Loop 7-kaime no Akuyaku (NL)

Volumen 1

Capitulo 3: Eres Una Tonta

Parte 4

Allí no tenía ninguna posibilidad, pensó Rishe mientras sorbía una taza de té. Se había despojado de las ridículas joyas y se había puesto un vestido sencillo y práctico con el que era más fácil moverse. Estaba sentada en su salón, en el ala independiente, con un plato de galletas recién horneadas delante, pero ni siquiera tenía fuerzas para probar una.

Admito que estaba nerviosa, pero creo que mantuve bien la compostura. Sin embargo, él vio a través de mí. Perdí ese asalto, sin ninguna duda.

La verdad era que nunca había vencido a Tully. Ni siquiera en sus vidas posteriores, cuando sabía qué esperar.

A su alrededor, sus criadas charlaban entre ellas. “¡Por fin se declaró!”

“¡Vaya, me alegro mucho por ti!”

Las chicas habían terminado sus estudios del día y también se agrupaban para tomar el té. La mayoría de los días, Rishe se unía a ellas. Hoy apenas las oía.

“¡Aww, espero conocer a un hombre tan maravilloso algún día!”

¿Quizás simplemente estaba siendo cauto? No se lanza a tratos que parecen demasiado buenos para ser verdad. Sin embargo, ¿realmente leyó la desesperación en mi cara? Es un jugador de corazón. Esto no es propio de él.

Después de mucho pensar, sólo tenía una conclusión: Él no me eligió, y eso es un hecho.

Rishe se sentó en un silencioso abatimiento. Sin las conexiones de la compañía comercial, no podía apelar a los poderosos ni evitar la guerra. Sin eso, su vida feliz no duraría. Y por mucho que se resistiera a admitirlo… Rishe odiaba encontrarse con la desaprobación de Tully. Ella había querido tomar a su antiguo jefe por todo lo que tenía.

Además, algo de lo que dijo seguía molestándola. Eso no pudo haber sido un accidente… ¿o sí?

“Hablando de bodas, ¿qué hay de usted, milady?” Gritó una de las doncellas. “¿Cómo le propuso matrimonio Su Alteza?”

“¡Oh, yo también me lo preguntaba!” Dijo otra. “¡Todas las chicas de la ciudad se mueren por saberlo!”

Dijo concretamente que se alojaría en Galkhein durante los próximos días. Incluso me dijo cómo encontrar el nombre de la posada.

“¿Milady?”

Las criadas la miraron preocupadas mientras Rishe empezaba a sonreír. “Lo siento mucho. Me siento un poco indispuesta. Creo que me retiraré por esta noche.”

Todas las criadas se mostraron preocupadas. Rishe les hizo un gesto.

“No hace falta. Me reuniré con ustedes para tomar el té otro día.

Tampoco necesitaré cenar esta noche.”

“Como desee, milady. Nos aseguraremos de dejarla descansar.”

“¡Y tendremos un montón de té listo mañana por la mañana!”

Rishe agradeció a las muchachas su comprensión, luego se dirigió a sus aposentos y cerró la puerta. En sus manos había unos paquetes de hierbas.

***

“Está en buena forma esta noche, señor.”

Kaine Tully se paseaba por las calles de la capital de Galkhein, flanqueado por sus empleados, que le felicitaban por su festivo disfrute de los licores locales.

Estaba de buen humor, con la camisa medio desabrochada, casi canturreando de placer mientras decía: “Galkhein tiene un licor maravilloso. Deberíamos comprar toda la tienda para venderla en el norte.”

“¿Por qué íbamos a hacer eso, señor? ¡Se beberían nuestros beneficios antes de que los metiéramos en los vagones!”

“Sí, sí, divertidísimo. Aunque no está mal.” Se rio con sus hombres mientras volvían a la posada. Hubiera preferido llevar a una o dos mujeres con él, pero tenía sus razones. “Hey, todavía tengo sed. ¿Otra ronda? Estoy seguro de que la taberna puede ofrecer una pinta decente.” Efectivamente, voces estridentes flotaban desde la taberna. El ambiente parecía ser bueno esta noche.

“Señor, he estado pensando…” Uno de sus empleados estaba tan borracho que apenas podía mantenerse en pie. “¡Era la princesa heredera de Galkhein! ¡No puedo creer que la hayas dejado plantada!”

“Trabajar con la realeza es un mal negocio, idiota. Créeme, lo sé.” “¿No tiene quince años? ¿Qué te ha hecho?”

Tully resopló, abriendo de golpe la puerta de la posada. “Escucha, esa niña es…”

“Bienvenido, Sr. Tully.”

Aquella voz le hizo recuperar la sobriedad al instante. Tully forzó una sonrisa rígida. Sentada ante una mesa estaba Lady Rishe, la futura princesa heredera.

“Gracias por tu invitación.” Ronroneó Rishe. “Muy amable de tu parte.”

Hacía falta mucho para sorprender a Tully, pero la visión que tenía delante le pilló completamente desprevenido. Había predicho que vendría, pero no tan pronto. Pensó que se disfrazaría, pero la verdad es que no había previsto el castaño rojizo del cabello recién teñido.

No, no fue eso lo que le sorprendió. Lo que le sorprendió fue la veintena de hombres inconscientes sentados a su alrededor, con las jarras medio llenas en las manos.

“¿Le gustaría tomar una copa conmigo, Sr. Tully?”

Tully tuvo que aclararse la garganta varias veces antes de conseguir preguntar: “¿Qué les ha pasado a esos tipos?”

“Oh, apostamos a ver quién aguantaba más bebiendo alcohol, y perdieron.” Rishe sonrió e inclinó su vaso. “No te preocupes, no estoy aquí para juegos de beber. Esperaba que pudiéramos continuar nuestra discusión.”

