Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 7

Capitulo 5: ¡¿Qué Es Eso?!

“¡Es por la mañanaaaaaa! ¡Despiertaaaaaa!”

La voz era débil, como si viajara por las profundidades del agua. Pero poco a poco se fue haciendo más fuerte y cercana hasta alcanzar la conciencia de Mira.

“Nngh… ¿Y ahora qué?” Todavía cansada por lo tarde que se había acostado, abrió los ojos un poco antes de acurrucarse soñolienta en su futón.

A diferencia de la aturdida Mira, Scorpion estaba tan enérgica como siempre esta mañana. Empujó a la pequeña invocadora. “¡Vamos! Ya ha salido el sol. Tenemos que irnos.”

“¿Por qué haces tanto ruido?”

Mira se incorporó perezosamente, molesta por no poder disfrutar de su plácido descanso. El reloj de la pared de la carreta marcaba poco más de las seis y la luz de la mañana se colaba por las ventanas. La superficie del lago reflejaba una luz deslumbrante. Mira entrecerró los ojos ante el brillo y luego frunció el ceño mientras se frotaba los ojos con el dorso de las manos.

“… Demasiado pronto.” Murmuró Mira y volvió a tumbarse.

“¡Despiertaaaa! Tenemos que irnoooos.” Volvió a gritar Scorpion, suplicando mientras sacudía a la invocadora. No podían viajar hasta que Mira invocara a Garuda.

“Bien, bien.”

Aún les quedaba un largo camino por recorrer. Ahora no había tiempo para descansar, pero Mira sabía que podría dormir cuando estuvieran en el aire. Se levantó adormilada cuando Aaron se asomó al interior.

“¿Levantaste a la señorita? Ah… Lo siento.” Se dio cuenta enseguida de su error y miró hacia arriba y lejos de la piel clara y la bonita ropa interior de Mira. Scorpion le lanzó un cojín directamente a la cara mientras volvía a agachar la cabeza fuera del vagón.

Ahora que Mira había sido despertada de su cama, los cuatro terminaron sus preparativos matutinos y reanudaron su viaje hacia el Corredor Ilusorio. Gracias a Garuda, el viaje continuó sin contratiempos y Mira pudo volver a dormir.

Sin embargo, tras unas horas de vuelo, Garuda hizo sonar de repente la alarma.

“¿Hrmm? ¿Qué pasa?” Una Mira recién despertada se levantó y empujó al resto del grupo para abrir la puerta del asiento del conductor. Aunque estaban en lo alto del cielo, el poder de Garuda hizo que el aire a su alrededor se calmara, concediéndole una visión clara de lo que les esperaba.

Y delante había un enorme tornado que atravesaba las nubes. “Oh, ¿y ahora qué?” Murmuró Mira.

A pesar de la cálida luz del sol que caía por todas partes, sólo aquel lugar parecía un apocalipsis en miniatura. Estaba claro que no era un fenómeno natural.

“¿Qué pasa?” Aaron se asomó por encima de su cabeza. “¿Qué diablos es eso?”

“¿Qué?”

“Incomprensible.”

Scorpion y Snake parecían igual de desconcertadas cuando consiguieron echar un vistazo. La visión era tan sobrecogedora que apenas podían ofrecer otras palabras.

Aaron sacó el mapa para comprobar su ubicación y miró hacia la base del torbellino. Abajo, una vegetación verde se extendía en todas direcciones, cortada en dos por un arroyo centelleante que fluía desde la base de una cordillera blanca que se extendía en la distancia.

“Eh, espera un momento. ¿No es ese el Corredor Ilusorio?” Preguntó.

Mira comparó las posiciones de la cordillera y el tornado, y asintió: “Hrmm… Sabes, tienes razón. Me resulta familiar.”

El tornado envolvió no sólo la entrada de la mazmorra, sino también toda la zona que la rodeaba. La tormenta fue de tal escala y fuerza que el Corredor Ilusorio quedó completamente sellado para ellos.

“¿Eso es malo, o…?” La cara de Scorpion se nubló.

Si Quimera Clausen estaban allí ahora y no podían perseguirlos, entonces se trataba de una emergencia. Era posible que el tornado fuera una medida de Quimera para evitar que los forasteros entraran en la mazmorra. Y si una organización que se movía en las sombras había hecho algo tan flagrante, eso significaba que ya no les importaba que la gente viera lo que estaban haciendo.

La banda tenía que darse prisa.

“Dijiste que Garuda puede controlar el viento. ¿Puede hacer algo al respecto?” Aaron miró a Garuda, que agitaba tranquilamente sus alas como de costumbre.

Sin duda, Garuda podía controlar el viento; por eso el carruaje se mantenía en calma y estable en vuelo. Podría hacer frente a tornados naturales de menor escala, pero al calibrar la magnitud de la tormenta, Mira negó con la cabeza.

“Incluso Garuda tiene límites. No puede suprimir algo de ese tamaño.”

“¡Ah! ¡Mira, bájanos en ese recodo del río!” Dijo Scorpion, aparentemente habiendo visto algo que los otros no. Señaló la orilla del río.

“Hrmm, muy bien.” Mira echó un vistazo al lugar y ordenó a Garuda que descendiera. El batir de sus grandes alas provocó ondas en el agua y la pradera cuando el carro aterrizó.

Scorpion saltó del carro y clavó su daga directamente en el suelo. Después de envolver la empuñadura en una tela amarilla, extendió ambas manos hacia el bosque y bajó la derecha.

Mira despidió a Garuda y frunció el ceño ante las incomprensibles acciones de Scorpion.

