, ¿cómo se hace eso?

Como especialista, Oshino se ganaba la vida recopilando historias de excentricidades—leyendas urbanas, lo que se dice en la calle, chismes de segunda mano; eso es lo que vino a recoger a esta ciudad, y luego se fue.

Si eso constituye realmente una profesión es otra cuestión totalmente distinta, y la volveremos a dejar de lado, pero en cierto sentido es sencillo: lo que hace es tender su red y atrapar cualquier rumor que flote, cualquier historia que circule.

Está en la posición de observador, cazador furtivo, rapsoda, se podría decir; en otras palabras, está en el lado receptor, así que puede que no sea fácil, pero sigue siendo el tipo de cosa que cualquiera podría hacer, al menos hasta cierto punto.

Puedes salir a la calle y escuchar las historias por ti mismo, puedes optar por algo más contemporáneo y buscarlas en Internet; hay muchos métodos disponibles.

Pero, ¿y lo contrario?

Leyendas urbanas, la palabra en la calle, chismes de segunda mano.

¿Qué tal si los difundimos en lugar de recogerlos?

Como narrador, no como oyente, ¿cuáles serían sus métodos? Como emisor más que como receptor.

Y si no sólo transmites, sino que también controlas el curso posterior de la transmisión, nos metemos en un terreno muy difícil.

Poner una trampa en lugar de una red—¿cómo lo harías?

“Sengoku. Intentaste ocuparte de ello por tú cuenta, ¿no? El rumor, la historia del fantasma que puso el estafador.”

Una serpiente.

Una excentricidad ofidia.

“S-Sí. Pero no fue muy bien.”

“No importa si lo lograste o no—trataste de usar algo que encontraste en un libro, ¿no? En lugar de comprarle algo.”

Estoy bastante seguro de que ese era el caso.

Sin duda, ya que había visto a Sengoku de espaldas en la librería, investigando—todo el gran plan de ese estafador era abominable, pero sin embargo, si había una gracia salvadora.

Si tuviera que encontrar una gracia salvadora, sería el hecho de que ella hubiera evitado el contacto directo con él. Si ese mal presagio personificado, si es que era una persona, hubiera puesto los ojos en Sengoku Nadeko, que parecía aún más indefensa que un chihuahua, no habría salido ilesa.

Incluso Karen lo pasó muy mal.

Si hubiese sido Sengoku…

“S-Sí. Ahora que lo pienso, probablemente Nadeko podría haberse puesto en contacto con el Señor Estafador con un poco de esfuerzo… Si nos hubiéramos encontrado.” Dijo con valentía. “Nadeko podría haberlo atado y entregado a la policía.”

“Ni hablar.” Dejé escapar la típica réplica.

Aparte de eso, no es que descubrirlo ahora sirviera de algo, y probablemente Sengoku no me lo pedía por ninguna razón urgente, pero mentiría si dijera que no me picaba la curiosidad.

Ese estafador.

¿Cómo había difundido esos rumores?

“En primer lugar, ¿cómo se enteraron todos? ¿No fue del propio estafador?”

“Por lo que sabe Nadeko, la respuesta de la gente cuando Tsukihi- chan preguntaba por ahí era un susurro en el viento.”

“…”

¿El viento?