Dungeon Busters (NL)

Volumen 4

Capítulo 5: Primer Avance en el Extranjero

Parte 2

[Brezil — Estado de Amazonas — Afueras de Manaus] “¡¡¡FUEGO!!!”

Todos los morteros expulsaron humo blanco al mismo tiempo, y llovieron explosivos. El suelo se ahuecó en varios lugares mientras sonaban enormes explosiones que llenaban el espacio. Fragmentos de acero se esparcieron en todas direcciones. Sin embargo, el grueso escudo que sostenían los monstruos protegía a la Legión, y la ofensiva breziliana no consiguió causar ningún daño.

Poco después, un cañón de tanque apuntó directamente a uno de los escudos. Sin embargo, no fue lo suficientemente fuerte como para dejar una abolladura en el escudo. Ni siquiera un proyectil perforante podría atravesar el Escudo Adamantina de los Cíclopes, una pieza de equipo SR utilizada por la Legión del joker.

“¡Goblins! ¡Es hora de devolver la cortesía!”

Todos los goblins de Rango B lanzaron granadas de mano al enemigo al mismo tiempo. La velocidad del proyectil y la distancia que cubrían eran increíbles. Las granadas habían sido lanzadas desde más de quinientos metros de distancia y, sin embargo, explotaron justo sobre las cabezas de los soldados brezilianos. Para llegar hasta allí en tan poco tiempo antes de la explosión, estas granadas debían de haber viajado a varios cientos de kilómetros por segundo.

Algunas granadas de humo de fósforo blanco debieron mezclarse con las que lanzaron los goblins, ya que las tropas brezilianas que luchaban en las afueras de Manaos se vieron envueltas en una nube de humo blanco y espeso.

“Los siguientes son… ¡Los wyverns! ¡TA DAAH!” exclamó Joker, lanzando diez cartas al aire.

Diez wyverns aparecieron y se abalanzaron sobre el ejército breziliano. Llovía fuego sobre los soldados, que corrían en todas direcciones, intentando escapar de él. Las balas disparadas por los helicópteros brezilianos no lograron detener a los wyverns. Tampoco los misiles teledirigidos, ya que los wyverns los esquivaban haciendo uso de su

extraordinaria movilidad aérea.

“Así que ese es el poder de los monstruos… El poder de la Legión…”

Las tropas brezilianas se habían concentrado aquí para proteger Manaos, una gran ciudad que flanqueaba el Amazonas. El general Jumpei Carlos Satou, comandante en jefe del ejército breziliano y del Mando Militar del Amazonas, apretó los puños al escuchar el último informe en el cuartel

general. Había oído hablar de las estimaciones de la fuerza de la Legión por parte de los Gamericanos, pero su único punto de referencia por ahora era la única batalla que habían librado en Colombia. Por esa razón, el Comando Militar del Amazonas, con sede en Manaus, se había encargado de recopilar información y retrasar al enemigo. Sin embargo, los datos que habían podido reunir desafiaban el sentido común.

“Es como luchar contra robots totalmente autónomos que aprenden en tiempo real. En cuanto crees que has encontrado algo que funciona contra ellos — el Carl Gustav, por ejemplo — encuentran la forma de contrarrestarlo. Lo mismo ocurre con los wyverns. Revolotean como helicópteros y al segundo siguiente empiezan a moverse a gran velocidad. Utilizan su gran movilidad y su humo blanco para cegarnos antes de acabar con nuestras tropas con ráfagas de fuego. Parece que estos monstruos aprenden y evolucionan después de cada batalla.”

En cuanto el ejército breziliano descubría un arma eficaz, los monstruos cambiaban de equipo y encontraban la forma de hacerle frente. Lo mismo ocurría con las estrategias. Los ataques aéreos y las incursiones nocturnas de los brezilianos tuvieron éxito, pero la Legión se adaptó inmediatamente y contraatacó. Además, parecían aprender nuevas estrategias y eran capaces de repetirlas después de haberlas visto una sola vez. Cada monstruo era un arma y un guerrero al mismo tiempo.

