Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Jolt y el resto del batallón huyeron para salvar sus vidas. Su terror era tan profundo que no tenían espacio para considerar siquiera los caballos que tenían debajo.

El chico probablemente no les atacaría, así que no había necesidad real de correr tan lejos y tan rápido. Pero aunque entendían eso, no podían soportar quedarse en ese lugar. No sólo estaba muerto Darian, sino que se había suicidado. No sabían lo que había pasado, pero entendían lo suficiente como para reconocer que no era normal. No tenían la compostura para sentarse y esperar a que les dijeran que se fueran de nuevo.

“¡¿Qué fue eso?! ¡¿Por qué hizo eso Lord Darian?!”

“¡Oí algo una vez! Escuché que cuando Lord Darian está al borde de la muerte, ¡puede retroceder en el tiempo!”

“¡Entonces va a volver para salvarnos, verdad?”

“Así es. ¡¿Cierto, Jolt?!

Todos miraron a su vicecapitán. Aunque cada uno de ellos tenía increíbles poderes propios, habían confiado en Darian durante demasiado tiempo. Ni siquiera se les ocurrió usar sus propias habilidades.

“No, ese no es el poder de Lord Darian”.

Sólo era una especulación basada en lo que Jolt había escuchado y presenciado hasta el momento, pero la capacidad de Darian de retroceder en el tiempo sólo se activaba después de su muerte, por lo que servía como una última táctica desesperada. Era algo así como enviar su alma al pasado, de modo que cualquier cambio que hiciera entonces no afectaría al presente, como si se ramificara en una línea temporal completamente diferente. El propio Darian podría hacer las cosas de nuevo, pero eso no ayudaría al resto de ellos ahora.

En resumen, su líder los había abandonado para salvarse a sí mismo.

“¡No importa lo que Lord Darian haga en el pasado, ya no nos afectará!”, continuó.

“¡¿Entonces qué se supone que debemos hacer?!”

¿Cómo voy a saberlo? gritó Jolt internamente. ¿Cómo han podido acabar así las cosas? Su segunda vida había ido tan bien. Mientras estuviera al lado de Darian, no debería haber nada que temer. Pero ahora el príncipe estaba muerto. Todo se había desmoronado en un instante.

Antes de conocer a Darian, Jolt no había sido tan dependiente. Entonces, había utilizado las ventajas creadas por sus recuerdos pasados para aspirar a ser el más fuerte. Pero ahora que sabía lo que estaba por encima de él, no había forma de que volviera a seguir ese modo de vida sin más. Sabía que había un nivel de habilidad más allá de lo que el trabajo duro podría alcanzar, una encarnación del terror que superaba toda comprensión.

Considerando todo, lo mejor sería aceptar su lugar en el esquema de las cosas y vivir de acuerdo con sus medios, pero eso también había resultado imposible. Al final, Jolt no había cambiado en absoluto. Su naturaleza infantil de estar satisfecho sólo si estaba en la cima no había mejorado nada desde que se reencarnó. Sólo había sido exacerbado por los poderes sobrenaturales que este mundo le había dado.

“¡Está bien! ¡Seguimos siendo el Batallón Invencible! Mientras tengamos la armadura que Lord Darian hizo para nosotros, ¡somos invencibles!”

“Pero ese chico…”

“¡¿A quién le importa él?! ¡Ignóralo! Sólo tenemos que dejarlo en paz!”

Sonaba demasiado bien para ser verdad, pero esa idea empezó a ganarse rápidamente a los demás miembros del batallón. Incluso sin Darian, podrían seguir trabajando juntos.

Al poco tiempo llegaron a la capital e inmediatamente se dieron cuenta de que algo iba mal. Algo estaba sucediendo. Había una multitud desmesurada reunida alrededor de las puertas de la ciudad. Eso ya era bastante extraño de por sí, pero para empeorar las cosas, la multitud estaba sumida en el caos. Rugidos, gritos, lamentos. Numerosas voces de dolor llenaban el aire mientras la gente huía.

“¿Qué está pasando?”

No estaban al tanto de los acontecimientos que habían tenido lugar en la ciudad. No habían oído hablar de la resurrección del Dios Oscuro Mana ni del mar de carne que se había extendido por la capital, así que no tenían forma de saber que esta escena era el presagio de más desesperación. Habían corrido desesperadamente por sus vidas, sin saber que habían huido directamente hacia otra pesadilla.

“¡¿Qué hacemos ahora, Jolt?!”

“¡¿Por qué me lo preguntas?!”

“¡Porque eres el vicecapitán!”

