Loop 7-kaime no Akuyaku (NL)

Volumen 1

Capitulo 4: Cinco Hombres Caídos A Su Paso

Parte 1

La noche después del incidente en la capilla, Rishe se apresuraba en la pequeña cocina del palacio independiente. Sin embargo, no estaba preparando comida. Un olor dulce y floral atrajo la atención de una criada cercana, que se acercó sigilosamente para echar un vistazo.

“¡¿Milady?! ¿Qué demonios…?”

Montones y montones de flores cubrían la mesa. Rishe soltó una risita incómoda mientras arrancaba los pétalos de las rosas marchitas. Había pedido a Elsie y a las demás doncellas que compraran todos los ramos que pudieran en las floristerías de la ciudad.

“Perdón por el desorden. Me aseguraré de limpiarlos, no te preocupes.”

“Erm, claro, ¡pero no es por eso por lo que estoy sorprendida!”

Rishe no se había detenido con las rosas. Había gerberas naranjas y gencianas moradas. Una masa de pétalos rosas ya se estaba cociendo a fuego lento en la estufa.

“¡Oh! ¿Vas a teñir algo?” Preguntó la criada, iluminándosele la cara.

Rishe le sonrió. “Aún no puedo decírtelo. Pero en cuanto termine, todas ustedes serán las primeras en probarlo. Por supuesto, no las obligaré si no quieren.”

“¡Me encantaría ayudar!” Respondió la astuta criada. “Aún no estoy segura con qué, pero lo haré encantada.”

“Gracias.”

La criada volvió al trabajo, seguramente preguntándose qué podría estar preparando Rishe en la olla.

La chica parecía segura de sí misma, pero Rishe dudaba que adivinara lo que contenía la botella que estaba en una esquina de la mesa. Empezó a recoger las hojas y los tallos. Tal vez debería dejar esto a fuego lento un poco más. Ya he terminado con los pétalos.

Rishe se sentó y volvió a revisar un trozo de papel que contenía toda la información que había copiado de varios documentos durante una mañana encerrada en la biblioteca. La distribución de la población en la capital imperial de Galkhein. La evolución de la situación económica. La situación en los alrededores e información detallada sobre comerciantes y turistas. Se sumió en sus pensamientos.

Basado en esto, he llegado a un acuerdo para ofrecer al Sr. Tully.

Pero no estoy completamente feliz con él.

Aún le quedaban cinco días. Sus muestras deberían estar terminadas para entonces, y la información que había reunido debería ser suficiente para asegurarle un beneficio potencial, y para idear una forma de calcular los tipos de interés y otras cosas por el estilo. Aunque estaba segura de su victoria, no estaba satisfecha.

Toda esta información está a disposición del público. Volvió a mirar lo que había escrito. La prometida del príncipe heredero debería saber mucho más.

Rishe lo sintió profundamente al leer los documentos. Sabía que Arnold había acumulado poder político como resultado de sus diversas hazañas durante la guerra tres años antes. Lo primero que había hecho era destinar las reparaciones de otros países a la compra de productos de las zonas rurales por una enorme suma global.

Aunque Galkhein había ganado la guerra, la victoria sólo fue sentida por una élite reducida. Los soldados que lucharon, los herreros que forjaron sus espadas y los boticarios que fabricaron medicinas para el frente habían perdido sus empleos. Muchos de ellos buscaron trabajo en la ciudad y, cuando no lo encontraron, vivieron en los barrios bajos.

Mientras tanto, el campo había sufrido escasez de mano de obra incluso durante la guerra. No había dinero para pagar los salarios de los hombres que regresaban de la batalla y la población seguía disminuyendo. La productividad de las aldeas agrícolas y pesqueras disminuyó, lo que provocó un enorme aumento de los precios de los alimentos en todo el país.

Arnold había tomado medidas para evitarlo.

Utilizó los fondos de reparación para comprar cosechas y marisco. Una vez que esas industrias estuvieran llenas de dinero, los trabajadores desempleados empezarían a regresar al campo. Según los últimos registros de permisos de viaje que había estudiado Rishe, la estrategia parecía estar funcionando: la mayoría de los permisos se habían concedido a quienes viajaban al campo para cultivar y por otros motivos similares. La gente volvía a casa en busca de trabajo. Los suministros que Arnold había comprado se ofrecían a los indigentes a precios subvencionados, llenándoles la barriga.