“Tenemos un informe del duodécimo distrito militar. Los ciudadanos serán evacuados por completo en tres horas.”

“Entendido. Nos retiramos a la tercera línea de defensa. ¡Necesitamos aguantar tres horas más!”

Los brezilianos tenían muchos más soldados y muchas más armas que la Legión, pero seguían siendo empujados hacia atrás. Saitou se obligó a mantener la calma y continuó dando órdenes.

“¡Je, je, je! ¡Después de hoy, todo el mundo sabrá cómo lucha la Legión! Estoy seguro de que los líderes de Gamerica y de la OTAN están empezando a asustarse”, dijo Joker, saltando de alegría.

La joven de pelo azul se limitó a mirarle, sin expresión alguna en el rostro. Joker estaba bailando el chachachá cuando uno de sus hombres se le acercó.

“Jefe, el ejército breziliano se está retirando y la ciudad está a la vista. ¿Se convertirá la batalla en una guerra urbana?”

“Sería estupendo. Estaba pensando que me gustaría que mis tropas adquirieran experiencia en guerra urbana. No se precipiten por ahora.

Persigan al enemigo lentamente. Ah, y quiero que alguien me traiga un

informe de los monstruos que murieron. Quiero saber cómo murieron, qué arma los mató… Sean lo más precisos posible.”

Joker escuchó el estado actual de la batalla mientras uno de sus subordinados tomaba notas. Tras escuchar el informe completo, discutió la situación con sus hombres. Primero comprobó si alguien tenía alguna

pregunta antes de repasar cómo había transcurrido la batalla y si algunas cosas podrían haberse hecho de otra manera.

“Un médico siempre examina bien la situación antes de empezar una operación. Decidirá cómo abordar la parte afectada, llevará a cabo el procedimiento con precisión y rapidez, y luego se detendrá a reflexionar

sobre la forma en que ha trabajado, independientemente de si la operación ha tenido éxito o no. Así es como deciden cómo manejar las cosas la

siguiente vez. La guerra es igual.”

“¿Qué debemos hacer si se convierte en una guerra urbana, jefe?”

“Hmm… ¿Deberíamos intentar usar a los esqueletos?” Joker reflexionó. “Los soldados modernos están acostumbrados a luchar con armas, pero los esqueletos sólo están hechos de huesos. Incluso si las balas los alcanzan, hay una alta probabilidad de que esas balas reboten. Luchar contra ellos con una espada es mucho más ventajoso en combate cuerpo a cuerpo.”

“¿Qué hacemos si aún quedan civiles en la ciudad?”

“Cuidar bien de ellos. Serán buenos rehenes que podremos usar para ganar influencia sobre el gobierno breziliano. Bueno, supongo que la mayoría de

los ciudadanos ya habrán sido evacuados, así que Manaos es probablemente una ciudad fantasma en este momento. Recoger lo que otros tiraron no es robar, así que siéntete libre de coger lo que encuentres en casas y tiendas vacías. Comida, ropa, electrodomésticos… Vamos a recogerlo todo.”

“¡¡¡SÍ!!!”

Los subordinados de Joker vitorearon. La Legión era constantemente

controlada por Joker. Matar o golpear a civiles o robarles significaba la pena de muerte en el ejército de Joker. En el pasado, un ex convicto se había dejado llevar y había tocado inapropiadamente a un niño en

Colombia. Joker se había asegurado de cortarlo en pedacitos mientras aún estaba vivo. Aunque Joker controlaba a sus hombres a través del miedo, también era necesario darles un respiro de vez en cuando. Hoy podrían reclamar lo que quisieran en una ciudad habitada anteriormente por varios cientos de miles de personas. Lo más probable es que se hicieran con un montón de electrodomésticos para enviar a Venisuela.

“Divertirse está bien, chicos, pero no se atrevan a olvidar esto. ¡Son libres de manejar a los soldados y a quien os apunte con un arma como quieran, pero no toquen a ningún civil desarmado!” Advirtió, con el rostro serio, Simón Claudio, un hombre que seguía a Joker desde que había visitado la prisión de El Rodeo.