Aunque le presionaron para que respondiera, Jolt estaba tan despistado como sus compañeros. Decidieron acercarse a las puertas para ver qué pasaba.

Apareció frente a ellos sin hacer ruido. Sin previo aviso, una enorme bestia cuadrúpeda se plantó de repente ante ellos. Era un lobo, empapado tan a fondo de sangre que su pelaje podría haber sido naturalmente rojo. Entre sus enormes dientes había varias personas, algunas muertas, otras aún gimiendo de dolor. Sus mandíbulas seguían trabajando de arriba abajo, sin prestarles atención, masticando y tragando.

El batallón se vio sorprendido por el terror. La fuerza del lobo no importaba, ni la cuestión de si podrían o no derrotarlo. El simple hecho de ver algo que se comía a sus congéneres les infundía un miedo absoluto.

“¡Manténganse firmes! Somos invencibles!” rugió Jolt, intentando animarse a sí mismo tanto como a los demás. “¡Monstruo o no, es sólo un animal! No tenemos nada que temer”.

La bestia era tan grande que tuvieron que mirar hacia arriba. Sin duda era más fuerte que un humano. Pero seguía siendo sólo un lobo. Cada miembro del batallón tenía poderes que desafiaban la creencia, y también tenían la armadura invencible. Ningún animal podía ser una amenaza para ellos.

Pero, ¿por qué había aparecido aquí? No parecía haber ninguna razón en particular para ello. Era sólo un lobo que devoraba todo lo que veía. Una vez terminado lo que tenía en la boca, pareció desaparecer.

Jolt se dio la vuelta. No podía seguir sus movimientos, pero el olor a sangre y a bestia era imposible de ocultar, indicando su posición con suficiente claridad. Como era de esperar, se había movido detrás de ellos.

Entonces uno de los soldados se desvaneció. Iris, había sido arrebatada, con caballo y todo.

“¡Estoy bien! ¡No me duele! ¡Sus colmillos no pueden atravesar la armadura! ¡Todos, a por ella ahora!”

La velocidad del monstruo era difícil de creer, pero sus colmillos eran ineficaces contra su camarada. Si podían defenderse de sus ataques, tenían muchas maneras de luchar contra él.

“¡Déjalo en nuestras manos! Le mostraré a este perro callejero lo que significa temer al Invencible…”

Iris desapareció abruptamente. Había sido engullida por completo. La armadura impenetrable no significaba mucho en esas circunstancias. Incluso Darian probablemente nunca había predicho un ataque así.

“Ella está… bien, ¿verdad? Probablemente siga viva dentro de ella”.

Si luchaba desde dentro, la monstruosa criatura seguramente no duraría mucho. Pero hasta ahora parecía ilesa. No había señales de movimiento desde dentro de su vientre, y ninguna espada salía de su interior.

“El Rey Lobo”, murmuró alguien.

Era el nombre de un agresor. Una encarnación de la atrocidad, perpetuamente hambrienta, siempre devorando todo lo que estaba a su alcance. Era una bestia que había permanecido oculta desde que Sage Lain la había repelido.

Jolt recordó por qué la ciudad estaba rodeada por una muralla tan poderosa, por qué habían permitido que un grupo tan egoísta como los Sabios hiciera lo que quisiera. Todo era por culpa de esos Agresores. Era para proteger a su pueblo de estas mismas pesadillas.

Nunca había ocurrido nada parecido. Normalmente, aunque hubiera habido bajas, un Sabio aparecería inmediatamente para resolver la situación. Pero ahora no había ningún Sabio.

Jolt no tenía forma de saberlo, pero el Sabio que había vivido allí estaba muerto. Darian había dicho que los semidemonios eran necesarios para mantener algo sellado, pero si uno de esos sellos se rompía y algo revivía ahora, la destrucción que causaría probablemente no haría ninguna diferencia.

Antes de que nadie se diera cuenta, el equilibrio del mundo había comenzado a derrumbarse.

“¿Por qué… ¿Por qué está pasando esto?” murmuró Jolt.

El Rey Lobo se acercó lentamente, habiéndolo elegido como su próximo objetivo. Jolt cerró los ojos. No podía soportar el miedo de ver esas mandíbulas acercándose cada vez más. Temblando, esperó el momento final. Pero nunca llegó. Un cálido aliento, cargado de olor a carne y sangre, pasó lentamente junto a él. El Rey Lobo estaba ahora a su lado.

“¡Si vas a comerme, date prisa y hazlo!”, gritó, con los ojos todavía cerrados con fuerza. Pero el Rey Lobo no respondió.