Había invertido una gran parte de su propio patrimonio en su plan, y para demostrarlo contaba con el aumento de la productividad y la tasa de natalidad de Galkhein. Eso significaba un aumento del rendimiento fiscal y de la moral.

Rishe había aprendido todo esto únicamente de la documentación. Este es el tipo de cosas que nunca aprenderías viviendo fuera de Galkhein.

La escena de la noche anterior seguía reproduciéndose en su mente. Cómo Arnold le había dicho: “No hace falta que te decidas a ser mi esposa.”

¿Qué significaba eso? No se atrevió a preguntárselo. La expresión de su rostro era demasiado desoladora y familiar.

Así era exactamente como se veía cuando me mató.

Había tantas cosas que quería saber, pero se había mordido la lengua mientras él se alejaba. Lo único que podía hacer era repetir la noche una y otra vez, recordando cómo la había besado. Rishe se estremeció al recordarlo y apoyó la frente en la mesa.

No había ningún significado profundo en eso. ¿Cómo podría haberlo? Tenía que dejar de pensar en eso; tenía asuntos mucho más urgentes que atender. Rishe cerró los ojos y se levantó, dándose una ligera palmada en las mejillas y volviendo a centrarse en lo importante.

Lo primero es lo primero, al siguiente paso. ¡Tengo que terminar esto!

Retiró la olla del fuego, coló los pétalos hervidos del líquido y los dejó enfriar mientras preparaba otra olla. Cuando los pétalos dejaron de estar hirviendo, los envolvió en un paño y los escurrió.

A continuación, tomó la botella de cristal que había sobre la mesa. Dentro había un líquido claro y viscoso procedente de la savia de un árbol común. Lo mezcló con el tinte de flores, teniendo cuidado de que no se formaran burbujas. Cuando adquirió un color uniforme, vertió el líquido en el frasco y lo agitó de un lado a otro para que se asentara. Así obtuvo un pequeño frasco de color rosa intenso.

Rishe abrió otra botella de cristal, sumergiendo en su interior un pequeño pincel preparado. El contenido era de un color lechoso, hecho mezclando la savia de varias hierbas. Con cuidado, alisó la mezcla sobre sus uñas. Encima, se pintó el color rosa, asegurándose de que no quedaran protuberancias.

Diez segundos después, el líquido empezó a estar caliente. Esperó varios minutos, teniendo cuidado de no hacer nada con los dedos. Cuando por fin se tocó las uñas, vio que la laca estaba brillante y dura. Se había endurecido como ella esperaba.

Perfectas. Rishe se miró las uñas rosadas con satisfacción. La savia endurecida brillaba como gemas en las yemas de sus dedos.

Se trataba de una sustancia que Rishe había inventado durante su vida como boticaria. Había utilizado este brebaje para fortalecer las uñas agrietadas de los heridos. Estaba hecho de la savia de los árboles collini comunes, mezclada con tres tipos de hierbas trituradas. La laca se solidificaba en pocos minutos.

Tengo que experimentar con otras flores para asegurarme de que los colores salen y de lo bien que se endurecen, pensaba para sí misma cuando apareció Elsie.

“Milady, creí haberle dicho que se tomara un descanso.” Había estado controlando a Rishe todo el día y le disgustó encontrarla todavía en la cocina. “Te haré un poco de té, deberías aprovechar para sentarte…”

Se detuvo, al parecer tras fijarse en las uñas de Rishe. Sus ojos se iluminaron como estrellas. “¡Están tan brillantes!”

Rishe no pudo evitar una risita ante su adorable chillido de emoción. “Has llegado en un buen momento.” Tenía la sensación de que a Elsie le gustaría esto.

Le indicó a Elsie que se lavara bien las manos y se sentara frente a ella. Tras asegurarse de que Elsie no tenía cortes ni heridas abiertas, Rishe se puso manos a la obra. Sumergió el pincel en el líquido blanco lechoso y le explicó cómo funcionaba mientras pintaba las uñas de Elsie.

“En un país muy al este, tienen la cultura de teñirse las uñas con flores. Si usamos este ungüento fortalecedor para sus uñas debajo del pigmento, el tinte debería durar un tiempo, incluso con sus tareas de limpieza.”

