Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 7

Capitulo 20: Scorpion y Wasranvel

A las afueras de la ciudad había una instalación rodeada de altos muros. Dentro había un grupo de innumerables almacenes protegidos.

El trío se situó en lo alto de un edificio situado a cierta distancia de las instalaciones y contempló el lugar, tan grande como un pueblo pequeño.

“Todo el mundo dice que este lugar almacena muchos productos de Comercio Melville. Sin embargo, nadie dijo nada sobre ruinas.” Murmuró Scorpion, aparentemente decepcionada. A pesar de toda su habilidad en el espionaje, no había sido capaz de infiltrarse en el sitio sin ayuda.

“Es muy probable.” Dijo Mira. “No puedo garantizar que estén ahí. Incluso si lo están, ya habías encontrado los fragmentos. Sólo habría sido cuestión de tiempo que encontraras esto.”

Si Mira no se hubiera topado con Scorpion en aquella tienda, Scorpion habría comprado los fragmentos cubiertos de niebla, habría averiguado de dónde procedían y, finalmente, habría dado con la ubicación del Cementerio Desgarrado por la Guerra. De hecho, sólo habían encontrado este grupo de almacenes gracias a la investigación de Scorpion.

El consuelo de Mira tuvo éxito. Scorpion se mantuvo erguida y orgullosa. “¡Prepárense, Comercio Melville!”

Detrás de ellos, Wasranvel observó el grupo de almacenes con una sonrisa. “¿Difundiendo el hecho de que tienen objetos de valor y utilizando seguridad manifiesta? La mejor seguridad es la oscuridad.”

***

El grupo saltó del tejado y se dirigió hacia las instalaciones. La entrada estaba abierta, protegida por dos guardias armados. Junto a la entrada había un aparato desconocido que parecía una antena de satélite hecha con bolas de cristal. Scorpion dijo que era un dispositivo de detección mágica.

El grupo se dirigió directamente hacia él. Ningún guardia de seguridad reaccionó.

Siguieron adelante y se acercaron lo suficiente para oír la charla de los guardias. Hablaban de la cena. Hablaban de lo bien que les sentaban el yakitori y el licor juntos, de lo mucho que les gustaba el ramen y de que a una se le antojaba un buen cuenco de ternera yakiniku.

Mira oyó un estruendo detrás de ella. Se dio la vuelta y encontró a Scorpion evitando desesperadamente el contacto visual.

“¿Será capaz de ocultar nuestra magia junto con nuestros gruñidos de barriga?” Preguntó Mira mientras se dirigía hacia la entrada. Wasranvel y Scorpion la siguieron, y el grupo pasó junto a los guardias.

Habían eludido el control con facilidad y el dispositivo no se percató de su presencia. Estaban dentro.

Scorpion miró detrás de ellos y sonrió feliz. Los guardias no habían reaccionado en absoluto.

“Wooow. ¡Tan fácil!”

“Gracias por no tirar piedras.” Bromeó Mira con una sonrisa burlona. Scorpion sólo protestó con un mohín silencioso.

“Entonces, ¿dónde crees que está el Cementerio Desgarrado por la Guerra?” Preguntó Wasranvel, intentando cambiar de tema.

El lugar estaba lleno de almacenes de ladrillo pulcramente organizados. En la oscuridad del recinto de almacenes, unas farolas colocadas a intervalos regulares iluminaban las siluetas de cada hilera de cinco.

La acera de piedra se extendía a lo lejos, donde podían ver a muchos guardias de seguridad patrullando. Y como todo estaba tan silencioso, la luz tenue y oscilante de sus faroles resultaba espeluznante, como si el recinto estuviera custodiado por Fuegos Fatuos.

Mira inspeccionó los almacenes —que parecían completamente uniformes— y preguntó a Scorpion: “Sobre ese guardia que dijiste que vendió los fragmentos. ¿Sabes de qué almacén salió?” De lo contrario, tardaría toda la noche en registrar cada uno de ellos en busca de la entrada a las ruinas.