Estaba acostumbrado a tratar con monstruos y criminales cuando estaba en la prisión de El Rodeo y era extremadamente convincente.

“De acuerdo. Pongámonos en marcha, entonces.”

El Rey Demonio y sus hombres continuaron su avance.

***

[Estado del Vaticano — La Curia — DRDC]

“A veces me pregunto si Joker realmente pretende destruir nuestro mundo.

¿Qué piensas?”

Rolf y los demás estaban confusos ante la pregunta de Sakaguchi — el jefe del DRDC. Joker y sus aliados habían materializado un ejército de monstruos para marchar sobre países extranjeros y se estaban apoderando

de los derechos de varias mazmorras. Había luchado frontalmente contra las fuerzas armadas y era responsable de la muerte de decenas de personas. Su objetivo era aprovechar la Estampida de Monstruos prevista para dentro de diez años para llevar la ruina a la humanidad. O tal vez sólo lo utilizaba como excusa para sacar todo el dinero posible de los países avanzados. No sólo Rolf y el resto de los Cruzados lo habían considerado, sino también varios políticos y analistas.

“Sé que puede no parecerlo, pero no puedo evitar preguntármelo. Si Joker fuera el único humano de su ejército y sólo se hubiera rodeado de monstruos, seguramente estaría de acuerdo con todos los demás. Sin

embargo, tiene muchos subordinados humanos. No creo que sólo los utilice para filmar y editar sus vídeos. Deben estar entrando en las mazmorras con él también.”

“¿Qué cambiaría eso? Sólo significa que son un grupo de terroristas, ¿no?” Preguntó Alberta.

Sakaguchi negó con la cabeza.

“He vivido una larga vida, y ahora puedo ver muchas cosas. Nadie sigue a los desesperados. Siguen a los que les dan esperanza. Estos hombres decidieron trabajar a las órdenes del Rey Demonio y luchar por el futuro que les prometió porque allí han encontrado esperanza. Si ese futuro fuera realmente la caída de la humanidad, ¿tendrían tanta esperanza?”

“¿Así que lo que quieres decir es que estos terroristas sólo están utilizando la Estampida de Monstruos como una amenaza y montando un espectáculo para chantajear al resto de nosotros? ¡Claro, tiene palabras bonitas que lanzar, pero no somos pusilánimes!”.

“¡Marco! ¡Estás siendo grosero con Su Eminencia!” interrumpió Alberta. Marco se encogió de hombros y Alberta retomó la conversación.

“Aun así, Marco tiene razón”, añadió. “Si el verdadero objetivo del Rey Demonio es coaccionarnos manteniendo la Estampida de Monstruos y la

amenaza de las mazmorras sobre nuestras cabezas, ¿no debería tratarse por medios diplomáticos? Nuestra misión como vanguardia de Dios es hacer

frente a las mazmorras y llevar a cabo la Reconquista. No creo que asesinar a alguien en aras de la política sea lo que debamos hacer.”

Rolf y los demás asintieron. Los Cruzados habían renacido bajo la orden directa del Papa después de cientos de años, y su presencia había dado esperanzas a los pueblos de Europa. Cada vez que lograban despejar una

mazmorra, los noticiarios de ese país informaban ampliamente sobre ello, lo que impulsaba a miles de personas a reunirse en las iglesias los fines de

semana para ofrecer plegarias.

Sería imperdonable que estos mismos cruzados cometieran un asesinato, no en nombre de la fe católica, sino de la Unión Europea. Si tal acto tuviera lugar, su propia razón de ser se vería amenazada. Por ello, Rolf y sus compañeros cruzados se oponían firmemente a esta misión.

“Brezil sólo ha pedido que encontremos de algún modo una forma de detener la invasión de la Legión. No han pedido explícitamente la cabeza de Joker, así que no se preocuparon por eso.”

“El resultado final no sería el mismo en cualquier—”

Sakaguchi levantó la mano, deteniendo el argumento de Alberta.