Curiosa, Elsie preguntó: “¿Quieres decir que te fortalece las uñas?

Las mías se rompen muy fácilmente.”

“Esto debería ayudar con eso. Pero el mejor remedio para las uñas quebradizas es comer alimentos equilibrados ricos en abundante carne, pescado y legumbres. Las uñas forman parte de la piel. Lo que es bueno para tu piel es bueno para tus uñas.”

“Carne, pescado y legumbres” Murmuró Elsie. “Lo recordaré. Mi familia es pobre, ¡pero ahora tengo mi sueldo!”

“Mencionaste que tu familia ha pasado por tiempos difíciles.”

Elsie asintió. “Incluso cuando compramos carne y verduras, sólo alcanza para alimentar a mi hermano y mi hermana menores.”

Rishe había sabido de la familia de Elsie antes de que Elsie fuera su criada, cuando le había mencionado por qué necesitaba tanto este trabajo. Todo era por su bien.

Sé que en la capital hay barrios pobres: uno de los caballeros de nuestro viaje lo mencionó tras el ataque de los bandidos. Me dijo que era de un barrio pobre. Rishe pintó más base en las uñas de Elsie. Sin duda, las medidas de Arnold no bastan para salvar a todo el mundo. Sus políticas han sido tan impopulares que algunos han intentado bloquearlas.

Una vez terminada la capa base, Rishe sacó el esmalte de savia teñida. Elsie se quedó paralizada, dejando escapar un pequeño arrullo de admiración mientras miraba. “Es precioso. Nunca había visto nada tan brillante y bonito.”

A Elsie le gustaba vestirse. Parecía disfrutar eligiendo los vestidos de Rishe y peinándola. Era tan hábil con las manos que probablemente sería excelente aplicándose esmalte ella sola.

Rishe dijo: “Ahora mismo sólo tengo rosa, pero dime cuál es tu color favorito. Te daré la botella cuando esté terminada.”

“Oh, no, no podría aceptar algo tan encantador.”

“Al contrario.” Dijo Rishe. “Sin duda deberías aceptar. También por mí. Verlas a todas llevar mi creación me hará feliz.”

“Milady, yo…”

Rishe dejó escapar un suspiro de alivio al terminar con la mano derecha de Elsie. Los errores con el esmalte eran difíciles de arreglar. “¿Qué color te gustaría? Podríamos hacer el azul pálido de los nomeolvides o el amarillo de los girasoles. También hay rojo, naranja, rosa o morado. Tu piel es tan pálida que seguro que cualquier color te quedaría bien.”

Elsie miró a Rishe con asombro. “Oh.” Se le llenaron los ojos de lágrimas.

“¿Elsie? ¿Qué te pasa? ¿Estás herida?” Rishe se asustó un poco.

¿Tenía un corte que Rishe había pasado por alto? No sería bueno que el líquido se filtrara.

Elsie negó con la cabeza. “No, es que…” Ella parpadeó sus lágrimas, conteniendo el goteo de las gotas perladas. “Nunca me había puesto algo tan bonito.” Parecía que no podía contenerse. “Mis hermanos siempre fueron lo primero. Todo el dinero que conseguíamos lo gastábamos en lo esencial.” Su voz tranquila se redujo a un susurro. “Nunca he tenido nada para arreglarme el cabello, y mi ropa siempre ha sido ropa usada de los chicos. Este uniforme de sirvienta es lo primero que tengo que sea mío.”

Rishe recordó lo disgustada que se había puesto Elsie por mancharse el vestido en su primer encuentro.

“Me alegré mucho de recibir oficialmente este uniforme cuando me tomaste a tu servicio. Nunca pensé que me permitirían tener algo tan hermoso para mí.”

Elsie se secó las lágrimas con el dorso de la mano. “Soy feliz, milady. Se lo prometo. Ni siquiera sé cómo decirle cuán feliz.”

“Oh, Elsie.” Rishe acarició suavemente la cabeza de la chica. “¡Soy tan feliz!” Elsie sollozó más fuerte.

En ese momento, Rishe comprendió lo que significaba que todas sus criadas trabajaran por el bien de sus familias. Sin duda eran como Elsie, dejando de lado sus sueños y aspiraciones.

Gracias a las percepciones de mi vida actual, ahora sé lo que le ha faltado a este negocio con Aria.