Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 7

Capitulo 19: Qué pérdida de tiempo

Scorpion guio a Mira hasta un imponente edificio de piedra.

Había cuatro grandes calles comerciales en esta ciudad. La más vibrante de ellas estaba junto a la posada que Scorpion y Snake habían estado usando como base. Sin embargo, parecía que Snake aún no había regresado.

En la sala del tercer piso, Mira se sentó frente a Scorpion y discutió los resultados de su investigación sobre la espada.

En efecto, había sido fabricada por Gregor y era un regalo para celebrar el ascenso de su hijo Gregorius, justo antes de que desapareciera en acto de servicio.

“Ocurrió en el Cementerio Desgarrado por la Guerra.” Explicó Mira. “Y los fragmentos con la niebla negra parecen haber sido saqueados de allí.” Sacó dos au lait de frutas de bosque de su Caja de Objetos y le ofreció uno a Scorpion. “¿Quieres uno?

“¡Claro!” Scorpion tomó un sorbo y suspiró. “Entonces, ¿estás aquí para investigar el Cementerio Desgarrado por la Guerra?”

“Así es. Pero no sé dónde está el lugar. Mi plan era que el tendero me dijera quién había encontrado esos fragmentos y que me dijera la ubicación.” Mira bebió de un trago, se hundió en la silla y miró al exterior. El cielo estaba oscuro y quieto, y sólo resaltaba el bullicio de la calle comercial.

“Así que, por eso estabas allí…” Entonces Scorpion hinchó el pecho con orgullo y dijo: “¡Entonces puedes dejármelo a mí!”

Ella y Snake habían comenzado la búsqueda de conexiones sólidas entre Comercio Melville y Quimera Clausen. Pero pronto se dieron cuenta de lo estricta que era la seguridad de Melville. Era natural, dado que su líder era el siguiente en la línea de sucesión a ser duque… pero a Scorpion casi le pareció que estaban poniendo demasiado empeño en ello.

Tenían un número absurdo de guardias de seguridad rodeando un lugar concreto en todo momento, vigilando constantemente. Se había enterado de que la instalación que estaba investigando albergaba varios almacenes de seguridad, pero nunca había entrada ni salida de mercancías.

Le pareció sospechoso y se quedó vigilando para averiguar qué pasaba. Entonces se dio cuenta de que uno de sus guardias de seguridad abandonaba la zona y se adentraba en un callejón. Y así fue como llegó al lugar donde se había encontrado con Mira. Tras sobornar e interrogar al tendero, se enteró de que el vial de fragmentos nebulosos había sido vendido a la tienda por ese mismo guardia de seguridad.

Creyendo que la familiar niebla negra podría ser algún tipo de pista, Scorpion había vuelto a la posada para pedirle a Snake los fondos necesarios. Cuando había regresado, encontró a Mira.

Y ahora aquí estaban.

Habían descubierto una instalación rodeada de misterio, propiedad de Comercio Melville, con conexiones con Quimera Clausen. Y ahora un guardia de seguridad vendía fragmentos del Cementerio Desgarrado por la Guerra a un turbio traficante clandestino.

Mira organizó la información en su mente y sonrió para sí misma. “Ya veo… Ese almacén que has mencionado huele a intriga.”

“¡¿Verdad?! ¡Es súper apestoso!” Parecía que el testimonio de Mira había llevado a Scorpion a la misma conclusión. “Pero como dije antes, su seguridad es sospechosamente estricta. Podría ser capaz de colarme en el almacén si me das tiempo suficiente, pero a menos que sepamos qué esperar dentro…”

Según ella, no sólo tenían guardias patrullando; las entradas y otros lugares vitales también tenían dispositivos de seguridad que podían detectar la magia. Cuando se trataba de infiltración e inteligencia, Scorpion estaba muy por encima del resto de la Alianza Isuzu. Y ahora incluso ella dudaba ante la cantidad de incógnitas.

Mientras Scorpion se inquietaba, Mira se levantó emocionada. “¿Ojos y sensores mágicos? ¡Eso sí que suena divertido! Es la oportunidad perfecta para probar algo.” Con una sonrisa enloquecida, Mira creó rápidamente un círculo de invocación.