“Por favor, escucha primero lo que tengo que decirte. No creo que Joker sea simplemente un terrorista. Puede que oculte algo. Si sólo quisiera sacudir el mundo aprovechando la amenaza de la Estampida de Monstruos, no tendría necesidad de invadir países extranjeros. Después de orquestar un golpe de estado en Venisuela, podría haber utilizado el nuevo gobierno para negociar con la ONU u otro país. ¿Qué necesidad tenía de llamarse a sí mismo Rey Demonio, crear una organización e invadir otros países? Quiero que averigües cuál es su objetivo.”

“¿Así que lo que realmente nos estás pidiendo es que nos pongamos en contacto con Joker?”

Sakaguchi asintió. Rolf se sujetó la barbilla con la mano izquierda mientras reflexionaba sobre la situación.

“Se dio a sí mismo deliberadamente el nombre de Rey Demonio. Creo que esto debe estar relacionado con su objetivo”, continuó Sakaguchi. “Naturalmente, esto no es más que una suposición mía. Joker es tan fuerte como tú. Nadie más que tú puede acercarse a él e iniciar conversaciones.”

“Entiendo”, dijo finalmente Rolf tras una pausa. “Si Joker realmente es un terrorista loco o está tratando de coaccionarnos para obtener beneficios, haremos todo lo posible para detenerlo. Si no es posible, le heriremos hasta

que no pueda moverse más, pero no lo mataremos. La ley se encargará de él después de eso. Sin embargo, todavía tenemos un problema. Si realmente

oculta algo, me temo que no podremos decidir qué hacer.”

“Si eso sucede, por favor regresen inmediatamente. No tienen que preocuparse por matarlo o capturarlo. Retírense de inmediato e informen al Vaticano. Para ser honesto, espero que el Joker sea realmente un terrorista loco o que esté haciendo esto por codicia. Si tiene otro objetivo… Bueno…”

Sakaguchi no terminó la frase. Los cruzados se miraron, esperando a que continuara. Tras unos instantes de silencio, Chloé Fontaine no pudo soportarlo más.

“Si lo hace, ¿entonces…?”, preguntó.

“Me temo que el Apocalipsis se cumplirá. El Armagedón podría estar sobre nosotros”, dijo finalmente Sakaguchi.

Los cruzados no se atrevieron a interrogarle más después de contemplar su grave expresión.

***

[Estados Unidos de Gamerica — Casa Blanca]

La esposa del presidente Ronal Howard —es decir, la primera dama, Mireia Howard — estaba en la Casa Blanca, hablando del futuro con los ayudantes del presidente y su familia.

“Todavía no tenemos ni idea de cuándo va a despertar el presidente Howard. Según los médicos, su cerebro ha sufrido algunos daños, por lo que, aunque recupere la consciencia, es posible que tenga que lidiar con una afasia permanente. Para que se recupere por completo, no hay más remedio que usar un objeto de la mazmorra. Si le hacemos beber una Poción Alta o una Poción Extra, se curará enseguida.”

Se habían formado unidades encargadas de entrar en las mazmorras dentro del ejército Gamericano, y se estaban investigando las mazmorras. Durante estas actividades, se habían encontrado Pociones, y no sería imposible

hacerse con una poción para curar al presidente si aprovechaban su influencia.

“Las pociones adicionales permiten que el cuerpo vuelva a un estado completamente sano. Su tensión arterial y sus niveles de colesterol también volverían a la normalidad, y podría decir a todo el mundo que ahora está

perfectamente sano. Si podemos hacer que esto funcione, todavía se pueden ganar las elecciones.”

“El presidente siempre ha sido robusto. Si se resuelven sus problemas de salud, podrá desempeñar sus funciones durante los próximos cuatro años sin problemas.”

Los ayudantes del presidente se estaban poniendo las pilas, pero en cuanto pidieron al vicepresidente que asegurara una poción, Mireia Howard les detuvo. Era la tercera esposa de Ronald y veinticuatro años más joven que él.

“No sabemos casi nada de los objetos de las mazmorras. ¿Y si tienen efectos secundarios? Estoy en contra de darle nada de eso a mi marido. Para ser sincera, siempre he pensado que un segundo mandato sería demasiado

para él, teniendo en cuenta su edad. Además, tenemos que gestionar la Organización Howard, y quiero que tengamos tiempo para disfrutar en familia”, dijo.