“Ahh… en aquel entonces estaba vigilando la entrada.” Si el guardia lo había desenterrado y había ido directamente a venderlo, se podía suponer que habrían venido de la entrada del almacén. Pero no había habido forma de que ella viera toda la instalación en ese momento, así que vigilar la entrada era lo mejor que podía hacer.

“Parece que no tenemos elección.” Murmuró Mira. Entonces se dio cuenta de algo y volvió a mirar a su alrededor.

“Mira, ¿qué pasa? ¿Nos han descubierto?” Scorpion se tensó y se puso en guardia.

“No… Son los movimientos de los guardias. No puedo evitar notarlo…” Mira siguió las linternas en la distancia con sus ojos. Scorpion siguió su ejemplo, prestando mucha atención a sus patrones.

Mira sabía que algo iba mal. Con Wasranvel, saltaron al tejado de un almacén y forzaron la vista para ver a lo lejos.

Menos de un minuto después, Scorpion dijo: “¡Ah!”

Había muchos guardias, más que suficientes para patrullar toda la instalación. Pero, por alguna razón, ninguna de las patrullas se acercó a la entrada. Quizá porque los dos de la puerta podían cubrirla bien. O tal vez su ruta ya había pasado por allí.

Pero la intuición de Mira le decía que estaba pasando algo más. De pie en el tejado, siguió la luz de la linterna para observar sus caminos.

Había dos guardias patrullando en la dirección general de la entrada, pero por alguna razón, todos los demás estaban agrupados más atrás. Debían de tener alguna razón para necesitar más seguridad allí.

“Esta puede ser nuestra oportunidad.” Reflexionó Mira. “¡Sí, seguro!”

“Ya veo. Así que es eso.” Wasranvel también se había dado cuenta.

Tras encontrar un destino, la pandilla saltó de nuevo al sendero y echó a correr.

***

Finalmente, Mira y los demás pusieron un pie en la zona fuertemente vigilada. Caminaron tranquilamente hasta una pequeña ventana y se asomaron al interior de un almacén, gracias a las habilidades de Wasranvel.

La iluminación de la farola se extendía hasta el interior del edificio, que estaba repleto de cajas de madera grandes y pequeñas. Era igual que los otros almacenes que habían visto hasta entonces, pero el número de cajas era claramente diferente.

“Hrmm. Raro.”

“Sí. Estos no son almacenes.”

Mira y Scorpion se dieron cuenta de que estos edificios debían tener algún propósito diferente. Porque dentro no había cajas de madera, sino mesas.

Parecían espacios habitables. Mira buscó con su escáner biométrico y encontró dos señales en el interior.

“¿Tal vez viviendas para guardias?” Dijo Scorpion después de echar un buen vistazo a todo lo que pudo a través de la pequeña ventana.

Era plausible; aquí la seguridad patrullaba día y noche, así que necesitarían trabajadores por turnos. Era más eficiente si simplemente vivían en la zona segura. También facilitaría el refuerzo de los puntos clave.

“Podría ser, pero a mí no me lo parece…” Mira se preguntó si realmente se trataba de una vivienda para guardias de seguridad. Sus ojos se fijaron en la ropa que se estaba secando en un rincón de la habitación. Scorpion le preguntó si tenía algo en mente, y Mira señaló la ropa. “Esa ropa… ¿No parece ropa de mujer? Sobre todo la ropa interior, que tiene un estampado de conejitos la parte de atrás. Está claro que es ropa interior para niñas.”

Era difícil ver en la oscuridad, pero el trabajo detectivesco de Mira había encontrado pruebas desconcertantes. No sería raro que los guardias tuvieran novias, pero seguramente no tendrían aquí a sus familias.

“Umm… ¿Eso es realmente ropa interior? ¿Y hacen ropa interior sólo para niñas?” La respuesta de Scorpion sorprendió a la ansiosa invocadora.

