Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 7

Capitulo 21: Alerta Máxima

La luz del guardia de seguridad que buscaba monedas acabó desapareciendo detrás de otro edificio. Mira fue a sacar una segunda moneda de plata de su bolsa con manos temblorosas.

Scorpion apartó suavemente su mano. “Umm, toma, yo cubriré esta. ¿De acuerdo?”

La invocadora no se negó.

Tras comprobar que no había más guardias, Scorpion colocó rápidamente la moneda de plata bajo la farola y regresó.

Ahora sólo necesitaban atraer a alguien antes de que pasara otro guardia. Una vez que lo hicieran, aprovecharían la oportunidad para entrar. Al menos ahora sabían que la moneda de plata era más que tentadora.

Scorpion se detuvo de nuevo ante la puerta y escudriñó a su alrededor. Escuchó atentamente, captando fragmentos de conversación desde el interior. No pudo oír de qué hablaban, pero parecía que estaban muy animados.

“Voy a hacerlo… ¿bien?” La chica gato levantó la mano mientras Mira miraba inmóvil la moneda. Parecía que aún no se había recuperado. “¿Miraaa? ¡Eh! ¡Estoy a punto de llamar!” Scorpion sacudió el hombro de Mira y le habló directamente al oído.

Por fin la invocadora pareció fijarse en ella; se giró lentamente y asintió, aun totalmente inconsolable.

No había señales de guardias acercándose. Scorpion abandonó temporalmente el escondite y llamó dos veces a la puerta. La respuesta fue inmediata: las voces del interior cesaron. Al notarlo, Scorpion golpeó esta vez más fuerte y más despacio.

“¿Quién es?” Gritó un guardia desde el interior.

El primer paso de su plan había tenido éxito. Scorpion volvió corriendo al radio de ocultación y se situó junto a Mira y Wasranvel.

Cuatro personas empezaron a discutir dentro. “Bueno, ve a mirar.”

“Claro que no, hazlo tú.”

En ese momento, otra luz tenue apareció detrás de otro almacén. Era la luz de un guardia que patrullaba, una señal de que venían hacia aquí.

Para ser guardias, ¡son terriblemente perezosos!

Los guardias perezosos eran tradicionalmente ideales para los infiltrados, pero en ese momento su pereza era un problema para la banda de Mira. Empezaba a parecer que iban a malgastar otra moneda. A Mira le entró el pánico.

En ese momento, alguien interrumpió la discusión. “Diablos, eres el más cercano. Hazlo tú.”

Finalmente, un guardia se movió. Pero la patrulla se acercaba rápidamente. Pronto doblarían otra esquina y pisarían el camino donde yacía la moneda.

La puerta se abrió.

“Huh. Aquí no hay nadie.” La cara de un guardia asomó; ahora, todo lo que tenía que hacer era fijarse en la moneda y quitarse de en medio. Pero el patrullero seguía acercándose, y la moneda llamaría la atención de ambos.

El suspense era horrible.

El hombre que asomaba la cabeza por la puerta entreabierta miraba confuso a su alrededor. Mientras tanto, Mira y Scorpion lo miraban de frente, aunque él, naturalmente, no podía verlas.

“¿Ah? Vaya.”

Abrió la puerta de golpe y corrió hacia la farola. Parecía que su plan había funcionado.

“Ya está, ahora es nuestra oportunidad. Vamos.” “¡Sí!”

Mira y Scorpion aprovecharon la oportunidad con Wasranvel pisándoles los talones. Éxito: estaban dentro.

“Vaya. Es demasiado brillante…” Gimió Scorpion.

Dentro había un suelo de piedra con una escalera cuadrada que conducía a las profundidades. Como habían visto desde fuera, estaba demasiado vacío para ser un almacén. Sin embargo, excluyendo al hombre que había ido a arrebatar la moneda, había tres guardias de seguridad dentro.

A pesar de lo tarde que era, las paredes de piedra estaban muy iluminadas.

“Oye, ¿qué haces aquí? ¿Qué tienes?”

De repente, se oyó una voz fuera. Se dieron la vuelta y vieron que el patrullero había abordado a su guardia.

En respuesta, el guardia contestó sinceramente que había encontrado una moneda en el suelo. Pero el patrullero fingió rebuscar en los bolsillos de su pantalón.