Cierra los ojos, los oídos y la boca. Mi único deseo es la calma total. Sofoca hasta el más mínimo movimiento.

La quietud sea mi paz, la soledad mi compañera. Deja que mi nombre y mi forma se desvanezcan en el viento.

Toda la creación, sumérgete en las tranquilas profundidades.

[Evocación: Sigilo]

Cuando se lanzó el hechizo, el círculo de invocación se hizo pedazos y desapareció sin hacer ruido.

“¿Qué? ¿Eso era magia de invocación?” Parecía que la invocación había fallado, pero al fin y al cabo se trataba de Mira. Scorpion miró alrededor de la habitación para ver qué había invocado. Cuando volvió la vista, Mira ya no estaba. “¿Eh? ¡¿Dónde has ido?!”

De repente, presa del pánico, empezó a buscar por todos los rincones de la habitación. “¡Miraaa!”

La invocadora sonrió satisfecha por la respuesta de Scorpion. “Estoy aquí mismo.” Gritó Mira.

Scorpion se dio la vuelta. “¡¿Bwah?!”

Mira se había ido, pero ahora estaba allí. Un hombre desconocido también estaba a su lado.

“Soy el espíritu que gobierna el sigilo. Por favor, llámame Wasranvel.” Sonrió alegremente y se inclinó ante Scorpion, que se quedó helada, con todos los pelos de la cola de punta.

“Increíble, ¿verdad?” Presumió Mira.

La invocación no había fallado en absoluto. Mira simplemente había pensado que mostrar sería más rápido que contar.

Ahora Mira explicó los poderes del espíritu del sigilo. Acababa de firmar el contrato con él, así que aún no podía hacer mucho. Pero podía usar su habilidad de ocultación total desde el principio. Le permitía ocultar la luz, el sonido, el aura e incluso la magia. Sus efectos se extendían en un radio de unos tres metros desde Wasranvel.

También la haría invisible para los aliados, pero siempre que se lo dijera a Wasranvel con antelación, él podría hacer que determinadas personas la vieran. Incluso podrían conversar, siempre que el aliado estuviera dentro del alcance.

“La ocultación sigue activa, pero he hecho que puedas verme y hablar conmigo.” Mira concluyó su explicación y se sentó en la silla cercana. Sacó un fajo de tela del bolsillo interior de su abrigo y lo extendió. Eran unos calzoncillos negros.

“¡Ack! ¡Mis calzoncillos!” Scorpion lanzó un grito de sorpresa y giró la cara hacia la esquina de la habitación. Había dos camas; en una de ellas estaba su maleta, abierta de par en par. “Quééé… ¡Pero si la cerré y la dejé en el suelo!”

Scorpion corrió hacia ella y miró la maleta poco hecha. Efectivamente, le faltaba un juego de ropa interior: el par que Mira sostenía con una sonrisa dudosa en la cara.

“Esta es otra muestra de mis habilidades. Ni siquiera te has dado cuenta, ¿verdad?” Mira hizo una bola con los calzoncillos y se los lanzó a Scorpion antes de sonreír con orgullo.

El espíritu del sigilo podía hacer algo más que ocultar la presencia de uno; incluso podía ocultar sus acciones, hasta cierto punto. Pero como Mira acababa de hacer el contrato, de momento estaba limitada a cosas que requirieran poco movimiento, como saquear una maleta mientras Scorpion la buscaba por toda la habitación.

“¡Vaya! ¡No me había dado cuenta en absoluto!” Dijo Scorpion con admiración. El espionaje era su especialidad, al igual que el contraespionaje. A pesar de sus esfuerzos, ni siquiera había percibido que la invocadora estaba en la habitación rebuscando entre sus cosas.

Cualquiera que conociera a Scorpion pensaría que eso es imposible.

“¿Verdad? ¿No crees que esto facilitaría la infiltración en ese misterioso almacén?”

Scorpion devolvió sus calzoncillos a la maleta, la cerró y la volvió a abrir repetidas veces, y asintió: “¡Sí, esto debería funcionar!”