***

La posada en la que se sentaba Rishe estaba cerca del palacio imperial. Había pedido al posadero que desalojara a todos los que se habían desmayado. Los espectadores del juego de beber estaban reunidos alrededor con entusiasmo.

“¡Seguro que puedes aguantar el licor, señorita! No podría retarte porque no bebo, pero igual déjame invitarte por hacer un espectáculo tan bueno.”

“Vaya, gracias.” Dijo Rishe.

“¡Toma, prueba esto! El pollo con queso fundido va genial maridado con vino.”

“¡Esto está delicioso!” Dijo Rishe. “Gracias.”

Rishe miró con satisfacción la comida y la bebida apiladas sobre la mesa. Deseaba poder saborear su victoria, pero su adversario estaba sentado frente a ella, observándola con frialdad.

Cuando sus miradas se cruzaron, Tully esbozó una sonrisa torcida. “Bueno, ciertamente no habría anticipado que tumbarías a mis hombres con bebidas mientras esperabas. Qué tonto fui.”

“¿Eran empleados tuyos?” Preguntó Rishe, con voz etérea. “Nos lo estábamos pasando muy bien, aunque admito que nos dejamos llevar.”

Naturalmente, Rishe sabía quiénes eran. Durante el tiempo que trabajó en la Compañía Comercial Aria, Rishe había ganado a todos sus compañeros de trabajo en un juego de beber en su primer banquete. Contra los que había competido esta noche eran los mismos.

Tully también llevaba el mismo look entonces.

Rishe se había criado en la corte y tenía una gran tolerancia a los licores. “¿Bebes?”

Tully aceptó el vaso que ella le acercó, mirándola. “Hiciste un buen trabajo con tu cabello.”

“Gracias. El color sí que resalta, supuse que sería lo más fácil.” Se había teñido el cabello de castaño con las hierbas que los caballeros recogieron en su viaje a Galkhein. Se quitaba fácilmente con agua caliente, muy útil para disfraces temporales. “Te cambio la receta por la oportunidad de hacer negocios.”

Tully se rio. “Buen intento.” Se apoyó en los codos y le brillaron los ojos. “Puedes hacerlo mejor. Y sospecho que lo harás.”

Rishe dejó que eso la invadiera. Su seguridad la ponía nerviosa.

¿Qué sabía él?

“¿Abrimos las negociaciones, milady? Primero, un brindis.”

“Por favor, dirígete a mí como lo harías con cualquiera, el disfraz no sirve de nada si sigues ‘tratándome de milady’. Además…” Una pausa. “Oírlo de ti es extraño.”

Tully la miró extrañado. “Bueno, está bien. Si eso es lo que prefieres.” Levantó la taza y Rishe hizo chocar la suya contra ella. Tully se bebió la mitad de la suya de un trago y exhaló un largo suspiro.

“Entonces sólo ‘señorita’. De todos modos, deja la farsa. Sé que no se trata de un vestido.”

“Sí, parece que los trucos no funcionan contigo.”

“Me alegro de que se haya establecido.” Tully apuró el resto de su bebida. “Mis instintos me dicen que no eres un cliente. Eres un socio potencial.”

Así que la había atraído hasta aquí. Una vez más, Rishe sintió que estaba fuera de su alcance. Pero no tenía más remedio que poner de su parte. Antes había sido su jefe y su aliado, pero ahora las cosas eran diferentes.

“Cuéntame cada pequeño detalle sobre cualquier esquema de hacer dinero que hayas urdido.”

“Sr. Tully.”

“No voy a aceptar nada hasta que sepa exactamente lo que estás haciendo. A pesar de mi aspecto, soy muy bueno en mi trabajo. Lo que sea que esperes ingresar, puedo duplicarlo.”

“Sr. Tully.”

“Se me ocurrirá la estrategia perfecta. Ahora, dime…” “No puedo.”

La miró con dureza. “¿Qué?

“No puedo revelar mi plan. Sin embargo, quiero poder depender de la Compañía Comercial Aria cuando llegue el momento.”

Su boca se torció en una sonrisa. “Es una petición muy atrevida, señorita. ¿Quiere un trato basado en… qué? ¿Promesas y brillo de estrellas? Yo no hago ese tipo de negocios.”

“Serás bien compensado, por supuesto.”

“¿Esperas que entre contigo por el potencial de ganancia?”

Rishe deseó poder soltarlo todo, decirle que en los próximos años su futuro marido mataría a su padre y sembraría el caos en el mundo. Obviamente, se contuvo.

“Escuche, señorita. Cuando decido hacer negocios con una persona, me guío sobre todo por mis instintos. Pero también enfatizo…”

“Resultados anteriores y trayectoria, ¿correcto?”

Tully parecía atónito. Le había pillado completamente desprevenido. “¿Cómo…?”

“Venderé algo en la ciudad. Si es bien recibido, y me juzgas digna de tu tiempo, ¿podemos hablar?”

Tully se quedó mirando a Rishe un momento antes de soltar una carcajada. “Oh, vamos. ¿Una apuesta? Así es como me gusta hacer las cosas.”

Créeme, lo sé. Luego me dirás que alcance un objetivo de beneficios en un plazo determinado.

“Tienes una semana. Estoy deseando ver lo que se le ocurre, señorita.”

Rishe sonrió, vació su vaso y se levantó. “Entonces tenemos un acuerdo. Gracias por su tiempo. Ah, y cuando tu gente despierte mañana, dales esto.”

Tully levantó uno de los paquetitos de hierbas. “¿Oh? ¿Qué es esto?”

“Ya se enterarán.” Dijo Rishe y se marchó.