La empresa de Howard — que actualmente supervisaba su hijo — ingresaba casi diez mil millones de dólares anuales, mientras que el

patrimonio personal de Howard superaba los dos mil millones de dólares. Obviamente, las anteriores esposas de Howard vendrían a molestar a Mireia en el futuro, cuando llegara el momento de leer su testamento. Seguro que

la familia pensaba en todos estos pequeños desacuerdos a la hora de tomar decisiones.

Ninguno de los presentes en la sala fue ajeno a los cálculos de la Primera Dama. Sin embargo, los ayudantes se limitaron a mirarse unos a otros sin decir palabra y decidieron dejar el asunto de una vez.

Ronald Howard no había sido un presidente fácil de servir, pero había tenido grandes dotes de liderazgo dignas de un hombre que había construido un imperio en una sola generación. La cuestión era la forma en que había hecho uso de su liderazgo. La ideología egocéntrica de

“Gamerica Primero” que había impulsado nunca funcionaría en el contexto actual. Al fin y al cabo, la cuestión que nos ocupa no afectaba a una sola persona, a un solo gobierno, ni siquiera a un solo país; era una cuestión que afectaba a todo el mundo.

“Contacta con la sede del Partido Republicano. Y prepárate para hablar con el Congreso…”

Todos salieron de la habitación, dispuestos a cumplir con su tarea.

***

[Japón — Kantei]

Poco después de los Juegos Olímpicos, el primer ministro Urabe Seiichirou estaba listo para entrar en una batalla a vida o muerte en la que arriesgaría

toda su carrera política: la propuesta de reforma constitucional.

“Sólo nos quedan nueve años antes de la Estampida de los Monstruos. Tenemos que prepararnos para la crisis que finalmente se abatirá sobre la humanidad incluyendo claramente a las JSDF en la constitución.

Celebraremos un referéndum nacional el 7 de febrero del año que viene y nuestro objetivo es que la ley entre en vigor el 3 de mayo”, explicó Urabe.

Los ministros del gabinete asintieron. La constitución actual declaraba que el pueblo japonés estaba “decidido a preservar nuestra seguridad y existencia, confiando en la justicia y la fe de los pueblos amantes de la paz del mundo”, pero no había tenido en cuenta a los monstruos sedientos de sangre. Tampoco tuvo en cuenta a terroristas como Joker. La constitución actual encarnaba la cruel divergencia entre la realidad y los ideales pacifistas. Con el setenta por ciento de la Dieta actual a favor de la reforma, depositar una propuesta de reforma era posible. La Dieta la aprobaría cuando terminara la sesión extraordinaria de la Dieta a finales de noviembre y pondría en marcha el resto del plan.

“Señor Primer Ministro, ¿cuándo tiene previsto reunirse con el hombre llamado a ser el próximo presidente de los Estados Unidos de Gamerica, Peter Wozniak?”, preguntó el ministro de Asuntos Exteriores.

Todos los ministros querían oír la respuesta del primer ministro. El próximo presidente de Gamerica asumiría oficialmente el cargo tras una transición presidencial de dos meses, pero el mundo estaba cambiando a un ritmo alarmante. Esperar dos meses era demasiado.

“Había supuesto que el vicepresidente Bates asistiría a la próxima cumbre del G20 en el Reino de Arabia Saudí, pero para entonces Wozniak ya habrá sido nombrado presidente electo. Será poco después de las elecciones, pero quizá podríamos solicitar que el presidente electo también hiciera acto de

presencia en la cumbre. Si es necesario, nuestro gobierno obtendrá la aprobación de los demás países antes del evento. Estoy seguro de que la República Oriental de Sina también estará de acuerdo.”