Abrir una maleta y tomar ropa no era un acto llamativo en sí mismo, pero no era algo que uno pudiera hacer normalmente delante de las narices de un espía entrenado. Scorpion estaba segura de que la habilidad del espíritu del sigilo podría atravesar la espesa malla de seguridad.

“¿No podíamos haber elegido otra cosa que no fuera ropa interior para esta demostración…?” Murmuró Wasranvel para sus adentros, avergonzado de que su primer trabajo hubiera sido una sustracción de lo que esencialmente eran bragas.

***

La calle comercial seguía bullendo de luz y actividad hasta bien entrada la noche. Sin embargo, mientras Mira, Scorpion y Wasranvel saltaban de tejado en tejado, nadie se fijaba en ellos.

Scorpion les condujo a través de los callejones, las calles de restaurantes y, poco a poco, alejándose del centro de la ciudad. Por el camino, mientras avanzaban por una avenida que parecía un barrio rojo. Scorpion se detuvo de repente y miró hacia delante.

¿Qué ha visto? Justo antes de que Mira pudiera preguntar…

“¡Estúpido! ¡Tonto! ¡Cerebro de carne! ¡Calvo!” Scorpion de repente gritó improperios a un aventurero que se acercaba. Debido al poder de Wasranvel, el aventurero no podía oírla… pero siguió gritando.

El aventurero no oyó nada y pasó de largo. Escorpión siguió lanzándole improperios por la espalda.

“¡Ooh, eso se sintió bien! ¡Qué poder tan impresionante!”

“¡¿Qué estás haciendo?! Santo cielo.” Mira rio entre dientes e instó: “Démonos prisa.”

“El otro día, ese tipo no me dejaba en paz. No paraba de intentar tocarme. ¡Tan espeluznante!”

Recordando las insinuaciones del lascivo, Scorpion hizo un mohín y miró al hombre mientras se alejaba.

“¡Mastica esto, bola blanca!” Tomó un guijarro que tenía a sus pies y lo lanzó con toda la fuerza que pudo.

“¡Ah!” Wasranvel jadeó.

El guijarro voló en un arco perfecto, golpeando al hombre en la nuca. Se dio la vuelta, pero como estaban bajo el hechizo de Wasranvel, no podía verlos, o eso pensó Scorpion mientras se reía para sus adentros.

“Esa es una forma de llamar mi atención. Te encanta hacerte la difícil, ¿verdad, gatita?” El hombre sonrió lascivamente y empezó a acercarse a Scorpion.

“¿Eh? ¿Eh? ¿Cómo?” Scorpion entró en pánico ante este resultado inesperado.

Mientras tanto, el hombre cargó contra ella con una mirada claramente pervertida. “¡Tengo mimos para mi gatita!”

“¡Aléjate de mí!” Gritó Scorpion y corrió tan rápido como pudo. Utilizó toda la movilidad tridimensional de la que había hecho gala en la Ciudadela de las Escamas para escapar.

Pero el aventurero no se quedaba atrás. Era más ágil de lo que parecía, esquivando a la multitud con una velocidad increíble. La persecución fue emocionante.

“Qué pérdida de tiempo. Idiotas…” Mira suspiró y murmuró para sí misma, observando cómo los dos desaparecían en el barrio rojo.

Unos diez minutos más tarde, una exhausta Scorpion bajó de un salto de un tejado. Ahora que volvía a estar bajo la bendición del sigilo, gritó inmediatamente a Mira: “¡¿Por qué… ha pasado eso?!”

“Bueno, verás…” Mira explicó que moverse, hablar e incluso gritar insultos no suponía ningún problema. Pero si uno atacaba directamente a un objetivo, entonces la ocultación quedaba anulada en el momento en que el objetivo se daba cuenta. “Eso es lo que pasa cuando vas demasiado lejos.”

“Debiste… decírmelo antes…” Scorpion jadeó patéticamente. “¡Pensaba hacerlo! Pero no esperaba que te precipitaras.”

El evento principal comenzaría con el misterioso almacén; esto no era más que una muestra de las habilidades de Wasranvel. Scorpion había aprendido los límites de su habilidad por las malas.

Tras esperar a que la exhausta Scorpion recuperara el aliento, el grupo siguió corriendo por la ciudad hacia los almacenes.