“Se me cayó eso. Gracias por encontrarla, amigo.” Se la arrebató al guardia y empezó a caminar de nuevo, murmurando: “Je, je, dinero gratis.”

“¡No mientas, imbécil! ¡Eso era mío!” Gritó Mira al patrullero, afortunadamente protegida por la ocultación.

A su lado, Scorpion dijo en voz baja: “Eh, en realidad era mío…”

El guardia miró con odio al patrullero mientras se marchaba. No era imposible que se le hubiera caído; este camino estaba en su ruta. Pero el guardia sabía que aquel hombre se había jugado todo su dinero ese mismo día. No tenía ni cien ducados, y mucho menos una moneda de plata.

Pero no podía presionar demasiado; al fin y al cabo, el patrullero era su superior.

“Ugh, santo cielo. Debe haber sido el viento o los pájaros.” El guardia regresó y chasqueó la lengua mientras cerraba la puerta de un portazo y echaba el cerrojo.

“Oye, son cosas que pasan. Aunque es una putada.” Intentó consolarle uno de los guardias, que había oído el intercambio. Los demás se limitaron a burlarse de él.

“Espero que ese maldito ludópata lo pierda todo.” Dijo el hombre, irritado, mientras se dejaba caer en un asiento de la esquina.

Los otros tres guardias asintieron entre dientes antes de volver a sus puestos.

En cada esquina de la sala había una silla. En general, los guardias estaban despreocupados, pues cada uno había traído libros para pasar el rato.

Y lo que era más importante, no se habían percatado en absoluto de la presencia de los intrusos. Satisfecha, Mira observó a su alrededor hasta que sus ojos se fijaron en un orbe que colgaba del techo en el centro de la habitación. Parecía una especie de bola brillante.

Apostaría a que tiene el poder de un espíritu de luz.

La luz llenaba la zona a su alrededor sin proyectar sombras. Como alguien familiarizada con la visión, Mira estaba segura de conocer la fuente. Al mismo tiempo, pensó: ¿Cómo puedo percibir tan claramente el poder del espíritu?

Sus sentidos le habían gritado que era un espíritu en cuanto lo vio, como si fuera el propio espíritu de la luz. Fue como un golpe de intuición en lugar de cualquier tipo de pensamiento lógico.

Se trataba de un nuevo y repentino sentido que iba más allá de los cinco que ya tenía. ¿Y si…?

¿Podría ser… el efecto de la bendición del Rey Espíritu?

¿Se había aclimatado ya a la bendición? No sabía si era cuestión de tiempo o si había alguna condición, pero Mira decidió aceptarla por el momento.

Mira señaló el orbe y preguntó: “Scorpion, ese orbe tiene el poder de un espíritu de luz sellado en su interior. ¿Son comunes este tipo de objetos?” Ella sólo había conocido equipos espirituales que contuvieran el poder de espíritus, pero quizá en los tiempos modernos era habitual verlos en objetos más mundanos.

Pero Scorpion negó con la cabeza. “¿Usar espíritus de luz como… fuente de luz? Nunca usaríamos espíritus así.” Le parecía una idea increíblemente derrochadora e irrespetuosa.

“Hrmm. ¿Es así?”

“Oh, pero he oído que esta persona solía viajar con alguien nacido de un espíritu de luz y un elfo. Iba con él para usarlo como fuente de luz en las mazmorras o algo así. Uzume me lo contó una vez.” Continuó Scorpion.

“Ya veo…” Dijo Mira brevemente y desvió su atención de la fuente de luz.

Al parecer, Kagura había estado contando historias sobre Danblf y Cleos. Cuando oyó la historia así, se sintió mal por su antiguo ayudante.

Quizá debería intentar ser más amable con él a partir de ahora…

“Por lo tanto, si esto realmente es el poder de un espíritu de luz, entonces este lugar es aún más sospechoso.” Dijo Scorpion. “Ya están bajo sospecha de tener vínculos con Quimera Clausen, así que si tienen espíritus cautivos, entonces es básicamente confirmado.”

Scorpion sonrió ferozmente al ver la luz. Para ella, era una prueba irrefutable de la conexión entre Comercio Melville y Quimera Clausen.

“Parece que no hay duda de su conexión. Yo diría que hemos encontrado oro.” Mira se asomó a la oscura escalera del centro de la sala con una sonrisa de satisfacción.

Scorpion también miró y respondió emocionada: “¡Oh, tienes razón! Esta es totalmente la entrada.”