“… ¿S-Sí? ¿No?” Su confianza vaciló. Tal vez en este mundo, las mujeres de todas las edades llevaban ropa interior con dibujos de conejitos en la parte de atrás.

Pero en realidad, era Scorpion quien no entendía de bragas normales.

“No lo sé.” Respondió ella. “Nunca he probado a llevar otro tipo de ropa interior que la que viste en la habitación de la posada.”

Mira recordó los pantalones cortos negros de la maleta de Scorpion. Parecía que esa era la verdadera versión de la ropa interior en la mente de la chica gato.

“Funcional, pero no muy tentador…” Mira observó a Scorpion con decepción antes de lanzarse a una larga disertación…

Según ella, las bragas tenían un encanto misterioso que obraba sus maravillas incluso cuando no podían verse, pues el solo conocimiento de su existencia tenía un efecto poderoso. Pero eso sólo hacía que la moda fuera aún más importante. Por supuesto, no mencionó que la razón última para elegir ropa interior a la moda era que resultara excitante cuando alguien llegara a verlas.

“¿Entonces usas bragas como esas, Mira?” Preguntó Scorpion, contagiada por el entusiasmo de Mira. Había estado sometida a un implacable entrenamiento militar desde la infancia, por lo que no estaba familiarizada con la feminidad. Pero sus amigas habían dejado caer algunas indirectas en la línea de lo que Mira acababa de decir.

Al final, parecía que la feminidad giraba de algún modo en torno a las bragas.

“No seas tonta. He encontrado algo aún más sexy.” Mira hizo gala de su confianza infundada y se levantó la falda. En la tenue luz, se podían ver sus muslos. Un poco más arriba, y la región normalmente oculta por la falda quedó a la vista, revelando el contraste perfecto entre su piel clara y las bragas de diseño.

Scorpion se puso en cuclillas, echó un buen vistazo y levantó una mano para tocar la ropa interior de Mira. Estaba asombrada por la diferencia. Era una auténtica revelación.

“¡Vaya! No se parecen en nada a las mías. ¿Sería más seductora si llevara algo como esto?”

“¡Ese es el espíritu!” Mira estuvo de acuerdo de todo corazón, dando Scorpion el último empujón para mejorar su surtido de ropa interior.

Las dos hicieron planes para ir de compras juntas pronto mientras caminaban hacia el siguiente edificio de almacenamiento. Fuera vivienda o no, no parecía tener relación con las ruinas.

Wasranvel les siguió con cara de piedra.

***

“Hrmm. Esto tampoco parece ser un almacén.”

El siguiente edificio al que se asomaron tenía el aspecto exterior de un almacén, pero en lugar de mesas, la pequeña ventana revelaba un agujero rectangular en el centro. El interior también estaba muy iluminado.

“De verdad. También hay guardias dentro. Sospechoso…” Scorpion miró todo el lugar de arriba abajo. Entrecerró los ojos ante la estricta seguridad y sonrió malvadamente.

Decidieron que merecía la pena investigar de inmediato. Sin dudarlo, Mira puso la mano en la puerta y empujó.

“¡Ah!” Jadeó Scorpion. Había guardias dentro; si abrían la puerta, seguramente su presencia quedaría al descubierto.

Sin embargo, la puerta no se abrió, a pesar de que Mira empujó y tiró. Parecía que estaba cerrada con llave.

“Vaya, me has asustado.” Se quejó Scorpion con un suspiro de alivio.

Mira hizo una pausa para explicar que, al igual que con la maleta de Scorpion, la ocultación total también podía ocultar la apertura y el cierre de la puerta. Scorpion recordó todo el esfuerzo que había dedicado a perfeccionar su arte y miró a Wasranvel con desesperación.

“Oh. Genial, supongo.” Murmuró consternada.

“Bien, ¿qué debemos hacer al respecto?” Se preguntó Mira en voz alta. Por muy poderosa que fuera la ocultación del espíritu del sigilo, no podría hacerles pasar por delante de una puerta cerrada.