Finalmente, el miedo a lo que no podía ver se apoderó de él y Jolt abrió los ojos. Cuando lo hizo, vio a dos jóvenes idénticas de pie frente a él. Se quedó rígido ante la inesperada visión. El Rey Lobo estaba detrás de ellas, pero era tan sólido como una estatua.

“Tú eres…”

“¡Soy Malna!”

“¡Yo soy Rilna!”

“¡Juntos somos Malnarilna! ¡Yay!”

Mientras hablaban, las chicas aplaudieron juntas.

Jolt estaba en shock. El ambiente había cambiado tan drásticamente que la terrorífica escena de un momento antes le parecía mentira. Se dio cuenta de que ya no podía oler el aliento de la bestia. Era como si el tiempo se hubiera detenido.

“Ahora bien, ¿sabes mi nombre, Jolt?”

“¡Mi nombre también cuenta!”

“La Secta Malnarilna”. Era el nombre de una de las mayores religiones del mundo, sólo superada por la Iglesia del Eje.

“¡Adorar a un gran poste como la Iglesia del Eje no cuenta, sin embargo! Así que realmente, ¡somos la religión más grande!”

“¡Eso es! Somos dioses”.

Jolt nunca había oído hablar de que los Malnarilna fueran dos seres distintos, y menos aún de chicas jóvenes.

“¡Somos dioses, así que podemos hacer que el tiempo vaya reeeaalmente lento!”

“¡Venir aquí sin que el lobito lindo se dé cuenta es fácil!”

Le costaba aceptar que fueran realmente dioses, pero si eran ellos los que habían detenido el tiempo, su fuerza debía ser de las de verdad.

“Si sois dioses… Si podéis hacer esto… ¿no podríais haber salvado a esta gente?”

“¿Qué? ¿No son la mayoría de la gente de Manii miembros de la Iglesia del Eje?”

“¿Por qué habríamos de salvarlos?”

Al oírlo decir así, era difícil discutir el punto. Pero hizo que su presencia fuera aún más desconcertante.

“Sólo estamos aquí para decirte lo que pasa”.

“Somos la razón por la que te reencarnaste”.

“Darian era igual, por cierto”.

“Eras una basura sin remedio en tu última vida, pero queríamos ver si salías mejor si te dábamos una segunda oportunidad”.

“Pensé que seguirías igual”.

“Supongo que tú ganas, Rilna. Conclusión: ¡una vez que eres un NEET basura, siempre serás un NEET basura! Incluso después de reencarnar!”

“Darian estaba tan serio que no era nada divertido de ver”.

“Habría sido más emocionante si hubiera intentado luchar contra los Sabios”.

“¿Por qué aceptó trabajar con ellos?”

“¿Por qué trató de ser una especie de héroe?”

“Bueno, sólo somos espectadores de todos modos.”

“No importa lo que hagan, sólo estamos aquí para mirar”.

Jolt estaba abrumado por la rápida conversación. Incapaz de seguir el ritmo, se limitó a mirarlos, desconcertado. “¡¿Entonces por qué habéis aparecido ahora?!”

“Vas a morir en un segundo, así que queríamos preguntarte algo antes”.

“¿Cómo fue? ¿Fue divertido vivir como una basura humana?”

“¿Qué se siente al saber que has estado bailando en la palma de un dios todo este tiempo?”

Las chicas le miraron a la cara. Jolt no sabía qué tipo de expresión llevaba en ese momento, pero estaba seguro de que parecía un completo idiota dado lo confusa que le había dejado la conversación.

“¿No podéis salvarme?”, suplicó. Si eran dioses, seguramente podrían haber hecho algo.

“Lo siento, esta vez no es eso lo que vamos a hacer”.

“Esta vez sólo se trata de observar cuidadosamente, cuidadosamente, cuiiiidadosamente la vida de un pedazo de basura”.

“¡¿Qué quieres de mí?! ¡¿Cómo puedes jugar así con la vida de la gente?! ¡Dejen de jugar conmigo!”

“Pensamos que sería divertido”.

“Pero no lo fue, así que hemos terminado”.

Como si de repente hubieran perdido el interés, la pareja se dio la vuelta y se alejó.

“Entonces, ¿qué es lo siguiente?”

“¿Qué tal el chico de antes? He oído que puede matar a la gente sólo con pensarlo”.

“¿Qué es eso? ¿Cómo funciona eso?”

Malnarilna desapareció, y el tiempo comenzó a moverse de nuevo.

Delante de Jolt se cerraron las fauces abiertas del Rey Lobo. No pudo evitar el pánico al sentirse engullido, pero en ese momento la muerte casi parecía un regalo.