“¿Qué clase de ritual es este?” Preguntó a Snake.

“Una señal a los aliados. No hay peligro aquí, y desea hablar directamente.” Parecía ser un código usado entre Ocultos. Entonces Snake envió una señal propia al bosque. Mira preguntó qué había dicho, y Snake respondió: “Significa que somos dos.”

“¿Significa eso que hay otros Ocultos en el bosque?”

De lo contrario, ¿quién vería la señal? Pero Mira no vio a nadie en el frondoso bosque, y estaba fuera del alcance de su escáner biométrico.

“Dada la ubicación, los enviados al Corredor Ilusorio deberían estar aquí.”

“Hrmm…”

Tal vez los Ocultos estacionados aquí tuviesen alguna pista sobre la situación.

El murmullo de un arroyo detrás, el susurro de las hojas al viento delante y el piar de los pájaros arriba. En medio de esta apacible escena, Mira contempla el furioso torbellino que se avecina.

De repente, la sombra del bosque se tambaleó. No era cosa del viento: varias personas habían salido mientras Mira estaba concentrada en la tormenta. Se dirigieron hacia Mira y los demás y se detuvieron frente a Scorpion.

“Haces una entrada infernal, Scorpion.” Dijo un hombre, mirando la carreta. Su rostro estaba fatigado.

“¡Sabía que eras tú, Spider!”

Parecía que este hombre era miembro de los Ocultos. Tenía el cabello corto y una figura tonificada, y vestía un abrigo de camuflaje que realzaba su aspecto militar.

“¿Y Snake también está aquí? ¿Quiénes son los demás?” Spider miró a un lado y a otro entre Aaron y Mira: un hombre, claramente un guerrero, y una chica, una maga que había invocado al monstruoso Garuda.

“Están aquí para ayudar. El grande es Aaron, la pequeña es Mira.” Scorpion giró sobre sí misma y los presentó… con confianza, aunque de forma imprecisa.

“Encantado de conocerte.” Aaron lanzó a Spider una mirada inquisitiva y sonrió con orgullo.

“Soy Mira.” Mira hinchó el pecho con una sonrisa igualmente atrevida e intrépida.

Aaron tenía el aire de un guerrero feroz con años de experiencia, y Mira rezumaba una magia muy superior a su pequeña estatura.

“Así que esta vez es un grupo realmente fuerte, ¿eh?” Dijo Scorpion con una risita.

Después de memorizar sus nombres, Spider se dio cuenta de algo. “Eh, Mira… Ese es el mismo nombre de la chica que consiguió la Captura Número 1… ¿Eres la misma?”

Los miembros de Quimera Clausen abandonaban a sus presas para dar prioridad a la huida. Pero gracias a Mira, Isuzu había conseguido finalmente capturar a uno de ellos: Captura Número 1, el primer miembro de Quimera Clausen que habían apresado. Era la razón por la que la Alianza Isuzu había podido finalmente tomar la ofensiva.

Parecía que todo Isuzu ya había oído su nombre. “¡Sí, es ella!” Respondió Scorpion.

Spider observó a Mira con admiración y murmuró: “Ya veo…”

Incluso alguien tan adorable, con rasgos tan perfectos y delicados, podía convocar a bestias como Garuda. Con ella de su lado, tal vez las cosas finalmente iban a ir a su manera.

“Pero el informe del Cuartel General decía que habías ido a la Ciudadela de las Escamas… ¿Por qué están aquí? No me digas que se perdieron.”

“Sobre eso. La situación ha cambiado…”

Scorpion se lanzó a explicar lo sucedido en la Ciudadela de las Escamas.

***

“Huh. ¿Y eso te trajo aquí?” Spider volvió a observar a los cuatro, aún más impresionado que antes.

“Sí. Ahora, tengo una pregunta para ti.” Scorpion señaló el tornado gigante en lo profundo del bosque. “¡¿Qué es eso?!”

“Sí. Eso…” Spider miró al tornado con ojos llenos de cansancio, suspiró y agitó una mano hacia el bosque. Unos segundos después, una mujer vestida con ropas ascéticas emergió silenciosamente de entre los árboles.

“Quieren que se los explique, ¿verdad?” Habló con la misma voz cansada mientras informaba a la banda de lo que sabía.

El tornado ya estaba allí cuando el equipo llegó a su puesto. Y, como Mira y los demás habían supuesto, se había creado artificialmente y no de forma natural. Pero su búsqueda de la fuente había resultado infructuosa. El equipo de Spider había probado todos los medios de entrada posibles, pero todos habían fracasado. Cuando Scorpion sondeó, quedó claro que realmente lo habían intentado todo.

Lo único que podían hacer era esperar y vigilar la entrada o salida de Quimera Clausen. Pero no pudieron acercarse a la tormenta, y el equipo acabó perdiendo.

“Hrmm… Bueno, no tiene sentido esperar aquí. ¿Por qué no echamos un vistazo más de cerca?” Mira sugirió al desconcertado grupo y comenzó a caminar sin esperar respuesta.

Tal vez sus fuerzas combinadas podrían encontrar una manera… pero primero tendrían que acercarse y tomar la medida completa de la situación.

“Claro. Hagámoslo.” Aceptó Scorpion, poniéndose detrás de ella. “Sí, supongo.” Refunfuñó Aaron mientras se unía a ellos.

Snake siguió diagonalmente a Mira sin decir palabra.

Spider y la mujer tenían ahora una buena idea de quién estaba al mando, y siguieron en silencio a los cuatro hacia la tormenta.