Los Estados Unidos de Gamerica y la Republica Oriental de Sina habían estado haciéndose la guerra básicamente desde ambos lados del Océano Pacifico antes de la aparición de las mazmorras. Había estallado una guerra arancelaria entre ambos países, y la situación había escalado hasta llegar a tensiones militares en el Mar de Sina. Sin embargo, en el último año, la

República Oriental de Sina había dado un giro de 180 grados. Naturalmente, aún quedaban problemas, como la violación de los derechos humanos del pueblo uigur y el debate sobre la soberanía tibetana, pero si los líderes de Japón, Gamerica y Sina conseguían unirse y luchar contra las mazmorras, se enviaría un mensaje positivo al resto del mundo — y uno más contundente al llamado Rey Demonio.

“¿Cómo va ese experimento?”

El primer ministro cambió de tema, dirigiéndose ahora al ministro de

Defensa y comprobando sus progresos. Reforzar el ejército japonés era de suma importancia como preparación para la Estampida de Monstruos que tendría lugar dentro de nueve años.

“Durante nuestros experimentos con monstruos, hemos hecho volar wyverns de Rango A desde Kagoshima hasta Sapporo. Sin embargo, acabaron bastante agotados, por lo que no estamos seguros de que puedan resistir una batalla real. Los datos que hemos recopilado aún son provisionales, pero su autonomía de vuelo parece rondar los 1.500 kilómetros. Si aparecen monstruos en el Reino de Ko, toda nuestra nación estará a su alcance.”

“He oído que un Cazador de Mazmorra apareció en el Reino de Ko. ¿Es cierto?”

“Desafortunadamente, nuestra relación actual con la República de Woori

significa que la información que somos capaces de reunir sobre el Reino de Ko es muy limitada. No tenemos forma de verificarlo.”

Se escucharon varios suspiros simultáneos. Los Cazadores de Mazmorras eran capaces de materializar cartas de monstruos en la superficie, lo que significaba que era posible usar monstruos como “arma”. Además, era

posible adquirir nuevos “soldados” de bajo coste indefinidamente mientras existieran las mazmorras. Los Cazadores eran increíblemente peligrosos y amenazaban el equilibrio militar del mundo.

“Como era de esperar, necesitamos crear un sistema nacional para supervisar a los cazadores de mazmorras…” Murmuró el viceprimer ministro Souma, con las armas cruzadas.

Algunos estaban de acuerdo con él, diciendo que no había otra opción en este momento, mientras que otros se oponían. El primer ministro Urabe se mostraba bastante desfavorable a la creación de un sistema de este tipo en Japón, pero no podía dejar que su reticencia se reflejara en su rostro por el momento. Como presidente de la reunión del gabinete, su trabajo consistía en hacer que todos expusieran su opinión, no en entrometerse. El ministro de Sanidad, Trabajo y Bienestar y el ministro de Justicia manifestaron su oposición a Souma, quizá habiendo intuido el apuro de Urabe.

“Me gustaría recordarles que los Dungeon Busters siguen siendo ciudadanos japoneses. Infringir su libertad sería una violación de la constitución.”

“Sabes, yo tampoco quiero hacer cosas así. Nunca he oído nada

remotamente malo sobre los miembros de Dungeon Busters, pero planificar nuestra defensa nacional asumiendo que la naturaleza humana es

fundamentalmente buena sería irresponsable. No estoy sugiriendo que los encerremos entre rejas. Podríamos pedirles que llevaran una pulsera con GPS para saber dónde se encuentran, o algo así. O podríamos hacer que se comprometieran a no materializar monstruos en la superficie sin permiso explícito con un objeto de mazmorra. Soy consciente de que aún no se ha llegado a ninguna conclusión sobre la legalidad del uso de objetos de mazmorra, así que no pido que tomemos medidas ahora mismo. Es sólo algo que deberíamos tener en cuenta en el futuro. ¿No estás de acuerdo?”

No se planteó ningún argumento más, y la sala guardó silencio durante unos instantes.

“Como gobierno, a veces nos vemos obligados a anteponer las necesidades de muchos a las de unos pocos”, dijo finalmente el primer ministro Urabe. “Sin embargo, debemos ser extremadamente cautelosos con los Dungeon Busters. Aunque son pocos, tienen un poder tremendo. De hecho, el destino de la humanidad descansa sobre los hombros de estos pocos individuos. De hecho, es importante manejarlos adecuadamente, pero debemos tener cuidado de no alienarlos.”