Un almacén vacío, un agujero en el centro, una escalera que conduce bajo tierra. El Cementerio Desgarrado por la Guerra era una catacumba subterránea, y dado lo que habían aprendido hasta ahora, era increíblemente probable que esta escalera fuera la entrada.

Ya seguras, las dos intercambiaron una inclinación de cabeza y dieron un paso adelante.

***

Quizá gracias a la luz espiritual de arriba, las escaleras de piedra estaban bien iluminadas incluso cientos de metros más abajo. Ahora el rellano era visible unos cien metros más adelante. Cuando por fin llegaron abajo, un túnel se extendía ante ellos. Era tan largo que el final se perdía en la oscuridad.

Scorpion suspiró. “Todavía hay más…”

Siguieron caminando durante veinte minutos más hasta que se detuvieron frente a una pared negra… o al menos eso parecía.

“¿Qué pasa con esto?” Scorpion arrugó la frente y miró la pared negra antes de empujar tímidamente contra ella—sólo para ver su mano pasar directamente a través. “Tal vez… esto es sólo el final de la fuente de luz, o algo así?”

Era una sorpresa que la luz pudiera llegar tan lejos, pero quizás incluso los poderes de los espíritus de luz tenían sus límites. Cuando retiró la mano, parecía estar bien.

A pesar de la abundante luz que había detrás de ellos, la oscuridad llenaba la zona que tenían delante. Mira se detuvo ante el límite e intentó utilizar sus Artes Etéreas para crear luz. Inmediatamente disipó la oscuridad y reveló el contorno de lo que había delante. El grupo jadeó al unísono.

El camino cubierto por la oscuridad era negro. Mientras que el túnel hasta ese punto había sido gris con la piedra que lo reforzaba, el suelo, las paredes y el techo que había delante eran negros como el carbón.

“Dicen que el Cementerio Desgarrado por la Guerra es una catacumba muy subterránea.” Señaló Mira. “¿Tal vez comienza más adelante?”

“Eso parece…”

El túnel negro desprendía un aire ominoso. Mira y Scorpion lo percibieron y se sonrieron mutuamente; se acercaban cada vez más a los secretos de Quimera Clausen.

“Puede que haya alguna otra razón por la que la luz se corte aquí.” Sugirió Mira, observando el límite en el suelo. En lugar de ser el límite del radio de acción del espíritu de la luz, quizá había algo que lo bloqueaba.

Mientras miraban en la oscuridad, Wasranvel finalmente habló. “¿Perdón, chicas?”

“¿Hm? ¿Qué pasa?” Mira se volvió hacia él.

“Mis disculpas, pero parece que no podré ir más lejos.” Su ceño se frunció con frustración.

“¿Qué…?”

Estaba claro, por las palabras y la actitud de Wasranvel, que su incapacidad para seguir adelante no se debía a la cobardía. De pronto lo comprendió. “Ya veo.” Murmuró. “Esta zona está llena de esa maldición, ¿verdad?”

“Tal cual. Conozco esa maldición desde hace años y no hay error.” La cruda línea donde la luz del espíritu se detuvo fue porque la maldición simplemente la borró. No sólo Wasranvel no podría entrar, Mira tampoco podría invocar a ningún espíritu a partir de ese momento.

“¿Eh? Entonces, ¿eso significa que ya no tendremos la ocultación?” Preguntó Scorpion. Era tarde en la noche, pero eso no significaba que nadie estaría allí.

“Me temo que no.”

“Maldición…” Scorpion se desplomó con tristeza; habían estado en el camino fácil hasta aquí, pero esto era lo más lejos que los llevaría.

Ahora era el momento de demostrar sus propias habilidades… pero después de experimentar la impresionante ocultación total de Wasranvel, era difícil volver atrás.

“Bueno, no tenemos elección. Volveré a llamarte cuando sea hora de partir.” Mira despidió a Wasranvel y siguió adelante, sin inmutarse. Si había alguien delante, su escáner biométrico le avisaría con antelación. Los sensores de detección mágica también eran grandes y visibles, así que sería fácil detectarlos.

Sólo tenía que tener cuidado de que no la vieran. Mira puso su luz etérea al mínimo brillo y se adentró en el Cementerio Desgarrado por la Guerra. Scorpion la siguió de cerca, poniendo sus sentidos en alerta máxima mientras avanzaba.