“Es una cerradura terriblemente intrincada.” Sosteniendo una delgada varilla de metal, Scorpion se asomó al ojo de la cerradura e intentó forzarla. Pero después de un rato, se volvió a levantar y dijo: “Esto me supera.” Según Scorpion, la cerradura era tan segura como la cámara del tesoro de un castillo.

No podrían abrir la puerta principal. La banda intentó dar vueltas en busca de una puerta trasera, pero no encontraron nada y no tuvieron más remedio que volver a la parte delantera.

Mira echó un largo vistazo a la puerta y dijo: “Parece que debemos utilizar nuestro último recurso aquí.” A continuación, levantó lentamente la mano derecha.

“¿Último recurso? Mira, ¿qué estás haciendo?” Scorpion imaginó que sería un juego de niños que el delgado brazo de Mira volara la puerta de sus goznes.

La invocadora cerró el puño y lo apoyó contra la puerta.

“¿Por qué no llamamos a la puerta?” Dijo Mira e hizo la mímica de llamar a la puerta.

Había guardias dentro del almacén. Si llamaba, pensarían que había venido alguien, abrirían la puerta y mirarían fuera. Podrían aprovechar esa oportunidad para colarse.

“Sabes, no es mala idea…”

Desde luego, era mejor que buscar una llave cuyo paradero desconocían. Y destruir el edificio sólo notificaría al enemigo de su presencia.

Si tenían suerte, los guardias pensarán que fue cosa de su imaginación.

“¿No crees que asomarán la cabeza, mirarán a su alrededor y darán un portazo?” Preguntó Scorpion. La idea era simple y eficaz, pero no estaba segura de que fuera a salir según lo planeado.

Si sólo comprobarían si había alguien en la puerta, sólo tendrían que abrirla lo suficiente para mirar fuera. Y si la persona que la abría no se movía de ese lugar, sería imposible pasar sin hacer contacto.

Mira sonrió y metió una mano en su bolsa. “Aquí es donde entra esto.” Sacó una moneda de plata de cinco mil ducados.

“¿Vamos a… sobornarlos? Roban en las ruinas, así que supongo que les encanta el dinero. Pero no parece mucho.”

“En realidad no.” Dijo mientras guiaba a sus compañeros a poca distancia de la puerta. “Colocamos esto… aquí.” Se aseguró de que la moneda de plata brillara bajo la luz de la calle. Luego volvió a la puerta e hinchó el pecho en señal de satisfacción.

“Whoooa. ¡Buen plan!” Dijo Scorpion al comprender el plan.

Cuando los guardias se asomasen a la puerta, verían la moneda bajo la luz. Y si eran avaros, sin duda irían a recogerla. A todos les encantaba el dinero. Bastaría para que se arriesgaran a abandonar su puesto por unos instantes.

“¡Ahora sólo queda llamar!” Scorpion se paró frente a la puerta.

Wasranvel les advirtió que para que el ruido de los golpes llegara a los guardias, tendría que deshacer su efecto de ocultación durante un breve lapso. Tendrían que estar atentas a su entorno para evitar ser vistos.

“¡Entendido!” Respondió Scorpion. Poco después, una tenue luz apareció al doblar la esquina. Divisaron a un guardia de seguridad rodeando el edificio.

“Espera.” Dijo Mira. “Alguien está patrullando por aquí.”

Las dos esperaron pacientemente al guardia, que pasó con un bostezo. Su camino le llevó directamente frente a ellas.

“Ooh, una moneda de plata. Qué suerte tengo.” Se detuvo de repente, miró a su alrededor y se guardó la reluciente moneda de plata en el bolsillo. Luego, se marchó con pasos ligeros.

“Ese imbécil…” Mira observó, atónita, cómo se marchaba. De la chica parecía emanar una profunda tristeza y se le llenaron los ojos de lágrimas. Scorpion y Wasranvel se limitaron a sonreír irónicamente detrás de ella.